La lucha armada es una de las formas que permiten la organización de la población colonizada, la acción violenta es una de las actividades más evidentes, pero la actividad más importante es la de reclutamiento, entrenamiento y movilización política de la nación intervenida. Las organizaciones armadas y clandestinas son una manifestación política violenta que no pretende aterrorizar a toda la población sino debilitar la moral de las autoridades coloniales, fortalecer la resistencia, organización y la moral del movimiento nacionalista anticolonial (Addison Michael, 2002; David Wilson, 1963).
A principios de la década de 1960, un grupo de jóvenes desafiliados del Partido Nacionalista, trabajadores y emigrantes organizan un foco guerrillero en la región montañosa del noroeste de Puerto Rico. Se denominaron Movimiento Armado del Pueblo (MAPA). Esta es una zona en la que sobrevivió la Central Coloso, un enclave agrícola de la caña, con pequeños productores dispersos en la montaña y donde despuntaba el desarrollo industrial textil. En esta misma región está emplazada la Base Ramey, la instalación de la Fuerza Aérea de los EEUU más grande del Caribe hasta el 1972. El foco guerrillero se instaló en una pequeña finca de frutos menores en el pueblo de Moca desde donde comenzaron sus exploraciones y reclutamientos.
El MAPA envió las armas desde Nueva York, donde parte del grupo se organizó reclutando simpatizantes del PN y otros emigrantes que apoyaron el M-26 durante la insurrección cubana. De acuerdo con Carlos Arroyo Muñoz (2003) en enero de 1964 la Policía de Puerto Rico descubre el grupo, asalta el campamento y se enfrenta a la resistencia de los jóvenes guerrilleros. En el barrio Rocha de Moca se erigió un humilde monumento donde todos los años los independentistas de la región conmemoran la confrontación en el campamento guerrillero.
El MAPA parece ser el primer intento de la nueva lucha armada puertorriqueña, emulando al detalle la estrategia guerrillera rural propuesta por Ernesto Che Guevara y practicada con éxito en la revolución cubana. Sin embargo, el MAPA se limitó a ser un heroico experimento que bien demostró que ante la presencia militar norteamericana inmediata, los modernos medios de transportación y la asimilación de la Policía colonial, la guerrilla rural no contaba con el terreno más favorable para esta forma de lucha. No obstante en 1968, cuatro años después de la disolución de este experimento, en la conmemoración del centenario de la Revolución del 1868, los Comandos Armados de Liberación (CAL) se presentan al pueblo y se adjudican la mayoría de las acciones clandestinas ocurridas en 1967.
¡Alfonso Beal! ¡Puerto Rico quiere CAL!
Por medio de un comunicado distribuido a todos los asistentes del Centenario de la Revolución de 1868, en Lares, los Comandos Armados de Liberación, declararon que desde 1967 habían comenzado sus acciones en contra de los intereses norteamericanos en la Isla. Por ese medio escrito denuncian el monopolio imperialista del comercio, la tierra, la industria y deploran la emigración forzada de los puertorriqueños hacia los EEUU donde son discriminados. El comunicado de dos páginas legales anuncia que los CAL comenzaron una campaña política armada para demostrar el descontento con el conflicto colonial.
Los CAL se adjudican tres series de ataques selectivos. En primer lugar, los dirigidos en contra de los comercios extranjeros de Bargain Town, Blek Lind, Say, K- Mart, Pueblo Supermarkets, Sears, Hotel Americana, Bellas Hess, Franklins, UMETCO, Drug Fair, Blacktown y Chez Bambo. Como consecuencia de estos ataques las compañías de seguros comenzaron a incrementar sus costos y algunas a negar sus servicios a las corporaciones atacadas por los CAL. Estos también se declararon responsables por los sabotajes a la Telefónica ITT y los oleoductos de la CORCO, una corporación petroquímica negligente con el manejo de sus desperdicios y la seguridad de sus empleados y que contaba con uno de los sindicatos obreros independientes mejor organizados en esta década.
De acuerdo a Luís López Rojas (2005) la mafia norteamericana en Puerto Rico aprovecho la industria del turismo y se valió de legalización de los juegos de azar y del tráfico de prostitutas para establecer el polo de su economía informal en el Caribe. López Rojas en su obra La mafia en Puerto Rico: Las caras ocultas del desarrollo demuestra que el crimen organizado norteamericano expulsado de Cuba tras el triunfo de la revolución se estableció en Puerto Rico y con el fin de legitimar sus negocios colabora con las estrategias de desarrollo de inversión por invitación del gobernante Partido Popular Democrático (PPD). Ante esta coyuntura los CAL declararon la limpieza de la zona turística del Condado, refugio y centro de operaciones de la mafia cubano-norteamericana en la Isla. Además de golpear las estrategias de desarrollo del crimen organizado y el Estado Libre Asociado durante el 1967 sabotearon el oleoducto que sirvió combustible a la Base Ramey del USAF en el Noroeste de la Isla y atacaron las estaciones de comunicación militar en la base Rossevelt Roads del NAVY y el Club de Oficiales del ARMY en San Juan.
Podemos inferir de este boletín que los CAL comenzaron a prepararse político-militarmente desde el 1963; a partir de la consolidación de las nuevas condiciones del desarrollo político, económico y geográfico se presentan como una organización clandestina, armada y urbana. Podemos notar que han esperado completar un año de acciones directas en contra de los intereses metropolitanos para manifestarse públicamente en el Centenario de la Revolución del 1868. En esta declaración aseguran que van a garantizar sus comunicaciones con el pueblo por medio de sus boletines y comunicados, exhortando a todos los voluntarios a estudiar, prepararse y continuar militando por la independencia hasta que los CAL les puedan reclutar. Es evidente que los CAL no pretenden ser una organización aislada, sus acciones y comunicados procuran el apoyo y la participación de las masas. El vínculo con esas masas es la nacionalidad, el punto de encuentro entre los CAL, el renovado movimiento de liberación nacional y el pueblo colonizado. Los CAL afirman que los puertorriqueños no deben temer ante los ataques que van dirigidos sólo al régimen colonial.
De acuerdo a el Reglamento de los CAL esta se define en su preámbulo como “Esta Organización aspira a construir la vanguardia político militar organizada de nuestro pueblo en lucha por la consecución de su independencia y el establecimiento de una sociedad democrática que siente las bases materiales para suprimir toda explotación del hombre por el hombre.” El reglamento de esta organización armada propone que sus estructuras clandestinas se rigen por el principio del centralismo democrático, todos sus miembros serán considerados combatientes y los trabajos ejecutivos de la organización están dirigidos por su Comando Central y sus trabajos políticos por medio de su Dirección Nacional donde están representadas todas sus columnas y áreas de trabajo. En este documento reglamentario se establece que cualquier persona que voluntariamente y por convicción acepte los principios y disciplina de los CAL puede militar en su organización una vez el Comando Central apruebe su ingreso. En su documento los CAL exigen un comportamiento político y moral vertical que ejemplifique por medio de su militancia publica el compromiso con la independencia y la justicia social.
En el 1968 el Boletín Tricontinental publica una entrevista con Alfonso Beal, dirigente de los CAL, la misma señala que el propósito de la campaña de los CAL es minar la estabilidad colonial por medio de la lucha armada. De acuerdo con el portavoz de los CAL, los intereses norteamericanos habrían perdido más de 14 millones de dólares y las aseguradoras se resistían a prestar sus servicios. Como resultado inmediato de la campaña, el régimen colonial comenzó a subsidiar los seguros para mantener estas corporaciones metropolitanas en la Isla.
Alfonso Beal indicó que la experiencia de Argelia había influenciado en la nueva lucha armada puertorriqueña que se caracteriza por moverse en un terreno de operaciones urbano enfrentando directamente al aparato militar norteamericano. El dirigente de los CAL añadió que no eran el brazo armado de ninguna organización, que en esa coyuntura era necesaria la lucha multi-organizativa por medio de diferentes frentes políticos anticoloniales.
Alfonso Beal manifestó que los CAL reciben apoyo económico de los pequeños comerciantes, de los trabajadores en la huelga de la telefónica y además cuentan con el apoyo de la población en general, que le suministra información que logra frustrar la penetración de los servicios de inteligencia norteamericana y de la policía colonial (Cunea 1968). A pesar de que la historia oral del pueblo puertorriqueño especula sobre la identidad del portavoz de los CAL es muy probable que Alfonso Beal representara la identidad colectiva del Comando Central y Dirección Nacional de los CAL.
Desde sus orígenes en el 1963 los CAL no causaron pérdidas humanas en sus acciones. En las manifestaciones del MPI, los militantes marchaban con la consigna; ¡Alfonso Beal Puerto Rico quiere CAL! Sin embargo, en medio de la lucha estudiantil se produce la primera pérdida humana. El 4 de marzo de 1970 la FUPI organiza una marcha dentro de la UPR para protestar en contra de la Guerra y el ROTC, la manifestación es expulsada del campus por la fuerza de choque y se generaliza en las calles de Río Piedras. La policía organiza una línea de contención para frenar la manifestación en las calles, abusan de su fuerza golpeando a estudiantes, vecinos y trabajadores desarmados y un policía dispara contra la estudiante Antonia Martínez Lagares, quien protestaba por los atropellos desde su balcón. Como represalia, los CAL ajustician a dos marinos de guerra norteamericanos exigiendo que la policía detenga sus abusos en contra de los estudiantes y la población en general (Maldonado Denis 1977: 289).
Según Manuel Maldonado Denis (1977) la lucha de los CAL y la del nacionalismo Albizuísta coinciden en que ambas confrontan directamente los intereses económicos y militares de la metrópoli en la Isla. No obstante, la nueva lucha armada de los CAL se diferencia de la anterior en que es clandestina y urbana. A esto debo añadir que los CAL no tenían un carácter partidista, no tenían en agenda convertirse en “la organización dirigente” sino mas bien acompañar los esfuerzos por la liberación nacional de las demás organizaciones independentistas. En sus comunicaciones representaron esa forma de nacionalismo revolucionario de la nueva lucha y como el PN, sólo produjeron pérdidas humanas discriminadas en represalia cuando el régimen colonial atacaba militantes desarmados.
Movimiento Independentista Revolucionario Armado
“¡Mírala que linda viene, mírala que linda va, la revolución boricua, que no da ni un paso atrás!” Con estos versos comienza una consigna de protesta de la nueva lucha, entonada en las manifestaciones de la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI) y el Movimiento Pro Independencia (MPI). Aproximadamente para el 1966, Filiberto Ojeda Ríos era el delegado alterno del MPI a la Organización de Solidaridad con Asia, África y América Latina (OSPAAL). Cuando terminó con sus funciones para el MPI, regresó a Nueva York para iniciar la organización del Movimiento Independentista Revolucionario en Armas (MIRA). En sus conversaciones con Nieves Falcón (2002) Ojeda Ríos confirmó que el MIRA ejecutó una serie de acciones de propaganda armada pero no tuvo mecanismos apropiados de comunicación; se concentraron demasiado en el carácter operativo y las diferencias internas debilitaron la organización.
Ante la falta de medios de comunicación efectivos el MIRA toma por asalto el 11 de diciembre de 1969 la emisora de radio WUNO en San Juan para transmitir un aviso en contra de los intereses imperialistas en Puerto Rico. Mientras tanto, esa semana los CAL atacan 6 objetivos comerciales incluyendo las instalaciones de la refinería Gulf en Bayamón. Según Lester Sobel citado por Arroyo Muñoz, J. C. (2003) el MIRA entre 1970-72 atacó selectivamente 100 objetivos comerciales, industriales y militares en Nueva York ligados a la condición colonial de Puerto Rico. Estas acciones se dirigían en contra de corporaciones y agencias del gobierno federal que operaban en Puerto Rico; además ejecutaron acciones contra las autoridades locales como represalia por los abusos policíacos en los motines de Chicago y Nueva York.
Como indica Ojeda Ríos, el MIRA tiene dificultades para continuar la lucha armada y clandestina. Desde 1972 hasta el 1976 un grupo de combatientes independientes se concentran en fortalecer las relaciones políticas con todas organizaciones nacionalistas y progresistas en Puerto Rico y EEUU (Nieves-Falcón 2002: 54-57). Como resultado de esta reorganización se publica El Martillo, boletín de la lucha armada dirigido al apoyo de las luchas de la clase pobre y trabajadora. Si examinamos las circunstancias notamos que el MIRA no desaparece por completo sino que sus cuadros comenzaron a desarrollar vínculos con otras organizaciones clandestinas como las FARP, OVRP y los CAL. A partir de estas relaciones se fueron creando las bases para la fundación del Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños-Ejército Popular Boricua (Macheteros) en el 1976 (Nieves-Falcón, 2002: 64).
Los Macheteros
El 1 de octubre de 1978, por medio de un comunicado de prensa, los Macheteros se adjudicaron la expropiación de un botín de explosivos comerciales. El 25 de julio de 1978 el FBI y la Policía del régimen colonial habían entrampado a los jóvenes Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví, ejecutándolos después de arrestarlos en el Cerro Maravilla. En su declaración escrita los Macheteros condenan el terrorismo del régimen colonial del Gobernador Romero Barceló y añaden que no usarán estos explosivos en contra de la población. Con esta acción se renueva la lucha armada en Puerto Rico y los EEUU. Por su parte, el régimen colonial arrecia su campaña de terror en contra de todas las organizaciones en lucha. En el 1988 se descubren más de 150,000 expedientes de activistas religiosos, comunitarios, ecologistas, laboristas e independentistas en la División de Inteligencia de la policía colonial.
Los Macheteros tienen un sonoro nombre, evocan el pasado inmediato de la mayoría de los trabajadores, quienes sostenían a sus familias blandiendo el machete en la caña y en la montaña. El machete fue el arma de los pobres, su instrumento de trabajo, la hoz y el martillo caribeño. Ojeda Ríos indica que en la guerra del 1898 una de las partidas rebeldes se llamo “los macheteros”. El Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños-Ejército Popular Boricua (PRTP-EPB) se presenta como los nuevos Macheteros, reafirmando el derecho a la lucha armada para la liberación nacional.
Ronald Fernández (1993) documenta 18 acciones selectivas de los Macheteros entre 1978-1986. Entre ellas podemos considerar tres tipos de acciones; primero, las acciones de defensa inmediata en respuesta a la violencia del estado, segundo, acciones simbólicas dirigidas a confirmar el conflicto colonial y a afirmar el derecho a la autodeterminación y, tercero, acciones de abastecimiento para obtener los recursos materiales. A continuación examino las acciones selectivas más relevantes de los Macheteros, algunas de las cuales fueron coordinadas con otras organizaciones nacionalistas revolucionarias.
El 25 de agosto del 1978 los Macheteros emboscan una patrulla de la policía con el fin de despojar de sus uniformes a los oficiales así como de sus armas para denunciar de esta forma los asesinatos del Cerro Maravilla; en la acción se produjo un intercambio de disparos y murió un policía. El 3 de diciembre de 1979, junto a otros grupos clandestinos, los Macheteros emboscan una patrulla de la Marina de Guerra, caen dos marinos y más de doce resultan heridos. Este ataque se produjo en respuesta a la ejecución de Ángel Rodríguez Cristóbal, un activista encarcelado por su participación en la lucha de Vieques contra la Marina de Guerra de EEUU.
El 16 de mayo de 1982, los Macheteros ajustician a dos marinos en San Juan en represalia por las maniobras en Vieques y el 19 de mayo del mismo año atacan a la Policía, ajusticiando un guardia como reacción a los violentos desahucios de Villa sin Miedo, donde la fuerza de choque ejecutó a la rescatadora Adolfina Villanueva. Estas acciones selectivas respondieron directamente a la violencia ejecutada por el régimen colonial en contra de estudiantes, activistas de Vieques y rescatadores de tierra.
Además de estas represalias en respuesta al régimen colonial, los Macheteros ejecutaron acciones selectivas simbólicas para afirmar su derecho a la autodeterminación. Para conmemorar la insurrección nacionalista de 1950, el 30 de octubre de 1983 los Macheteros lazan un cohete contra las oficinas del FBI en San Juan. El 23 de enero de 1985 disparan otro cohete contra la Corte Federal de los EEUU en Puerto Rico. El 1986 se adjudican varios ataques en contra de instalaciones militares en territorio puertorriqueño. Sin embargo, la acción selectiva de mayor impacto político fue el ataque contra la Base Muñiz de la Guardia Nacional Aérea, el 12 de enero de 1981. En esta acción los Macheteros destruyeron una flota de nueve aviones de combate sin causar ninguna pérdida humana.
Algunas de las acciones para acumular pertrechos también cobraron un carácter simbólico como, por ejemplo, la expropiación de más de 7 millones de dólares de la Wells Fargo en Hartford, Connecticut el 12 de septiembre de 1983. Como parte de la propaganda armada, el 6 de enero de 1985, día de los Tres Reyes Magos, disfrazados de acuerdo a la costumbre de la Epifanía, los Macheteros repartieron regalos y dinero en efectivo entre las comunidades pobres y de trabajadores en los EEUU y Puerto Rico. Según una nota de Prensa Asociada publicada en El Nuevo Día el 9 de enero el mismo año, los vecinos no conocían a los reyes magos y se enteraron del evento por medio de una hoja suelta.
Estas son las acciones más conocidas de los Macheteros en Puerto Rico y los EEUU, sin embargo, el PRTP-EPB no se limitó a su desempeño operativo. En la revista Pensamiento Crítico (1981: 26) el PRTP-EPB señala que la población en general no debe limitar las actividades del PRTP a las acciones armadas del EPB porque el PRTP esta promoviendo la organización de un partido obrero clandestino dentro del movimiento obrero sindical legal.
De acuerdo con este documento sobre la lucha de masas, el PRTP-EPB plantea que la creación del partido clandestino permitirá la generalización de la lucha armada anti-imperialista entre la clase trabajadora. Este ensayo implica cierta distinción ideológica entre el PRTP y el EPB-Macheteros.
Entiendo que a partir de 1976 la organización los Macheteros amplió el radio de acción de los CAL y el MIRA y permitió la continuación del trabajo de las FARP y OVRP creando una organización nacionalista revolucionaria en los momentos en que el PSP-MPI se alejaba de la lucha armada y se encontraba inmerso en la lucha electoral hasta el 1982. El día 25 de julio de 1979 en Chicago las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) se declaran aliadas de las FARP, OVRP y los Macheteros. Más adelante compararemos el origen, perfil y desarrollo de estas dos organizaciones nacionalistas.
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional
En la víspera del 27 de octubre de 1974 “Día de Solidaridad con la Independencia de Puerto Rico” convocado por el PSP en el Madison Square Garden, las FALN atacaron 5 objetivos en la Ciudad de Nueva York. Sus ataques afectaron el Rockefeller Center, Banco de Ponce, Chemical Bank, Exxon Mobile y los cuarteles de la Union Carbide. Estas eran corporaciones con intereses económicos en Puerto Rico que se beneficiaban del régimen colonial en las Islas. En su comunicado las FALN saludan a la manifestación del PSP y se presentan como el frente metropolitano del movimiento de liberación nacional. Las FALN surgen por completo dentro de la comunidad puertorriqueña en los EEUU y van a continuar indirectamente el desarrollo de la lucha armada clandestina que inició el MIRA en el 1965.
Las FALN emergen en Chicago, fundada por puertorriqueños de primera generación cuyos padres llegaron a la ciudad de los vientos después de la Segunda Guerra Mundial. Chicago es una ciudad industrial que sirvió de cuna al sindicalismo radical norteamericano de finales del siglo XIX. Las páginas de los boletines Alarm y Chicagoer denunciaron el sindicalismo amarrillo emplazado en el noreste e invitaban al desarrollo de propaganda armada. Ambas publicaciones estaban influenciadas ideológicamente por el anarquista Johann Most (Laqueur 2003: 97).
Los pioneros puertorriqueños llegaron a Chicago en el periodo de entreguerras pero la mayoría emigró en busca de empleos en la industria del metal después de la Segunda Guerra Mundial (Elena Padilla, 1957; Félix Padilla, 1985). La comunidad puertorriqueña queda emplazada en el interior de la ciudad concentrándose en Humboldt Park, Logan Square, West Town y el Near Nothwest Side. De acuerdo con Gina Pérez (2001: 4) ésta es una comunidad que desde 1950 hasta los motines de 1966 sufre directamente la brutalidad policíaca, el racismo y la pobreza. Además podemos añadir que son víctimas del discrimen de las autoridades locales corruptas y del estancamiento económico de la industria del metal a partir del 1960.
Cientos de estudiantes de primaria y secundaria estaban en las aulas cuando sucedieron los motines del 1966 y presenciaron los ataques de las turbas policíacas racistas en su comunidad. Esta revuelta social fue provocada por la violencia del estado en contra de la comunidad puertorriqueña cuando ésta protestó por la ejecución policíaca del joven trabajador puertorriqueño, Arcelis Cruz de 20 años (Rodríguez-Morazzani 1992: 111). En el 1966 José “Cha Cha” Jiménez junto a otros jóvenes latinos fundan los “Young Lords” quienes se dedican a luchar por mejorar la calidad de vida de la comunidad, se adjudican el derecho a la autodefensa y a reclamar la independencia de Puerto Rico (Young Lord Organization 1972). La comunidad, en cierta medida, está cercada por la violencia policíaca y el discrimen racial; durante esta década se hace más evidente su condición de minoría colonial interna. En las palabras de Ana Ramos-Zayas (2003), esta comunidad emigrante se transforma en el Barrio-Nación Puertorriqueño.
Las primeras batallas de los militantes de las FALN nacieron en el salón de clases, en los rescates de edificios abandonados, en la lucha en contra de la brutalidad policíaca, en la creación de programas de estudios puertorriqueños y en la organización para la excarcelación de los presos nacionalistas. De acuerdo con las historias de vida de los prisioneros políticos y de guerra de las FALN podemos afirmar que todos estaban involucrados en iniciativas para reformar la educación, la salud y el espacio urbano residencial.
Según Jan Susler (1998), Oscar López, consejero escolar y Carmen Valentín, maestra de secundaria en la Tuley High School (THS), organizaron los primeros programas para mejorar la calidad de la enseñaza bilingüe en Chicago. Después de la primera huelga en THS, López y Valentín fundaron “La Escuelita” en el sótano de la Iglesia Presbiteriana, donde impartían clases de español e historia de Puerto Rico. De acuerdo con la etnografía de Ana Ramos Zayas en el 1976 “La Escuelita” se mudó al edificio del Centro Cultural Juan Antonio Corretjer y se acreditó como la Escuela Superior Pedro Albizu Campos (2003: 72).
Además, de acuerdo con las historia de vida de Luis Rosa y Edwin Cortés, observamos que temprano en su juventud Luis Rosa se une al West Town Association for Rehabilitation (WAR) organización comunitaria que se dedicó al rescate de edificios abandonados, la prevención del tráfico de drogas y la creación de programas culturales para la juventud. Por su parte, mientras estudiaba en la Universidad de Illinois en Chicago Edwin Cortés militó en la Unión Estudiantil que luchó para reclutar más alumnos latinos y por establecer el Programa de Estudios Latino-Puertorriqueños en el campus. En el capítulo final reseño la participación en diversas luchas sociales de los demás prisioneros políticos y de guerra, liberados en 1999 gracias a la campaña organizada en los EEUU y Puerto Rico para su excarcelación.
Las FALN es la organización nacionalista puertorriqueña que más acciones selectivas ha realizado en contra de los intereses del régimen colonial en los EEUU. Por medio de sus primeros dos comunicados en el 1974 se establecen como el segundo frente de lucha en la metrópoli con el fin de minar el terreno de corporaciones, industrias y la banca que se beneficia de la condición colonial de la nación puertorriqueña. Las FALN planteaban que estas corporaciones son las responsables de la emigración en masa y de los salarios precarios de la clase trabajadora puertorriqueña. Esta organización también atacó directamente agencias del régimen colonial-metropolitano tales como el Departamento de Estado en Washington D.C. y bases militares en los EEUU continentales. En su terreno local (Chicago, New York City, Philadelphia, Camden) las FALN se concentraron en denunciar el discrimen racista y la brutalidad policíaca como parte de las reivindicaciones inmediatas de la comunidad puertorriqueña en los EEUU.
El régimen colonial, sus voceros en la prensa amarilla y expertos de la derecha en la Academia y los “tanques de pensamiento” como RAND fabricaron una imagen grotesca de las FALN entre el 1975 y 1985. Sin embargo, de acuerdo con Fernández (1994: 205-218), más de 120 acciones selectivas de la organización demuestran que sus ataques no estaban dirigidos indiscriminadamente en contra de toda la población. Al examinar los hechos documentados por la prensa notamos que sólo en dos acciones causaron pérdidas humanas. El ataque a Fraunces Tavern en Wall St. lamentablemente cobró la vida de cuatro personas; se produjo el 25 de enero de 1975 como represalia por la explosión que cegó la vida de dos jóvenes mayagüezanos el 11 de enero del mismo año en la proximidad de un acto político independentista en Puerto Rico. La segunda acción letal tuvo lugar el 4 de junio de 1977 cuando las FALN atacaron el Cuartel de la Policía de Chicago, como represalia por el linchamiento de dos jóvenes en Humboldt Park en la víspera de la Parada Puertorriqueña.
El 95% de los ataques selectivos de la FALN se concentraron en la destrucción de la propiedad, sabotaje y acciones simbólicas de solidaridad con el movimiento de liberación nacional en Puerto Rico. Los miembros de las FALN eran emigrantes o puertorriqueños de primera generación estrechamente vinculados a los problemas sociales de su comunidad. De acuerdo con Ana Ramos Zayas (2003) los nacionalistas en Chicago son admirados en la comunidad trabajadora porque los residentes puertorriqueños se identifican con su lucha en contra del racismo y del tráfico de drogas y a favor de mejorar la calidad de vida del barrio-nación.
Golpeando, Juntos y Revueltos
En este capítulo he reseñado los orígenes de la lucha armada puertorriqueña, he descrito la emergencia de cuatro organizaciones clandestinas específicamente y he explicado el carácter de sus acciones selectivas simbólicas. Para finalizar el mismo propongo que comparemos sus dimensiones organizativas y alcance político. Primero, trazando la línea entre los tres periodos de violencia política y, segundo, señalando su relación con la nueva lucha nacionalista revolucionaria en Puerto Rico y sus comunidades en EEUU.
Por medio de este examen notamos que los tres periodos de violencia política se diferencian en sus medios y contenidos. Sobre el primer periodo, durante la Guerra Hispanoamericana, Ojeda-Ríos (2002: 104) señala que las organizaciones armadas clandestinas en la actualidad no son iguales a las bandas rebeldes de la guerra del 1898 porque, de acuerdo a su interpretación, algunas bandas no se concentraron en la lucha por la independencia y usaron los ataques para el beneficio personal. Una interpretación de Fernando Picó (1987) nos sugiere que estas bandas no se organizaron con el fin de defender la auto-determinación nacional porque surgieron espontáneamente para vengar los abusos de la clase terrateniente. Sin embargo, la investigación de Juan Manuel Delgado (1976) concluye que algunas bandas sí se organizaron para resistir la invasión a corto plazo y ajustar cuentas con la burguesía anexionista. Por el momento entiendo que podemos afirmar que algunas partidas eran de bandidos sociales y que otras aglutinaron a rebeldes antiimperialistas tales como la Banda de José Maldonado, el Águila Blanca.
El segundo periodo político violento es el que ideológicamente recoge los avances de la Revolución del 1868. El nacionalismo sin estado del PN (1930-1955) formuló un nuevo discurso político policlasista, fomentó la resistencia cultural y confrontó directamente el violento régimen colonial. El PN definió las líneas de acción selectivas dirigiendo sus ataques al régimen y no contra la población colonial o metropolitana. El PN cambió la forma de organizar las masas en Puerto Rico permitiendo que surgiera un liderato desvinculado de los partidos electorales reformistas. Su liderato afirmó el derecho a la autodeterminación por medio de protestas públicas, de foros internacionales y de la lucha armada en P.R. y en los EEUU. El PN se distinguió por atacar exclusiva y selectivamente objetivos políticos que representaban de forma directa el poder del régimen colonial en Puerto Rico.
Si la Revolución del 1868 acunó la nacionalidad puertorriqueña, el nacionalismo del PN (1930-1954) marcó el ritmo de la nación que marchó hacia una nueva forma de lucha nacionalista revolucionaria animada por el Movimiento Pro Independencia (MPI) a partir del 1959 e influenció a todas las organizaciones nacionalistas clandestinas de la nueva lucha en adelante.
En el tercer periodo político violento el nacionalismo revolucionario clandestino se distingue en forma y contenido del Partido Nacionalista. La nueva lucha convirtió la nación sin estado en el vehículo movilizador de la lucha de clases anticolonial y antiimperialista. El nacionalismo revolucionario de la nueva lucha transcendió los esquemas táctico-estratégicos importados. Las organizaciones puertorriqueñas ajustaron sus maniobras y objetivos a las condiciones inmediatas de la realidad nacional y facilitaron el pleno desarrollo de la lucha por la liberación nacional en la comunidad puertorriqueña en los EEUU.
* Extracto del primer capítulo del libro "Nacionalismo Revolucionario Puertorriqueño: La lucha armada, intelectuales y los prisioneros políticos y de guerra".
González-Cruz, M. (2006) Nacionalismo Revolucionario Puertorriqueño:
La lucha armada, intelectuales y los prisioneros políticos y de guerra (1956-2005)
Editorial Isla Negra, San Juan