[Entrevista al comandante Aurelio del Frente Armado de Liberación de los Pueblos Marginados de Guerrero (FALPMG) realizada por Blanche Petrich de La Jornada y publicada el 23 de febrero de 1997.]
GRUPO ARMADO "PACIFICO"
(Blanche Petrich, enviada, Costa Grande, Guerrero) El clandestino Frente Armado de Liberación de los Pueblos Marginados de Guerrero (FALPMG) se presenta en sociedad como un movimiento en armas pero pacífico, “inquieto pero no desesperado”, que aguarda que el presidente Ernesto Zedillo dé respuesta a la negociación de San Andrés Larráinzar sobre derecho indígena y a su compromiso de facilitar elecciones limpias.
“Queremos accionar primeramente esta estrategia de dar a conocer el movimiento, pero si el gobierno no toma en consideración este diálogo pacífico mostraremos nuestra inconformidad con algunas acciones estratégicas.”
Eso dice quien se identifica como comandante-representante Aurelio, uno de los dos jefes del FALPMG.
Un guía silencioso nos ha conducido hasta el claro de un manglar al anochecer. Alguien ha dispuesto en círculo media docena de “bengalas” -unos tubitos con luz líquida en su interior, de uso exclusivo del Ejército- pegadas con cinta adhesiva en los troncos. En medio de este escenario verdoso y plagado de zancudos aparece el entrevistado, con uniforme nuevo de camuflaje, cachucha y pasamontañas, una miniametralladora en una mano y en la otra un repelente de mosquitos en spray.
De entrada aclara que su organización es una guerrilla, pero que su lucha es pacífica. “No hemos realizado acciones militares todavía, porque no nos han dado el motivo y porque aún esperamos a que los compromisos que el Presidente ha estado haciendo en todos sus discursos, que para nosotros son una especie de falacias, se vayan cumpliendo”.
-Y entonces, ¿para qué las armas?
-Otros grupos armados accionaron, pero hubieron algunas pérdidas humanas qué lamentar. Por eso, como frente armado, hemos querido mantener la calma, porque a fin de cuentas los compañeros que tienen sus chambas dentro del gobierno o del Ejército vienen siendo también mexicanos, gente que tiene la necesidad de ganarse la vida.
-¿Qué exigen?
-Que el Presidente cumpla el compromiso de ayudar a los municipios marginados de Guerrero. Hay demasiadas condiciones infrahumanas por el exceso que ha tenido el gobierno de no otorgar recursos. Otra exigencia: que no vaya a pasar lo que pasó con el ex presidente de la República (Carlos Salinas), que al fin y al cabo resultó ser más bandido de lo bandidos que nos acusan ser a nosotros. “Otro punto muy importante que pedimos son comicios limpios ahora que tenemos en puerta un proceso electoral federal porque, fuera de las armas, en lo civil hacemos una vida como cualquier otro, acudimos a depositar nuestro sufragio.”
El comandante Aurelio se rodea de misterio, se coloca audífonos y habla a través de un micrófono oculto en sus ropas: “Base uno, aquí posición dos. ¿Hay movilización? ¿Hay peligro? Movilicen, movilicen rápido.” También da órdenes hacia las sombras del manglar. “Vigilen el frente aéreo. Si llega aquí el Ejército, es la muerte”.
Se entusiasma a la hora de las fotos, aunque los flashazos en la oscuridad contravengan las mínimas medidas de seguridad que deberían tomarse cuando -como dice- estamos apenas a 200 metros de un destacamento militar.
-Pérense tantito. Aquí tenemos algo que le va a encantar al Ejército.
Se zambulle en la oscuridad, detrás de un tronco, y reaparece momentos después con un G- 16, el fusil reglamentario de los soldados del Ejército mexicano.
Tráfico de armamento
En esta región es conocido el intenso tráfico de armas que existe desde hace al menos dos años. Incidentes de desembarcos de armas clandestinas en los esteros y lagunas costeras, desde Coyuca hasta el Nuxco, trascienden de vez en cuando en la prensa. Uno de estos desembarcos ocurrió hace no más de dos meses. Aurelio asegura que esas armas estaban destinadas a su organización.
Los bastiones de la narcosiembra están en las sierras cercanas -la de Atoyac, Los Filos, las Cumbres de la Tentación. En la costa, por lo pronto, se consigue un cuerno de chivo hasta en 5 mil pesos. Y es común ver, en los lugareños, que esta popular arma entre policías judiciales y narcos es todo un símbolo. Abundan los hombres que usan en el cuello cadenas de las que cuelga un dije de oro en forma de la famosa AK de origen checo.
Pero un G-16, de origen alemán o belga, es otra cosa.
El jefe del FALPMG informa que a principios de año desaparecieron dos de sus integrantes. “Queremos creer que nada más andan por allí perdidos. No queremos creer que los capturaron. Pero puede ser”.
-Comandante, un poco de historia de su movimiento. ¿De dónde provienen?
-Hace muchos años, algunos compañeros que hoy integran el FALPMG participaron con el profesor, con el amigo Lucio Cabañas. Desgraciadamente fueron otras condiciones las que el gobierno aprestó. Se cerraron completamente al diálogo, no existía esa imagen internacional que ahora se le está dando a este tipo de movimientos. Y sí, algunos compañeros que participan aquí participaron en el Partido de los Pobres, en la creación de ese famoso movimiento armado guerrillero que se dio en la Sierra Madre del Sur. Somos parte de lo mismo pero en ese momento no se logró alcanzar la meta, ni los guerrilleros ni la gente que participó, gente que aún perdura y está latente.
Asegura que el FALPMG no tiene relación con el Ejército Popular Revolucionario (EPR). “Aunque nos conocemos perfectamente bien”.
El diálogo está en la agenda de esta guerrilla nonata. “En una ocasión estuvimos a punto de tratar de entablarlo, pero empezaron a llegar tanquetas, militares, la Procuraduría General de la República (PGR), helicópteros y aviones con la intención de localizar nuestras posiciones. Sí queremos entablar ese diálogo cuando el gobierno dé condiciones y garantías y puédamos agarrar este tipo de muñequitos -muestra la miniametralladora que le cuelga del hombro- y guardarlos”.
Aurelio le dedica duras palabras al gobernador interino Angel Aguirre Rivero. “El dice que su gobierno no va a negociar con movimientos armados, refiriéndose al EPR, y sobre eso queremos decirle que nosotros tampoco queremos negociar ni hablar con él”.