Mensaje del EPB-Macheteros en el natalicio de Don Pedro Albizu Campos

MENSAJE DEL EJÉRCITO POPULAR BORICUA – MACHETEROS EN EL NATALICIO DE DON PEDRO ALBIZU CAMPOS

12 DE SEPTIEMBRE DE 2005
Hermanos puertorriqueños:

En 1930, Don Pedro Albizu Campos, hizo un llamado a rescatar el Grito de Lares. En su convocatoria expresaba:

“Concurra ese día toda la Nación Puertorriqueña, con la unción debida, a Lares, tierra privilegiada y consagrada en la historia Patria, a rendir tributo de respeto a los mártires de la causa de la Redención Nacional; ante las tumbas de los patricios, invoquemos el espíritu de los manes libertadores; forjemos el solemne juramento de ser dignos descendientes de nuestros abuelos, y de que cumpliremos con el deber patriótico de organizar inmediatamente el gobierno de la República.”

Cuando don Pedro hacía su patriótico llamado a “toda la Nación Puertorriqueña” se refería a la totalidad del pueblo. La Nación somos todos. Don Pedro distinguía perfectamente entre los falsos líderes fundadores de partidos reaccionarios al servicio del colonialismo, y ese pueblo confundido que les da apoyo condicionado, pero que son parte de la Nación.

Nuestro pueblo, ese pueblo que a través de los pasados 107 años ha sido conducido por el camino de la aceptación del mal colonial, a veces confunde sus intereses verdaderos con aquellos intereses de quienes ejecutan la política colonial en nuestra patria. Ha sido un pueblo burlado en su buena fe que está fundamentalmente confundido por la propaganda de los colonialistas y por dirigentes de partidos prepotentes que son fieles al gobierno opresor. Pero esos seres humanos nacidos en esta Patria, son pueblo, constituyen la parte vital de nuestra lucha libertaria porque son parte de nuestra Nación.

Don Pedro lo sabía, lo sentía; los quería a todos en Lares para ayudarlos a comprender la realidad que vivían y cuyos fundamentos desconocían, porque los habían enseñado a ignorarla. Son personas inocentes que, para sobrevivir en un sistema en el cual la desigualdad y la inseguridad son elementos predominantes, se adhieren a esos deformadores de conciencia porque sienten no tener alternativa.

Lares puede ser una forma de ayudarlos a comprender su realidad, nuestra realidad, y establecer vínculos de patriotismo organizado. Eso, porque como nos fue legado por don Pedro: Lares es para rendir tributo a los Mártires de la causa nacional; en Lares todo nuestro pueblo tiene que renovar su juramento ante esos mártires, ante esos patricios, ante el Padre de la Patria. Esos sectores victimizados por la propaganda y mecanismos de compra de conciencias son nuestros hermanos. Lares es también de ellos. Tenemos que invitarlos. No a los traidores; no a los vende patria, sino a ese pueblo de hermanos que el colonialismo ha logrado confundir con su propaganda intensiva, con sus dádivas y con sus chantajes y represión. Todo aquel que respete el ideal de la independencia debe ser bienvenido en Lares.

Naturalmente, aquellos dirigentes de la patria que equivocadamente anteponen los intereses particulares de su organización o quizás personales a los del ideal patriótico, aparentemente no desean comprender el significado histórico de Lares; de ese Lares que fuera consignado ante el mundo como el Altar de la Patria, gracias a los esfuerzos de los mártires que aquí dejaron sus vidas para que nuestro pueblo pudiera tomarlas como bandera que habría de garantizar su propia existencia en libertad.

Quienes desaten líneas destructivas de la unidad, también desatan las fuerzas invisibles de su propia marginación, y eso, en nuestros corazones, no lo deseamos. Se acerca Lares; se acerca el momento de ir demostrando nuestros sentimientos patrióticos más arraigados; nuestros sentimientos de amor a nuestro pueblo y sobre todo, nuestro amor y respeto a todos los que el 23 de septiembre de 1868 sacrificaron sus vidas en estos lares y en Lares. Nadie, absolutamente nadie, debe de abandonar la Plaza de la Revolución de Lares, como ha sido consignado por algunos de estos equivocados hermanos.

Esos compañeros que aun no han sentido en lo más recóndito de su alma lo que Lares significa en unidad, también son víctimas de un colonialismo que les ha atravesado el corazón con una saeta envenenada por el divisionismo forjado en sus conciencias por los enemigos de nuestra Nación. En los momentos más difíciles para todos, tiene que predominar el amor al pueblo, los intereses del pueblo y la verdadera consagración patriótica y libertaria. Por eso Los Macheteros decimos, como dijo don Pedro: ¡Toda la Nación Puertorriqueña a Lares!

¡QUE VIVA PUERTO RICO LIBRE!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!