Comunicado 8

Al pueblo de Guerrero.

Al pueblo de México.

A los pueblos del mundo.




No soy apóstol del terror, pero el terror está en todas partes.

José María Pérez Gay




En sus primeros ciento cuarenta días de resistencia la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) había recibido tantas agresiones que resultan incontables. El resultado estaba a la vista de todos: al menos diecisiete de sus participantes habían sido asesinados por los sicarios de Ulises Ruiz Ortiz como cabeza visible de los barones del dinero que pretenden seguir beneficiándose con los recursos naturales, con el trabajo de los habitantes y con los negocios que en estos suelos se realizan, o se pretenden realizar al amparo del Acuerdo de libre Comercio para las Américas (ALCA), y de su versión corta, el Plan Puebla Panamá (PPP). Más o menos, cada catorce días nos mataron a un hermano. Pero entre el veintisiete de octubre y el seis de noviembre fueron seis los asesinados, lo que quiere decir que aumentó la frecuencia de agresiones y ahora nos mataban a un compañero cada dos días. Y cuando decimos nos mataron y nos mataban, no estamos hablando en nombre de nadie más que de nosotros mismos, porque sentimos en cada asesinado a un hermano y a un compañero que nos era arrancado, con el dolor que eso produce.

Ese incremento en las agresiones y los asesinatos comprueba que la masiva y descarada ocupación del zócalo oaxaqueño (en el nombre de dios, dijo Abascal) por la Policía Federal Preventiva (PFP), y de la entidad por la otra parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) junto con la Secretaría de Marina (SM), tenía como propósito actuar coordinadamente con las policías locales y con los paramilitares ulisistas, que, así, se sintieron más protegidos y redoblaron sus tambores, aumentaron su potencia de fuego y estimularon a sus huestes. Pero no fueron solamente los muertos. También aumentaron las detenciones, las desapariciones, las emboscadas, los tiroteos y el acoso contra la APPO y contra sus simpatizantes. La agresión había escalado de nivel en unos cuantos días. El dolor y las lágrimas aumentaban considerablemente. Ejemplo: la escena es brutal: un grupo armado de paramilitares-agentes policiales llega al domicilio ubicado en la calle Santo Tomás No. 219, Xochimilco, en la ciudad de Oaxaca. Ahí se encontraban Jesús René Trujillo Martínez, locutor de Radio Universidad; Benito Pereda Fernández, estudiante de la Facultad de Derecho de la UABJO; y Mauricio Marmolejo Rivera. Fueron golpeados salvajemente y, sangrantes aún, se los llevaron. Estuvieron desaparecidos varios días.

Esos jóvenes, los cincuenta y seis detenidos, los cuarenta y cinco desaparecidos, los treinta y tres heridos y el sinnúmero de golpeados y vejados son el testimonio viviente de que la represión tiene el camino abonado desde siempre. No se han necesitado bombas ni armas en manos del pueblo pobre para que los cuerpos represivos asesinen, encarcelen, desaparezcan, torturen. Ya lo están haciendo.


Los valores son los que nos orientan y presiden las grandes decisiones. Desgraciadamente, por las condiciones inhumanas del trabajo, por educación o por miedo, muchas personas no se atreven a decidir conforme a su vocación, conforme a ese llamado interior que el ser humano escucha en el silencio del alma. Y muchos tampoco se arriesgan a equivocarse varias veces.

Ernesto Sabato


En 1994, el fotógrafo africano Kevin Carter nos mostró la imagen de una niña completamente desnutrida, derrumbada en el suelo, agotada por el hambre mientras un buitre aguarda su muerte para devorarla. Varias semanas después de recibir un importante premio por esa fotografía, el autor se suicidó invadido por la culpa de no haber ayudado a la pequeña. En 2006, en Oaxaca, el pueblo pobre y digno está enfrentando no a buitres pacientes, sino a hienas que tratan de despedazarlo antes de matarlo. Hienas que hincan los dientes, hunden las garras, destrozan las carnes, secuestran y desaparecen a sus víctimas, provocan dolor. Hienas sueltas y azuzadas por Ulises Ruiz, pero también por Felipe Calderón y Vicente Fox. Hienas financiadas por los Slim, Hernández,…..

Frente a esa realidad existían varias posibilidades:

La resignación, entendida con Sabato, como cobardía, como sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar. Hacer como que no pasaba nada extraordinario. Como que las cosas siguieran igual, como si los asesinatos, la persecución, las detenciones, los cercos informativos, los ataques mediáticos, las complicidades institucionales fueran "normales". Eso, efectivamente, nos parecía una indignidad.
La libertad moral, que anima una disposición humanista, la búsqueda de la verdad, la defensa de la razón. Libertad moral que enuncia la libertad y la justicia. Libertad moral que sólo anima y enuncia. Libertad moral que también puede utilizarse para colocar la estima de sí por encima del respeto de sí, es decir, se quiere tanto a si misma, que para existir es capaz de dejar de respetarse. Libertad moral que justifica el abandono de los principios para garantizar la existencia, aunque sea vil. Libertad moral que prefiere la herida en el cuello producida por el lazo que ata, antes que el riesgo de disfrutar la libertad material. Libertad moral que exige dejar a los sublevados seguir marchando a pecho descubierto frente a las balas asesinas. Libertad moral que aconseja no enfrentar a las hienas, porque significa "desestabilización" y refuerza las "tendencias autoritarias". Libertad moral que puede ser discursiva e individualista. Puede, pero no tiene que ser.
La libertad ciudadana, aquella que se arranca a los sujetos, se convierte en normas, se formaliza y se deposita en las instituciones. Libertad ciudadana que se sitúa externa (y generalmente ajena) a las personas; que consiste en la libertad de respetar las instituciones aunque se afecte a las personas y a su dignidad. Libertad ciudadana que impugna los fraudes electorales por las vías legales, pero se resigna cuando "ya no puede hacer nada"; que se moviliza para respaldar a un candidato, pero se guarda el derecho de dejar morir solos a los insurrectos. Libertad ciudadana que descubre lo ilegítimo, pero convive con ello. Libertad ciudadana que permite a unos continuar trepados en la mesa mientras dejan que sean otros los que clamen para que maten al ratón. Libertad ciudadana que puede olvidar a los DESAPARECIDOS (con mayúsculas porque pareciera que la cotidianeidad del hecho ha contribuido a trivializarlo, y por tanto a hacerlo fácilmente olvidable). Libertad ciudadana que glorifica la potestas mientras ignora o elude la potentia. Libertad ciudadana que ante el Estado de Excepción, se refugia en el Estado de Derecho y descarta el Estado de Rebelión. Libertad ciudadana que al mirar a David enfrentado con Goliat, asumiendo que lo que ya pasó una vez, pasará siempre, grita desesperadamente: "no se metan, el problema es entre ellos".

Al contrario de lo que generalmente se piensa, tomar una decisión es una de las decisiones más fáciles de este mundo, … éstas siempre nos traen a posteriori sus problemitas particulares, o, para que nos entendamos, sus rabos asomando, siendo el primero nuestro grado de capacidad para mantenerlas y el segundo nuestro grado de voluntad para realizarlas.

José Saramago


Capacidad para mantener, voluntad y fuerza suficiente para realizar las decisiones. He ahí lo que Tertuliano Máximo Afonso necesitaba como hombre duplicado para vencer sus temores y concretar sus deseos. Es también lo que nosotros necesitamos para no dejar que se agoten las piedras que alimentan las hondas de David. Como sujetos que nos vamos construyendo día con día, elegimos una disposición y un camino distinto de la resignación y de las libertades moral y ciudadana, así entendidas.

Para fortalecer nuestra capacidad, nuestra voluntad y nuestra fuerza acudimos, consultamos e incorporamos a nuestros antepasados. Sí, a esos antepasados que se hicieron presentes y animaron la batalla del día de los muertos en defensa, no solamente de la autonomía de una universidad sureña marginada por el poder, sino fundamentalmente de la vida y la dignidad. Escuchamos al espíritu de Hidalgo cuando decretó e hizo efectiva la abolición de la esclavitud; recuperamos al espíritu de Morelos que con el estruendo de los tambores que sus mermadas tropas portaban, acotó la ofensiva de los realistas en las batallas libradas en el sur de la antigua colonia americana; retomamos el espíritu de Guerrero que frente a los sentimientos y vínculos familiares fue capaz de exclamar: La Patria es primero; abrimos nuestro espíritu al planteamiento de Genaro en el sentido de luchar por la liberación de la Patria, o morir por ella; nos acogemos a la esencia de la propuesta política de Lucio Cabañas: ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo; recuperamos la dignidad que, a falta de fusiles, empuñaban los combatientes que los primeros días de mil novecientos noventa y cuatro mostraron al mundo que , aunque el dinosaurio ahí seguía, también estaban los que viven por morir con dignidad. Recogimos el espíritu mártir de Andrés Santiago Cruz, Pedro Martínez Martínez, Octavio Martínez, Marcos García Tapia, José Jiménez Colmenares, Lorenzo San Pablo Cervantes, Arcadio Fabian Hernández, Alejandro García Hernández, Daniel Nieto, Jaime René Calvo, Pánfilo Hernández, Roberto López Hernández, José Alberto Gómez Bernal, Fidel Sánchez García, Esteban Zurita, Emilio Alonso Fabian, Bradley Roland Hill.

Y acudimos también a los vivos, a nuestros compañeros que día con día fueron aprendiendo a convivir con el miedo a las emboscadas nocturnas y diurnas, aquellos que han conminado a los oportunistas para que dejen de tomar vehículos que transportan mercancías y las negocian en beneficio personal, a nuestros compañeros que han nutrido su conocimiento para la sobrevivencia en la convivencia y en la necesidad. Es probable que lo así consensado carezca del rigor, la exactitud y la claridad que algunos piensan debe tener la disciplina intelectual. Lo que sí es exacto es que nosotros somos parte de ese pueblo y desde ahí estamos resistiendo y combatiendo. Desde ahí estamos reconstruyendo nuestra capacidad intelectual y moral de comprender el mundo; nuestro razonamiento constructivo teórico-experimental, intersubjetivo, crítico, histórico, y creador de alternativas formales, virtuales y reales frente a un mundo opresivo e injusto.

Frente a esa realidad no quisimos, no podíamos, actuar como el fotógrafo que captura la imagen, recibe su premio y se suicida. Decidimos construir y transitar el puente de la solidaridad real, práctica, desde las circunstancias de clandestinidad y la lucha político-militar que desarrollamos. ¿Fue un arranque derivado del pasado de algunos de nuestros compañeros, que a muchos llevó a motejarlos como los bomberos? ¿Se trataba de escalar el nivel de confrontación entre las fuerzas? Para ambas preguntas la respuesta es NO.

Se trata -y esa es nuestra propuesta para todos los que compartimos el deseo de la liberación nacional, de la transformación social y de la revolución política-, de aprender juntos que no existe líder, movimiento, estrategia y forma de lucha que POR SI MISMO logre romper con la lógica y las prácticas de explotación, sometimiento y exclusión propias del capitalismo en todo el territorio nacional. Quienes crean estar en condiciones de imponer un proyecto, una estrategia, o una forma de lucha sobre las demás, podrían estar incurriendo en reproducir precisamente aquello que decimos querer dejar atrás en la historia de la humanidad.

Consideramos que para dar paso a la construcción de alternativas radicales en la transformación de la sociedad se requiere la articulación de los diferentes. Alguien decía que la pluralidad es la condición de la acción humana debido a que todos somos lo mismo, es decir, humanos, y por lo tanto nadie es igual a cualquier otro que haya vivido, viva o vivirá. Pues bien, si no aspiramos a ser iguales sino a respetar lo diverso; si no aspiramos a dominarnos sino a colaborar entre nosotros, entonces un camino posible sería la articulación. Sí, articulación de proyectos, de estrategias, y de recursos, en aras de alcanzar metas comunes explícitamente aceptadas. Ejemplo: si la batalla del día de muertos ha pasado a ser obligada referencia para los movimientos sociales, debemos prestar atención a que mientras unos compañeros ponían sus cuerpos, sus energías, su sapiencia y su creatividad para detener el avance de las fuerzas represivas, en ese mismo momento, en otros lugares del mundo y de México se hacía sentir la solidaridad en diferentes formas. Nuestra primera propuesta para ser discutida, por quienes así lo deseen, consiste en RADICALIZAR LA DEMOCRACIA.

En ese marco se inscribe también nuestra participación en el accionar del cinco y seis de noviembre pasado. No se trataba de escalar el nivel de la confrontación. Por eso elegimos un lugar distante, pero con la suficiente importancia para mostrar, todavía más, al mundo que se estaba incrementando la represión en Oaxaca. Por eso no pusimos metralla ni colocamos los explosivos en instalaciones habitadas por humanos, aunque estos fuesen parte de las fuerzas policíacas y militares. Podemos hacerlo, pero no lo hicimos. Por eso comunicamos con celeridad acerca de los artefactos que no explotaron. Por eso escogimos como blancos símbolos vivos –aún cuando decadentes o de bajo perfil- del poder dominante. Símbolos de una problemática concreta, lo que no los aparta de la problemática estructural capitalista. ¿El PAN? Entre los intestinos tiene colocada una bomba y una dama de hierro aborigen tiene la lumbre en las manos. Ya tendremos oportunidad de ir –juntos- por ellos.

Esas fueron, y son, nuestras motivaciones para la acción que reivindicamos al lado de otras organizaciones armadas. Diciéndolo de otra manera, agregamos: participamos en la realización de dicha acción desde la indignación, el descontento y el dolor multiplicados. No atravesó nuestro pensamiento el cálculo mercantil del beneficio y los beneficiarios que quieren encontrar muchos preclaros analistas. Aquellos émulos de Agatha Christie, ahórrense trabajo.

Un columnista afirma que en todos los casos las luchas guerrilleras en México han fracasado, que sus líderes han muerto o se han vendido. Evidentemente ese columnista no mira la realidad de hoy. Hay una organización político-militar promoviendo un levantamiento pacífico, y sus líderes ni han sido asesinados, ni se han vendido. Y así habemos otros esfuerzos. A nosotros no nos pertenece nada más que nuestra vida. Elegimos ocuparla en luchar para ser libres. Si nos matan o nos traicionan es el riesgo que corremos para convertir el discurso de libertad en prácticas de todos los días.

"En memoria de José y Ricardo Jóvenes que regaron con su sangre los caminos del sur la madrugada del 10 de noviembre de 1998."



Saludamos el esfuerzo de articulación y unidad nacional que los pueblos y los diversos movimientos sociales y políticos de nuestro país están realizando, para enfrentar la ofensiva política y la guerra sucia neoliberal que el binomio fascista -PRI y PAN- han desatado contra el pueblo de México.

¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!

¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!

COMANDO POPULAR REVOLUCIONARIO LA PATRIA ES PRIMERO

CPR-LPEP

TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA-EJERCITO DEL PUEBLO

TDR-EP



República Mexicana, a 19 de noviembre de 2006.