A la memoria de Ricardo Flores Magón, revolucionario oaxaqueño asesinado el 20 de noviembre de 1922, en la penitenciaría federal de Leavenworth, en Kansas, EUA.
Al pueblo de Oaxaca.
Al pueblo de México.
A los pueblos latinoamericanos y del mundo.
De nueva cuenta, la vileza y la cobardía de la clase en el poder se hizo presente para cobrar nuevas víctimas y avivar la inextinguible llama de la indignación en el rostro iracundo, y el corazón dolorido, de nuestro pueblo oaxaqueño.
Este 25 de noviembre, las fuerzas federales de ocupación arremetieron, una vez más, contra los miembros y simpatizantes de la Asamblea Popular de lo Pueblos de Oaxaca y su Consejo Estatal, en el marco de la Séptima Mega-marcha por la destitución del asesino Ulises Ruíz Ortiz y el retiro de las fuerzas federales; instalando un estado de sitio y de excepción en la capital del estado, a fin de catear domicilios, detener ciudadanos, intimidar a la población y aplastar la resistencia de nuestro pueblo.
Se desconoce aún cuántos ciudadanos y militantes del movimiento social oaxaqueño cayeron muertos al pelear valientemente y resistir la feroz embestida neoliberal, y se desconoce también el número exacto de los heridos, los desaparecidos, los torturados y los encarcelados que se han sumado a la interminable lista de crímenes del dictador priista y del gobierno federal panista que lo sostiene.
No obstante, el mensaje político de este acto represivo no puede ser más claro. La élite neoliberal ha decidido imponer a toda costa y sin ningún tapujo la dictadura del gran capital, a fin de profundizar su estrategia neoliberal-fascista y seguir depredando a la nación. La violencia reaccionaria de los poderosos se ha convertido así, en la comadrona del engendro gubernamental -espurio y sangriento- que este primero de diciembre saldrá de las entrañas de la derecha yunquista, extraído con los forceps del fraude, el cinismo y la imposición estatal.
Pese a todo, la heroica resistencia del pueblo oaxaqueño ha despertado la conciencia, el respeto y la simpatía de miles de personas en distintas partes del país y del mundo, al poner de manifiesto, a lo largo de estos seis meses de lucha, la indeclinable voluntad, la inagotable capacidad y la inmensa creatividad social y humana con que han sabido responder los pueblos indígenas, las clases sociales subalternas y sus representantes democráticos a la criminal ofensiva y guerra sucia neoliberal que ha lanzado, en santa cruzada, la élite en el poder, mediante el uso faccioso de las instituciones estatales, el bombardeo ideológico de los medios de comunicación privatizados y la acción desenfrenada y criminal de las mafias de cuello blanco y del bajo mundo (con bandas paramilitares a su servicio), a fin de mantener y reforzar, corruptora y represivamente, el cada vez más desacreditado régimen neoliberal de dominación y apropiación capitalista.
Pero el conflicto social oaxaqueño, y el estado policíaco y de excepción que se ha instalado en nuestra entidad, es sólo un botón de muestra del grave conflicto social y político que se está gestando en el plano nacional. Y aunque la élite neoliberal aparenta no darse cuenta, está tomando serias medidas represivas y preparando condiciones para sofocar a sangre y fuego los diversos movimientos sociales y políticos de protesta a lo largo y ancho del país.
Queda más claro ahora que las acciones represivas en Sicartsa, Atenco y Oaxaca sólo fueron una muestra de la criminal ofensiva que la oligarquía neoliberal y fascista ha venido ensayando contra el pueblo para imponer la dictadura del gran capital; pero también queda claro que la lucha de resistencia y de autodefensa popular, ha venido a constituir una muestra del grado de organización y conciencia de algunos sectores sociales, así como del surgimiento de un poder paralelo, de naturaleza muy distinta al poder neoliberal y fascista que nos oprime.
El EZLN y las organizaciones adherentes a La Otra Campaña, la Convención Nacional Democrática y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, pese a todas sus diferencias, son expresiones concretas del poder popular en proceso de construcción y articulación política, a las que hoy se suman nuevas asambleas estatales y regionales en distintos puntos del país, para dar lugar a una de las más importantes instancias de coordinación política de los últimos tiempos: la Asamblea Popular de los Pueblos de México (APPM), potenciando la voluntad y la organización popular, a partir de las formas comunitarias de los pueblos indígenas y comunidades obreras, sindicales y populares, así como de la construcción de nuevas formas de relación social y humana fundadas en el reconocimiento, la solidaridad, el respeto y el servicio mutuo.
La gesta revolucionaria que se inicio hace 96 años le enseño al pueblo de México, entre otras cosas, que la clave de la defensa de su derecho a existir y ser reconocido como sujeto libre, autónomo y soberano, reside en el grado de organización y conciencia de sí mismo; que los pueblos tienen en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, siendo ésta una conquista que se ganó a sangre y fuego en una guerra revolucionaria que sacudió a nuestra nación desde los cimientos. Actualmente hay condiciones históricas que se repiten, de distinta forma y en distinta intensidad, pero que sientan las bases para un cambio social que no puede ni debe esperar más, pues no hay mal que dure cien años, ni pueblo digno que lo aguante.
El Comando Magonista de Liberación de la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo es una estructura respetuosa del movimiento popular y de la gesta libertaria pacifica y democrática que se esta dando en nuestras tierras, pero no puede permanecer ajena a los hechos de represión que el gobierno federal y estatal están instrumentando en contra del pueblo de Oaxaca. Hasta ahora, nos habíamos mantenido a la expectativa y en estado de alerta para evitar que el movimiento popular aglutinado entorno de la APPO fuese reprimido so pretexto de la acción revolucionaria armada, pero la brutalidad con que está actuando el gobierno neoliberal federal y estatal nos obliga a elevar nuestra voz y hacer uso de las armas para tratar de contener y disuadir la ofensiva neoliberal que no debe ni puede ser tolerada por ninguna organización revolucionaria.
Deslindamos a todas las organizaciones del movimiento social oaxaqueño de las actividades político-militares que nuestro Comando Magonista de Liberación realizará en esta entidad, hasta que URO y su gabinete salgan del gobierno y sean castigados por sus crímenes de lesa humanidad. Y hacemos un llamado a las distintas fuerzas revolucionarias para que dirijan su protesta y sus fusiles en contra del enemigo común.
Apoyamos incondicionalmente el esfuerzo que hace el pueblo oaxaqueño por alcanzar de manera pacífica sus objetivos. Llamamos a los medios de comunicación y líderes de opinión a no seguir ocultando de manera cómplice, y maquillando tendenciosamente, la feroz represión gubernamental contra el pueblo oaxaqueño. Y advertimos a la élite en el poder que al estar cancelando las vías legales y pacíficas de lucha en nuestro país, será la única responsable del escalamiento del conflicto social y político en curso, así como de la réplica revolucionaria armada.
¡¡Fuera Ulises Ruiz Ortiz y la Policía Federal Preventiva de Oaxaca!!
¡Exigimos la inmediata presentación y libertad de los desaparecidos y detenidos políticos!
COMANDO MAGONISTA DE LIBERACIÓN
CML
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA – EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP
¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!
¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR VENCER!!
¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!