Una aclaración necesaria

UNA ACLARACIÓN NECESARIA

ESTIMADOS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS:

A través de la web: www.cedema.org y del correo electrónico mrta_venceremos@yahoo.com se ha difundido un comunicado, que da cuenta de la formación de una nueva organización que proclama su "deslinde con las posiciones claudicantes, pacifistas, electoreras y oportunistas al interior del MRTA..." (sic)

Frente a la difusión pública de este comunicado, como VOZ REBELDE, órgano oficial del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, nos vemos en la obligación de responder a este documento que ha sorprendido e indignado a nuestra militancia y objetivamente ha creado confusión entre nuestro pueblo y organizaciones hermanas y de solidaridad, quienes nos han escrito para solicitarnos información sobre este tema y sobre nuestra situación actual como organización política revolucionaria.

SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL

En principio la izquierda peruana, en general y nuestra organización en particular, atraviesa por un periodo muy difícil, tras más de 20 años de guerra interna, de terrorismo de estado y de una política psicosocial cuyo objetivo fue desprestigiar la lucha armada, como método de lucha, vinculándolo al terrorismo puro y duro que impulsó y desarrolló el fundamentalismo gonzalista.

De otro lado, la política represiva del estado peruano, so pretexto de combatir a la subversión, persiguió, encarceló, torturó y desapareció no sólo a los guerrilleros, supuestos "delincuentes terroristas", si no también al movimiento obrero y popular, a los dirigentes gremiales, sindicales y populares a lo largo y ancho del país, con el claro objetivo de impedir toda forma de movilización y protesta organizada contra la política neoliberal que se implementó en la década del 90, bajo el régimen dictatorial del corrupto y genocida Alberto Fujimori.

En ese contexto, debemos señalar la actitud "prudente" de la izquierda tradicional, que asumió una clara y firme posición contra el "terrorismo", tras las declaraciones del dictador que instaba a la izquierda a "definirse entre democracia o el terrorismo"... lo que en lenguaje actual del gendarme imperialista, George Busch, se traduce como "o estás conmigo o estás contra mí".

También debemos señalar que a esta toma de posiciones, contribuyó elaccionar irracional del fundamentalismo gonzalista, que con el argumento de "combatir el sindicalismo "amarillo" y el reformismo revisionista de la izquierda", inició una campaña de asesinatos selectivos de dirigentes gremiales y militantes de las organizaciones de izquierda, así como de combatientes y militantes tupacamaristas. Estas circunstancias y los errores cometidos por el movimiento guerrillero, dieron la posibilidad al estado peruano de derrotar militarmente a los grupos subversivos, así como desmovilizar y descabezar al movimiento obrero y popular; lo que objetivamente a propiciado una eventual como coyuntural victoria de la burguesía, que a conseguido retrazar el proceso revolucionario peruano, lo que no impedirá su continuidad y mucho menos la conquista de una nueva sociedad justa, digna y libre de la opresión y explotación del capitalismo neoliberal.

La Revolución, una necesidad histórica

Para nosotros, los explotados y vilipendiados por el sistema capitalista neoliberal, la revolución socialista más que un ideal teórico o utópico es una necesidad histórica que construiremos con convicción, decisión y sobre todo con organización. Por consiguiente, para los tupacamaristas, la revolución es un proceso político conciente que nada tiene que ver con el voluntarismo o caudillismo de la pequeña burguesía.

Acumulación de fuerzas para la revolución

Una revolución es un permanente proceso de acumulación de fuerzas para alcanzar el objetivo estratégico: la toma del poder político por el proletariado; cómo acumulemos fuerzas para alcanzar el objetivo estratégico, se desprenderá del "análisis concreto de la realidad concreta" del periodo y la coyuntura política por la que atraviesa el país.

La estrategia, la táctica y los métodos de lucha
La revolución es esencialmente una acción política que para la consecución de sus objetivos: el poder político, implementa diversas formas y métodos de lucha, según las circunstancias y necesidades del periodo y la coyuntura política.

En lo referente al objetivo estratégico: la toma del poder político por el proletariado, debemos ser inflexibles pero en lo referente a como logremos ese objetivo, la forma y el método es decir la táctica que empleemos deben ser lo suficientemente amplias y flexibles para ir incorporando a todo el pueblo al proceso revolucionario.

ANÁLISIS DE SITUACIÓN POLÍTICA

En un breve análisis de la situación política, podemos decir que el periodo político por el que atraviesa el continente Latinoamericano y nuestra patria, esta signado por una ofensiva contra revolucionaria con claro predominio del imperialismo yanqui, que tras la caída del campo socialista se ha constituido en el gendarme mundial que impone sus políticas de rapiña a sangre y fuego. Pero en medio de esta hegemonía imperialista, se ven ya indicios de que los pueblos van lentamente retomando sus movilizaciones y luchas, al tiempo que instintivamente asumen posiciones de izquierda y socialistas, tras más de 30 años de fracaso del modelo capitalista neoliberal.

Este viraje hacia la izquierda a dado como resultado la existencia de Gobiernos "democráticos de izquierda" en Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Chile, Bolivia y últimamente Nicaragua.

América Latina, es hoy el escenario de nuevas jornadas de movilización y lucha en un espacio que hasta muy poco era considerado exclusivo y hegemónico por las clases dominantes: los procesos electorales y la democracia burguesa; instancias o espacios políticos, que muchos "revolucionarios" menospreciamos.

Esa "democracia" que el imperialismo hizo suya, como símbolo de su sociedad de consumo y libre mercado, que sin embargo debido a su carácter agresivo y rapaz, niega en la práctica avasallando los más elementales derechos de los pueblos y aún en su propio territorio, lo que en las actuales circunstancias posibilita que la "democracia", como demanda de los pueblos, hoy se constituya en elemento desestabilizador y subversivo para el imperialismo; por lo que la lucha por la "democracia" y la defensa de los derechos civiles y ciudadanos se constituyen hoy en una bandera de lucha que hay necesidad de enarbolar y agitar como una forma de movilizar y organizar al movimiento obrero y popular.

El Perú de hoy

El pueblo peruano no es ajeno a la realidad que vive el mundo, lo que se expresa en lo siguiente:

1- En primer lugar, en el Perú la ofensiva contra revolucionaria tuvo en la dictadura fujimorista su más alta expresión, debido al terrorismo de estado, a su capacidad para aprovechar los errores del fundamentalismo senderista y los nuestros, derrotó al movimiento guerrillero e impuso el modelo neoliberal.

2- La acción del comando Edgar Sánchez, como respuesta organizada y armada al capitalismo salvaje y a la dictadura fujimorista, puso en evidencia lo nefasto y brutal del modelo neoliberal y descubrió a los ojos del mundo la política de terrorismo de estado que el régimen fujimorista implementó para imponer el modelo neoliberal, modelo económico que el pueblo peruano había rechazado mayoritariamente en el proceso electoral de 1990.

3- Si bien es cierto, al aniquilar al comando Edgar Sánchez, el régimen fujimorista obtuvo una victoria militar, en lo político le significó una victoria pírrica, en tanto que la acción del comando demostró a nuestro pueblo que la dictadura no era invencible y podía ser derrotada con decisión, conciencia y organización; por otro lado, dicha acción apertura un nuevo escenario político que el pueblo en su accionar fue llenando a lo largo y ancho del país y que tuvo su más alta expresión en la marcha de los 4 suyos, propuesta política de nuestra organización, que de manera oportunista fue asumido por el toledismo, ante nuestra debilidad orgánica y carencia de cuadros públicos que se pusieran al frente del movimiento de masas.

4- La evidente corrupción del régimen fujimorista puesta al descubierto por los vladivideos y la creciente movilización popular, hicieron posible la caída del dictador y el advenimiento de un gobierno de transición y el posterior retorno a la democracia.

5- Con el retorno a la democracia formal, la situación de opresión y explotación, de creciente pobreza y desempleo generalizado no ha cambiado, pero se dan las condiciones necesarias para implementar tareas tendientes a reorganizar el movimiento obrero y popular, centralizar sus dispersas luchas y hacerlas trascender de luchas reivindicativas a verdaderas luchas políticas; tareas que lamentablemente han sido casi abandonadas por la izquierda tradicional y que nosotros no estamos realizando con la contundencia necesaria debido a nuestras debilidades orgánicas; generándose así un espacio para el surgimiento de posiciones nacionalistas pequeño burguesas, que con un lenguaje populista y seudo radical y "anti sistema" pretenden arrastrar a vastos sectores de la población y a un sector de "izquierda" para quienes la "democracia burguesa" constituye un fin en si mismo.

De este sucinto análisis de la situación política nacional, podemos concluir que en términos generales y sin temor a equivocarnos, existen condiciones objetivas para el desarrollo de un verdadero proceso revolucionario; por un lado, la crisis del capitalismo, se ha visto agravado por el fracaso de su modelo neoliberal; modelo económico que propicia el saqueo y depredación de nuestros recursos naturales y humanos a favor de las transnacionales; y pese a que los gobiernos de turno alaban sus logros y "éxitos macro económicos", esto no beneficia en nada a nuestro pueblo y cada vez profundiza las desigualdades sociales; de otro lado, pese a que la burguesía ha derrotado al movimiento guerrillero, ha desarticulado al movimiento obrero y popular, y al reciente y estrepitoso fracaso de la izquierda institucional en el pasado proceso electoral, no puede mantener bajo su control e influencia al conjunto del pueblo, que pese al repliegue y dispersión no se somete a la influencia ideológica de la burguesía y aspira, de manera instintiva, a un necesario cambio en sus condiciones de vida.

En términos marxistas, estas constituyen las llamadas condiciones objetivas para un proceso revolucionario. Pero un proceso revolucionario no se desarrolla sólo por la existencia de condiciones objetivas, junto a las condiciones objetivas deben existir y desarrollarse las condiciones subjetivas: la organización consciente del proletariado y el partido revolucionario.

La tarea de los revolucionarios

Hoy las masas están virando instintivamente hacia posiciones de izquierda, pero no tienen aún una organización fuerte y cohesionada ni la conciencia e independencia política de clase y por eso pueden ser confundidas y arrastradas fácilmente hacia posiciones nacionalistas pequeño burguesas y reformistas que nada tienen que ver con las aspiraciones socialistas del proletariado revolucionario.

Frente a esta realidad de confusión y dispersión, debemos preguntarnos: ¿Cuál es el papel de los revolucionarios y del partido en el proceso de la lucha de clases? A esa pregunta sólo podemos responder que el papel de los revolucionarios y del partido es la de contribuir a crear conciencia y organización, incorporar al proceso revolucionario a los más amplios sectores del pueblo y desarrollar la más amplia unidad e influencia política e ideológica en el seno del pueblo, combatiendo las posiciones confusionistas y oportunistas; derrotando el escepticismo y la dispersión; fortaleciendo su moral y convirtiendo sus luchas aisladas y reivindicativas en luchas centralizadas y sobre todo políticas. Estas son hoy, las tareas más importante de los revolucionarios.

La espontaneidad de las luchas populares:

En nuestra izquierda, hay camaradas que afirman que "sólo el pueblo salvará al pueblo", pero un pueblo sin organización y conciencia será fácil presa de aquellos que pretenden mantenerlos atados al yugo de la opresión y explotación capitalista. Como revolucionarios asumimos que son los pueblos organizados y con clara conciencia de la necesidad de las transformaciones sociales, los que hacen la historia.

En la historia de la lucha de clases, podemos encontrar ejemplos de cómo pueblos sin la suficiente conciencia política y con una alta dosis de espontaneidad, en determinadas condiciones pueden alcanzar niveles muy altos de movilización y violencia, al punto que pueden traerse abajo a regímenes dictatoriales o gobiernos que no toman en cuenta las necesidades y aspiraciones populares. Un ejemplo de esto lo vivimos en la década del 70 en nuestro país, cuando un segundo domingo de mayo del 79, día de la madre, el entonces ministro de economía de la Junta Militar de Gobierno, Javier Silva Ruete descargó sobre el pueblo las medidas económicas impuestas por el fondo Monetario Internacional; al día siguiente desde las primeras horas de la mañana, de manera espontánea, las calles y plazas de todo el país fueron invadidas por miles y millones de hombres y mujeres que protestaban contra la Junta Militar de Gobierno, estas movilizaciones de protesta obligaron a la CGTP a convocar un paro nacional para el 19 de julio del 79, el cual marcó el inicio de la derrota del dictador Morales Bermúdez, quien después de esta exitosa jornada de lucha popular, tuvo que convocar a elecciones generales para una asamblea constituyente al termino del cual se comprometió a convocar a elecciones generales presidenciales y al retorno de las fuerzas armadas a sus cuarteles, en un tácito reconocimiento de su derrota política.

En los últimos años, los pueblos hermanos de Argentina y Ecuador también se han traído abajo a sus respectivos gobiernos en una muestra más de los niveles de movilización y radicalización espontánea que pueden alcanzar los pueblos; pero por mucha radicalización, movilización e incluso violencia que puedan alcanzar los Pueblos, a falta de una organización conciente y de una dirección revolucionaria, no podrán concluir en verdaderos procesos revolucionarios y muy pronto estos movimientos se verán superados por las posiciones reformistas y reaccionarias que cambiaran algo para que nada cambie, tal como sucedió en el Perú bajo los regímenes dictatoriales de Morales Bermúdez y de Alberto Fujimori, que cedieron el paso a gobiernos democráticos burgueses, o como ha ocurrido más recientemente a los pueblos hermanos de Argentina y Ecuador.

Gobierno y poder

Ya hemos dicho que en nuestra América, han surgido diversos gobiernos "democráticos de izquierda"; gobiernos progresistas, unos más que otros, que podemos y debemos apoyar sin perder de vista la diferencia fundamental que existe entre ser gobierno y tener el poder. El poder político, implica la capacidad de decidir el rumbo del estado, la forma de administrar los recursos naturales y humanos, decidir el rumbo económico que favorezca nuestro desarrollo y definir con plena independencia nuestra política exterior; mientras que ser gobierno implica administrar el estado en los márgenes que determinan los organismos internacionales financieros y aquellos empresarios nativos ligados a los intereses imperialistas.

En esas condiciones, los partidos gobernantes no tienen otra opción que aplicar políticas económicas en los márgenes que el actual sistema capitalista impone o romper con el sistema; en cuyo caso la burguesía recurrirá a su poder económico para intentar sabotear la política económica y social del gobierno progresista para tratar de derrocarlo, y si pese a esto el gobierno progresista con apoyo del pueblo aún se mantiene en la administración del estado a favor de los intereses populares, recurrirán a las fuerzas armadas para preservar el status quo, como lo hicieron en Guatemala con Jacobo Arbénz o en Chile de Salvador Allende.

Por eso, más allá de que puedan existir condiciones para "conquistar el gobierno" los revolucionarios debemos luchar por conquistar el poder político para el proletariado y junto a nuestro pueblo construir una sociedad justa, digna y solidaria; en otras palabras, los tupacamaristas aspiramos a construir el Socialismo peruano, "sin calco ni copia" a decir de nuestro Amauta José Carlos Mariátegui.

Las tareas actuales

El análisis de la situación política nacional, nos presenta un cuadro de desorganización, confusión y dispersión del movimiento obrero y popular, situación que también afecta a la izquierda en su conjunto. Ahora bien, si del análisis del periodo político concluimos que las tareas urgentes de nuestro movimiento, son las de impulsar el proceso de reorganización y centralización del movimiento obrero y popular, impulsar y fortalecer todas las formas de organización del pueblo, contribuir al desarrollo de la toma de conciencia política de los más amplios sectores de nuestro pueblo y forjar la más amplia unidad de las fuerzas de izquierda para juntos recrear el socialismo peruano, surge la pregunta de: ¿cuál debe ser el eje sobre el que desarrollaremos las tareas que contribuyan a la reorganización, centralización y formación política e ideológica del conjunto del movimiento obrero y popular, que nos permitan ir acumulando fuerzas para la toma del poder político.

Algunos dirían que como organización política militar, deberíamos responder que el eje sobre el cual deben desarrollarse estas tareas, debe ser la lucha armada, pero esa respuesta además de simplista y subjetiva, no corresponde a la actual correlación de fuerzas, ni toma en cuenta la dispersión y confusión del conjunto del pueblo.
Ya hemos dicho que las formas y métodos de lucha deben corresponder al análisis del periodo y la coyuntura política así como a la correlación de fuerzas; a partir de esa premisa nosotros consideramos que en las actuales circunstancias la lucha política y las tareas de organización están a la orden del día, para reconstituir el tejido social, por lo que la lucha armada no es el eje de acumulación de fuerzas; lo que no significa que renunciemos a ella, lo que afirmamos es que hoy la labor política es el eje principal sobre el cual debemos desarrollar las tareas que nos permitan acumular fuerzas.

El parto de los montes

Hemos hecho una apretada exposición de nuestras concepciones sobre las formas y métodos de lucha, de cómo entendemos la táctica y la estrategia y el por que luchamos para conquistar el poder político; estas concepciones políticas nada tienen de claudicantes, o pacifistas, ni electoreras y mucho menos de oportunistas como afirma el comunicado del supuesto grupo Venceremos.

Más allá de las frases comunes y de las acusaciones sin fundamento que lanzan contra nuestra organización, nos queda la interrogante de si en realidad el grupo venceremos existe y cuales son los objetivos que persiguen quien o quienes dicen ser su "dirección nacional"; sólo esperamos que no terminen como "tontos" útiles a la política represiva del actual gobierno.

No tenemos seguridad de la existencia de este grupo ni de quienes la integran; de lo que sí estamos seguros, es de que cualquiera que haga una evaluación del periodo y la coyuntura política en forma dialéctica, es decir sin subjetivismos o voluntarismos, y las formas o métodos de lucha corresponden a la actual correlación de fuerzas, los pasos o las tareas que de ellas se deriven, permitirán crear condiciones favorables para avanzar en el proceso de acumulación de fuerzas, que contribuyan a revertir la etapa actual de dispersión por la que atraviesa el movimiento obrero y popular.

Muchas veces, la incapacidad para entender los elementos básicos de la lucha de clases y de la dialéctica como herramienta de análisis, suele suplirse con el esquematismo y dogmatismo, que por lo general suele llevar a asumir posiciones "principistas" y seudo revolucionarias para ocultar un cierto desprecio a la lucha política e ideológica que debemos desarrollar de manera permanente en todos los espacios políticos, incluso en el terreno legal y electoral, para crear conciencia política de clase, organizar y movilizar al pueblo con el único objetivo de acumular fuerzas para la toma del poder.

Finalmente decir que asumir la creación de un nuevo grupo y difundir públicamente críticas sin fundamento alguno, y sin que se hayan puesto al debate entre los militantes tupacamaristas, nos da la certeza de que los supuestos integrantes de este grupo no han militado en nuestra organización o que en el mejor de los casos han dejado de militar en ella hace mucho tiempo atrás y hoy se arrogan el derecho de proclamarse tupacamaristas y tomar el nombre de nuestros héroes y mártires, en una actitud que sólo se puede calificar de oportunismo político de quien o quienes, conciente o inconscientemente, contribuyen a crear más dispersión y confusión en el movimiento obrero y popular; en un momento en que el actual gobierno esta creando condiciones para reprimir toda forma de protesta organizada.

No por casualidad, en los últimos meses periodistas acólitos del Alanismo, han lanzado diversas campañas de persecución política contra expresos políticos que militaron en nuestra organización, han acosado a familiares de nuestros presos políticos y de camaradas asesinados por las fuerzas represivas.

Tampoco es casualidad que la embajada de los Estados Unidos reciba información confidencial, que inmediatamente hizo llegar a la prensa, sobre un supuesto complot del MRTA para asesinar al presidente Alan García. Quien por otro lado, esta esforzándose por que los miembros de las fuerzas armadas y policiales reciban todo el apoyo del estado peruano para su defensa legal en los juicios por violación de derechos humanos, mientras que las victimas del terrorismo de estado no merecen ni el respeto y mucho menos el apoyo de este gobierno. Mientras busca la forma de garantizar la impunidad a los crímenes de las fuerzas armadas y policiales, esta promoviendo una ley que sancione con la pena de muerte a los llamados terroristas.

Si realmente existe el grupo venceremos, el tiempo y su práctica dirá lo que realmente son.

Tupac Amaru... Vive!!
Siembra en su pueblo... rebelión!!
Junto a su pueblo... Revolución!!
Con su ejemplo... Venceremos!!

Voz Rebelde
Noviembre del 2006