El deber de todo revolucionario
Es, hacer la revolución
Dr. Ernesto Guevara de La Serna
CHE
SEÑAS Y PERFIL DEL SER REVOLUCIONARIO
Ø CONTEXTO
Ø FUERZA DEL ESPIRITU REVOLUCIONARIO
Ø SEÑAS DEL CARÁCTER REVOLUCIONARIO
Ø ESCENCIA DE LA MORAL REVOLUCIONARIO
CONTEXTO
El che parecía y era realmente joven, su imagen se representa claramente en mi memoria; clara inteligencia, palidez acética, respiración asmática, frente abultada, cabellera espesa, juicio decidido, mentón enérgico, movimientos tranquilos, mirada penetrante, pensamiento perspicaz, pausado al hablar y riza sonora ...
Esa es la imagen descriptiva del Dr. Ernesto Guevara de la Serna, vista a primera por Raúl Roa escritor cubano, al recordar su encuentro con el che.
A pesar de la premura se atreve a descubrir lo que un hombre revolucionario posee como valor, sin duda, al mejor paradigma del hombre nuevo, del hombre que actúa como piensa, del referente que lucha, convicción, mística y fe en la grandeza de los ideales.
Ahora el mundo, es un mundo distinto, cuyas posibilidades pocas muy pocas justifican las grandes esperanzas como los mayores espantos (terrorismo, hambre, miseria, explotación, pobreza, muerte, injusticia, rebeldía, sueño, libertad, utopía, insurgencia, revolución), el mundo sigue.
En medio de esos miedos mundanos, el ser humano vive en una sombría indeferencia y solo las esperanzas suponen imaginación y valentía como verdaderos valores para insurgir, en momentos que la, urgencia de esta decisión espera el nuevo tiempo y con el todo un pueblo.
Fuerza del espíritu revolucionario
Existe una gran fuerza espiritual, esa fuerza vital que muchas de las veces no se la ve, no se la toma en cuenta en nada, esa fuerza que corre torrente en las venas de muchos hombres y mujeres que dan sus vidas por una causa, con mucha de esa sangre se escribió las paginas más sublimes de la historia.
Cuando se conoce de cerca la historia de los pueblos y de los movimientos de liberación de nuestra América, en el África, en Vietnam, y de Medio Oriente se asombra por la lucha de jóvenes que dan su vida por su ideal. ¿Qué les mueve a enrollarse en el combate y ser sueltos y decididos? ,!no es una clara teoría¡, ni un compromiso con la política, es un espíritu rebelde un sentimiento en el corazón más fuerte que cualquier teoría, es un inconformismo con lo establecido, la miseria, el desequilibrio de la vida, la angustia del hambre e injusticia.
Una fuerza infinita, fuerza vital que conmueve; motor para que movimientos pacifistas y negros surgieran en los años 60 en Norteamérica, para que en plazas y calles protestaran en mayo del 68 de la dormida Europa, ese espíritu insurgente en todos los pueblos y domina en todos los movimientos revolucionarios latinoamericanos desde Cuba hasta Argentina, aquel es el espíritu de rebeldía que se desata desde las entrañas del mismo ser.
Señas del carácter revolucionario
En verdad, es ineludible no fijarse en la realidad social circundante; de esta realidad surge la evidencia del carácter y la necesidad de ajustarse a las realidades sociales. Se estudia mucho desde la sociología, antropología y psicología el carácter de una persona y todo cuanto se observa de ella en su desenvolvimiento social; es decir el conjunto de hábitos, actitudes, ideales, preferencias y voluntades.
Con el propósito de encontrar señas para encontrar personas que involucre el conjunto de particularidades que hacen al revolucionario un ser especial que acepta primero sus limitaciones y se desenvuelve dentro de sus reales capacidades, el ejemplo puesto al inicio con el hombre que dejo su pasado común y corriente y toma el rumbo de la lucha por América latina y el mundo.
El che se gano el aprecio y respeto de muchos campesinos con su sencillez, valentía y justicia; cualidades humanas apreciadas en todas las latitudes del mundo.
Y él mismo en uno de sus libros “Episodios de la guerra revolucionaria”, (a pesar de su grave enfermedad asmática que le afectó toda su vida) escribió: el guerrillero debe poseer una salud de hierro, lo cual le permite sobreponerse a todas las adversidades y no enfermarse, no es de asombrarse la cuantía de la fuerza moral, la voluntad férrea y el alto sentido de conciencia social, fueron los valores para luchar a riesgo de enfermedades y de la vida mismo.
La disposición al sacrificio que hace que hombres y mujeres que tomen una decisión de luchar, hacen que estas personas sean especiales, Eloy Alfaro ya lo decía: sin sacrificio no existe rendición. Palabras ciertas que iluminan el camino largo, tedioso y a veces cruel de la revolución.
En fin, al adoptar un proceso de afinidades del carácter revolucionario, lo importante es observar el conjunto de actitudes que se nota de una persona, analizar sus cualidades y limitaciones:
1. Estado de salud (equilibrio biosisocial, vitalidad y resistencia)
2. Competencia profesional (habilidad, técnica y trabajo)
3. Personalidad superior (carácter tolerante y comunicativo)
4. Valores morales altos (honestidad, sinceridad, responsabilidad, solidaridad y puntualidad)
5. Extraordinaria fuerza de voluntad (animación, conducción y liderazgo)
Aunque parezca muy difícil cultivar todos los valores, el autodesarrollo y la mística de ser y hacer, conlleva a que se forje en la lucha y en el camino largo y estrecho que es la lucha revolucionaria se tiene la oportunidad de aprender; pienso la primordial actitud que perfila el revolucionario es la conciencia social, sumado a la nobleza de la solidaridad como fruto de la mística de lucha.
Escencia de una moral revolucionaria
Al asumir una tarea revolucionaria, urge la necesidad de saber que los hombres y mujeres luchadores por nobles ideales; esta lucha en el sentido estricto por tanto involucra un cambio de actitudes, es la moral revolucionaria, la que orienta el concepto de la lucha.
En este sentido, el revolucionario debe ser el ejemplo con el deseo de orientar al pueblo, la moral revolucionaria hace ser distinto al ser común y del orden establecido (corrupción, falacia, mentira, robo) actitudes que combate la moral revolucionaria.
Este es el elemento cardinal en que se basa la moralidad de la revolución, la decisión de cambiar la actitud individualista, consumista y bestialista del sistema capitalista del “hombre lobo del hombre”, sumergiéndose en los vicios del alcoholismo, drogadicción, delincuencia, que destruye el concepto de lo humano.
Al momento de tomar la conciencia de ser diferente se asume la responsabilidad de cambio interior y luego de claridad de conciencia para la lucha transformadora, la moral revolucionaria logrará abrazar el fuego interior que envuelve ese espíritu rebelde y alistarse entusiasmado cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad.