CARTA AL TIRANO SOMOZA
Managua, 21 de mayo de 1958
General Anastasio Somoza
Managua
General:
Hace varios meses le escribí a usted una carta en la que le reclamaba unos libros que varios militares habían sacado del lugar en que yo vivía en León. En esa carta yo le decía que los libros no le servirían de nada al gobierno, mientras que para mí significaban el fruto de toda una vida juvenil.
A las varias semanas recibí gran parte de los libros. Para ser sincero he de decirle que me sorprendió la comprensión que usted mostró hacia mi carta.
Esta carta tiene una intención semejante a la que me he referido anteriormente
El día que llegué a Managua procedente de Moscú la Oficina de Seguridad me despojó de varios objetos que más adelante enumeraré
Cuando en la Oficina me dijeron que dichos objetos nunca retornarían a mis manos, ocurrió algo que a mí me ha parecido sumamente chistoso. La escena ocurrió así:
Un militar dirigiéndose a mí exclama: -Todas estas cosas que traes jamás te las devolveremos.
Entonces le respondí yo: -Cómo no. Todas esas cosas volverán a mis manos.
-¡Nada! -respondió a su vez el militar con un tono enérgico.
Yo repliqué nuevamente en voz baja, diciendo: -Si usted no me devuelve mis cosas, al salir libre, yo le escribiré al general Somoza reclamándoselas. Estoy seguro que él me las devolverá, porque él es más inteligente que usted.
-¡Está diciendo que usted es bruto! -dijo alguien dirigiéndose al militar.
-¡Ah! ¡Sí! -exclamó entonces el militar pegando fuertes puñetazos en mi mandíbula, que me hicieron caer al suelo.
Y yo invadido por el capricho continuaba exclamando:
-El general Somoza es más inteligente que usted. El general Somoza es más inteligente que usted. El general Somoza es más inteligente que usted.
Y los puñetazos continuaban.
Lo que me parece chistoso es que yo haya sufrido por sostener que usted es más inteligente que cierto subalterno suyo. No he querido darle el nombre del militar porque no me hubiera gustado que el chiste se transformara en chisme.
General Somoza:
Deseo que me sean devueltos los objetos siguientes que me decomisaron:
Una cámara fotográfica,
Un juego de lápiz y pluma,
Poema pedagógico por Antón Makarenko (libro)
Zoia y Shura (libro)
Reportaje al pie del patíbulo por Julius Fucik (libro).
Me decomisaron otros objetos que no tengo sumo interés en recuperarlos.
Hace varias semanas miré al teniente Silva y cuando le reclamé los objetos mencionados me dio a entender que solamente usted podía decidir esa cuestión.
Cuando le reclamé los libros que me fueron sacados de León yo le decía a usted que yo esperaba que el general Somoza atendiera mi reclamo, porque la inteligencia nunca puede inducir a ocasionar malestares sin ningún fin práctico. Deseo repetirle nuevamente en esta carta ese concepto.
Usted todavía es joven para recordar bien lo que a un muchacho como yo le sirve una cámara fotográfica. Y en cuanto a los libros le puedo asegurar que no contienen planes peligrosos. Son libros cargados de poesía, de cariño a los niños, a la humanidad.
Una vez más quiero repetirle que creo en que la inteligencia del general Somoza no lo va a inducir a no satisfacer el reclamo de un joven. Creo que la inteligencia del general Somoza lo detiene para no causar inútiles resentimientos.
La contestación a mi carta puede enviarla a la siguiente dirección:
Carlos Fonseca, barrio Laborío, Matagalpa.
Le envío un ejemplar del librito que escribí relatando mi viaje