[A continuación se proponen dos variaciones sobre una misma cuestión: la existencia, o no, de la Triple Alianza Guerrillera Indígena Nacional (TAGIN) y su composición, también desde perspectivas diferenciadas. La primera corresponde a un artículo firmado por Jorge Alejandro Medellín y publicada en el periódico El Universal el 3 de noviembre de 1999 en primera plana. La segunda es la investigación realizada por el periodista Bill Weinberg e incluida en su libro Homage to Chiapas. The New Indigenous Struggles in Mexico, editado por Verso Books (London/New York) en el 2000. El apartado integra el capítulo 14 de la edición citada, pp. 297-299.]
PLANEARIAN ALIANZA GUERRILLERA
El 2000 sería el escenario para crear un “estado mayor” entre EZLN, EPR y ERPI, según especialistas militares y civiles. Unidad, pedía “Hermenegildo” desde enero del 98.
(Jorge Alejandro Medellín) En julio de este año, grupos y organizaciones sociales del estado de Morelos comenzaron a recibir propaganda firmada por la denominada Triple Alianza Guerrillera Indígena Nacional (TAGIN), con presencia, de acuerdo con escritos, en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Para los grupos de inteligencia militar y civil que desde 1994 siguen el desarrollo de la subversión en el país, esta triple alianza podría consolidarse en el mediano plazo, teniendo como ejes al Ejército Zapatista de Lineración Nacional (EZLN) al Ejército Popular Revolucionario (EPR) y, hasta hace unas semanas, al ERPI, señalaron a El Universal analistas de inteligencia del gobierno.
El documento difundido en Morelos no especifica de qué grupos u organizaciones se trata, pero para los especialistas existe la posibilidad de que la TAGIN funcione eventualmente como una especie de estado mayor de la guerrilla en México, en caso de una insurrección indígena apoyada por grupos civiles en zonas urbanas.
El gran escenario para esta hipotética situación sería, como lo proponía el ERPI en sus documentos, el año 2000.
La apreciación de los especialistas se funda en el seguimiento de la actividad clandestina de estos grupos, a pesar de que entre ellos ha habido serias discordancias y hasta roces, como es el caso del EZLN y el EPR.
En este sentido, cabe recordar el enfrentamiento epistolar sostenido entre el “subcomandante Marcos” y la dirigencia del EPR en agosto de 1996, cuando varias células eperristas aparecen en las inmediaciones de San Cristóbal de las Casas y en varios tramos carreteros cercanos a la zona de influencia zapatista para hacer una campaña de propaganda relámpago.
El 26 de ese mes, “Marcos” hace pública una carta a la dirigencia del EPR en la que, en tono duro, agradece a la otra guerrilla su ofrecimiento para apoyar la causa zapatista en el plano bélico.
De hecho, y de acuerdo con versiones periodísticas y entrevistas concedidas a medios nacionales y extranjeros en febrero de 1997, el ahora prófugo “comandante Hermenegildo” afirmaba que el EPR sabía de la existencia de otras diez organizaciones armadas en el país.
Con ellas, decía, “estamos en una fase de diálogo para conformar una unidad nacional que lleve a cambios profundos en México”.
“Hermenegildo”, quien en enero de 1998 se separó del EPR y formó, junto con el “comandante Antonio” (Jacobo Silva Nogales) y la “comandante Aurora” (Gloria Arenas Agis) el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), señalaba también que a pesar de no existir hasta esos momentos vínculo alguno con los zapatistas, “la unidad, sí es necesaria para dar el salto cualitativo (en la lucha armada)”.
Empero, el análisis de los especialistas va más allá de las acciones aisladas o de las declaraciones específicas a los medios de comunicación.
Se ubica en el terreno del seguimiento la manera en que el EZLN, el EPR y más tarde su escisión, el ERPI, han caminado entre la población civil mediante una amplia estrategia que abarcaría diversos “frentes”: – La negociación política (escenario llevado al máximo nivel por el EZLN con la ventaja de una presencia inusitada en los medios de comunicación, y cierto nivel de penetración entre el conjunto de la sociedad civil, pero con la desventaja de reducir su táctica militar al terreno defensivo, en el que es sumamente vulnerable).
– La lucha armada en dos niveles; la Guerra Popular Prolongada, defendida por el EPR, y la aceleración del estallido insurreccional, que estaría muy cercano según el ERPI.
En ambos casos, la capacidad militar de eperristas y erpistas está comprobada. – La acción combinada dentro y fuera del país, en el caso del EZLN, para denunciar violaciones a los derechos humanos de los indígenas de Chiapas.
– El trabajo minucioso, constante, de las bases sociales que apoyan al EPR y al ERPI en sindicatos, comunidades agrícolas, grupos étnicos a través de agrupaciones de amplio espectro que adquirieron mayor presencia desde el alzamiento en Chiapas.
– En los casos del EZLN, el EPR y el ERPI, ocurre una paradoja; la guerra propagandística, que incluye manejo de medios de comunicación, le ha dado a los zapatistas una “legitimidad” y una coraza política en la medida en que ha evitado chocar con el Ejército Mexicano; en el caso del EPR y el ERPI, tal “coraza política” no es primordial o simplemente no existe, porque su estrategia da prioridad al enfrentamiento y a la concientización del pueblo, la negociación política con el Estado está descartada.
FAC-MLN: hacia la alianza
Pero el acento de los especialistas civiles y militares está en la evolución de organizaciones estrechamente ligadas en varios momentos a la guerrilla histórica de los años 60 y 70, así como al EPR y al ERPI –sin descontar otros probables frentes de insurrección.
Una de esas organizaciones, en la mira de la inteligencia del Estado mexicano desde 1994, es el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC.MLN), sobre el que se hizo especial seguimiento previo a la Convención Nacional Democrática organizada por el EZLN y el FZLN (el equivalente del FAC-MLN) en 1995, en el Aguascalientes de la selva Lacandona. En ese tiempo, los grupos de inteligencia destacaban que el grueso de las organizaciones participantes provenían de Chiapas, del Distrito Federal y de diversas secciones del magisterio, al igual que de universidades.
Una de las secciones más observadas fue la novena del SNTE (corresponsable del proyecto Semillita del Sol, en los Altos de Chiapas, con el que se ofrece, desde 1997, un programa educativo alterno, no oficial, a las comunidades zapatistas), particularmente activa en el sureste del país.
Documentos elaborados en 1996 por un grupo de inteligencia del estado de Guerrero, daban cuenta de los nexos entre el FAC-MLN, el Ejército Popular Revolucionario y diversos grupos simpatizantes con la nueva guerrilla en esa entidad.
El FAC-MLN, señalaba el informe, se ha destacado por movilizaciones políticas, invasión de predios, bloqueo de carreteras (tan sólo en julio de 1996, 22 de sus integrantes fueron aprehendidos por autoridades guerrerenses por poseer armas y estar supuestamente vinculados al EPR) agresión a funcionarios del gobierno del estado y a “agentes de información (sic) de las áreas estatal y federal”.
El punto central del análisis de inteligencia contempla el escenario del levantamiento popular, como el idóneo –quizá el único– para que las tres fuerzas se unan en una suerte de estado mayor de la guerrilla en México.
----
THE TRIPLE ALLIANCE
(Bill Weinberg) I had one more meeting before returning to New York. This one was in the mountains of Morelos, just north of Guerrero. At a small pueblo in the land of Emiliano Zapata, I was guided blindfolded into a little adobe house and greeted by two elderly men and one young woman, all wearing bandanas over their faces. These were Don Miguel, Don Pepe and Combatiente Cecilia -- representatives of the most indigenist of Mexico's new insurgents: the National Indigenous Guerilla Triple Alliance (TAGIN).
The Triple Alliance is a joint command of three armed groups active in the Sierra del Sur, Morelos and Mexico state -- the Indigenous Campesino Revolutionary Army (ERIC), the Nationalist Army of Insurgent Indigenous Mexico (ENMII), and the Armed Campesino Command of Indigenous Liberation (COACUAULUYU). The last acronym forms the name of the Serpent Eagle, a high-ranking Aztec military order.
The guerilla federation's name also refers to the Triple Alliance of city-states that ruled the Mexica empire -- Tenochtitlan, Texcoco and Tlacopan (today all absorbed into the capital megalopolis). Each constituent group of the TAGIN contributes a member to the commant triumverate, each with a code name taken from Mexica myth and history: Mixcoatl (a Nahuatl creation god, and the early Toltec warrior-king who fathered Quetzalcoatl), Ilhuicamina (the Nahuatl archer god and name assumed by the Aztec king Moctezuma I) and Tlacaelel (Moctezuma I's brother and Co-founder of the Mexica empire). The insignia of the guerilla alliance is the shield of Cuitlahuac, the penultimate Mexica king who rose against Cortez.
TAGIN's manifesto states, "we want a reformed constitution, based on the indigenous valors and rights of Anahuac," the ancient name for the Valley of Mexico and seat of the Mexica empire. It offers greetings and solidarity to the EZLN, EPR and ERPI, and calls upon them to "reactivate the armed struggle," as "twelve days of war is not sufficient to intimidate the government."
TAGIN's comandancia answers to a Council of Elders from each community represented in the alliance. The minimum age to be a member of the Council of Elders is fifty-two years -- the basic cycle in the ancient Nahuatl calendar. TAGIN is seeking representatives on the Council of Elders from every indigenous ethnicity in Mexico. TAGIN's proposed constitutional changes call for the Consejo de Ancianos to share federal legislative power with the Senate and the Chamber of Deputies.
Don Pepe and Don Miguel were both on the Council of Elders. Their complaints were familiar ones. Said Don Miguel: "We need money for tractors, fertilizers, pumps, but there is no credit, and without it, the land won't produce, so we can't buy." Don Pepe stated: "We are concerned to conserve the traditions of our people, to be able to freely practice our ceremonies, to defend our autochthonous rights. The modern culture is destroying our pueblos."
When I tried to ask questions, they turned the interview over to Combatiente Cecilia, whose responses were terse and staccato.
What is TAGIN's proposal for governing Mexico?
"Usos y costumbres" -- meaning the traditional system of indigenous village government.
Do you support the San Andre's Accords?
"Yes."
What are the principles of your internal structure?
"Democracy and military discipline."
Do you see any possibilities for dialogue with the government?
"No. We intend to take power."
When are you ready to take up arms?
"When the Council of Elders orders."