Equipo de propaganda Frente Internacional
Columna ideológica Frente de Guerra Suroccidental
La historia de nuestra patria, se ha visto enriquecida, por luchadores revolucionarios de todas la dimensiones, encontrando en ellos un compromisos radical con los pobres y su lucha por la Justicia y la Libertad. Uno de ellos el comandante Domingo Laín Sanz, sacerdote de la talla de los Comandantes Camilo Torres Restrepo y Diego Cristóbal Uribe. Sacerdotes y comandantes guerrilleros del ELN, que gestando una expresión de sacerdotes que construyeron Revolución se la jugaron hasta las últimas consecuencias por la Liberación del Pueblo.
Al conmemorase este 20 de febrero 32 años de la caída en combate, del comandante Domingo Laín Sanz, no solo reivindicamos su compromiso para con la causa del pueblo sino, que también resaltamos su acción, obra y ejemplo; como símbolo del internacionalismo revolucionario.
Para muchos, su testimonio quedo desnaturalizado al asumir, como método de lucha, la vía armada. Otros lo consideramos verdadero mártir, del pueblo porque expuso su vida generosamente, desde su ingreso a la guerrilla, por una causa justa, por la cual derramara su sangre.
Diversas coyunturas históricas inspiraron a Sumos Pontífices. Teólogos y escritores cristianos, la defensa de la violencia revolucionaria, cuando esta sea ejercida en servicio de la fe y de la justicia, como: en la defensa de los lugares santos y de los peregrinos (cruzadas y ordenes religioso-militares); la defensa de la cristiandad contra las herejías (inquisición); la defensa frente a los agresores injustos (Legitima defensa y Resistencia Armada).
Ordenado sacerdote para la Diócesis española de Zaragoza, vino a trabajar en Colombia en 1966, integrándose en la obra de cooperación sacerdotal Hispanoamericana.(OSCHA). Su primer escenario fue el barrio Meissen y luego Tunjuelito de Bogotá en donde a la vez ejercía sus funciones de párroco, donde por coincidencia años atrás también Camilo trabajara. Durante este tiempo, además fue obrero en una ladrillera en la que laboraban muchos de sus feligreses. Esta experiencia le permitió conocer y comprender la dura realidad de los trabajadores colombianos. Y mas tarde escribía, refiriéndose a esa experiencia: "Experimenté en carne propia la situación de explotación y miseria de la mayoría de la población".
La audacia de su labor profética no tardo en crearle problema con la Curia de Bogotá que lo obligo a abandonar este primer campo de trabajo. Se traslado entonces a Cartagena donde vivió en un rancho miserable de la parroquia que le asignaron.
Ante la decisión de la Alcaldía de Cartagena de expropiar sin una justa indemnización las tierras de sus vecinos, Domingo Lain encabezó una manifestación de protesta y por ello fue obligado a regresar a Bogotá.
Formó parte del grupo Golconda, que se organizó a raíz de la caída de Camilo en combate. Participo en reuniones de diferentes sindicatos y se relacionó con dirigentes obreros de todo el país.
Domingo era de carácter alegre, lo que le ayudó a compenetrarse con los compañeros de lucha. El abril de 1969 Domingo era expulsado del País por la división de extranjería del DAS y obligado a viajar a España sin ninguna de sus pertenencias, ni siquiera sus documentos de identificación. Las protestas de sacerdotes, universitarios, y barrios marginados no se hicieron esperar incluso en el mismo aeropuerto al momento de su expulsión.
En España Domingo Laín dialogo con su obispo, Mons Pedro Canteros, a quien le expuso la decisión de incorporarse a la guerrilla colombiana. El anciano Obispo cedió ante los argumentos de conciencia del comandante Laín y le dio su bendicion. En febrero de 1970 Domingo Laín lanza un manifiesto al pueblo colombiano desde las montañas en el cual afirma:
"Siguiendo un imperativo moral, nacido de la conciencia de no pertenecerme a mi mismo como revolucionario sino a a las masas explotadas de Colombia y de todos los países oprimidos, a la vez que respondiendo al carácter publico que en nuestra sociedad reviste todavía la función sacerdotal, cumplo un deber de orientador del pueblo al incorporarme a la guerrilla del ELN, a su línea de acción y a sus programas político-sociales. Al hacer publica esta decisión renuevo el compromiso irrevocable aceptado al ser ordenado sacerdote, de consagración y fidelidad a los pobres y oprimidos, de solidaridad en su lucha por la Liberación de la esclavitud".