Con el Frente Francisco Garnica

CON EL FRENTE FRANCISCO GARNICA

El 30 de junio de 1994, cuando 154 hombres y mujeres del Frente Francisco Garnica dejaron la guerra y se decidieron por la paz, se dio inicio a un nuevo proceso de reinserción a la vida civil en el país.

BITACORA dialogó con Herta Díaz y Libardo Leones, dos de los dirigentes de este grupo cuyas acciones se localizaron en la Costa Caribe colombiana.

Bitácora. ¿Cómo nació la decisión de entrar en un proceso de paz?

LIBARDO LEONES: Es una propuesta que nació por allá en 1984 cuando se entabló un primer diálogo con el Gobierno de Betancur. En la tercera cumbre de la Coordinadora Guerrillera se habló de buscar una salida negociada a este conflicto. Muchos hacíamos parte en ese momento de la CGSB. Sin embargo, la crisis interna que se vivía al interior de la CGSB permitió que algunos grupos hicieran la negociación por su lado. Pero en todo caso la idea quedó allí y nos permitió tomar la decisión después; muchos de los compañeros escucharon, se motivaron y vieron que desde afuera podíamos luchar y trabajar con más amplitud que allá adentro.

HERTA DIAZ: Cuando todavía estábamos en armas, en el campo uno podía ver el sufrimiento de la gente, sobre todo de los niños. Eso era algo que nos golpeaba, por lo menos a mí. Sentimos entonces que por ese camino no se iba a lograr nada, por el contrario, la violencia crecía y crecía. En ese punto tomamos el camino dirigido a buscar los diálogos. Así llegamos a la negociación y luego a la paz. Hoy en día puedo sentarme con cualquier persona a dialogar y decir lo que pienso, ya no con las armas pero sí con palabras. Ahora me escuchan mejor.

B. ¿Por qué el Frente Francisco Garnica, que hacía parte del EPL, no se desmovilizó con esa organización en su momento?

LL: En 1991, cuando se desmovilizó el grueso del EPL, se vivía al interior de la organización una crisis interna, una crisis de mando. Había una división entre Bernardo Gutiérrez y Francisco Caraballo, entre el Comité Ejecutivo y los mandos que estaban al frente del EPL a nivel nacional. En una cumbre que se efectuó en Urabá unos días antes de la desmovilización a Caraballo se le exigió hacer presencia en la zona para discutir las negociaciones, pero él no lo hizo. Perdió fuerza y decidió quedarse en el monte.

B. ¿Eso quiere decir que si el grupo de Caraballo se hubiera desmovilizado ustedes también lo habrían hecho?

LL: Seguramente sí, sobre todo porque en esos momentos la discusión no era sobre número de hombres y de armas; se hablaba de una desmovilización social, de una inversión regional.

HD: Por esa falta de unidad hubo quien se desmovilizó sin tener mucha conciencia de la importancia del paso que estaba dando. Si hubiera habido unidad todo el mundo se habría desmovilizado. Pero bueno, hoy en día somos un movimiento muy diferente a Esperanza Paz y Libertad.

LL: Y la relación con EPL es muy buena.

B. Cuando decidieron como grupo sentarse a negociar, ¿cómo era el ambiente al interior del Frente Francisco Garnica?

HD: Al principio sentíamos temor porque no sabíamos si era cierto, si era mentira o si se trataba de una trampa por parte del Gobierno. Pero cuando uno se sienta a dialogar de verdad y en serio va cogiendo más confianza. Además nos sirvió mucho la experiencia vivida por los otros grupos desmovilizados.

B. ¿A estas alturas, cuál es el balance de haber dejado las armas?

LL: Positivo. No estamos en un plan de propuestas contestatarias frente al Gobierno sino de propuestas de concertación con toda la clase dirigente, especialmente con los que manejan el tema de la paz en Colombia. Pero sí hay asuntos donde el Gobierno debe tener más cuidado como es el caso de la seguridad de los movimientos...

En el área de vivienda no ha habido todavía claridad y al respecto estamos en conversaciones con la CRS para hacer un trabajo conjunto.

HD: Ya estamos metidos en el tema de la educación de los excombatientes. En Cartagena se están dictando las clases aunque lo cierto es que mucha gente no va porque no quiere, le falta entusiasmo o voluntad, y para nosotros es muy difícil meternos a convencerlos. En cuanto a salud, ya estamos vinculados al Seguro Social aunque se nos han presentado casos con compañeros discapacitados que no han recibido atención oportuna.

B. ¿Qué pueden decirnos sobre la marcha de los proyectos productivos?

HD: Estamos en una discusión amplia; hay quienes prefieren entrar en proyectos colectivos, otros en empresas individuales. Creo que en esto debe hacerse como la persona quiera porque esa plata le va a crear conciencia de trabajo a la gente. Además, para los dirigentes es algo difícil. Creemos que no podemos estar detrás de todo el mundo porque el individuo debe tener responsabilidad y sacar adelante el proyecto que escogió y que va a ser el sustento para su familia.

B. ¿Cuál es el proyecto político de la Organización?

LL: No podemos decir que somos un movimiento de mayorías. Todo lo hacemos en términos de concertación y con base en alianzas. Esperamos trabajar con una visión nueva sobre los términos y contenidos de una democracia, con perspectivas hacia la realidad nacional, planteando nuevas cosas a la generación que se aproxima, a este siglo que viene.

B. ¿Cuál ha sido la actitud de los miembros de la Organización frente al proceso de reinserción?

HD: La gente tiene una actitud muy positiva frente a estos procesos. A nivel político lo que hicimos salió bien y a nivel económico la gente está esperando salir adelante con sus proyectos. En lo educativo sí estamos mal porque la gente no quiere aprovechar esa oportunidad.

LL: Consideramos que por el hecho de haber negociado con el Gobierno y haber pactado con la sociedad colombiana no debemos sentirnos relegados de la política. Hay que seguir trabajando para contribuir al desarrollo de Colombia. La democracia es un proceso de construcción y no puede lograrse donde no hay contradicciones. Como político voy a seguir trabajando por las comunidades como cualquier colombiano regido por una Constitución nueva. En lo productivo he pensado en un supermercado y en el trabajo agropecuario porque sigo creyendo que el sector agropecuario en Colombia es la base para construir la paz.

La desmovilización es un paso que debe ser aceptado por todo el mundo, no sólo los guerrilleros. Después de 40 años de enfrentamientos entre la guerrilla y el Estado, ya el país está cansado de tanto muerto. Después de la guerra tiene que venir la paz y hay que hacer énfasis en la inversión social, sin la cual es imposible construirla.

HD: Estoy de acuerdo con las palabras de Libardo. Aceptamos la desmovilización porque el país está cansado de los tiros y no quiere ver más sangre. Aunque claro, siempre es más fácil armarse que desarmarse; por eso este proceso de reinserción necesita tiempo y el excombatiente necesita apoyo.