"…El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar..."
(Rubén Jaramillo, 1918).
A los pueblos de Morelos y de México.
A los pueblos del mundo.
LOS PREPARATIVOS
"Al menos dos tiempos políticos fundamentales corren y se enlazan de modo conflictivo en la geografía y en la complicada red de relaciones sociales que organizan de manera injusta la vida de nuestro país —leyó con ligero cantadito sureño la compañera Epifania, durante el breve descanso que tomaba la columna en un recoveco de la montaña—. Estos tiempos son, de una parte, el tiempo del mando político ilegítimo y de la pose triunfalista y autoritaria de los señores del poder y del dinero. Y, de la otra, el tiempo de la resistencia y de la organización de la rebeldía popular, así como de la construcción de nuevas formas de relación social y de articulación política entre los oprimidos, explotados y marginados del México profundo…"
— Yo no acabo de entender qué fregadera es esa del "mando político ilegítimo" —interrumpió Rubén la lectura, mirando inquisitivamente a cada compañero y, con especial solicitud a la joven estudiante quien, tras escuchar la pregunta, aspiró profundamente y cerró sus grandes ojos negros, dispuesta a buscar en el reverso de sus rizadas pestañas una respuesta sencilla a la emotiva pregunta del encargado de la marcha; mientras que los demás compañeros se reacomodaban, para no perder la conversación—.
— Se supone que el mando político es el poder que depositan los ciudadanos en sus gobernantes para que estos dirijan y administren de manera recta y justa la vida del país, éste sería un poder legítimo; pero en México, el mando político es el poder que nos han robado y que han corrompido los capitalistas para imponer sus decisiones y reproducir su dominación, ¡éste es el poder ilegítimo! —dijo la joven, tras haber disfrutado el grato olor a monte y meditar brevemente su respuesta—. Ese poder se personaliza en los gobernantes y se apoya en la obediencia de los gobernados, aunque es una obediencia más forzada y pasiva que real —agregó Epifania, deseando que su explicación fuese cabalmente entendida por los miembros de la columna que se mostraban atentos, a pesar de la fatiga—.
— Por medio del mando político todos los que están arriba, o sea, todos los gobiernos imperialistas, los organismos financieros y las empresas internacionales, así como los empresarios y los políticos corruptos, manipulan y modifican nuestra Constitución política estableciendo leyes y reglamentos para legalizar la explotación asalariada, el sometimiento, la exclusión social y disfrazar legalmente el saqueo, la gestión fraudulenta y la privatización del patrimonio nacional, así como la criminalización de la protesta social, como lo demuestran varios hechos repudiables, entre los que destacan, de una lista interminable, la reprivatización de las autopistas y la reciente aprobación de "la nueva ley del ISSSTE" —remató Epifania, tratando de no prestar demasiada atención a la empeñosa mirada de Rubén—.
— Pero entonces, ¿en qué momento el mando político se tornó 'ilegítimo' y por qué lo permitimos? —arremetió Rubén, atraído por la explicación, pero más por la voz serena, la expresividad de las manos y la tez morena de la joven—.
— Quienes aspiren a asumir el mando político de un país, están obligados a superar la difícil prueba de la legitimidad… si quieren ser obedecidos. Asimismo, están obligados a respetar las reglas democráticas, antes, durante y después del proceso electoral —respondió a bote pronto Epifania—. Y es ahí donde los ricachones y políticos corrompidos tuercen siempre el rabo, pues manipulan y roban la elección local o federal, mostrando el nulo valor y la total falta de respeto que para ellos tienen sus propias leyes, cuando sienten que sus intereses de clase se encuentran en peligro.
— ¿Pero cómo podríamos haber impedido el fraude electoral y la maldita represión, si las instituciones de gobierno se encuentran secuestradas y corrompidas por los ricachos y los políticos que les sirven. Y si los jodidos, que somos la mayoría, no conseguimos siquiera ponernos de acuerdo en lo que queremos y hasta en lo que no queremos?, —preguntó Rubén cada vez más impresionado por la voz y la pequeña figura de Epifania, al tiempo de voltear a ver a los demás compañeros de la columna—.
— Recordemos que lo que nos ha empujado a transitar de la sumisión a la rebeldía, en momentos clave de nuestra historia, ha sido el más profundo sentimiento de agravio e indignación frente a la injusticia —intervino de pronto Ramón, a quien se le conocía cariñosamente como 'el Profe'—.
— Más que permitir la imposición de un mando político ilegítimo, yo pienso —prosiguió Ramón— que nos ha faltado capacidad para cerrar el paso a la escalada derechista e impedir que los ricachos y sus criados en el gobierno sigan imponiendo de manera golpista y fraudulenta un mando autoritario y esa perversa relación de compra-venta, que pudre a la política y permite a los poderosos, a los que aparecen mensualmente en Forbes, seguir aplicando y legitimando sus desvergonzadas políticas de rapiña. Y digo que nos ha faltado capacidad, como pueblo y como movimientos de izquierda, porque sigue brillando por su ausencia un balance y una reflexión autocrítica sobre la práctica política propia y sus resultados concretos. Un balance autocrítico que se refleje en el desarrollo de una nueva relación social y humana entre quienes creemos que es posible construir otro modo de producir, reproducir y aumentar nuestra vida en una comunidad liberada del dominio, la apropiación y la exclusión capitalista.
—La ausencia de un proceso reflexivo y autocrítico, y la lógica del "agandalle" y de la imposición política, que sigue dominando en distintas organizaciones y movimientos sociales de izquierda, han impedido la construcción de una visión compartida y la coordinación efectiva de las distintas estrategias y formas de lucha —dijo Ramón—, pero déjenme compartir una reflexión personal, antes de reiniciar la marcha, pues ya nos está ganando la tarde.
— Durante un tiempo trabajé el tallado de madera —se apresuró a confiar Ramón—. Y para arrancarle al tronco la figura deseada tenía que seguir el hilo de la madera con las herramientas apropiadas. Pero había ocasiones en que la madera estaba tan nudosa y el hilo tan encontrado que resultaba casi imposible obtener los resultados esperados. Yo se que toda comparación cojea —prosiguió Ramón—; no obstante, pienso que nuestra sociedad es como un árbol nudoso, de hilos completamente encontrados y ocultos por una corteza parasitaria: la del absurdo proceso capitalista. Me refiero a ese proceso que ha subordinado la vida y el trabajo humano a la fría lógica de la ganancia. Un proceso que actúa como el "mata-palo": esa planta retorcida y trepadora que chupa la savia y se nutre a costa de las ramas y el tronco, y hasta parece ser parte del árbol, decorándolo. Para arrancar esa planta absurda y parasitaria que mata poco a poco al árbol de la vida, se requiere actuar desde todas partes y echar manos de distintas estrategias. Actuar desde la raíz, las hojas, las ramas, los tallos, el tronco, etc., partiendo de los más diversos modos de entender y practicar el poder como servicio y no como dominación, así como de la recuperación y recreación del original sentido comunitario de la vida humana, alimentándola con la construcción de nuevas formas de relación liberadas del autoritarismo y la dominación. Pero habrá que cuidarnos de un peligro siempre latente: no permitir que se vuelva a instalar sobre el árbol de la vida otro proceso parasitario, ni ninguna otra lógica de dominación. Sólo así podremos liberar a nuestros pueblos, del absurdo contrasentido que les ha impuesto el proceso capitalista parasitario y, en consecuencia, poder labrar digna y justamente nuestro destino… —Ramón guardo silencio un momento, atrapado todavía por la ira y la desesperación que había sentido ante la brutal represión gubernamental en Sicartsa, Atenco, Oaxaca y Chiapas. Y, dirigiéndose a la columna, concluyó:
— Les propongo que cada uno reflexione e intente encontrar, en lo que resta de la caminata, su propio modo de ilustrar la lógica y la práctica, absurda y parasitaria, del autoritarismo y la dominación capitalista, así como la manera de superar este modo, circunstancial y negativo, de producir y reproducir nuestra existencia.
— ¡Tenemos que llegar a tiempo con los compañeros! —dijo Rubén, retomando su función y rompiendo repentinamente el reflexivo silencio, sin dejar de mirar discretamente a Epifania—. Yo propongo que mañana continuemos la plática, hasta acabar de leer y discutir el documento, y hasta que podamos entender su contenido —agregó el encargado, esperando alguna reacción de los compañeros que habían mantenido su acostumbrado silencio—.
— Pues pa' mi las cosas están bien claras —replicó rápidamente Otilio, que incluso había parecido dormitar—. Pa' mi que a todos los jodidos nos volvieron a fregar… pero estoy de acuerdo en eso de terminar el documento.
No bien habían reemprendido la marcha, avanzando penosamente sobre la abrupta ladera, cuando de pronto se desprendió una piedra al inicio de la fila produciendo, junto con la voz de —¡alerta!—, el desconcierto momentáneo de la columna. Afortunadamente, al pegar contra un árbol (justamente a la altura de Ramón y de Epifania, que marchaban al centro) la piedra se desvió y cayó al vacío, no dejando de amenazar a los últimos jóvenes.
Ya entrada la tarde, el compa Otilio comunicó a Rubén, con su modo tranquilo de pistero: —¡Ya estamos remontando el filo!—, señalando de frente la montaña y, abajo a la izquierda, el rumbo de la marcha. El aviso pareció inyectar nuevos bríos a la pequeña columna y a su callado caminar de serpentina.
Antes de caer los últimos rayos del sol, se detuvieron cerca del arroyo que seguía irrigando a las insumisas comunidades de la región. Ahí calmaron su sed y recobraron el aliento. Rubén ordenó comer, obedeciendo con gozosa diligencia el urgente mandato del colectivo. Más tarde, comentaron los pormenores de la jornada, organizaron el campamento y, cada quien en su hamaca, se tiró a dormir. Esa noche no llovió. Aún así, Rubén casi no pudo cerrar los ojos, más no por el frío, sino por una suave opresión en el pecho y el parpadear de miles de estrellas y luciérnagas que lo acompañaron en su desvelo.
Al otro día, pasada la revista y reanudada la marcha, la columna llegó a la comunidad. Lo primero que percibieron, fue la sincera alegría de las compañeras y compañeros de los poblados ahí reunidos, así como el delicioso aroma de las tortillas de maíz y del hervor de los frijoles con que eran recibidos. Otilio besó a sus hijos al tiempo que les preguntaba:
— ¿Y su mamacita?...
— Mamá salió de comisión —le respondió Tolita, la hija mayor— pero ya no debe tardar.
Fue hasta ese momento que Rubén cayó en cuenta que el esfuerzo de la columna y los esfuerzos de muchos otros, estaban fundando un nuevo tiempo en la lucha por la transformación social profunda del México soterrado e insurgente, acelerando el resquebrajamiento del mando político ilegítimo de los señores del poder y del dinero. Y fue entonces que, empujado por la suave opresión que seguía sintiendo en el pecho, se acercó a Epifania y le preguntó con voz trémula, pero decidida…
— Compañera: ¿no quisiera construir la nueva república conmigo?
Epifania nomás se lo quedo mirando con tamaños ojos.
COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
CJM-23M
¡¡¡DESPIERTA PROLETARIO!!!
¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
¡¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!!
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA - EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP
Campamento Revolucionario, estado de Morelos, a 30 marzo de 2007.