Con motivo de la conmemoración del primero de Mayo, saludamos al pueblo colombiano, a los trabajadores, empleados y desempleados atropellados salvajemente por el flagelo depredador del modelo neoliberal con sus privatizaciones, los Tratados de Libre Comercio TLC, los altos impuestos, el crecimiento del desempleo, la pobreza y la miseria en más del 70% de la población colombiana. Mientras un reducido puñado de oligarcas, corruptos, paramilitares y mafiosos, amparados en el terrorismo de Estado se apropian por la fuerza de nuestras riquezas, al tiempo que cercenan los derechos y las libertades de todo un pueblo en contubernio con las multinacionales y la grosera intervención del imperialismo estadounidense en nuestro conflicto interno.
Se nos dice engañosamente, que el país crece aceleradamente cuando los grandes grupos económicos obtienen millonarias ganancias producto de los negociados provenientes de la corruptela, del despido de los trabajadores, el recorte de sus derechos laborales o del retardo en el pago de las pensiones de los jubilados, de la profundización de la crisis en sectores vitales como la salud, la educación y los servicios públicos.
Esta oligarquía expoliadora, explotadora, corrupta, mafiosa y paramilitar representada en Álvaro Uribe y su combo, se obstina en perpetuarse en el poder en defensa de sus privilegios de clase, a costa de la tragedia de las mayorías nacionales víctimas del terrorismo de Estado y de la voracidad de las entidades crediticias internacionales como el Fondo Monetario y la Banca mundial.
Compañeros: los objetivos de sus luchas sociales, económicas, políticas y culturales se identifican y hermanan con las banderas impulsadas por los integrantes de las FARC, contra quienes desde 1948 se ha lazado la fuerza del gran latifundio, de los grandes ganaderos, del gran comercio, de los grandes industriales, de los gamonales de la parapolítica y de los benefactores de la guerra, la destrucción y la muerte de la oposición revolucionaria con armas sin ellas.
Nosotros somos víctimas como ustedes de la política de “sangre y fuego” llevada a la práctica por las oligarquías colombianas en alianza con el Estado y los gobiernos de Washington.
Frente a todo lo anterior los hombres y las mujeres de las FARC-EP, ratificamos ante ustedes que, nuestras banderas por el canje de prisioneros, contra las inequidades sociales, económicas y políticas, por la dignidad de nuestro pueblo, contra la extradición de colombianos, la defensa de nuestra soberanía, por la construcción de la Nueva Colombia hacia la paz con justicia social se mantienen inquebrantables, sin que nada ni nadie consiga desviarnos de los compromisos adquiridos en Marquetalia hace 43 años.
Contra el Imperialismo por la Patria
Contra la Oligarquía por el Pueblo, somos FARC Ejército del Pueblo.