Faltan pocos días para que se realicen las elecciones. De este modo la Revolución Argentina pretende continuar con sus objetivos de explotación. Pero ahora las FFAA están dispuestas a compartir el poder con los partidos políticos.
¿Generosidad? ¿Desprendimiento? O necesidad de cubrir las apariencias? Nada de eso. Lanusse creó el GAN, promovió la conciliación, inventó la institucionalización, para que la presencia de los partidos políticos legalizara la dictadura y la explotación a través de la farsa electoral. De este modo, la explotación de los trabajadores estará legalizada por el parlamento y por un presidente “elegido por el pueblo”. Por su parte, los partidos, excluidos del poder hace 7 años, buscan desesperadamente compartir los beneficios del poder, el presupuesto, las licitaciones, las embajadas, etc. Por todo ello están de acuerdo con esta maniobra.
Hace dos años que asistimos a negociaciones, idas y venidas, peleas y más negociaciones entre los partidos y la dictadura. Todo ello se hace a nuestro nombre. Todos hablan del pueblo, de su bienestar y de sus derechos. Pero para creerles, tendríamos que olvidarnos de lo que pasó en estos años; cómo crecieron la miseria, los problemas de vivienda, la desnutrición y la desocupación. Tendríamos que olvidar cómo crecieron también las ganancias de las grandes empresas y de los miles de millones que nos sacó la burocracia. Y ahora, con buena parte de esa plata, burócratas y empresarios financian las campañas de los partidos, pretendiendo que les demos nuestros votos.
Tampoco dejamos de recordar que en estos tremendos siete años, sólo con las violentas luchas desarrolladas a partir del Cordobazo, pudimos frenar la ofensiva explotadora. Decenas de obreros y estudiantes cayeron en esas luchas. Pero los partidos que hoy buscan nuestros voto para “luchar por nuestros derechos” no estuvieron allí, codo a codo con nosotros enfrentando las balas y los gases. Allí si estuvieron las organizaciones revolucionarias. Respondieron con la violencia revolucionarias a la violencia de la dictadura. Por eso son perseguidos y están en la ilegalidad. No tienen candidatos ni piden votos. Señalan otro camino, el del desarrollo de la guerra revolucionaria por el socialismo.
Y a estas luchas, la dictadura respondió con la tortura, el secuestro, el asesinatos y las matanzas indiscriminadas de Trelew. Sin embargo, los partidos políticos no interrumpieron el “diálogo constructivo” con el régimen. Por el contrario, se hicieron cómplices de su política represiva y explotadora. Por todo ello, ni los burgueses ni los burócratas traidores a su clase representan a los trabajadores. ¿Pueden actuar a nuestro nombre Balbín, Cámpora, Solano Lima, Manrique, Calabró, Alende o Sueldo?
Por último, no debemos olvidar que esta dictadura sólo tolera aquellos partidos que no pongan en peligro el sistema de explotación que vivimos a diario. Sin embargo, hay organizaciones que diciéndose revolucionarias avalan con su presencia esta maniobra destinada a ahogar el alcance de las luchas obreras y eternizar el régimen de explotación.
Los trabajadores no debemos confiar en la legalidad burguesa. El voto que nos quieren sacar los partidos, los millones de votos de los trabajadores serán los eslabones de las cadenas que nos aprisionan. El 11 de marzo, el enemigo espera detrás de las urnas esos votos. Dejémoslo con las manos vacías.
Este sistema no tiene arreglo. No se trata de mejorar lo que nos oprime y explota, sino de construir sobre sus ruinas nuestro propio sistema. Un sistema en el que seamos dueños de nuestra producción, de nuestro trabajo y de nuestra libertad. Suba quien suba, será para ejercer la violencia del régimen. Respondamos con la violencia obrera y popular.
JAMÁS LLEGAREMOS AL PODER POR LAS URNAS
VOTEMOS EN BLANCO
LA LUCHA ARMADA ES EL CAMINO
GRUPO OBRERO REVOLUCIONARIO (GOR)
AMÉRICA EN ARMAS