"Porque aun ante la muerte y el olvido, somos memoria y vida"
Solo un silbido, solo una multitud, un llanto, una desesperada consigna, un canto, un grito, un trotar, el estallido... una bala.
Aquellos muchos que cayeron, aquellos cuantos que no volvieron, aquellos pocos que volvieron. Porque ?. Qué defendían ?. Qué defienden aún hoy ?. Porqué se rasgan las vestiduras ?. Porqué renuncian al apacible mundo de la academia, de la cotidianidad, de una simple intelectualidad que les da el pan y unos manjares ?. Qué les hace arriesgar sus vidas ?. Vivir en el bullicio y la alegría ?. Quizás porque son jóvenes ?. Y porque entonces tantos otros al borde del camino ?. Porqué yo sin entrar en esa manigua de seres de otra naturaleza, la propiamente humana.
Así me surgían las preguntas en aquel entonces cuando yo tan solo era un muchacho jugando a divertirse con lo más natural de la existencia: su indecisión, pero las preguntas fueron encontrando su respuesta.
Si uno es joven quizás tiene esa sensibilidad social que parece agotada en los "viejos", tal vez esto sea un determinismo, pero lo cierto es que la juventud tiene encendida la chispa de la vida (y no precisamente la del marketing y el consumo de la gran multinacional) que la lleva a jugársela por sus sueños, a defender lo suyo y a rescatar lo propio.
Es por eso que hombres y mujeres como Gonzalo Bravo, Rómulo Carvalo, Gustavo Marulanda, Beatriz Monsalve ... han ofrendado su vida a las causas más nobles como la dignidad, el humanismo y la libertad.
Entonces, como no entender a hombres y mujeres como ellos, que un día se cansaron de ver la miseria caminando por las calles y los campos, que se hastiaron de la corrupción, de los niños muertos de pura y física hambre, de los hospitales cerrados, de los jóvenes sin cupos en las universidades, de los pegados a los semáforos dejando de llenar una silla y adquirir unos conocimientos, de la multitud de caminantes en busca de un pan, de un empleo, de una posibilidad de ser. Hombres y mujeres que se cansaron del Terrorismo de Estado, de las mafias paramilitares, del rapaz narcotráfico que extingue la esencia pura de quienes consumen sus porquerías, de la imposición de las cadenas del terror, del odio, de la angustia.
Pero en sí hombres y mujeres que ni aún cansados desfallecieron, ni aún heridos desestimaron la esperanza.
Y por ello se ha dado a la lucha por una sociedad distinta, de humanos, pero de humanos de verdad, vividos para la solidaridad y el amor, para la belleza y la alegría. Por eso levantan la bandera de la Dignidad y el Humanismo, por eso estudian y se preparan y educan y preparan a quienes los rodean. Porque su lucha no es solo por la educación, también es por la salud, una salud publica gratuita, de calidad preventiva y enaltecedora del ser humano; por la vivienda, una vivienda digna que sea expresión del hogar, del calor de familia, una vivienda que no se derrumbe con las laderas y que no se agriete con las montañas; por la recreación, una recreación que alimente el espíritu humano, que recree en la belleza, en la lúdica, en la creatividad y en la búsqueda de la felicidad; por el trabajo, un trabajo digno, gratificante social y psicológicamente, un trabajo que no subyugue al hombre ante el producto y que le permita al hombre vivir su trabajo y no solo para este.
Pero la lucha obviamente también es por la educación, una educación pública, gratuita, al servicio del pueblo, que eduque en las ciencias, en las artes, en la cultura, en la honestidad, en la solidaridad, el amor y la alegría. Una educación coherente con las necesidades del ser social del país y de las transformaciones que se requieren, una educación innovadora, creadora, no repetitiva, que permita formar seres humanos para la vida más que para las profesiones en sí mismas.
Por todo esto es que hoy nuestros jóvenes estudiantes luchan, guerrean, marchan, combaten a un gobierno y un estado que los reprime.
Por eso el estudiantado se levanta contra el Plan Nacional de Desarrollo (PND), contra la Ley de Transferencias, contra el TLC (Tratado de Libre Comercio), contra la parapolítica, contra el desplazamiento, en sí contra toda forma de miseria y explotación neoliberal.
Y por ello han dado y siguen dando la vida. Por ello a lo largo y ancho del país siguen siendo amenazados, amordazados, torturados, encarcelados, desaparecidos y asesinados.
Por eso reprimen las marchas, las protestas, las jornadas de paro. Por eso amenazan con cerrar los colegios y universidades, con quitarles presupuesto para su funcionamiento, por eso resisten.
Por eso es necesario hoy rendirles un tributo a los estudiantes caídos en la lucha (y no a los caídos de la perra, por andar construyendo con el codo). A aquellos hombres y mujeres que han entendido y que hoy entienden que el papel del estudiantado es el de ser un transformador social, un luchador, un rebelde, un tejedor de sueños y esperanzas. Por los miles de Gonzalos, Gustavos, Romulos y Beatrices hoy el deber, llama a continuar la batalla por esa sociedad anhelada, por esa esperanza que no detiene ni amordaza nadie.
Por eso hoy entonces con fuerza, con entusiasmo, un grito de SOLIDARIDAD con los estudiantes de nuestra Colombia.
POR NUESTROS MUERTOS Y DESAPARECIDOS...
NI UN MINUTO DE SILENCIO...
TODA UNA VIDA DE COMBATE.
"PORQUE LA MUERTE NO ES VERDAD CUANDO SE HA CUMPLIDO BIEN LA OBRA DE LA VIDA".
Frente de Guerra Central
Sistema Nacional e Internacional Patria Libre
ELN