A 20 años de la llamada “Matanza de Corpus Christi”, denominación que la conciencia popular le dio a esta cobarde acción estatal de terrorismo, queda claro que la dictadura no pudo lograr su objetivo estratégico de aniquilar a las organizaciones populares y revolucionarias en Chile. Con la "Operación Albania" en particular, ni se extinguieron las ideas ni la organización por la que estos 12 patriotas generosamente dieron sus vidas. Al contrario, el FPMR, sigue firme en la senda de la revolución, con un proyecto y un quehacer concreto en poblaciones, colegios y centros laborales, en fin, en el seno del pueblo enfrentando los desafíos actuales de lucha por las demandas populares y por una sociedad más justa y digna.
Es un deber permanente de los revolucionarios mantener en alto el legado de los caídos en la larga historia de la lucha popular, resaltando su consecuencia y por sobre todo los ideales que estos encarnaron, los proyectos por los que se dieron en cuerpo y alma. Por eso es que nos hemos alejado de las tradicionales conmemoraciones lastimeras que por lo general, más que rescatar las conductas, principios y valores que estos hermanos representan, pareciera que se les vuelve a poner una lapida, convertirlos en víctimas o mártires inermes, o despojarlos consciente o inconscientemente de su calidad de combatientes y militantes vinculados con una política, una organización y una opción de clase en las circunstancias históricas que les tocó vivir.
También nos negamos a ese "hacer justicia" únicamente al alero de la legalidad pinochetista, la misma que ha encarcelado y reprimido durante todos estos años al pueblo chileno, haciendo creer que la estructura judicial es independiente de los intereses políticos que hoy dominan el país: una minoría empresarial, militar y política que constituye el círculo de los privilegiados del modelo de sociedad impuesto luego del Golpe de 1973, sólo basta ver la aplicación de la Ley Antiterrorista a los hermanos mapuches o el reciente y vil asesinato del joven trabajador Rodrigo Cisternas
Respetamos los esfuerzos y el sentir de los familiares que han luchando por justicia aprovechando los vacíos de la legalidad para encarcelar a connotados criminales, al menos los visibles. La fórmula de la reparación a los daños cometidos por agentes del Estado tal vez aplaque en parte las penurias vividas, pero en el fondo sólo sería beneficiosa para el sistema que los caídos enfrentaron, pues es el mismo el que dicta las reglas y maneja los conflictos. Más bien apelamos a la necesidad de hacer justicia objetivamente con todos los chilenos y chilenas que han pagado de forma consciente el costo de una opción de lucha social, esforzándonos por continuar los contenidos y objetivos por los cuales se sacrificaron tantas generaciones, cuestiones de fondo que no se compran ni se venden en los mercados del poder, ni menos en las sucursales de los renegados que hoy gobiernan el país.
Los 12 patriotas caídos en combate siguen presentes en la lucha de los estudiantes secundarios, de los trabajadores y pobladores que buscan condiciones más dignas de vida, trabajo y estudios, ellos siguen presente en la lucha del pueblo mapuche por defender su tierra y su cultura ancestral, ellos siguen presentes en la resistencia de los prisioneros políticos tanto en Chile como en el continente, en especial en nuestro hermano Mauricio Hernández Norambuena, digno combatiente internacionalista que enfrenta hoy día la saña y la arbitrariedad de un Estado supuestamente democrático y progresista como el brasileño.
El mejor homenaje a estos hermanos es que el Rodriguismo se mantenga junto a su pueblo; desarrollándose con un proyecto propio, fruto de su experiencia y sujeto a las necesidades históricas del momento, construyendo las fuerzas sociales que serán capaces de derrumbar este sistema injusto, recién ahí podremos decir que se ha hecho justicia plena con los héroes de Corpus Cristi.
Hermanos: José Valenzuela Levy, miembro de la Dirección Nacional de FPMR, combatiente internacionalista en Nicaragua y jefe de la Operación Siglo XX; Esther Cabrera Hinojosa, Elizabeth Escobar Mondaca, Manuel Valencia Calderón y Ricardo Silva Soto, relacionados con tareas de infraestructura y aseguramiento; los responsables de escuela Juan Waldemar Henríquez y Wilson Henríquez Gallegos; la integrante de fuerzas combativas Patricia Quiroz Nilo, el instructor militar Patricio Ricardo Acosta, el jefe regional Ricardo Hernán Rivera y Recaredo Ignacio Valenzuela, miembro de la Dirección del Frente en su calidad de Jefe de las Fuerzas Especiales…