Periódico Independiente de Combate
Órgano de Difusión de las Milicias Insurgentes – Ricardo Flores Magón
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua;
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos...
Me queda la palabra...
Ciudadanos del mundo:
La humanidad se encuentra en uno de los momentos más solemnes de su historia. En el universo nada es estable: todo cambia, y nos encontramos en el momento en que un cambio está por efectuarse en lo que se refiere al modo de agruparse de los seres humanos al conjunto de instituciones económicas, políticas, sociales, morales y religiosas, que constituyen el sistema capitalista, o sea el sistema de la propiedad privada o individual.
El sistema capitalista agoniza herido por sí mismo, y la humanidad, asombrada, presencia el formidable suicidio. No son los trabajadores los que han arrastrado a esta vorágine: es la burguesía misma la que ha provocado el conflicto, en su afán por dominar los mercados.
La burguesía de los Estados Unidos -y la de todo el mundo- teme que de un momento a otro, aquí mismo en los Estados Unidos, así como en Europa, Asia, Africa, Oceanía y por todas partes, el desheredado enarbole la bandera de la rebelión y prenda fuego a los palacios de sus señores, y arranque la existencia de autoridades y ricos. En México el interés de esta burguesía es que el país esté poblado por esclavos para que no disminuyan los negocios, quiere ver al mexicano eternamente encorvado sobre el surco, fecundando con su sudor una tierra que no es suya, dejando en el trabajo su sangre, su salud y su porvenir en provecho de sus amos; lo que a los capitalistas les interesa es que haya un gobierno estable en México que responda, a balazos, las demandas de los trabajadores.
De mil maneras se nos incita a los pobres a ser patriotas. Desde que nacemos a la vida hasta que rendimos el último suspiro, zumban en nuestros oídos las palabras "ama a tu patria". El pobre sólo sabe que tiene patria porque tiene que servir en el ejército, y los beneficios que de la patria recibe son los garrotazos del gendarme, la contribución para los gastos del gobierno, el beneplácito de ganar un salario mínimo o de ver jugar a la selección de futbol. Al pobre no le beneficia en nada la patria por que no es de él. La patria es la propiedad de unos cuantos que son dueños de la tierra, de las minas, de las casas, de las fábricas, de todo cuanto existe; pero al pobre se le inculca que ame a la patria. Tan es cierto que los intereses materiales son la patria, que la burguesía no se opone a una invasión extranjera cuando esta no tiene por objeto despojarla de sus propiedades y hasta es solicitada la invasión cuando las bayonetas invasoras pueden prestar algún apoyo al principio de la propiedad privada, cuando ese principio está en peligro de desplomarse a las recias embestidas de la justicia popular.
Estos son los motivos de que hoy, 1° de Octubre de 2002, el máximo poderío militar sobre el orbe, es decir, el máximo despotismo existente sobre el orbe; arrebata por completo el aberrante protagonismo de los gobiernos títeres del sistema político mexicano y pone en claro su pretendido afán de someter al mundo bajo su bota militar.
Hoy 1° de octubre de 2002, el llamado Comando Estratégico del Norte, asume el control militar absoluto, del Hemisferio Norte del Continente Americano. Los gobiernos de los países que se enmarcan dentro de este comando, bajan la cabeza y aceptan gustosos esta decisión.
Hipocresía, ambición irrefrenable, miedo: éstos son los ingredientes malditos que entran en la composición de piratas que se conoce como "guerra contra el
terrorismo".
Este atentado contra la humanidad no es el acto gallardo del hombre que se interpone entre el verdugo y la víctima, sino el asalto brutal del bandido, realizado por sorpresa y por la espalda. La invasión militarista llevada a cabo por las fuerzas del capitalismo yanqui, no es el asalto audaz a la trinchera, en pleno día y a sangre y fuego, sino el golpe asestado en las tinieblas por un brazo invisible.
La mano que ondea la bandera de las barras y las estrellas, pregonando (cruel contradicción) "justicia infinita", no es la robusta mano del héroe, inspirado en altos ideales, sino la mano temblorosa del negociante, que lo mismo sabe vaciar de un zarpazo los bolsillos del pueblo, como azuzar sus perros contra el mismo pueblo cuando éste muestra poca disposición para ser desvalijado.
Imaginaos a la humanidad, sin pasiones, teniendo todos los mismos gustos, pensando todos del mismo modo, y decid si no sería preferible morir de una vez a sufrir la prolongada agonía, que no otra cosa sería el vivir en tales condiciones.
El orden, la uniformidad, la simetría parecen más bien cosas de la muerte. La vida es desorden, es lucha, es crítica, es desacuerdo, es hervidero de pasiones. De ese caos sale la belleza; de esa confusión sale la ciencia; de la crítica, del choque, del desorden, del hervidero de pasiones surgen radiantes como ascuas, pero grandes como soles, la verdad y la libertad. La discordia, he ahí el grande agente creador que obra en la naturaleza. Revolucionaria siempre, la discordia hace que el disgusto fermente en los pechos proletarios hasta que, amargadas las almas hasta el límite, irritados los nervios hasta alcanzar el máximo de tensión, la desesperación hace que las manos busquen la piedra, la bomba, el puñal, el revólver, el rifle, y se lancen los hombres contra la injusticia, dispuesto cada uno a ser un héroe.
El poder ríe cuando el trabajador emplea la boleta electoral para conquistar su libertad económica; pero tiembla cuando el trabajador hace pedazos, indignado, las boletas, que sólo sirven para nombrar parásitos, y empuña el rifle para arrancar resueltamente de las manos del rico el bienestar y la libertad.
Ríe el capitalista ante las masas obreras que votan, porque sabe bien que el gobierno es el instrumento de los que poseen bienes materiales y el natural enemigo de los desheredados; pero su risa se vuelve mueca de terror cuando, perdida la confianza y la fe en las mentiras de los gobiernos, el trabajador endereza el cuerpo, pisotea la ley, tiene confianza en sus puños, rompe sus cadenas y abre, con estas, el cráneo de canallas que por generaciones han sido culpables de su dolor...
No vamos los revolucionarios en pos de una quimera: vamos en pos de la realidad. Vamos hacia la vida.
El abismo no nos detiene: el agua es más bella despeñándose.
Si morimos, moriremos como soles: despidiendo luz.
Las caretas han caído no sirve de nada morir intentando golpear lo que sólo es la espada del tirano, estamos en las entrañas del dragón y tarde o temprano tocaremos el corazón...
“La palabra como medio para unificar tendencias, la acción como forma de cambiar y establecer la vida”
“Instruir al cerebro para hacer efectivo el golpe del brazo, armar el brazo para proteger contra las armas las concepciones del cerebro”