Carta de John William Cooke a dos compañeros de FOETRA

CARTA DE JOHN WILLIAM COOKE, COMO SECRETARIO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA PERONISTA, A DOS COMPAÑEROS DE FOETRA.

Noviembre de 1964.

Compañeros H. M. y J. F. del Sindicato Buenos Aires de Foetra.

Estimados Compañeros:

Durante bastante tiempo he estado prófugo fuera de mi domicilio, circunstancia por la cual recién en esta mañana llego a mis manos la invitación para asistir al “Cabildo Abierto Telefónico”. Pese mis esfuerzos, no he podido cancelar un compromiso contraído con bastante anterioridad con compañeros trabajadores del Uruguay, que mañana regresan a su país.

En consecuencia, justo con mi agradecimiento por la invitación, les hago llegar mis excusas por no poder participar en ese encuentro. Pero también deseo hacerles presente que si bien toda participación en actos relacionados con la clase obrera, constituye para mi un deber y una satisfacción, en este caso del sindicato telefónico capital, me es particularmente penoso no contribuir al debate y estar presente. En un momento en que la clase obrera afronta las condiciones durísimas creadas por un gobierno que ejecuta con dedicación implacable la política del régimen restaurado en 1955, las estructuras organizativas están en crisis y no pueden cumplir con su función de unir en una voluntad común de resistencia las rebeldías generales pero dispersas.

Y eso no se debe al rigor represivo de la dictadura militar, que demostró estar dispuesta a todos los extremos de ferocidad cuando, frente a un paro de actividades decreto un “escalada” de represalias y se comporto como si hubiese vencido en una guerra. Esa violencia potencial no ha necesitado, en general, transformarse en actos prácticos, porque la combatividad obrera ha carecido de los instrumentos funcionales que la cohesionase en consignas, métodos planteos comunes. Lo menos importante, con ser algo que la indignación obrera ha registrado perfectamente, es el nombre de los responsables en diverso grado, de los que han incumplido su mandato, demostrado su temor ante el enemigo, llevado a las filas proletarias una derrota que no se produjo en los hechos sino en la propaganda del régimen y en el espíritu de esta pobre gente prisionera de las posiciones burocráticas, las prebendas, los intereses individuales. Ellos, los dirigentes claudicantes, demostraron ante el rigor de momentos de crisis hasta que grado era profundo el deterioro de las organizaciones sindicales. Flores de invernadero buscando siempre el calor oficial, en la primera confrontación proyectaron sus temores y compromisos al conjunto de la clase trabajadora, como si esta compartiese esas debilidades nacidas en la dulce ociosidad de los cargos ejercidos sin vocación revolucionaria.

Sus nombres no interesan, y pronto se los llevara al olvido, y cuanto antes mejor. Pero si es preciso que no pueda especularse nuevamente con la desmemoria de los trabajadores, que “lo burocrático”- que es un estilo, una visión implantados por la clase dirigente y no absorbida en la tierra fértil de las bases obreras- sea desterrado para siempre. Y bien: para demostrar que solo algunos dirigentes pero no las clases han traficado con el honor y templado ante el primer redoblar de las espuelas mandonas para testimoniar que diez años de desgracia no son factor para minar la moral combatiente, para todo ese contraste están las direcciones como la de Telefónicos Capital, que en los momentos de peligro dijeron lo que muchos callaban, miraron de frente a las cosas y dieron cumplimientos a las promesas y deberes contraídos con las bases, que para los claudicantes del “dialogo” y el “compromiso” y demás nombres del reformismo pactista, son solo de discursos floreados de intrascendentes, por esas razones, y pese a no poder expresarlo personalmente quiero que tengan presente que los compañeros que militan en nuestra Acción Revolucionaria Peronista y que pertenecen a otros sectores del trabajo, han seguido con intereses y solidaridad emocionada la lucha de ustedes con la prepotencia de los espadones gobernantes y la complicidad del temor de parte de quienes tenían obligación de apoyarlos mas halla de las formulas vacías. Y que el espectáculo que han brindado algunos sindicatos y gremios que opusieron sus escasas fuerzas y un clima viciado por la cobardía de muchos no ha sido en vano ni ha pasado desapercibido en cuanto significa, por quienes mantienen inalteradas su lealtad a la causa de la liberación argentina, para cumplir con su vocación de nuestro pueblo de realizarse como nación soberana y como sociedad sin explotación del hombre por el hombre.

Caerán las estructuras de la depredación imperialista y las estructuras del despojo de este capitalismo que esta llegando al término de su ignominioso reinado. Para eso, todo esfuerzo es digno de mención, ningún acto de consecuencia y lealtad debe ser ignorado o desestimado. Y pronto llegara el momento de las batallas definitivas, y el triunfo final, ante o después, ha de redimir todos las frustraciones de esta época de infamia.

Los abraza fraternalmente


John William Cooke

Secretario General
Acción Revolucionaria Peronista