En un país en donde nos acostamos con una coyuntura política, económica y social y nos levantamos con otra totalmente diferente no es de extrañar que el manejo de los medios de "desinformación" sea un factor determinante en la vida diaria de nuestra "Locombia."
De allí la importancia de poder tener claridad frente a; diferenciar que es lo coyuntural, y que es lo estructural en nuestra sociedad. Desafortunadamente la mayoría de nuestro pueblo sigue estando bajo la dictadura de los medios y su manejo del imaginario público, condicionando y llevándolo a respaldar sus propósitos más oscuros generalmente disfrazados como filantrópicos y humanitarios, lejos de cualquier mezquindad o interés individual.
Sin embargo si nos detenemos a analizar un poco cada situación podremos darnos cuenta como los intereses de los grandes monopolios, de los poderosos de siempre están impresos en cada uno de estos actos.
Mientras el pueblo venía generando movilizaciones a nivel nacional, las cuales no pudieron ser minimizadas por la propaganda oficial, para enfrentar las agresiones que desde el ejecutivo y el Legislativo se vienen adelantando en aspectos como; la ley de transferencias, el TLC, la ley de tierras y otros temas de importancia sustancial en la vida diaria de las mayorías, sumado al escándalo de la narcoparapolítica, que cada día cercaba más al presidente. Pero, bastó el insuceso de la muerte de 11 diputados retenidos por las Farc, para minimizar los graves problemas que aquejan al país por más de 50 años, cambiando por completo el decorado de nuestra triste realidad. Y no es que estemos minimizando la muerte de estas personas, representantes del poder político oligárquico que por siglos nos han oprimido, sino el cinismo como actúan los poderes del estado, que no tiene parangón. Hoy, se rasgan al unísono las vestiduras por estos 11 muertos, por los cuales no hicieron, en estos 5 años, ni el más mínimo intento político por buscar su libertad, solicitada por las Farc mediante un Canje Humanitario, y si repetidamente han realizado operativos militares supuestamente en la búsqueda de su rescate, que se sabe, como ya ha ocurrido en varias ocasiones que solo puede terminar en la muerte de los retenidos. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que el gobierno siempre buscó este desenlace pues su máxima ha sido "con cara gano yo y con sello pierde la insurgencia.
A este coro de la hipocresía se han sumado cuanto oportunista puede aparecer y que por lo tanto tiene cabida y espacio en la orquestada sinfonía del establecimiento.
Bastaría recordar los más de 500.000 muertos que ha ocasionado el estado Colombiano y su proyecto Narcoparamilitar en el conflicto social y armado en nuestro país en las últimas 5 décadas o los casi 4 millones de desplazados de las últimos 20 años, para entender que es lo que se esconde detrás de esta acción propagandística en contra de la insurgencia y que en últimas busca desviar los objetivos reales de lucha de nuestro pueblo.
Lo central está en la búsqueda de la solución política al conflicto social y armado que vive nuestro país y no mantenerse en la premisa de la inexistencia del conflicto y la consecuente negación de un interlocutor válido en la insurgencia, pues simplemente se nos cataloga y trata como una amenaza terrorista, discurso este aprendido de las directrices del pentágono y la casa Blanca. De esta manera cualquier protesta social será tratada como una amenaza terrorista y sofocada como tal. Pero, ni podemos dejarnos amilanar por la respuesta del estado, ni dejarnos confundir con las artimañas a las que desde los grandes centros de poder se recurre para desviar el camino de las verdaderas luchas que debe de librar nuestro pueblo.
NI UN PASO ATRAS LIBERACIÓN O MUERTE
COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES
NI RENDICION NI ENTREGA, SOLUCION POLITICA PARA EL PUEBLO Y LA NACION