BENITO JORGE URTEAGA: A 31 AÑOS DE SU CAÍDA EN COMBATE
Por Daniel De Santis
El 19 de julio de 1976, junto a Santucho, cayó combatiendo Benito Jorge Urteaga y en las cercanías fue secuestrado Domingo Menna. Eran ellos, junto a Mario Roberto, los más destacados miembros de la dirección del PRT.
También fueron secuestrados y desaparecidos los importantes cuadros partidarios: Liliana Delfino, Ana María Lanzillotto y Fernando Gértel. El estupor que causó la muerte de Santucho y los homenajes posteriores postergaron el reconocimiento hacia los demás compañeros. Hoy queremos recordar a quién fue no sólo uno de los más importantes dirigente de nuestro Partido y sino de la Revolución en la Argentina.
Benito, o Mariano como lo llamábamos en la clandestinidad, era oriundo de la ciudad de San Nicolás. Su padre era diputado radical, durante la presidencia de Arturo Illía, cuando éste fue derrocado por el golpe militar encabezado por el dictador Onganía, el 28 de junio de 1966. Ese día Benito, que tenía alrededor de 19 años y trabajaba como secretario de su padre, se había dirigido junto a sus compañeros a las inmediaciones del Congreso para reunirse en la confitería El Molino. La leyenda cuenta que durante la reunión, mientras sus compañeros rumiaban la impotencia, él fue el más decidido del grupo: “ante esta situación –dijo- lo que tenemos que hacer es empuñar las armas”.
No conocemos las circunstancias de su ligazón e incorporación al PRT, pero es evidente que inmediatamente se puso a concretar la propuesta hecha en la confitería El Molino. Es así que los documentos partidarios ya lo mencionan jugando un papel destacado en la lucha interna desatada en el Partido a mediados de 1969. Leemos en el documento del Vto Congreso que fue “la carta de Mariano, primera reacción del ala leninista” la que alertó sobre la inoperancia de la dirección en aplicar las resoluciones del IV Congreso partidario, convirtiendose, de esta manera, en uno de los más firmes dirigentes de la Tendencia leninista.
Participó en el V Congreso del PRT que fundó el ERP el 29 y 30 de julio de 1970, y fue electo miembro del Comité Central y decidido combatiente en las primeras acciones armadas. En noviembre de ese año fue detenido por su participación en la expropiación del Banco Comercial del Norte. En la cárcel se destacó en la preparación de la fuga del Penal de Villa Urquiza, la que se concretó el 6 de setiembre del año siguiente. En cruento combate se habrió camino hacia la libertad junto a 17 compañeros. Las fuerzas represivas tendieron un cerco sobre la ciudad de Tucumán, recapturando algunos de los evadidos, pero él junto a otros logró evadirlo y reincorporarse a la lucha.
Después de la detención de Santucho y Gorriarán en agosto de 1971 y del secuestro y desaparición de Pujals el 16 de setiembre, Mariano asumió la máxima dirección del Partido, y se instaló en Buenos Aires y, posteriormente, en La Plata. En esa época lo conocí. Entre otras tareas estaba impulsando la formación de los Comités de Base. Apoyándose en los mismos el PRT proponía construir un partido electoral con vistas a ampliar nuestra respuesta a la táctica contrarrevolucionaria del Gran Acuerdo Nacional. Un día, a principios de 1972, me citó y me designó, bajo la responsabilidad de la entrañable compañera Susana Gaggero, para que iniciáramos el trabajo del Frente Legal partidario en la Regional Sur de Buenos Aires.
Cuando el 22 de agosto de 1972 nos enteramos de los fusilamientos de Trelew nuestro ánimo era de dolor por los compañeros asesinados y odio y furia contra los militares asesinos. Yo pensaba: “ahora vamos a salir a reventar milicos”. Cón ese ánimo llegué a la casa de una compañera y me encontré a Mariano quién había terminado de escribir un largo documento al pueblo argentino donde denunciaba los crímenes, analizaba la situación política y llamaba a redoblar la lucha para terminar de derrotar a la dictadura, también alertaba al pueblo sobre la táctica del engaño que significaba el GAN. Pero lo que más me llamó la atención, y que reflejaba su maduración como dirigente revolucionario, fue la serenidad de Benito y del documento, el cual finalizaba con esta consigna: “Ante esta provocación respondemos serenamente ¡Han muerto dieciseis revolucionarios! ¡Viva la revolución!
Además de dirigir al Partido y al ERP, en esos momentos de bruzco viraje en la situación política y de extrema debilidad de la estructura organizativa del Partido, por los golpes de la represión, debió asumir nuevamente la lucha interna en contra de dos corrientes que se oponían al leninismo que encarnaba el PRT. Una orientada por el trotskysmo de la 4ta. Internacional y, la otra influenciada por el rebrote populista en las filas de la izquierda, debido a que en algunos compañeros generó expectativas la táctica confrontativa de Perón con la dictadura de Lanusse. También, por esta época, Mariano me encargó que organizara una reunión en mi casa de la que participaron él y Silvio Frondizi. Mientras yo cebaba mates escuchaba como Mariano le proponía a Silvio integrar la formula presidencial junto al ya legendario Agustín Tosco. Silvio aceptó inmediatamente y dijo estar “muy de acuerdo, incluso con el orden”, y agregó algo que le escuché decir otras veces, que él era un traidor a su clase, la burguesía, ya que luchaba del lado de los obreros.
Después del 25 de mayo de 1973, Benito juegó un extraordinario papel en la tarea de construción del Partido en el proletariado industrial de las grandes fábricas. Se conserva su conferencia sobre la formación multilateral de los cuadros de un partido revolucionario. En ella puso énfasis en la fusión del Partido con la vanguardia obrera y en la que se refleja la experiencia que personalmente estaba realizando. Por esa época además de sus responsabilidades en el Buró Político partidario – jefe de inteligencia, de allí su grado de Capitán del ERP, dirigir la Regional Buenos Aires y luego las tres regionales en las que se dividió esta- fue designado, para completar su formación, responsable del Frente partidario en la fábrica automotriz Ford. A esta tarea le imprimió un extraordinario dinamismo. Edición de volantes, boletín fabril. Organización de las células de militantes partidarios, etc. El papel dirigente en las jornadas de junio y julio de 1975 que los jóvenes y poco experimentados militantes obreros juegaron en las movilizaciónes de esa fábrica, y de toda la zona norte del Gran Bs As, no fue ajena a su intervención. Benito fue así uno de los protagonistas de la columna Norte de las Coordinadoras en lucha.
Después de la caída del Comandante Juan Eliseo Ledesma, jefe del Estado Mayor del ERP, Mariano fue designado al mando de la operación de asalto y copamiento del Batallón de Arsenales 601 de Monte Chingolo. El 23 de diciembre el ERP emprendió la acción más grande y más ambiciosa; en ella participaron trescientos combatientes las tres compañías y el Pelotón especial que formaban el Batallón General San Martín de Buenos Aires. Nos vimos al otro día, no parecía haber entrado en la desesperación, como ha dicho un ingrato ex compañero suyo, más vale era tranquilidad y firmeza lo que trasmitía a sus subordinados. Me entregó un montó de papelitos de control de los participantes en el asalto y de los informes y me pidió que ordenara los nombres de los compañeros que no habían regresado, eran 45, luego supimos de laguno más. De los informes extrajimos los más interesante y los pasamos a la redacción de la Estrella Roja.
La dura derrota sufrida en esta acción no doblegaron su extraordinario optimismo y su voluntad de seguir firmemente en la lucha. De las reuniones del Secretariado de la Regional Sur, que tuvimos en los meses sigientes, recuerdo algunas anécdotas que reflejan su carácter y entusiasmo. Una ves nos dijo: “en el Buró Político calculamos que en cinco años más es posible que tomemos el poder”. Otro compañero, Luis Angelini, el Gordo Horacio dirigente de los obreros de la fábrica Rigolleau, me pasó un papelito por debajo de la mesa en el que decía: Horacio, Jefe de la Cheka, Roberto, o sea yo, Comisario de Chivilcoy. En otra oportunidad, cuando la represión arreciaba sobre el pueblo y sobre las organizaciones revolucionarias nos dijo, sin formalismos, en tono coloquial, lo cual no le quitó gravedad a sus palabras logrando que todos lo sintiésemos como un juramento, que: “Así quede vivo uno sólo de nosotros el PRT va a seguir existiendo”.
Mariano, o Benito, era un muchacho alegre, dicharachero. En las muchas reuniones que compartimos, pese a no abandonar su función de dirigente partidario, no podía ocultar su picardía y su buen humor, siempre dispuesto a contar un chiste que disfrutaba contagiosamente, tomar un vino, tocar la guitarra y cantar con sus amigos. Una anécdota que cuenta Pola Augier lo pinta tal como era. Como no podían casarse lagalmente, un día que caminaban por Avellaneda le dijo a Pola que ya era hora de que se casaran. : “Se metió en una joyería y compró dos anillos de compromiso. Salió muy contento y detuvo a una viejita que pasaba. Sin vacilar y con esa sonrisa compradora que conseguía todo, le dijo: ‘Linda señora, hemos observado a todos los que pasan por esta calle y creemos que usted es la más respetable. Ella y yo nos queremos mucho y no podemos casarnos por razones poderosas. Quisiera que usted nos casara, ahora, aquí mismo’...ella dejó las bolsas y con una gran sonrisa preguntó a Mariano si teníamos anillos. Los tomó en sus manos, les dio un beso y mientras nos colocábamos mutuamente los anillos, dijo algo así como: ‘Deberán amarse y respetarse hasta que la muerte los separe. Dios los Bendiga’. Nos dio un beso. Levantó las bolsas y retomó su camino”. De su matriminio con Pola Augier nació su hijo José.
El 19 de julio, el PRT sufrió su golpe más duro del cual no pudo reponerse, no sólo Robi y el Gringo Menna cayeron combatiendo sino sus compañeras Liliana Delfino, miembro del Comité Ejecutivo, y Ana María Lanciloto y Fernando Gertel, también perdimos a nuestro jefe y querido compañero Benito Urteaga, Mariano. Pese a todo sus enseñanzas y su ejemplo no se han perdido, permanecen vigentes en la voluntad de las nuevas generaciones de revolucionarios quienes las llevaran como bandera hacia la victoria.
BENITO URTEAGA
HÉROE DE LA REVOLUCIÓN ANTIIMPERIALISTA LATINOAMERICANA Y SOCIALISTA