A las organizaciones democráticas revolucionarias.
Al pueblo de México y del mundo.
A los medios de comunicación.
Ahora que los ásperos tiempos parecen alejar la luz que a lo lejos del túnel parecía percibirse; ahora que la noche parece cernirse sobre la luz que aún divisábamos; ahora que se escuchan unas voces por aquí y otras voces por allá, como si fueran vientos gélidos -de un polar espacio- que cortan en trozos la carne; ahora que mensajes y señales, crípticas o no, se expresan; ahora que crujidos y rechinidos de goznes parecen cerrar la puerta que permanecía abierta para entrar en un espacio de diálogo y escucha mutua; ahora que nuevas expresiones revolucionarias parecen emerger, como por generación espontánea, sin mayores antecedentes y que asumen posturas políticas de adhesión a lo existente o que se expresan como formas específicas de desarrollo político y militar; en fin, ahora que la vorágine de virtuales expresiones mediáticas se descalifican unas a otras y que se consideran, algunas de ellas, como depositarias de la verdad sobre los hechos, es necesario que expresemos lo necesario para contribuir con la búsqueda de la verdad como expresión de una historia, un proceso y una dirección.
Un problema emerge en tratándose de este asunto: ¿Cómo podemos asegurar que una u otra expresión, de todas las que se expresan es la que posee la verdad, o que es la verdadera? Sobre todo, ¿No será posible encontrar dicha verdad en diversos fragmentos que permanecen esparcidos en la historia de diversas organizaciones que confluyeron en un proyecto y que después se disgregaron y continuaron su propio proceso histórico?, ¿No será acaso que ninguna de estas organizaciones, por sí misma, dispone de La Verdad (así con mayúsculas) y que la misma debe ser reconstruida con las experiencias que cada una esté dispuesta a compartir?
Si asumimos que ninguna de las siglas existentes hasta ahora posee la verdadera verdad, la única verdad, la absoluta verdad, la verdad total, entonces nos resta manifestar no La Verdad, sino los elementos de juicio de los cuales disponemos y que consideramos necesarios, aunque no del todo suficientes, para que puedan ser reconstruidas las condiciones que hicieron posible la expresión de situaciones específicas que ahora se observan en el país.
No pretendemos la verdad única, total, absoluta y verdadera, pues esta no existe como tal, únicamente nos proponemos contribuir con la reconstrucción de los hechos que hoy vemos y no atinamos a comprender o explicar. Al menos no del todo.
Así, para tratar de explicar la realidad y asegurar un avance significativo en la lucha por la transformación radical de nuestras relaciones sociales y humanas, damos a conocer nuestro punto de vista sobre la historia de nuestro proceso, su crisis, fragmentación y actual colisión entre las organizaciones de la diáspora eperrista.
¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR¡
¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!
¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA-EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP