En 1945 el país está en un período de progreso y ascenso económico. Está creciendo por dentro: en el interior del país se levantan focos industriales y el gobierno cuenta con buenas reservas monetarias en el exterior. Esta situación general posibilita el surgimiento del fenómeno peronista y principalmente a través de tres factores:
1) El surgimiento de la industria nacional, fruto de la prosperidad general, de las condiciones del mercado internacional de posguerra principalmente y de las condiciones del mercado interno por falta de material manufacturado.
2) Los comienzos de penetración yankee a consecuencia del debilitamiento del imperio británico y de la expansión del norteamericano.
3) Las migraciones internas. A consecuencia del surgimiento industrial aparece un nuevo proletario urbano llegado del interior del país, de origen criollo y no politizado y en una total situación de desarraigo, ya que a pesar de la floreciente prosperidad económica la situación de la clase trabajadora era de explotación, malas condiciones de empleo, ausencia de reglamentaciones laborales, jubilaciones y protección social.
El coronel Perón se pone a la cabeza del movimiento nacionalista -integrado por sectores de la burguesía nacional y del ejército- y de la clase trabajadora organizada con ese nuevo proletariado urbano, tomando como banderas la defensa de la naciente industria nacional, la lucha contra la penetración yankee y las reivindicaciones sociales de la clase trabajadora.
El 17 de octubre de 1945 es la primera acción masiva de la clase trabajadora argentina, es el despertar político de los descamisados, es el encuentro del Pueblo con su líder, quien lo llevará a alcanzar el más alto nivel de conciencia, conciencia de su misión y destino histórico. Cientos de miles de hombres y mujeres se movilizan en forma masiva para imponer su voluntad y reconquistar al caudillo; es la fuerza pujante y nueva de los trabajadores contra los valores caducos de la oligarquía imperialista y explotadora.
El peronismo tiene su nacimiento por la irrupción de los trabajadores en la vida nacional como copartícipes en la construcción de la nueva Argentina. En el campo internacional significa una avanzada de los países del Tercer Mundo, que buscan su propio camino al margen de las dos hegemonías.
A partir de 1945, como movimiento antiimperialista, popular y nacionalista, el peronismo iniciará en el país el proceso democrático burgués. En el orden económico representa la defensa de las riquezas del país de las manos extranjeras: la deuda exterior es reembolsada (sumaba el 40% de nuestros recursos y divisas); los transportes, gas, teléfono, electricidad, fueron nacionalizados; la nacionalización del Banco Central permitió disponer del ahorro nacional para el desarrollo del país: a través del IAPI se aseguraba el precio de las materias primas exportadas e importadas.
Sin embargo, en el aspecto económico, las estructuras del poder oligárquico no fueron modificadas.
En el orden social se manifiesta una serie de reivindicaciones auténticas; se reglamentan los derechos del trabajador, la familia, los ancianos y la educación; se da participaciones en la cosa pública al Pueblo otorgándose el voto a las mujeres y a los indígenas; la clase trabajadora participa directamente en el poder político, y hay ministros y gobernadores, diputados, senadores, diplomáticos obreros; la distribución de la renta nacional permite elevar el nivel de vida de la clase trabajadora. Esta proporción se invierte a favor de los trabajadores quienes reciben el 66% de la renta nacional.
Políticamente se dio al proletariado conciencia de clase y conciencia de su fuerza y, por lo tanto, de su posibilidad de participar en la conducción del país.
Con la desaparición de las condiciones de prosperidad de posguerra comienzan los enfrentamientos: es la lucha de clases dentro del Movimiento Peronista: el Ejército es partidario de la industrialización pero no de una política social avanzada; la burguesía desea aumentar aun más sus beneficios propios negociando con el imperialismo; y los burócratas no hacen mas que estancar el proceso. Frente a ellos los "cabecitas negras" y los "grasitas" -como ellos llaman al Pueblo- tienden a radicalizar la política social. El avance del grado de conciencia política exige la profundización de las consignas y de la política revolucionaria nacional como también la plana participación de los trabajadores en las determinaciones de la conducción.
Sin embargo la dirección del movimiento permanece en manos de sectores de la burguesía nacional y de la burocracia sindical y política todopoderosa. Falta combatividad de clase, falta la presencia revolucionaria de Evita, abundan las conquistas fáciles, el Pueblo vive la euforia de un progreso sin límites, no se toma conciencia de la necesidad de destruir las estructuras que sostienen a la oligarquía y sus intereses para logran un efectivo reparto de los bienes de producción; se paraliza la democratización del Movimiento.
Es así que el proceso se estanca y las fuerzas, antes unidas en un amplio frente antiimperialista, se van dispersando para terminar en choque; el Frente se rompe.
Desde 1955 han pasado 14 años que las minorías oligárquicas tomaron el poder despojando al pueblo y a PERON DEL GOBIERNO, En estos 14 años el Peronismo se planteo la lucha en los más diversos frentes para reconquistar el Poder. Durante estos 14 años los caminos empleados no estaban a la altura de su condición revolucionaria y tienen en común el espontaneismo. Fueron: el golpismo, el electoralismo, la burocracia reformista o traidora en contacto muchas veces con jefes militares, el terrorismo y el sabotaje y solo condujeron a callejones sin salida. Las sucesivas crisis militares, el triunfo militar, el triunfo popular y masivo del Peronismo el 18 de marzo de 1962, el derrocamiento de Frondizi, las nuevas crisis militares así lo demuestran.
El 18 de marzo demostró que la oligarquía no estaba dispuesta a entregar el gobierno, ni tampoco el Poder, por cuestión de votos mas o menos. El golpe del 28 de junio de 1966 representa la continuación genuina de la política de la oligarquía despojada ahora de falsos mascarones, por medio de las Fuerzas Armadas que, en esta coyuntura, son la única estructura capaz de defender efectivamente los intereses de la oligarquía y el imperialismo.
La falta de una ideología coherente y de una estrategia revolucionaria que encuadraran los distintos métodos desarticuladamente empleados, provocó la actual dispersiones el peronismo, y fue lo que lo llevó una y otra vez al fracaso.
Pero estos años de lucha permitieron aprender, permitieron ver que la situación de la Argentina y del Peronismo forma parte de los procesos de Liberación de marca Latina. Estos años de lucha y rebeldía han permitido formar un nuevo Peronismo que intenta integrar todos sus fracasos, todas sus experiencias.
Hoy, que la burguesía es incapaz de encabezar ningún proceso histórico revolucionario, hoy que el proceso se presenta bajos los términos inseparables de la Revolución Social y Liberación Nacional, es innegable la vigencia histórica del Peronismo como expresión de la clase trabajadora.
SOMOS PERONISTAS porque, creyendo en la vigencia del Peronismo, debemos continuar y profundizar su acción de acuerdo con las nuevas exigencias de la historia y de las nuevas coyunturas nacionales e internacionales.
SOMOS PERONISTAS porque existe una clara continuidad entre el camino de grandeza nacional que inició el Peronismo en el gobierno y el que reabrirá con nuevas y superiores formas de lucha pero integrando las banderas iniciales. A la estrategia contrarrevolucionaria de opresión y miseria, de vergüenza y privilegio del régimen a partir de 1955 opondremos la estrategia revolucionaria de la toma del poder mediante la lucha armada.
Los que ven en Perón un obstáculo para llevar adelante la lucha armada, no tienen claridad para ver la continuidad que existe históricamente entre el proceso 45-55, la búsqueda del camino que llevase al Poder en estos últimos 14 años y el nuevo camino a través de la guerra revolucionaria que iniciara el Peronismo y que es la culminación de esas dos etapas anteriores.
SOMOS PERONISTAS y afirmamos la bandera del retorno de Perón porque es una auténtica reivindicación popular. Porque más allá de la forma, la apariencia, el pueblo no pide el retorno de un hombre sino de lo que él encarna o sea, la participación en la conducción del país.
Porque Perón es un fenómeno no encuadrable en el sistema, Porque la posibilidad de negociación entre Perón y el régimen no tiene existencia real, pues el significado de Perón en la Argentina son miles y miles de descamisados en la calle. Por esto Perón y el Peronismo es la oposición no asimilable al régimen, y esta realidad es independiente incluso del mismo Perón.
SOMOS PERONISTAS y luchamos por el retorno de Perón por que confiamos en el Pueblo, sentimos con él y no lo consideramos como algo "arrastrable" por una secta de iluminados. Nuestro método puede ser solo uno: tomar las reivindicaciones populares como bandera y alcanzar con el Pueblo hacia otras superiores.
El CHE planteaba que no se puede ir demasiado lejos del Pueblo, ni confundirse totalmente con él, dejando de ser vanguardia. Hacer lo mismo seria no ver las necesidades reales del Pueblo y tomar otras que hasta el momento son pura teoría y el Pueblo no siente como suyas. Lo segundo sería aceptar que Perón tiene que venir para hacer la Revolución, sin explicar que sólo una Revolución en marcha puede traer a Perón.
SOMOS PERONISTAS y por eso afirmamos que del seno del Peronismo debe surgir la Vanguardia Revolucionaria capaz de conducir al Pueblo hacia la única salida para el país y las clases trabajadoras, LA TOMA DEL PODER POLITICO Y ECONOMICO, para la creación de una Argentina Justa, Libre y Soberana.