PORQUE PROCURAMOS UN PAÍS AL ALCANCE DE NUESTROS SUEÑOS.
Primera parte
Mucho se ha dicho acerca de los diálogos que nuestra organización adelanta con diversos sectores políticos y sociales y fundamentalmente, son cuestionadas las conversaciones aún exploratorias que se desarrollan con el Gobierno Nacional.
Para muchos, este proceso se ha convertido en excusa perfecta para referirse a nosotros como "mamertos", "revisionistas" y "traidores de la causa revolucionaria". Otros en un análisis más prudente han dicho que debido a nuestra "debilidad operativa" estamos procurando generar caminos para reducir la acción militar contra nuestras fuerzas. Otra parte señala que simplemente este momento de dialogo refleja la madurez política de una guerrilla que más que pretender la guerra, le apuesta a la construcción de escenarios para la solución política. En esta última óptica nos identificamos, pero de eso hablaremos luego.
El Ejército de Liberación Nacional ha mantenido desde inicios de la década del noventa una actitud abierta y permanente de dialogo con los diversos gobiernos que nos han regido. En todos estos diálogos y fundamentalmente en el de ahora, hemos partido de la premisa de la Solución Política como resultado de la construcción de la PAZ CON JUSTICIA SOCIAL, lo cual en ningún momento entra a considerar la desmovilización como elemento a discutir en dichos diálogos, y por el contrario hemos sido lo suficientemente claros en manifestar que mientras no se produzcan cambios estructurales en el modelo económico, político y cultural que rige nuestra sociedad, ni siquiera entraremos a discutir esta posibilidad de dejación de las armas.
Este ha sido el lastre que ha impedido el avance significativo en los diálogos (no solo con este gobierno, sino también con los anteriores) ya que siempre los voceros del establecimiento han buscado que los diálogos se reduzcan a la desmovilización de nuestros hombres, mientras por nuestra parte, buscamos que estos diálogos sean la puerta de entrada a un proceso más amplio de participación de la sociedad desde diversos sectores populares, políticos, gremiales, intelectuales, entre otros. Proceso en el cual la sociedad en su conjunto, con el ELN y el ESTADO como partes y no como el todo, discutamos, analicemos y reflexionemos acerca del país que queremos, de las voluntades, posibilidades y condiciones para ir construyendo consensos que nos permitan hacer realidad ese sueño, partiendo de una ASAMBLEA POPULAR NACIONAL Y CONSTITUYENTE que defina las pautas y normas que han de regir a nuestra sociedad.
A esta propuesta, que empezó a gestarse desde nuestro Tercer Congreso en 1996, la hemos llamado CONVENCIÓN NACIONAL y ha tenido diversas etapas de construcción y maderamiento, que nos permiten hoy considerarla como camino viable para la resolución y superación de los conflictos y penurias de nuestro pueblo.
Pero qué es la Convención Nacional, cómo impulsarla, hacía donde dirigirla y las herramientas que requerimos para materializarla las estudiaremos en una próxima entrega.