A Valmir Mota de Oliveira, Keno,
hermano brasileño asesinado por la voracidad trasnacional
cuando defendía los recursos naturales de nuestra América
Más de un millón de mexicanos murieron durante el gran movimiento social de 1910 y aún siguen gobernando los ricos que se adueñaron del país para saquearlo y destruirlo mientras los pobres cada vez somos más pobres. La revolución que cambie no sólo al tlatoani sino cómo se reparte la riqueza que producimos todos, aún está por venir.
La apertura comercial –junto a la corrupción, la concentración del poder político y las políticas antipopulares– ha profundizado aún más la brecha social entre los que tenemos nada o muy poco y las cien familias más ricas del país, beneficiarias de su alianza al capital extranjero, vendepatrias a quienes no les importa acabar con nuestras tierras, bosques y aguas sino solamente hacerse más ricos.
La gran desigualdad entre ricos y pobres se hace cada día más brutal con la imposición del proyecto capitalista neoliberal con todo y paquete de reformas (hacendaria, a la ley federal del trabajo, a la ley del ISSSTE, y las privatizaciones ya en marcha de Pemex y la CFE así como la apropiación del recurso estratégico del tercer milenio: el agua.
El Banco Mundial señala que el 20 por ciento más pobre de los mexicanos concentramos cuatro por ciento del ingreso, mientras que el 20 por ciento más rico recibe 55 por ciento de la riqueza. Pero además los que trabajamos para producir esa riqueza somos los de abajo.
Oficialmente el campo concentra el 75 por ciento de la pobreza extrema y la mitad de los más de 100 millones de habitantes en el país viven en la miseria.
Los campesinos sin capital, los peones sin tierra y los indígenas, siguen siendo los más pobres entre los pobres. Los campesinos medios que producen alimentos para los mercados locales luchan desigualmente contra los agro-exportadores, los importadores comerciales y los grandes exportadores subsidiados de Europa y EEUU. La pobreza del campo sigue siendo un efecto de la concentración de riqueza, tierras y crédito.
Por eso hay tanto descontento en el campo, por eso muchos emigran hacia el norte, arriesgando la vida y separándose de la familia y muchos otros luchan contra los cacicazgos.
Previendo un nuevo estallido social en el campo, el mal gobierno intensifica la paramilitarización de pistoleros al servicio de los caciques, del narcotráfico y de inteligencia militar. Son las nuevas guardias blancas, con permiso para sembrar el terror y asesinar a la población civil. Armados por el mal gobierno y protegidos por los gobiernos estatales, sean del PAN, del PRI o del PRD como sucede en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz, Hidalgo y otros estados.
Los gobiernos neoliberales benefician con ganancias extraordinarias a las trasnacionales europeas y norteamericanas y a unos cuantos ricos vendepatrias y vende todo. Pero ¿hasta cuándo podrán seguir así?
Por un lado las cifras confirman que la economía se descapitaliza, desciende el consumo familiar, millones de victimas de la falta de oportunidades laborales, académicas y sociales se refugian en la migración forzada, el subempleo y el trabajo eventual, los exorbitantes pagos de intereses y de la deuda externa socavan cualquier posibilidad de inversión pública en una industria nacional productiva y en programas sociales.
Faltan maestros y se suprimen plazas. Se reprime a normalistas y maestros y se protege a pederastas. Se carcome a la educación pública negándole o disminuyendo sus recursos mientras paulatinamente se beneficia a la educación privada y religiosa.
La salud, la vivienda y el empleo mueren como derechos populares, renaciendo en el paraíso, ahora panista, como negocios. Un ejemplo es el gran negocio inmobiliario, altamente depredador que consiste en comprar terrenos baratos, ponerles encima una plancha de cemento, construir casas mal hechas, abrir pozos que secan los manantiales y venderlas como el sueño del trabajador que las pagará en mensualidades por el resto de su vida, si es que el banco no se la quita por atrasarse en el pago.
El capitalismo asesina silenciosamente, con enfermedades, suicidios, inseguras condiciones laborales (Pasta de Conchos y Pemex son solo dos ejemplos), represión política y migración (más de 300 mexicanos mueren anualmente en el intento de cruzar la frontera norte), destrucción del medio ambiente (que hacen mas terribles las desastres naturales). Los ejecutores tienen nombres, apellidos, colores, filiaciones partidarias.
Bajo los actuales y recientes gobiernos neoliberales, se nos empuja hacia la mercantilización total de la vida social y de la naturaleza. Vivimos una falsa democracia, dominada por las necesidades de los empresarios en donde lo principal es dejar el campo libre a las fuerzas del mercado.
Para poder mantener la explotación necesitan criminalizar la pobreza y la protesta social y militarizar los conflictos sociales, haciendo del militarismo una pesadilla infinita que se usa en contra de quienes no se plieguen incondicionalmente a su diseño social. Esta es la causa de la existencia de una ofensiva contrainsurgente, contra la insurgencia cívica y armada.
En siete años de gobiernos panistas más de cien personas han desaparecido y más de 900 han sido encarceladas por motivos políticos, recibiendo un trato de criminales. Hoy como nunca el mal gobierno se apoya en los narco-caciques para mantener su dominio.
El gobierno de Calderón impulsa una nueva ofensiva contra los derechos de nuestro pueblo y abre nuevos capítulos a una guerra sucia contra los que tienen la dignidad de oponerse a la venta de nuestra patria. Por eso la desaparición forzada de Francisco Paredes Ruiz, ex militante del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) y es a todas luces la posible causa de la muerte de Silvia Espinosa y Jonathan González defensores del derecho al agua del pueblo morelense, muertos en un sospechoso accidente carretero. A eso obedecen todas las desapariciones y encarcelamientos anteriores.
Uno de los puntos más importantes de confrontación social con los gobiernos neoliberales es la lucha por el gas, el petróleo, la electricidad, otras fuentes de energía y el agua. Controlar la energía es un gran negocio, permite bajar costos y aumentar las ganancias. Por esto quieren apoderarse de todo lo que genera energía, como los ríos, el agua, las presas, el gas, el petróleo, los minerales, los cultivos y la tecnología.
La privatización de facto de nuestros recursos naturales, energéticos y de las empresas propiedad de la nación, es abrir las puertas a un despojo mayor o total de nuestra economía y nuestras riquezas. Es un asunto moral en el cual por un lado se disputa a los depredadores la herencia social de las generaciones futuras de nuestra patria y por otro se lucha por evitar favorecer el financiamiento de la dominación imperial y sus aliados locales.
El gas, el petróleo, la electricidad, el agua, son fuentes de riqueza y emblemas de la lucha por un desarrollo social autónomo y soberano, ante los esfuerzos depredadores de las trasnacionales y sus socios mexicanos.
Mientras el gobierno de Calderón desaparece, encarcela, reprime y asesina la naturaleza se encarga de evidenciar los “grandes beneficios” que el libre mercado reparte por el mundo y en nuestra patria.
En Tabasco, las inundaciones dejaron al descubierto tanto los verdaderos intereses del libre mercado (los negocios, las ganancias, el enriquecimiento de funcionarios y empresarios), como las desfavorables condiciones económicas y sociales en que viven la mayoría de los tabasqueños. La corrupción, la insensibilidad, la negligencia y el desinterés de los gobiernos anteriores y actuales, tanto nacionales como estatales, a la hora de prevenir o resolver los problemas sociales, fue más que evidente, ni el agua al subir, ni el lodo que quedó después las cubrieron.
Las causas de la inundación en Tabasco hay que buscarlas en “la libertad de mercado”, en los negocios que se intensificaron con el relanzamiento en febrero de este año del Plan Puebla-Panamá (PPP) y de la firma de un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un crédito por 2500 millones de dólares para infraestructura, en beneficio del gran capital, en donde Calderón y el representante del BID hablaron, uno, de “las condiciones inéditas para la inversión en sectores claves como el de la energía”, y el otro de “alentar la inversión privada en los proyectos”.
La catástrofe en tabasco, es un resultado de la concreción del “esfuerzo prioritario de consolidar el Mercado Eléctrico Regional ” (MER) en el 2007, mediante la apertura del sector eléctrico a la inversión extranjera directa y la conclusión de la red del “Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), que une los sistemas eléctricos desde Panamá hasta Estados Unidos.
Tanto la inundación en Tabasco como el reciente accidente de una plataforma marina en el Golfo de México, son ejemplos claros de lo que viene si los mexicanos no actuamos decididamente para evitarlo.
Son los efectos de un proyecto geoestratégico con leyes normas y reglamentos made in USA, donde como siempre, los pueblos empobrecidos sufrimos las peores consecuencias. Solo les importa vender y ganar. ¡Y lo que falta! pues a partir del MER esperan “facilitar la convergencia con el futuro desarrollo de la industria del gas natural en la región”, instalar mas plantas de generación eléctrica y construir gasoductos.
Es la inmoralidad en asuntos de negocios de los capitalistas y sus servidores lo que provoca o sobredimensiona la catástrofe y aún después se siguen beneficiando al obtener grandes ganancias –o beneficios políticos– de la corrupción en el reparto de la ayuda o en los negocios de la “reconstrucción”, que por cierto incluye el despojo de tierras para beneficiar la producción de electricidad para vender.
Culpar a la luna y al cambio climático, que puso su granito de arena, no es más que el esfuerzo de “legitimar” la catástrofe. Por cierto Calderón es experto en gastríticas legitimaciones como haiga sido.
La apertura de los sectores energéticos a la iniciativa privada ha sido con campañas multimediaticas para generar miedos y desconfianzas usando argumentos falsos. Que Pemex está en quiebra (mientras el precio del barril se acerca al valor más alto en toda su historia, los cien dólares y Pemex vende casi dos millones de barriles diarios). Que si no se privatiza la CFE vendrán apagones. Y si, habrá apagones premeditados para inclinar la opinión a favor de la venta de la paraestatal.
Tragedias como la de Tabasco y la del río Grijalva en Chiapas, también es la desventura de un pueblo que no está suficientemente organizado, donde cientos de miles, de un día para otro, despiertan a la realidad de perder su patrimonio familiar y junto a ellos están los culpables, impunemente, que ahora los chantajean con “la ayuda” y los inundan de spots. Solo los de abajo luchan con los de abajo.
La ayuda, es un nuevo botín de corruptos y partidos políticos. El jaguar sigue dormido, cuando despierte los corrompidos temblarán.
El Plan México (iniciativa Mérida): No viene a combatir ni el narcotráfico ni el “terrorismo”. El narcotráfico es esencial para el capitalismo actual. Las millonarias ganancias que produce son necesarias para mantener con vida a este sistema que se basa en la especulación.
La preocupación de la clase dominante mexicana y los norteamericanos por combatir el narcotráfico es mentira. Quieren controlarlo. Mejorar su uso económico y político. No se encuentran al margen de estos negocios, son parte de él.
Desde su lógica empresarial el gobierno estadounidense quiere “las ventajas” para el norte, los desperdicios para el sur. Buscan que en EU donde existe un mercado de más de 20 millones de consumidores de drogas y donde se derraman y se lavan grandes ganancias de este negocio y que por cierto es el primer productor de marihuana del mundo, no se produzca la fuga de capitales.
Por eso no hay un “plan Estados Unidos”, que confisque las grandes ganancias que lavan en su sistema bancario, que controle la venta de químicos para la producción de drogas, que evite los paraísos fiscales, que fumigue con glifosato los mariguanales de Virginia y California, y les lleve a su territorio las consecuencias ecológicas que provocan en los países periféricos, entre ellos México.
El plan México es también un esfuerzo por sostener a las maltrechas estructuras políticas mexicanas. Es un intento de ayudar al gobierno de calderón a salir de la crisis política en que permanentemente se encuentra. Es también una cortina de humo que quiere esconder el esfuerzo contrainsurgente de Felipe Calderón, buscan un mayor control sobre nuestro pueblo. Están preocupados por el ascenso de la lucha popular y su posible salto de calidad hacia un movimiento revolucionario que unido a las luchas de otros pueblos ponga en entredicho la dominación norteamericana al sur de su frontera.
Después de la integración económica de México, la silenciosa integración militar al comando norte del Pentágono. El nuevo centro “antinarcotrafico” está al servicio de la seguridad norteamericana y sus agentes, mercenarios y fuerzas especiales ahora realizarán acciones especiales, en el territorio mexicano bajo la dirección y supervisión del Pentágono y la CIA.
El Plan México es también un paso hacia la agresión a otros pueblos, es expresión de una mayor subordinación hacia el imperialismo, que está más vivo, más agresivo y más violento que nunca. El principal terrorista del mundo es el gobierno norteamericano, que ahora considera terrorista a los trabajadores y ciudadanos que protestan en las calles, defendiendo su dignidad, sus derechos y los bienes y recursos nacionales.
La militarización de México es un complemento de los megaproyectos económicos en curso.
Nuestro pueblo nunca ha dejado ni dejará las manos libres a los opresores y seguiremos persistiendo de generación en generación hasta lograr una sociedad justa, sin explotación, sin opresión, sin enajenación.
Los movimientos de masas contra la impunidad de los funcionarios gubernamentales implicados en masacres, tortura y encarcelamiento de luchadores sociales están en marcha, pero aún no son suficientemente fuertes y amplios. Tenemos que intensificar el esfuerzo. Los crímenes políticos, efecto de la protección de los privilegios, de las enormes propiedades y del pillaje de nuestros recursos nacionales, desde el poder económico y político, por unos pocos, no van a quedar impunes.
Tenemos que acrecentar el esfuerzo en la construcción colectiva del pueblo organizado que necesitamos para transformar nuestra sociedad. Para voltear la tortilla y que los de abajo manden.
Luchar contra la impunidad de los asesinos políticos y sociales nos lleva a buscar que no se repitan los crímenes políticos –incluidas las catástrofes “naturales”– en el presente y el futuro y defender nuestros derechos mientras se pueden transformar las estructuras del estado y redistribuir la riqueza y la propiedad hacia el control mayoritario por parte de los trabajadores del campo y la ciudad.
Exigimos el esclarecimiento de las causas de la inundación en tabasco y el castigo de los verdaderos culpables.
Nos unimos al clamor popular que exige el cese de la guerra sucia, la presentación con vida de todos los desaparecidos y la liberación de todos los presos políticos del país.
Reclamamos la presentación con vida de Francisco Paredes Ruiz y el esclarecimiento de la muerte de Silvia espinosa y Jonathan González.
Alto a la represión contra los estudiantes y egresados de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
Castigo a los responsables de los asesinatos y demás actos de represión sufridos por el pueblo de Oaxaca en el movimiento popular dirigido por la APPO.
Castigo a los delincuentes, Ulises Ruiz Ortiz, Mario Marín, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, Luis Echeverría y sus cómplices.
¡RESISTIREMOS Y SEREMOS MILLONES!
¡GLOBALICEMOS LA SOLIDARIDAD Y LA FRATERNIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS.
(MRLCB).