1. Álvaro Uribe fracasó en su intento por manipular al presidente Chávez y a la senadora Piedad Córdoba. De nuevo mostró su verdadero rostro como enemigo que es del acuerdo humanitario y de la paz concertada.
2. La indignante anulación de la gestión facilitadora fue un acto de barbarie diplomática contra el legítimo jefe de un Estado hermano y contra el pueblo venezolano, solidarios con la solicitud hecha desde Bogotá. Con ese vergonzoso portazo se sentó un pésimo precedente, pues también lo recibieron el presidente Sarkozy, los presidentes latinoamericanos solidarios con la tarea facilitadora, otros gobiernos siempre diligentes para asuntos humanitarios, el movimiento de países no alineados, los pueblos de Francia, Estados Unidos, Latinoamérica entera y, especialmente, los esperanzados familiares de los prisioneros de guerra de las dos partes que presentían más cerca el final de sus angustias.
3. Este gobierno que se refiere a las Farc como si estuviese ganando la guerra, con fantásticos discursos dirigidos a las élites empresariales del mundo, no engaña a los 30 millones de colombianos pobres ni a las pauperizadas capas medias víctimas de la diaria violencia económica, social y militar del estado. Mucho menos pudo ocultarle al mundo con el mendaz comunicado que canceló la facilitación, la intensa confrontación armada de profundas raíces político-sociales que vive Colombia, ni la ilegitimidad del régimen cuyo presidente y buena parte de sus congresistas, alcaldes y gobernadores fueron elegidos gracias a la directa gestión política, financiera y armada del terrorismo narcoparamilitar.
4. Acobardado para negar con franqueza cualquier posibilidad de acuerdos humanitarios, confundido para precisar si las Farc son terroristas o una fuerza política-militar, beligerante, con la que está dispuesto a dialogar y llegar a acuerdos, el presidente Uribe sin ninguna seriedad, cambia radicalmente sus opiniones cada fin de semana e improvisa inaceptables propuestas como la actual para que realicemos diálogos con el mentiroso comisionado Restrepo, en inhóspitos, remotos y clandestinos lugares, con plazo de 30 días, mientras que nos llena de improperios, amenaza con más operativos, ratifica su orden de rescate militar y ofrece dólares a los combatientes de las Farc para que traicionen sus ideales.
Definitivamente a este gobierno le falta realismo y grandeza para hablar con la insurgencia fariana.
5. Reafirmamos la necesidad de despejar Florida y Pradera por 45 días para concretar un acuerdo humanitario, mantenemos nuestra decisión por realizarlo y por avanzar en la solución política del conflicto social y armado como resultado de un proceso rodeado de plenas garantías por parte del Estado, buscando no la recomposición del actual régimen paramilitarizado, corrupto y arrodillado ante el imperio, sino la construcción de uno nuevo, transparente, verdaderamente democrático y soberano como lo exponemos en el manifiesto fariano y en la plataforma bolivariana.
6. Agradecemos al presidente Hugo Chávez su dedicación, colosal esfuerzo como facilitador, incuestionable buena fe en esta jornada humanitaria, su solidaridad con la causa pacífica de nuestro pueblo y el tiempo invertido a pesar de sus grandes responsabilidades como primer mandatario de la hermana república bolivariana de Venezuela. La historia le rendirá el merecido reconocimiento a su gestión humanitaria.
7. Ante la infamia uribista y como desagravio al presidente Chávez, a la senadora Piedad Córdoba y a los familiares de los prisioneros, aceptamos su llamado a liberar a la doctora Clara Rojas, a su pequeño Emmanuel y a la doctora Consuelo González de Perdomo como muestra incuestionable de la esperanza que habíamos depositado en su papel facilitador. Ellas y Emmanuel deberán ser recibidas por el presidente Chávez o por quien él designe, en circunstancias tales que se evite bajezas uribistas como las sucedidas con las “pruebas de vida”. La orden para liberarlas en Colombia, ya ha sido impartida.