En primer lugar les voy a hacer un pedido, teniendo en cuenta las circunstancias políticas que estamos viviendo, les voy a pedir la mayor responsabilidad profesional respecto de lo que nosotros vamos a manifestar para tratar de reproducirlo con la mayor fidelidad posible. Esto lo planteo en virtud de la publicación del diario El Mundo de hoy a la tarde, donde evidentemente hay una actitud claramente provocativa desde una política ultraizquierdista que pretende separarnos del Movimiento Nacional Justicialista, que toman una serie de datos parciales o de mentiras para desarrollar esa política que es coherente con otra serie de hechos que se produjeron en el país.
Nosotros queríamos aclarar en esta conferencia de prensa varios aspectos relacionados con la reunión de Juventud Peronista que se debía desarrollar ayer con el General Perón.
En primer lugar los objetivos de la reunión de ayer, que habían sido aclarados en la conversación previa, que habían mantenido los compañeros Juan Carlos Dante Gullo y Obeid de JP con el General Perón en la residencia de Olivos, que eran tratar de garantizar y de lograr en presencia del General Perón. La unidad y la institucionalización de la rama de Juventud Peronista.
Asimismo producir un intercambio de opiniones con los demás sectores de Juventud Peronista que iban a estar presentes en esa reunión y por supuesto, nuestro especial interés con el General Perón, acerca de varios aspectos, de varios temas de la realidad social, política y económica actual que afectan el proceso que estamos viviendo.
Estos elementos, varios de ellos nosotros ya lo hemos expresado en otras oportunidades que nos preocupan, y que también íbamos a repetirle una vez más al General Perón, el problema del cerco a que está sometida la República Argentina. El cerco internacional, que no es casualidad que a partir del triunfo del Movimiento Nacional Justicialista, del Frente Justicialista de Liberación y el acceso al gobierno del General Perón en especial, es claramente una respuesta, una estrategia del imperialismo norteamericano frente a nuestra situación.
Luego el problema del desavastecimiento que existe en el país, que el gobierno trata de solucionar y que es consecuencia y expresión del boicot de esos mismos capitales imperialistas al proceso de reconstrucción y liberación nacional que conduce el General Perón.
Asimismo la ola de violencia que se ha desatado en el país, tanto con provocaciones de la ultraizquierda como desde la ultraderecha y grupos parapoliciales con el objetivo visible de crear una situación de inestabilidad política y de caos, que deteriore la llegada del General Perón conduciendo el gobierno.
Nuestra preocupación por la afluencia de los capitales extranjeros a invertir en nuestro país y garantizar el desarrollo del proceso que estamos viviendo, que era la inversión de los capitales extranjeros una de las bases sobre las cuales se pensaba desarrollar este proceso, y que hasta el momento nosotros observamos que estos capitales no han venido al país, y por lo tanto nos preocupa el ver como se soluciona y como se garantiza este proceso, porque esto es una expresión concreta también del boicot del capitalismo internacional al proceso argentino.
Asimismo nos preocupa en particular y especialmente el problema de la organización del pueblo, porque sabemos que es la única herramienta capaz de garantizar el proceso de liberación nacional: en particular la organización de la clase trabajadora que es la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista. Entendemos que en la actualidad no se están desarrollando todos los esfuerzos que se debieran en ese proceso de organización del pueblo como única garantía de triunfo de nuestra liberación.
A nuestro juicio el tema de la unidad de la Juventud Peronista supera los marcos de la rama de la Juventud del Movimiento Peronista. La manifestación de los distintos sectores que pueden estar separados de la Rama es una manifestación menor de problema que tiene el Movimiento. El problema es la unidad del Movimiento en su totalidad, en todas sus ramas. Existen, a nuestro juicio, en el Movimiento Peronista, por supuesto además de lo que es la conducción indiscutible del General Perón, dos fuerzas reales, organizadas que hoy están enfrentadas. Una de esas fuerzas tiene asiento en el aparato sindical, más concretamente en lo que viene a ser la cúpula del vandorismo. La otra fuerza es la juventud organizada en distintas agrupaciones según sus frentes de militancia y que es la que ha presentado la posibilidad concreta del trasvasamiento generacional, largamente añorado en el Movimiento y pregonado por el General Perón desde hace muchos años. En torno a la cual se han nucleado sectores del Movimiento de las distintas ramas e incluso sectores del Movimiento que no están incluidos dentro de las cuatro ramas.
En la actualidad el enfrentamiento fundamental que existe entre estas dos fuerzas, existe a raíz de que se desencadena una ofensiva por parte del vandorismo sobre nosotros. Es decir no hemos sido nosotros los provocadores de este enfrentamiento; este enfrentamiento dentro del seno del Movimiento Nacional Justicialista objetivamente lo debilita y al debilitarse el Movimiento evidentemente se debilita el Frente de Liberación Nacional que viene constituyendo el General Perón. Y este debilitamiento, tanto del Movimiento como del Frente, es objetivamente un beneficio para el imperialismo. Esta ofensiva se ha marcado de diversas maneras, tanto en la agresión personal sobre varios de nosotros –agresión política e incluso armada-, los bazukasos, las bombas que se lanzan contra las unidades básicas, y locales sindicales de la Juventud, el boicot deliberado que se realiza contra varios gobernadores de varias provincias de país y otras manifestaciones que en conjunto benefician al imperialismo, pues pretenden destruir al Movimiento Peronista y por lo tanto al Frente.
Para solucionar el problema del Movimiento, y dentro de él, el de la Juventud Peronista, se hace necesario terminar con este enfrentamiento.
Se hace necesario terminar el enfrentamiento en todo el Movimiento, en todas las ramas, en todas las áreas de gobierno, y en todo el país.
El modo de terminar con este enfrentamiento es cumplir con las 20 verdades justicialistas, una de las cuales sostiene que primero está la Patria, después el Movimiento y después los hombres. Esto significa que todos los hombres que en distintos puestos ejercen funciones de responsabilidad en el Movimiento Nacional Justicialista deben subordinarse como individuos a la necesidad de la unidad del Movimiento, esto sólo se garantizará con la representatividad y lealtad a los objetivos revolucionarios del Movimiento. Y esta representatividad sólo se garantizará con la institucionalización a través del voto. El voto de las bases, tal cual ha dicho el General Perón, es lo único que va a permitir esta unidad.
En lo que hace a nuestra actitud en la reunión de ayer, hemos tratado por todos los medios y hasta último momento de garantizar el éxito de esa reunión. El éxito no consistía en su simple realización, porque ya se ha desarrollado anteriormente una reunión similar con el General Perón, en residencia de Gaspar Campos, y posteriormente cuando hubo que concretar en los hechos lo que se había acordado en esa reunión no se produjo, porque habían participado una serie de grupos que no representaban a nadie y por lo tanto no tienen ningún interés en someterse al voto, porque naturalmente pierden. También habían estado presentes grupos que son objetivamente provocadores, que se empeñan en la agresión armada que hablábamos antes y que tiende a dividir al Movimiento.
Por eso para garantizar el éxito de esta reunión sé hacia necesario que estuvieran presentes los grupos realmente representativos.
El General Perón les indicó a los compañeros Gullo y Obeid que trataran este problema, a los efectos de garantizar que estuvieran todos los sectores que representaban algo en la Juventud Peronista, con el secretario general de la presidencia, doctor Vicente Solano Lima.
Por lo tanto nosotros le hicimos al doctor Vicente Solano Lima una propuesta que caracterizamos como justa y sensata.
Es justa porque contenía a todos los nucleamientos representativos, aún con diferentes grados de representatividad, unos mucho menos que otros, e incluso con diferencias entre sí.
Y era sensata porque incluía a un grupo que como tal no es representativo, pero que era el Consejo Superior de la rama de Juventud, lo hicimos para favorecer que saliera de esta reunión una unidad del Movimiento, evitando fricciones y actitudes que pudieran ser consideradas como rupturistas, antipáticas o como se las quiera llamar.
Ocurre, como todo el mundo sabe, que los nucleamientos políticos que carecen de representatividad, no tiene ningún inconveniente en variar su posición política en media hora. Pero aquellos que tienen representatividad, aquellos dirigentes que tienen detrás a miles y miles de compañeros, tienen la obligación moral de expresar el sentimiento de los compañeros, y luego de rendirles cuenta.
En función de esto, nosotros no podíamos, y así se lo expresamos al doctor Vicente Solano Lima, de repetir una experiencia frustrante como había sido la anterior en Gaspar Campos, sino que debíamos garantizar que estuvieran los grupos representativos, y que no estuvieran todos aquellos que no fueran representativos, incluso muchos que fueron a título personal, y por supuesto que no estuvieran aquellos que bombardean las unidades básicas, los locales sindicales, que volaron los comedores estudiantiles en La Plata y Resistencia y que permanentemente tirotean y asesinan compañeros.
Finalmente se trata también de un problema de dignidad y del concepto de renunciamiento que existe en el Movimiento Justicialista a partir del ejemplo de la compañera Evita.
Nosotros como todo el mundo sabe venimos desde hace muchos años luchando pos dos consignas, PERON VUELVE y PERON O MUERTE.
Hemos verificado y comprobado en la práctica, a todo el pueblo, que estábamos dispuestos a morir y hemos muerto, para que Perón volviera y asumiera la conducción de la liberación de todos los argentinos.
Esa misma dignidad con que asumimos la lucha, con que asumimos la muerte, la cárcel, la tortura y la persecución nos obliga a no andar dando vueltas por despachos de distinto tipo, tratando de obtener algún puesto en el gobierno o algún puesto en el movimiento.
Tenemos el ejemplo del renunciamiento de la compañera Eva Perón en el cual nos dijo a todos los peronistas que ella renunciaba a los honores pero no a los puestos de lucha.
Nosotros renunciamos a todos los honores, a todos los cargos de gobierno, a todos los cargos en el Movimiento, pero a lo que no renunciamos ni vamos a renunciar es a la lucha.
¿Cuál es nuestra propuesta para tratar de arreglar este problema del peronismo que como decíamos compromete la suerte del proceso de liberación?
En primer lugar, creemos que es absolutamente indispensable que todos rechacemos las provocaciones de la ultraizquierda y de la ultraderecha.
Estas provocaciones, estén coordinadas o no, objetivamente son concurrentes y lo que pretenden es separar a la Juventud Peronista del Movimiento Nacional Justicialista. Son provocaciones de todo tipo y que incluso ahora agregan comunicados falsos de los distintos nucleamientos de Juventud tendientes a provocar confusión en el pueblo.
Asimismo, es absolutamente indispensable garantizar la unidad del Movimiento Nacional Justicialista, esto sólo se va a lograr en base a la lealtad, que es esencialmente a la clase trabajadora peronista, y la institucionalización que garantice la representatividad de los dirigentes a través del voto. A partir de este hecho, de la institucionalización del Movimiento, hay que abocar todos los esfuerzos a la organización del pueblo en las distintas ramas del Movimiento Nacional Justicialista. Porque como el propio General Perón lo ha dicho sin el concurso del pueblo organizado nadie puede gobernar.
Finalmente a partir de garantizar la unidad y la cohesión del Movimiento Nacional Justicialista, hay que garantizar la unidad del Frente de Liberación Nacional, que también hoy desde diversos –incluso algunos del movimiento- está siendo saboteado, está siendo dividido.
El Frente de Liberación Nacional es la única posibilidad de garantizar la Reconstrucción y la Liberación Nacional, es decir la disyuntiva que el General planteó en la campaña electoral de Liberación o Dependencia.
Si nosotros no logramos ésta unidad de la nación contra el imperialismo permaneceremos en la dependencia.
Finalmente queremos dejar en claro frente a todas las conclusiones que se pretenden crear, cual es nuestra concepción política. Nuestra concepción política está expresada en la doctrina justicialista que Perón en un trabajo que se llama “Actualización doctrinaria para la toma del poder”. Y para sintetizar rápidamente diremos que somos nacionalistas, que somos populares y que somos revolucionarios, que entendemos que la clase trabajadora es la columna vertebral del Movimiento –que es un movimiento de liberación nacional-, que los objetivos finales de esta doctrina son la construcción de la patria grande latinoamericana y la construcción dentro de ella del socialismo nacional.
La conversación que Juan Carlos Dante Gullo y Jorge Obeid mantuvieron el martes 29 fue calificada por los compañeros como: una charla importantísima. Por primera vez, desde que el General retornó a nuestra patria, conversó a solas con representantes la auténtica JP.
Los compañeros le expresaron al líder su inquietud por el avance de los sectores gorilas, por el acecho del imperialismo, que ha cercado prácticamente nuestro país, y le manifestaron también sus desacuerdos con las reformas al Código Penal, con la implementación del Pacto Social, con la designación de Villar y Margaride en puestos clave de la policía. Se puso el acento además, en la ola de violencia provocada por los sectores traidores del Movimiento, que quieren acallar a la Juventud Peronista con bombas y bazukas.
El General desaprobó la actitud de estos grupos derechistas, que junto con los grupúsculos de ultraizquierda, contribuyen a crear un clima de caos. Los compañeros le manifestaron al General que el enemigo principal es el imperialismo yanki, con todo su poder económico y financiero. El líder volvió a reiterar su concepción sobre la integración de latinoamérica, como requisito fundamental para combatir al imperialismo yanki.
Gullo y Obeid se refirieron al problema del desavastecimiento, un arma que la derecha económica está utilizando cada vez con más fuerza. Gullo dijo que “nuestra posición es crítica, pero las críticas las hacemos desde el interior del Movimiento”. Los compañeros señalaron también los sucesos de azul, donde un minúsculo grupo intentó copar un regimiento. Y le señalaron al General que este hecho fue muy bien aprovechado por los sectores reaccionarios del Movimiento, que a partir de ese momento acrecentaron su campaña de violencia contra la JP. El General dijo que: “el ERP forma parte de una conspiración internacional detrás de la cual está la CIA”. Y enseguida agregó que: “la JP está dentro de la Ley, con todas sus expresiones, la mayor de las cuales es Montoneros”. El General reconoció que la JP agrupada en regionales es la organización mayoritaria, e instó a los jóvenes a organizarse e institucionalizarse. Acerca de Julio Yessi, Perón dijo que no había que hacerse problemas, que su nombre había surgido entre gallos y medianoche.
A propósito de lo ocurrido en Azul, el General señaló que ese hecho se había gestado durante el transcurso del operativo Dorrego, como consecuencia de la infiltración que se posibilitó en esa oportunidad. Los compañeros Gullo y Obeid, le respondieron que esto no era posible porque la estructura de la JP está controlada.
En el transcurso de la conversación los compañeros le hicieron conocer a Perón los últimos documentos de la JP, y le informaron acerca de su organización y funcionamiento. El General recordó la lucha de la juventud y de Montoneros en épocas de la dictadura, y diferenció claramente a los Montoneros de los grupos de ultraizquierda.
En determinado momento de la conversación Gullo le dijo a Perón que “nos quisieron llevar a un falso enfrentamiento entre patria peronista y patria socialista, pero que nosotros comprendimos que el peronismo es el socialismo nacional”. El General respondió que estaba de acuerdo con lo que decía Gullo, pero que a los que les gusta el socialismo –podían irse a los cinco partidos socialista que existen en nuestro país. Al que le guste el comunismo, que se vaya al partido comunista.
Gullo y Obeid mostraron su preocupación ante el General, por la campaña de los medios de difusión en contra de la JP. Perón por toda respuesta, les dijo que no se preocuparan, que él sabía dónde estaban los verdaderos peronistas.