Han pasado 18 años. 18 años duros donde hemos conocido de todo. La persecución más sangrienta, el asesinato más impune, la tortura como cosa de todos los días, nuestra voz silenciada, la Patria vendida. Hemos sabido que es el dolor y que es la injusticia. La hemos vivido aprentándonos los unos contra los otros cada vez que el régimen intentaba aniquilarnos. Amparados en la noche, imprimiendo volantes, armando “caños como podíamos, expropiandoles las armas al enemigo, poniendo al servicio de nuestra causa todos los conocimientos que fuesen posibles. Desde las entrañas de ese dolor y esa larga lucha hemos aprendido que a un Pueblo no se lo derrota, aunque pierda muchas batallas. Desde alío extraemos también esta inmensa alegría del triunfo y de observar a nuestros enemigos en retirada.
VUELVE PERON. Y ese símbolo que pintamos con carbón, aerosoles y pinceles en todas las paredes del país, que fue nuestro primer signo de resistencia y nuestra principal bandera de lucha, se ha hecho realidad, Perón y los peronistas lo hemos hecho realidad.
De nada valió la trampa, el soborno, la represión, los intentos de quebrarnos de dividirnos, de integrar al régimen este “hecho maldito” para la oligarquía que es la indestructible lealtad entre Perón y el Pueblo Peronista. No importó el exilio, no importó que impidiesen nuestra expresión, no sirvieron las mentiras y el engaño, no sirvieron las falsas promesas, porque detrás de cada una de ellas persistía la violencia del régimen y la entrega de la Patria.
Los fusilamientos de junio de 1956 o de agosto de 1972, los secuestros o las cámaras de tortura, los CONINTES o la proscripción, no lograron intimidarnos porque estábamos y estamos dispuestos a dar la vida por Perón. Lo hicimos. Frente a la violencia militar el Pueblo Peronista organizó su violencia, consciente de que somos mayoría, como lo demostramos en 1957, 1958, 1962, 1963 y 1965, a pesar de que las fuerzas de la antipatria y nuestra escasa preparación impidieron hacer realidad esos triunfos.
Nos organizamos sintiendo la justicia de nuestra causa, cambiamos constantemente nuestros métodos de lucha, pero siempre con un mismo objetivo: golpear, golpear. Nos dábamos cuenta que en cada uno de esos pequeños combates desgastábamos al enemigo. Para ello, Perón nos enseñó a “golpear donde es necesario y cuando es necesario.
A partir de 1966, quedó definitivamente claro que no había más remedio que salir a la calle para arrancarle al enemigo las armas sobre las que asienta su poder; además, nos movilizamos combativamente hasta que la policía no alcanzó para detenernos. La dictadura tuvo que sacarse totalmente la careta y poner los tanques en la calle. También soñaron con hacer “negocios “ con Perón, pero Perón sólo responde a su Pueblo y destruyó una a una cada trampa preparada por el régimen. Les ganamos la batalla, les arrancamos el 11 de marzo, tuvieron que entregarnos el gobierno el 25 de mayo y la liberación de los compañeros presos producida ese día simbolizó el comienzo de la Liberación de todo el Pueblo.
VUELVE PERON. Para consolidar el triunfo sobre la camarilla militar y la oligarquía, los testaferros del imperialismo. “El enemigo está en retirada, pero conserva aún su poder económico, y fundamentalmente militar, y buscará armarse para contraatacarnos. En estos 18 años también hemos aprendido que el enemigo no se entrega. Hay que vencerlo y, como dice Perón: Es necesario perseguirlo y aniquilarlo”.
Para ello, con el gobierno reconquistado, nuestras tareas más importantes son la movilización y continuar con la organización de todo el Pueblo. Cada Peronista debe organizarse para la defensa del triunfo y para seguir avanzando hasta la toma del Poder Total: en cada fábrica, en cada barrio, en cada lugar de trabajo o estudio, deben irse construyendo las bases de un poder popular capaz de enfrentar cualquier intento del enemigo por arrebatarnos la victoria que tanto sacrificio nos ha costado.
VUELVE PERON. Solamente organizados, movilizados y construyendo un Ejercito Peronista capaz de dar lucha en todos los frentes, podremos garantizar que la vuelta de nuestro líder a la patria sea definitiva y para conducirnos en la construcción del Socialismo Nacional hacia nuestra Argentina Justa, Libre y Soberana. Septiembre de 1955 no debe repetirse jamás.
VUELVE PERON. Y todo el Pueblo se moviliza para ir a recibirlo. El 20 de junio nuestro mejor golpe al enemigo es ganar la calle e imponer nuestra fiesta. Como ayer y como siempre, este día, con mayor intensidad que nunca, está presente nuestra inmortal compañera y abanderada de los humildes: EVITA, y todos nuestros mártires en la lucha por la Liberación Nacional y Social.