EPL: 40 AÑOS DE LUCHA
POR LA REVOLUCION Y EL SOCIALISMO
Han pasado 40 años desde cuando el 17 de Diciembre de 1967, en el noroeste colombiano, irrumpió con el vigor de una fuerza nueva el Ejército Popular de Liberación (EPL), guiado por el Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista), y bajo el mando del camarada y comandante Francisco Caraballo.
Nacía, en esa esquina del territorio nacional la lucha armada revolucionaria dirigida por el partido del proletariado como componente indispensable para la lucha por la toma y ejercicio del poder político por el proletariado y el pueblo, para el derrocamiento del Estado burgués-pro imperialista, y establecer un Estado democrático popular con el logro del objetivo estratégico de la revolución democrática, antiimperialista, en marcha al socialismo.
Dos acciones combinadas sellaron con sangre el nacimiento victorioso del EPL: la una, en el Alto Sinú, Tierralta, contra los atropellos de Chucho Ferrao, criminal terrateniente, dueño de vidas y hacienda, con bandas armadas de mercenarios para aterrorizar e imponer “su ley” a los campesinos, en condiciones feudaliodes de existencia. Odiado por sus víctimas, fue ajusticiado por una fuerza combinada del EPL y el campesinado de la región, para quien la muerte del terrateniente era una reivindicación sentida por décadas; se trataba de recuperar el derecho a la vida y al trabajo libre; la otra acción, en el Alto San Jorge, consistió en la aplicación de la justicia popular a un rico comerciante, que acostumbraba pignorar la producción de los campesinos por la tramposa contabilidad que solamente él manejaba.
Las cosechas prácticamente pasaban de la tierra a sus depósitos y al verdadero dueño solo le quedaba “el crédito” para seguir endeudándose en las próximas cosechas. Se le conminó a corregir su criminal oficio y pagar precios justos. Se negó a hacerlo y respondió con su banda armada. El justo reclamo se volvió un operativo militar para imponer reglas honradas de comercio. Ese sujeto recibió el apoyo del ejército burgués que hizo más sangriento el operativo con el saldo del comerciante y varios soldados muertos y la herida mortal del combatiente del EPL, camarada Adalberto López, sucedida durante la retirada.
Desde allí el EPL ha dado ejemplo de combatividad e iniciativa militar revolucionaria en históricas batallas que han reducido y aniquilado fuerzas enemigas y le han garantizado unos sólidos vínculos con las masas. En esas batallas han entregado la vida muchas decenas de combatientes y a uno de sus mejores comandantes, al camarada Ernesto Rojas, en 1986.
A las condiciones explosivas de una sociedad colombiana que hervía en los antagonismos de clase burguesía-imperialismo, de un lado, y proletariado-pueblo, del otro, se sumaban hechos que hay que tener en cuenta, existían los múltiples focos de violencia popular encendidos en todos los continentes en respuesta a la agresión y saqueo imperialistas, liderados por el más voraz de todos, el imperialismo norteamericano. Y más inmediatamente, la lucha estaba estimulada por las victorias de la lucha popular en América Latina y el Caribe y del triunfo revolucionario inédito de Cuba, que ha dado ejemplo de honor, dignidad y valentía ante la bestial agresión imperial y el criminal bloqueo económico, incontables veces condenado por la comunidad internacional.
Hasta Colombia llegó, entonces, el centelleo de la valiente respuesta de los pueblos árabes –con el pueblo palestino a la vanguardia- a la invasión fascista de Israel, mano homicida y expoliadora del imperialismo norteamericano en el Cercano Oriente. La guerra expansionista, la Guerra de los 6 Días, dio origen a la nueva versión de la guerra sionista, alimentada por Washington durante más de 40 años, orquestando esa intrusión infame que aun continúa.
En medio de ese estremecimiento ocasionado por tanto fuego vertido sobre los pueblos, existió, para que la humanidad no lo olvide jamás, la lucha del pueblo vietnamita que terminó en los años 70 con la victoria contundente: 30 millones de hombres y mujeres conscientes, unidos por una misma política y un mismo objetivo, derrotaron, humillantemente el descomunal poderío y la infinita soberbia, supuestamente imbatibles de la primera potencia del mundo, el Imperialismo Norteamericano.
En este marco de convulsión político-militar universal, nació el Ejército Popular de Liberación de Colombia, lleno de optimismo revolucionario, convencido del futuro Socialista de Colombia, de América Latina y el Caribe y de la humanidad. Porque después de la existencia de la potencia mundial proletaria, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y del resto del Campo Socialista, que evidenció la superioridad indiscutible del socialismo sobre el capitalismo, nadie con un pensamiento científico y respetuoso de la realidad concreta de la historia, negaría que después del capitalismo, lo que continúa es la Sociedad Socialista como ante sala de la Comunista.
Diversas y muy sólidas son las cualidades que han hecho del EPL una fuerza incorruptible. La firmeza no le ha impedido asumir con flexibilidad el tratamiento político al conflicto armado, político y social y ha luchado por espacios democráticos a favor de la lucha popular como fueron los acuerdos de “Cese al fuego y Diálogo Nacional” firmados con el gobierno de Belisario Betancur en 1984.
Con esas mismas cualidades ha enfrentado los más duros ataques militares, políticos e ideológicos, sin que su moral y decisión de lucha hayan sido quebradas.
Mas daños le ocasionaron aquellos sectores de sus filas que se descompusieron; aquellos que como el hoy inexistente grupo oportunista Esperanza Paz y Libertad que a finales de los ochentas renegaron de las banderas de la revolución y se pasaron a las filas de los enemigos del pueblo e incorporaron a las estructuras del poder burgués-imperialista convirtiéndose en verdaderos enemigos de todo el pueblo y el proletariado, de los verdaderos revolucionarios y no sólo del EPL y el Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista). También le hicieron daño los oportunistas que encabezaron a final de los años 90 las llamadas tesis de “rectificación indispensable” que pretendían liquidar el EPL que se reponía de los daños causados por “los esperanzados”.
No menos consecuente ha sido nuestro EPL en la valoración de su política de alianzas, así lo demostró con su dedicación al esfuerzo unitario de construcción y desarrollo de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar.
Educado por nuestro Partido, su vida ha sido ejemplo de respeto a la unidad popular y a la solidaridad entre las fuerzas armadas revolucionarias, tanto nacional como internacionalmente, en la convicción de que esos valores morales del pueblo y de sus organizaciones progresistas y revolucionarias son absolutamente necesarios para el triunfo de la revolución; y lo son a condición de que los guíe una política consecuentemente revolucionaria.
Por esto, aun en medio de toda suerte de dificultades y del asedio del enemigo, el EPL se mantiene firme y con vitalidad revolucionaria para seguir enfrentando el presente y avanzar construyendo estructuras tanto en el campo como en la ciudad. Esto le permite mirar el futuro con un optimismo fundado que hace honor a los sacrificios de héroes como el comandante Ernesto Rojas y de los prisioneros de guerra que han purgado y purgan largas condenas en las mazmorras del régimen sin renunciar a sus convicciones revolucionarias.
El EPL Llega a sus 40 años de vida mermado en cantidad, pero con la garantía de la solidez ideológica y política de sus dirigentes y mandos de las diferentes líneas. El EPL es una realidad promisoria, cada vez más claro en su perspectiva revolucionaria.
¡COMBATIENDO VENCEREMOS!
Ejército Popular de Liberación
Dirección Nacional
¡COMBATIENDO UNIDOS VENCEREMOS!
Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)
Comité Central