La unidad de los revolucionarios

COMANDOS POPULARES DE LIBERACIÓN

LA UNIDAD DE LOS REVOLUCIONARIOS

La consigna de impulsar la acción común de todos los sectores revolucionarios y antiimperialistas no es una frase vacía ni una formulación abstracta: es una necesidad que aparece diariamente en la lucha de los compañeros que, en distintos frentes, combaten a las patronales explotadoras, a la burocracia entreguista, a los agentes del imperialismo.

La ofensiva desatada por la derecha desde el 20 de junio y el 13 de julio, la sistemática agresión, a partir de la masacre de Ezeiza, contra todos los sectores combativos y especialmente contra los militantes del peronismo revolucionario, no hacen sino reforzar esa convicción. Hoy es Imprescindible realizar el máximo esfuerzo para encontrar las formas de acción unitaria que nos permitan, a la par de responder a la ofensiva reaccionaria, impulsar la movilización del conjunto del pueblo por las reivindicaciones levantadas en largos años de lucha y ratificadas en los pronunciamientos populares del 11 de marzo y del 23 de setiembre.

Las bases de esa unidad se fueron construyendo en los combates populares contra la dictadura, en las barricadas del Cordobazo, en las acciones de las organizaciones guerrilleras, en las luchas obreras donde crecieron los sectores clasistas y antlburocráticos, en el ejemplo de los héroes de Trelew y de todos los compañeros de la izquierda y del peronismo revolucionario que cayeron en la lucha por la liberación.

EL FRENTE DE LIBERACIÓN

La acción común, que hoy sentimos como una necesidad fundamental, deberá desarrollarse hacia formas más altas de unidad revolucionaria en el camino de la construcción de un Frente de Liberación, donde confluyan todos los sectores interesados en la lucha contra la dominación imperialista y la explotación de los trabajadores. Ese es el objetivo: un Frente que, bajo la dirección de laclase obrera, reúna a todos los oprimidos de la sociedad.

Y precisamente porque ese Frente de Liberación habrá de construirse alrededor de la conducción de la clase obrera, resulta evidente que sólo podrá constituirse como tal en Ia medida en que las fuerzas revolucionarias desarrollen una mayor influencia entre los trabajadores. Por ello avanzar hacia la unidad revolucionaria supone hoy promover la más estrecha acción común entre todos los sectores combativos y antiburocráticos, sin ningún tipo de exclusiones. Y supone, fundamentalmente, plantearnos desde la Izquierda revolucionaria el más decidido esfuerzo para estrechar filas con los compañeros de Juventud Trabajadora Peronista, el Peronismo de Base y otros nucleamientos. Sustituir esa tarea de la promoción de un frente que sólo podrá construirse con el aporte del conjunto de los sectores revolucionarios puede traducirse en la práctica, al margen del propósito de quienes lo impulsan, en la limitación del ámbito de las alianzas posibles; o sea, puede hacer más largo y difícil el camino hacia la unidad.

EL PERONISMO Y EL FRENTE

En la medida que el peronismo suscita la adhesión de la mayoría de los trabajadores argentinos y que en su seno se conforman los sectores combativos y revolucionarios con mayor poder de movilización, resulta obvio que no podrá hablarse de Frente de Liberación sin la Integración de importantes contingentes provenientes de esa corriente. Buscar todas las formas posibles para impulsar la acción común con JP, JTP, PB, FRP y otros sectores del peronismo es hoy una tarea ineludible para quienes quieran avanzar correctamente en el camino de la unidad revolucionaria. Trabajar para la constitución de un verdadero Frente implica entonces darse una política para la acción común con las decenas de miles de compañeros que concurrieron a Ezeiza tras los estandartes de combate de las organizaciones revolucionarias del peronismo y que no deponen sus posiciones antiburocráticas y antiimperialistas, a pesar de las intimidaciones de la derecha y de las vacilaciones y debilidades de algunas de sus direcciones.

Es cierto que las posiciones adoptadas por los compañeros de la JP en más de una ocasión, su negativa a la acción común con otras organizaciones revolucionarias, su actitud divisionista ante la recordación de la masacre de Trelew, la realización del "Operativo Dorrego", deben ser criticadas con firmeza. Así como la concepción que hace de la lucha antiburocrática una cuestión interna del peronismo, subestimando el aporte de los otros sectores.
Pero para que esta crítica pueda ser fecunda es necesario reconocer lealmente el aporte fundamental que hoy esos sectores hacen a la lucha antiburocrática y antiimperialista. O, lo que es lo mismo, reconocerlos como nuestros compañeros en el combate por la liberación.

La incomprensión respecto del rol que juegan en la etapa los sectores del peronismo revolucionarlo ha determinado en algunas organizaciones planteamientos incorrectos, que subestiman la importantancia de la respuesta antidictatorial del 11 de marzo y olvidan, por idéntico motivo, que cuando las masas se movilizan con un contenido antiburocrático y popular es deber de los revolucionarios acompañarlas consecuentemente, más allá de las diferencias ideológicas que no deben resignarse.

A 40 días de asumir el gobierno, el general Perón ha ratificado la política reaccionaria del Pacto Social y ha adoptado medidas que contradicen el pronunciamiento popular. Sobre esas bases los trabajadores avanzarán paulatinamente hacia el cuestionamiento de un gobierno que no se orienta en el sentido de sus expectativas. Asimismo, importantes sectores del peronismo revolucionario deberán adoptar una actitud cada vez más independiente ante el franco aval de Perón a las medidas adoptadas por Martiarena, Miguel y demás burócratas del Consejo Superior.

En este proceso, los militantes enrolados en la lucha por la construcción de una Argentina Socialista, que reconocemos la inspiración del pensamiento y la acción del Comandante Guevara, tenemos un importante rol que cumplir: impulsar el debate franco con nuestros compañeros de la JP y de todos los sectores del Peronismo Revolucionario; machacar adiarlo sobre la necesaria independencia política y organizativa de la clase obrera; señalar que la lucha antiburocrática no podrá desarrollarse consecuentemente si no se liga al cuestionamiento de la política económica y social; recordar que no existen generales patriotas y patrones antiimperialistas, que no hay otra alianza posible para el proceso de liberación al margen de la Iiderada por la clase obrera, con la participación de los demás sectores explotados de la sociedad.

Pero para que este debate sea fecundo, para que nuestra crítica contribuya realmente a fortalecer la lucha contra las fuerzas de la derecha que centran su ataque en el peronismo revolucionario, debemos ser los primeros en sumamos a las luchas, movilizaciones y actitudes combativas que adopten esos sectores.

Y debemos, por sobre todas las cosas, cuidarnos de adoptar la actitud autosuficiente de quienes piensan que puede impulsarse la unidad de las fuerzas populares prescindiendo de los sectores con mayor arraigo y capacidad de movilización.

NUESTRA POSICIÓN ANTE EL F.A.S.

Las orientaciones generales que hemos planteado ubican nuestra posición ante el Frente Antiimperialista y por el Socialismo. En la marcha hacia la unidad revolucionaria hoy se avanza por distintos caminos. Y no es esta etapa de la creación del Frente de Liberación, sino el momento de alentar las más variadas iniciativas que tiendan a coordinar fuerzas entre los sectores populares.

Por ello, los Comandos Populares de Liberación concurrimos al V Congreso del FAS -así como lo hicimos a la reunión anterior realizada en Tucumán- dispuestos a apoyar toda medida que tienda a profundizar la acción común en la lucha contra la burocracia y su Ley de Asociaciones Profesionales, contra los ataques a las organizaciones sindicales clasistas y combativas, contra la represión policial y parapolicial a los militantes populares y revolucionarios, contra la política del Pacto Social.

Pero, también planteamos sinceramente nuestra discrepancia que nos impiden Integrarnos en el Frente. Y eso es también una contribución en el proceso de unidad revolucionaria, ya que avanzar hacia ella supone, entre otras cosas, reconocer la existencia de distintas propuestas en el campo de los sectores revolucionarios, confrontarlas sin sectarismos y comprender que la superación de esas divergencias sólo se logrará combinando la actitud más fraternal en el debate con la disposición mayor a movilizarse y luchar en común. De esta forma iremos avanzando en el camino de la organización independiente de la clase obrera, confluyendo desde la izquierda y el peronismo, en el proceso de la guerra revolucionaria que habrá de llevarnos a la construcción de una Argentina sin explotadores ni explotados, la Argentina Liberada y Socialista.

COMANDOS POPULARES DE LIBERACIÓN

24 de Noviembre de 1973
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FUENTE: Militancia Peronista para la Liberación, Nº 27