LA AGRESION NARCOPARAMILITAR A LAS FARC Y AL ECUADOR
Definitivamente la planificación y ejecución de la operación “Fénix” desarrollada por las hordas oficiales del narcoparamilitar presidente colombiano contra las FARC en territorio nacional fueron diseñadas por los EEUU.
La utilización de alta tecnología de guerra, el uso de los aviones del FOL en Manta que cómplicemente mantiene el régimen con el absurdo argumento de respetar el acuerdo que marca su permanencia hasta el año 2009. La complicidad de militares ecuatorianos que en unos casos por negligencia, en otros por colaboración directa, determinaron que el imperialismo con la mano asesina de Uribe cumplieran con el objetivo que venían buscando desde hace ya muchos años, dar un duro golpe al secretariado del las FARC, involucrar al Ecuador en el conflicto colombiano y aislar la política de Chávez.
La comunidad internacional se divide en sus criterios. Los EEUU como era de esperar justifican la acción cruenta de Uribe. Otros, como el de Lula desde Brasil ofreciéndose como mediador. Y nosotros preguntamos ¿cómo puede ser mediador este miserable traidor de la clase obrera si él mismo vendió los aviones Súper Tucano, diseñados específicamente para la guerra irregular al régimen genocida de Uribe y que fueron ya utilizados para asesinar al comandante “Acacio” y ahora a los combatientes del frente 48 de las FARC? ¿Acaso ahí ya no tomo o definió su posición política e ideológica en el conflicto interno de Colombia?
La responsabilidad de los regímenes anteriores en el Ecuador, concretamente de prófugo Mahuad, del miserable perro y “mejor amigo” del imperialismo: Lucio Gutiérrez, quienes reafirmaron la presencia de los gringos en Manta que es el lugar desde donde se manejó electrónicamente la operación criminal y alevosa contra los insurgentes colombianos y la violentación de la soberanía nacional.
Ahora el Presidente Correa trata de reaccionar pero manejando una doble moral. Importa un carajo la soberanía cuando se mantiene una base militar extranjera, imperialista en territorio nacional. ¿Acaso eso no es atentar contra los más elementales criterios de independencia, soberanía y gobernabilidad?
También hay un doble discurso, a la final trata de separarse el problema de la incursión armada del ejercito burgués colombiano en territorio nacional del comercio bi nacional. Las burguesías de los dos países ya se pronunciaron y demandan pronta solución, de todas maneras no quieren tirar al trasto una balanza de pagos que está en el orden de los 2.600 millones de dólares. A ellos les importa un bledo temas como el de la soberanía, la violencia, el desangre. El gobierno ecuatoriano les hace el juego, en eso Chávez se mostró más decidido y consecuente, cerró la frontera con Colombia.
La timorata actitud del régimen y de las FFAA ante las permanentes agresiones que venían cometiendo las tropas regulares colombianas años atrás determinó que éstas terminen creyendo que podían hacer lo que les dictaba la regalada gana y desde luego cumplir con la planificación estratégica que dictan la CIA y el pentágono.
Pero en fin, esa es la guerra, un acto cruento donde interactúan una serie de elementos y escenarios difíciles de digerir pero que objetivamente están ahí. El problema de la guerra no pasa por el manejo diplomático, por el reconocimiento o no de fuerzas beligerantes, del manejo o no de protocolos de guerra. La revolución es un acto duro, cruento en el que una clase desplaza a otra del Poder. Las fuerzas revolucionarias debemos entenderlo así. A la final, la burguesía, los terratenientes, el imperialismo, están dispuestos a pisotear toda norma jurídica propia o internacional con el objetivo de aniquilar la revolución.
Nosotros, los comunistas de hoy, es decir los maoístas, no vamos a “pescar a río revuelto” y mucho menos a asumir posiciones oportunistas que puedan desvirtuar nuestros más elementales principios, pero sí queremos y debemos sostener que en estos momentos difíciles para el pueblo y la insurgencia colombiana que nos solidarizamos con ellos, que aún desde trincheras y propuestas diferentes a las que nosotros esgrimimos reconocemos sin ambages el honor y gloria en los combatientes que perdieron sus vidas tratando de materializar el esfuerzo redentor de la social revolución.
Ya lo sostenía el Presidente Mao, en muchas ocasiones es importante devolverle al enemigo palabra por palabra, golpe por golpe, sencillamente ceñirse a las más elementales leyes de la guerra.
FUERA BASE DE MANTA.
CERRAR LAS FRONTERAS COMERCIALES CON COLOMBIA.
DESTRUIR EL REGIMEN Y ESTADO NARCOPARAMILITAR COLOMBIANO
GUERRA TOTAL AL IMPERIALISMO.