ÁLVARO URIBE DEBE RENUNCIAR A LA PRESIDENCIA, DESMOVILIZARSE DEL PARAMILITARISMO Y SOMETERSE A LA JUSTICIA
Secuestrada por los más tenebrosos forajidos –el guerrerista George Bush y el narco paramilitar, Álvaro Uribe- Colombia atraviesa hoy la peor crisis institucional de su tormentosa historia. Para vergüenza de la patria, los valores éticos fueron arrojados por la borda para hacer del ejercicio del gobierno una labor emparentada con el crimen. Arden bajo el fuego de la ilegitimidad las tres ramas fundamentales del poder público. Como ya se ha dicho, todos los caminos de la asquerosa narco para política conducen al Presidente Uribe. Él es el cabecilla de la desestabilización institucional. Es el jefe político de los congresistas de la para política convictos en la prisión de la Picota. Él es el caporal de la corrupción y del cohecho, el padre de la impunidad de las masacres y despojos perpetrados por sus paramilitares consentidos…
La naturaleza de la crisis no admite soluciones desde las alturas surgidas del consenso de los implicados. Es imperioso consultar la decisión del soberano, que es el pueblo. La reforma política sería una burla a la conciencia pública si parte de la iniciativa de las instituciones cuestionadas. Si Uribe se opone a la revocatoria del Congreso, es porque sabe que será arrastrado indefectiblemente en su caída.
Si llegare a prosperar la figura de la “silla vacía” aprobada por la Cámara, y que consiste en la pérdida definitiva de la curul, que se empiece entonces con el solio presidencial, si de curules se trata. Que se aplique la “silla vacía” al Vicepresidente Santos, fundador del denominado Bloque Capital de los paramilitares; al Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, que se reunió con los capos paramilitares para derrocar al presidente Samper. Silla vacía para la presidenta del Congreso elegida al senado con los votos paramilitares de Cundinamarca. Silla vacía para el Procurador General que estableció lazos secretos con los paramilitares a través de sus hermanos en Valledupar. Silla vacía para el director de la policía, compinche y testaferro del narcotraficante alias Jabón; para el comandante del ejército que actuó en la masacre de la comuna 13 de Medellín en acción conjunta con los paramilitares. Silla vacía para el Presidente de la Judicatura, para el actual Ministro de Hacienda. Silla vacía para la oligarquía corrupta en el poder…
Enumeramos algunas razones morales por las que el ilegítimo Presidente Uribe debe renunciar:
1. Su reelección es el resultado de un delito de cohecho. La representante a la Cámara Yidis Medina, hoy acogida a sentencia anticipada, denuncia que los Ministros del Interior y Justicia, Sabas Pretel, y de Protección Social, Diego Palacios, le ofrecieron la dirección de dos entes regionales del Estado y un consulado a cambio de su voto por la reelección presidencial consecutiva. Según su testimonio, otro representante, Teodolindo Avendaño, recibió como pago por ausentarse de la votación 450 millones de pesos. Como consecuencia, a través de un Acto Legislativo se le torció el cuello a la Constitución Nacional para permitir la fraudulenta reelección inmediata del Presidente Uribe. Si es ilegítimo y tramposo el Acto Legislativo, lo es también el mandato que de allí se desprende.
2. El cabecilla narco paramilitar Salvatore Mancuso ha reiterado ante la Fiscalía que los votos que llevaron al senado al primo del Presidente y jefe del partido uribista, señor Mario Uribe Escobar, fueron producto de la coerción paramilitar contra los electores. Igual que los votos contaminados de los congresistas vinculados a la para política, los de este senador contribuyeron también a la elección del Presidente.
3. El 99 por ciento de los representantes y senadores privados de la libertad por sus nexos con el paramilitarismo, son uribistas o copartidarios del Presidente. El caso es tan notorio que la prisión de La Picota se ha convertido en la práctica en sede alterna del Congreso.
4. El ministro de Interior y Justicia de entonces, Sabas Pretel de la Vega, hoy embajador en Italia, según testimonio de los capos narco paramilitares, en sus reiteradas visitas les decía: “Saludos del Presidente. Lo importante ahora es la reelección. Apoyen la reelección y no habrá extradición”. Como lo denuncia el confeso mafioso Fabio Ochoa Vasco, Uribe recibió gran cantidad de dinero de los narcos y paramilitares.
5. El ex director del DAS (Seguridad del Estado), Jorge Noguera, en coordinación con el jefe paramilitar Jorge 40 montó un mega fraude electoral a favor de la reelección del Presidente Uribe. Está plenamente establecido que Noguera, hombre de estricta confianza de Uribe, entregaba a los paramilitares los listados de sindicalistas y dirigentes populares para que fueran asesinados. Este mismo funcionario organizó el envío de más de 100 paramilitares a Caracas con la misión de matar al Presidente Chávez.
6. La ex ministra de relaciones exteriores, María Consuelo Araújo, fue nombrada por Uribe titular de esa cartera como cuota del narco paramilitar Jorge 40.
7. Uribe toleró desde la Presidencia el robo del presupuesto de la nación por los distintos bloques paramilitares. Fue cómplice del robo de los recursos de la salud y les permitió recaudar impuestos y financiarse con los contratos del Estado.
8. Como en las vendettas gansteriles, el “Doptor Varito” -como llamaba cariñosamente el capo Pablo Escobar a Uribe- se deshizo de su antiguo secretario en la Gobernación de Antioquia, Pedro Juan Moreno, en un misterioso accidente de helicóptero. Promotores del paramilitarismo y de su legalización a través de las tenebrosas Cooperativas Convivir, terminaron distanciados por desavenencias burocráticas en torno al Ministerio de Defensa.
9- El jefe paramilitar Francisco Villalba, testimonia que Álvaro Uribe Vélez, siendo gobernador de Antioquia, estuvo entre quienes autorizaron la masacre de El Aro ocurrida en 1997. Santiago Uribe, hermano del Presidente, ha sido identificado como uno de los 12 apóstoles del paramilitarismo, ordenadores de masacres.
10. En el Magdalena Medio Uribe participó de la campaña de los paramilitares promoviendo la candidatura al senado del señor Carlos Arturo Clavijo, como consta en video público. Situaciones como esta tuvieron ocurrencia en otros lugares del país.
11. Uribe actúa como abogado de los paramilitares ante la Corte. Defiende a los criminales y ataca desde la presidencia las decisiones de los magistrados. Porque obstruía su determinación de dejar en la total impunidad los crímenes de lesa humanidad del paramilitarismo, en un acto de desacato, el presidente Uribe descalificó la sentencia que precisaba que “paramilitarismo y concierto para delinquir no es sedición”.
12. Uribe debe renunciar por corrupción. En una injusticia que clama al cielo pretendió entregar a poderosos empresarios agrícolas el predio Carimagua destinado inicialmente a familias campesinas desplazadas por el paramilitarismo. El afrentoso argumento de su ministro de agricultura era que los empresarios tenían “músculo financiero” mientras los pobres campesinos, no.
13. Sostiene como vocero oficioso del Palacio de Nariño a José Obdulio Gaviria, instigador permanente de la guerra sucia y primo del mafioso Pablo Escobar Gaviria. Sus ataques y acusaciones a los organizadores de la marcha del 6 de marzo contra los crímenes del paramilitarismo de Estado, provocaron la muerte de varios de estos líderes populares.
Este Estado terrorista y pendenciero ha puesto además en peligro la paz y la estabilidad de la región, cumpliendo el denigrante papel de peón del gobierno de los Estados Unidos.
Desde su inconmensurable cinismo el Presidente Uribe sugiere como solución de la crisis, no la renuncia que dicta el decoro, sino el fortalecimiento de las instituciones que él mismo ha destrozado. Lo que se debe fortalecer, y a eso invitamos a los colombianos, es la función del soberano que señalice un nuevo rumbo para la República. Nadie cree que la Comisión de Acusaciones de la Cámara pueda impugnar la conducta criminal de un Presidente que es su jefe político, mientras las altas cortes parecen impedidas para poner término a la vergüenza patria de tener que soportar a un forajido en la más alta dignidad de la República. Uribe debe renunciar o ser sacado del Palacio de Nariño como lo fue su primo de la embajada de Costa Rica al grito de ¡asesino, asesino! La dignidad del país, lo exige. A la institucionalidad podrida debe oponerse una nueva institucionalidad. Nadie está obligado a la obediencia a un régimen oprobioso, mil veces ilegítimo. El Libertador Simón Bolívar nos enseña que “cuando el poder es opresor, la virtud tiene derecho a anonadarlo”.
Llamamos a los militares patriotas y bolivarianos a retomar la senda del Libertador y a construir junto al pueblo y la guerrilla una nueva alternativa de poder. Necesaria es la desobediencia ciudadana, reactivar las grandes marchas populares y los paros cívicos y la huelga general que den al traste con este régimen espurio. Sigamos trabajando un Gran Acuerdo Nacional hacia un gobierno provisional que instrumente una salida legítima a la crisis del Estado colombiano. Necesitamos un nuevo gobierno que abra las puertas a la anhelada paz con justicia social, refrendada ésta por una Asamblea Nacional Constituyente.
Constituyente y nuevo poder, deben ser nuestros objetivos.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC
Montañas de Colombia, mayo 9 de 2008