Puka Inti (Julio de 2008)

PUKA INTI

ÓRGANO DE DIFUSIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR "SOL ROJO"

JULIO DE 2008
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LA ASAMBLEA: EL ENGAÑO CONSTITUCIONAL

No había que ser un clarividente para saber con anterioridad lo que iba a suceder en la Asamblea.

Lo dijimos hasta el cansancio, estor instrumentos a los que recurrentemente asiste el Estado dejan ver con absoluta claridad la crisis que vive el seudo sistema democrático ecuatoriano y a la vez resaltan las contradicciones inter burguesas que no les permite reacomodar o reestructurar el estado en función de sus intereses más próximos bajo égida de los EEUU.

¿Hay diferencia alguna entre la Asamblea y el Parlamento? Ninguna, en absoluto. No hacen un carajo salvo llevarse en hombros el dinero del Estado. Igual de payasos, igual de mentirosos, igual de traficantes con las necesidades de las masas.

En la actual Asamblea no se han tratado temas de importancia que terminen comprometiendo una mejor condición laboral para los trabajadores, ni se resolvió el problema de la propiedad privada, temas fundamentales como el de la Soberanía y la independencia del país respecto de cualquier potencia del planeta, la tenencia de la tierra, etc.

Traidores rastreros como los Gutiérrez son los protagonistas al día, nuevos exponentes socialcristianos como ese aprendiz de verdugo de Viteri, revisionistas y oportunistas con cierta insania cerebral como María Augusta Calle han hecho de la Asamblea un burdel circense, en donde más allá de traficar conciencias y voluntades se hace cualquier payasada con la finalidad de mantener a nuestro pueblo con la siempre viva expectativa de que la democracia burguesa siga siendo una alternativa de gobernabilidad y lo aleje de cualquier propósito u objetivo que verdaderamente lo ponga de frente al poder.

Los ecuatorianos hemos transitado hasta lo inimaginable: dictaduras fascistas, dictaduras nacionalistas con propuestas más radicales que la izquierda electorera, regímenes seudo democráticos, coparticipación en gobiernos como el de Gutiérrez de centrales sindicales, movimiento indígena e “izquierda”. Plebiscitos, elecciones, somos campeones mundiales en Asambleas y Constituciones y sin embargo la naturaleza esencial del viejo Estado no varía en absoluto, por lo menos en lo que se refiere a que represente a las grandes mayorías. Y no obstante ahí seguimos, ciegos, sordos y mudos creyendo en esas babosadas redentoras que lo único que hacen es reacomodar o reestructurar el viejo estado para darle por ahí un pequeño aliento de vida o un paliativo que mantenga a las mayorías distraídas y escépticas mientras grandes burgueses, terratenientes y sus aliados, el revisionismo, se acomodan para seguir explotando, hambreando a las masas, saqueando las riquezas naturales del país y crear la ilusa idea de que la democracia y sus instrumentos son la panacea del cambio….
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CONFLICTOS ENTRE LA IZQUIERDA Y EL GOBIERNO

Hay una percepción que está en el ambiente político del país y es que el régimen del Eco. Correa está volcando su intencionalidad política hacia la derecha generando una deriva ideológica que sin lugar a dudas tiene confundida a la izquierda ecuatoriana.

Y es que hace ya mucho tiempo el análisis político y la identidad ideológica de determinado sector se lo ha dejado de identificar como derecha o izquierda.

Hace 30-40 años esta caracterización y filiación política tenía un relativo sentido en la medida que ser de derecha liaba un proceder muy preciso. Burgués: pro imperialista, represivo, conservador, antipopular, ortodoxo y amamantado por la iglesia. ¿Su antagónico?, la izquierda: contestataria, rebelde, conspirativa, con el grito y el puño al filo del movimiento revolucionario armado. Pero de un tiempo acá esos posicionamientos se han diluido, si bien es cierto la derecha política del país sigue teniendo esas mismas características la izquierda pasó a conformar ese universo político del viejo estado en el que sus militantes ahora hacen filas en las estructuras de la burguesía burocrática, esa que se muestra progresista, antiimperialista, popular pero contundentemente antirrevolucionaria. En el gobierno: represiva, anti popular, timorata en confrontar a la gran burguesía y servil en ultima instancia al imperialismo.

Entonces pensar que el Eco. Correa haya entrado en contradicciones con la izquierda como que no se ciñe a la realidad, sin que esto quiera decir que no tengan desacuerdos los mismos que se asientan en la pelea propia de hampones políticos que no llegan a buen
entendimiento en la repartición de las cuotas de poder en la administración del viejo estado.

Si la izquierda del país se aleja del régimen no es porque hayan hecho un acto de contrición ideológica, en absoluto, es sencillamente porque no están encontrando el espacio correcto para que se enquisten en el aparato burocrático del estado ya que el régimen últimamente considera más fructífero capitalizar acuerdos con los sectores más recalcitrantes de la burguesía ecuatoriana.

Y lo dijimos en anteriores publicaciones, no era gratuito que Correa empiece a utilizar el mismo lenguaje que Uribe cuando se refería a la insurgencia colombiana. Alertamos de los peligros que implicaba que el régimen compre aviones brasileros diseñados para la lucha contra insurgente porque ese solo acto denunciaba su posición en el contexto subregional. La declaratoria de “postergar” su ingreso al ALBA patrocinado por Hugo Chávez ya daba el campanazo final de que el altar, la hostia y el vino servil a los EEUU ya estaba tendido y servido.

Que la dirección del movimiento indígena se retire del régimen no llama la atención, ¿será que el actual presidente no está dispuesto a dar a la dirección indígena embajadas, ministerios, fondos para alimentar la corruptela directiva tal y cual lo hizo Gutiérrez? Con toda seguridad eso es lo que preocupa a la izquierda ecuatoriana y no verdaderamente el correcto trabajo que debía emprenderse con la organización, movilización y lucha popular en torno a objetivos tan elementales como el denunciar el carácter de clase del régimen actual, la fatua ilusión constitucionalista de la Asamblea y la proyección cualificativa de los niveles de organización de las masas en torno al problema fundamental de el Poder.

No, no hay divergencias antagónicas entre la izquierda y el régimen, son harina de un mismo costal y con los mismos gorgojos pero en moldes distintos, oportunistas, rastreros, revisionistas. Mentirosos y traficantes de la dignidad y espiritualidad democrática de las masas……

No, no hay una diferenciación sustancial en calificar a un individuo si es de derecha o de izquierda, la lucha y la historia nos ha puesto o ubicado en dos bandos plenos, claros, bien diferenciados: burgueses y sus aliados, el imperialismo y el revisionismo y al otro lado de ese río, sin posibilidad absoluta alguna de un puente o nexo, sus antagónicos, comunistas y sus aliados. La lucha no es por remodelar o reestructurar el estado, o que si las mujeres tienen derecho constitucional al orgasmo como lo plantearon en el burdel de la Asamblea. Menos porque se legalice o no el matrimonio homosexual, porque tengan o no derecho al voto los militares, o si se da paso o no a las autonomías regionales, si se pone el nombre de Dios o no en la Constitución, no, eso es basura, eso es engaño, nosotros no caemos en esa absurda dicotomía, la lucha es única y exclusivamente por el Poder, cómo, con quiénes y en qué condiciones ellos detentan el poder y por otro lado, cómo, con quiénes y en qué condiciones nosotros les arrebatemos el Poder. No hay otra discusión o lucha de por medio. Todo para defender la democracia y la libertad dirán la burguesía, los terratenientes y el revisionismo, y eso compromete las elecciones, la participación de la izquierda en los gobiernos burocráticos, la tortura, la cárcel, el paramilitarismo, etc... Todo, absolutamente todo lo que esté al servicio para la captura del Poder para el Proletariado y sus aliados enarbolamos los comunistas y desde luego, en ese todo no tiene cabida la lucha legal, electoral o pacífica, la vía es una y esa es la de la violencia revolucionaria. La diferencia esta en el hecho de que los defensores y detentores del Poder saben que tarde o temprano tendrán que cederle paso a la historia. Nosotros sabemos contundentemente que la historia la hacen los pueblos y que la revolución tarde o temprano se presentará inevitable.
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¡MATAR AL PRESIDENTE!

La policía desmanteló aparentemente a una estructura que se dice tiene nexos con el paramilitarismo colombiano y que planificaba atentar contra la vida del Presidente de la República, Eco. Rafael Correa.

El absurdo plan elaborado para cometer este atentado por sí solo dejaba ver la falsía de dichas aseveraciones pues sin que exista la necesidad de ser un estratega militar que maneje tácticas urbanas, el supuesto plan más parecía ser sacado operativamente -como diseño- de la mórbida cabeza de un policía municipal después de una agotadora jornada de robos y agresiones a los vendedores ambulantes de la capital.

Y se presenta el supuesto atentado precisamente cuando a Uribe ya no le interesa lo que haga o deje de hacer el régimen ya que su propósito de involucrar al país en el Plan Colombia lo consiguió a lo bruto, agrediendo la soberanía nacional y haciendo lo que mejor sabe hacer, asesinado, es decir a estas alturas el Presidente Correa ya es un tonto útil de las pretensiones del paramilitar, en esa medida difícil que mande sus huestes con explosivos, francotiradores y motosierra incluida a asesinar a su “pieza clave” en la estrategia de frontera.

¿La CIA o los EEUU?, ¡menos!, el régimen es su aliado más importante en la región por cuanto le permite mantener el “equilibrio democrático” que no se lo posibilita Venezuela. Si analizamos detenidamente el régimen y particularmente el Eco. Correa ya ataca las posiciones de Chávez, desde la órbita de la nueva izquierda latinoamericana. Mejor favor a los EEUU no le hace ni Uribe.

Que la Policía se inventó un “falso positivo” ante la crisis de los aparatos de inteligencia por su vinculación a la CIA no es descartable, de todas maneras el régimen está tratando de darles un baño de legitimidad que los potencia como actores sociales no cruentos, copartícipes de la “transparencia democrática”. Por lo menos es la intención que bajo la mesa maneja el actual Ministro de Gobierno y su motivación propia de un redentor de las ONG´s.

Por último quedamos los revolucionarios, y en eso estamos claros, el problema no es gubernamental, es Estatal, No se trata de matar Presidentes porque la burguesía los va a reponer con mucha facilidad, el problema no es formal, es estructural, el problema es la dictadura burgués terrateniente, el problema es el viejo estado. Ya lo que tuvo que pasar con Somosa tiene su historia y sus antecedentes. Lo que no le pasó a Pinochet tuvo también su momento en manos del FPMR y su fallido intento de castigar al tirano y el incierto futuro de Uribe no deja de ser un enigma, la memoria de los pueblos no suele ser tan frágil como cree la burguesía sobre todo cuando esta historia esta ligada a crímenes, torturas, desapariciones forzadas, tiranías, etc...

De todas maneras alguien quiere matar al presidente y nosotros decimos, las contradicciones inter burguesas por ahora no llegan tan lejos, sin embargo los sectores más recalcitrantes de la burguesía habrán pensado seriamente en esa posibilidad tal y cual como lo hicieron cuando asesinaron a Jaime Roldós. Cuando pugnan entre ellos pueden llegar a situaciones brutales y complejas, pero cuando coluden suelen ser más voraces y sanguinarios el momento que enfrentan contradicciones opuestas que comprometen directamente la seguridad del Estado y de sus intereses. León Febres Cordero, García en el Perú, Uribe en Colombia, aberrantes muestras históricas.
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LA OPERACIÓN “JAQUE” CONTRA LAS FARC

Sin lugar a dudas la guerra tiene una serie de complicaciones que un día, quienes sostienen guerras injustas, como es el caso del viejo estado colombiano, pueden estar sometidos por las fuerzas insurgentes, y no es extraño que con el paso de los días esa correlación del combate varíe y sean las fuerzas reaccionarias las que tengan sometidas a las fuerzas revolucionarias.

Hacer la guerra con propósitos que tienen profundos alcances sociales no es un acontecimiento lineal, que tiene un punto de partida y que ineluctablemente camine a su meta, a su objetivo. Por el contrario, el camino es sinuoso, la iniciativa cambia permanentemente de manos, hay tiempo para el ataque, otro para el repliegue y en esa interacción de tácticas y estrategias es obvio que el éxito en determinadas batalles esté contundentemente presente, pero como lo decía Wat Whitman. La derrota también es grande y en muchas batallas no nos
será ajena. Nadie a ganado una guerra de clases sin haber tenido reveces que en momentos determinados los hayan colocado al filo de la derrota total, sin embargo la tenacidad y compromiso de los revolucionarios siempre va más allá del último esfuerzo de los reaccionarios caso contrario nunca, jamás las nuevas fuerzas sociales habrían avanzado en la historia.

A nadie se le pudo haber ocurrido que, cuando las FARC atacaron la Base de Las Delicias, en la Amazonía colombiana con un saldo impresionante de 27 militares muertos y 60 prisioneros, el Ejército burgués haya estado al borde del descalabro general.

Tampoco tiempo después cuando las FARC atacaron la base del Ejército en el cerro de Patascoy, donde mueren 10 militares más y 18 son retenidos.

Si consideramos que meses después en un ataque fulminante, bien planificado y contundentemente aplicado, la insurgencia colombiana ataca en El Billar (Caquetá) dejando 65 militares muertos y 43 detenidos, uno de los resultados más tétricos que haya tenido la fuerza burguesa nadie podía atreverse a decir, no…….el Ejército está perdiendo la guerra, el Ejército está siendo controlado por la guerrilla. Pero la dureza y efectividad de los ataques guerrilleros no pararon ahí, posteriormente es atacada una base antinarcóticos en Miraflores (Guaviare), donde en franco combate mueren 40 policías y militares y 56 son tomados prisioneros, o en Mitú, capital del departamento de Vaupés donde mueren 16 policías y militares y 61 son retenidos, quizá eran los momentos oportunos como para pensar que el Apocalipsis ya está sobre las fuerzas armadas colombianas.

Una atinada operación de rescate de prisioneros de guerra entre quienes se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, ha creado la panacea en los medios de prensa burguesa para sostener que el momento fin de la guerrilla colombiana está próximo a llegar. Desde luego, si es tan cierta dicha operación.

No fue la guerra, fue una batalla, no diferente a aquella que emprendió la insurgencia colombiana en Cali, contra la Asamblea Departamental, donde con una impresionante planificación y sin el uso de violencia se llevaron del seno de la ciudad y ante los ojos del ejército y policía colombiana a doce diputados con el ardid de que la guerrilla había colocado explosivos en la Asamblea y que guerrilleros vestidos de militares los condujeron hasta vehículos con la idea de ponerlos a buen recaudo. Automáticamente fueron retenidos. Es decir una operación bien planificada y muy bien ejecutada, similar a la realizada (aparentemente) hace pocos días por las huestes de Uribe.

La guerra está llena de este tipo de operaciones que definitivamente son relevantes en el teatro de la guerra porque no hay mayor astucia, decía Sun Tsu, que la de aquel comandante que somete a su enemigo sin utilizar la violencia.

No creemos que este sea el principio del fin de la insurgencia colombiana, por el contrario, es el detonante para que se haga una reflexión ideológica y un replanteamiento metodológico del quehacer de la guerra. Además las circunstanciadas de esta operación que no deja de ser compleja para las FARC, también le nutre a esta fuerza insurgente de todos los elementos de análisis para evaluar el contexto nacional, la verdadera capacidad combativa de su enemigo directo, la importancia de reformulamientos ideológicos que puedan dotarle a sus combatientes del arma principal que los convertiría potencialmente en una fuerza indestructible y por último entender cual es la verdadera correlación de fuerzas que debe laborar en el extranjero. Evo Morales, Hugo Chávez, Rafael Correa por decir los menos, se pusieron al unísono de Bush, Uribe y del nazi Benedicto XVI saludando el operativo militar y la liberación de los prisioneros. El apoyo, respaldo y simpatía debe generarse al interior de los pueblos, no de los gobiernos, mucho menos de las dirigencias y de determinadas organizaciones populares que son cabalgadas por el revisionismo.

Son escollos, piedras en el camino. Lo ideológico lo determina todo.

Es hora de la reflexión ideológica más que de la estrategia militar.

Es evidente que el gobierno narco paramilitar ha utilizado esta acción con objetivos plenamente políticos y militares. Políticos porque ante la impopularidad de Uribe producto del descubrimiento de una serie de pruebas que lo comprometían seriamente con los paramilitares le venía bien un éxito no violento que presente otra faceta que no sea la que tiene acostumbrados a las colombianos de sangre, violencia, terror. La maniática búsqueda por la reelección presidencial también tuvo su aliento después del rescate novelesco. En lo militar de igual manera, es innegable el repotenciamiento tecnológico y logístico que ha recibido las FFAA colombianas de los EEUU. Los militares colombianos asistidos por gringos, franceses, ingleses e israelitas son la simplificación de la estrategia capitalista mundial contra la lucha guerrillera. De tosa maneras, todavía no le alcanza para levantarse la victoria final. Para Uribe, la prensa y burguesía colombiana el recate de Ingrid Betancourt fue lo notable. La libertad de los once militares pasó con un perfil tremendamente bajo, sin importancia, son hombres de extracción popular que no son sujetos sino del factor estadístico, numérico. En fin, es su forma de ver la política, es su forma de ver la vida, es su forma de combatir. Es algo que deben pensar muy bien policías y militares sin rango, de tropa, son solo peones de un escenario donde ellos ponen la cuota de sangre y sacrificio, los altos mandos y la burguesía se llevan el botín y “la gloria”.
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BUZON:

Pregunta. Por qué escriben artículos que parecerían tener relación o simpatía por las FARC?

Respuesta: Vamos a tratar de ser muy concretos en la respuesta. No compartimos la propuesta política de las FARC, mucho menos su espiritualidad ideológica porque creemos que no coincide plenamente con un análisis correcto del escenario ideológico que compromete a las clases y particularmente la dirección proletaria en el proceso revolucionario. Creemos en la dictadura del proletariado en contraposición al planteamiento de las FARC que no dejan de hablar de democracia, de diálogos, e inclusive de tener relaciones con políticos y organizaciones de la llamada izquierda que ha estado comprometida con dictaduras militares, regímenes anti populares y que han sembrado de desconcierto en las masas al llevarlas a transitar el camino de la democracia burguesa.

Nosotros creemos en la Dictadura del Proletariado, el Socialismo y la meta final el Comunismo. No creemos en la Democracia porque la consideramos un medio y no un fin. No creemos en el proyecto Bolivariano porque es integrador y esa propuesta es discordante con el internacionalismo proletario y la unidad de los pueblos.
No coincidimos en absoluto con las FARC en la medida que la lucha debe estar direccionada a un solo objetivo: El Poder. Las FARC combaten por tener las condiciones para “sentar” a los distintos regímenes burgueses a la mesa de negociación, es decir, se combate para negociar y no para conquistar el Poder. Si ahora no tienen los elementos de negociación pues el fundamental era Ingrid Betancourt no lo deseamos a ellos ni a nadie, pero tampoco nos llamaría la atención que el próximo paso vaya a estar ligado a la capitulación definitiva porque por los restantes prisioneros hoy en manos de las FARC el estado colombiano no va a dar ni un solo peso y mucho menos la liberación de un solo guerrillero, por el contrario, liberada la burguesa a los demás prisioneros que todavía están en manos de la insurgencia intentarán liberarlos a plomo, con violencia sin importar los resultados.

No nos atrevemos a sostener que las FARC sean una organización que esté en la “otra colina” como lo plantean ciertos camaradas en el extranjero. Muy diferente de lo que pasa con la izquierda en el país. Y es raro porque en contraposición a lo que pensamos de las FARC, sí estamos en contra de organizaciones seudo maoístas de Colombia que viven enquistadas en el aparato burocrático sindical del viejo estado y que viven de espalda a los más elementales principios del marxismo leninismo maoísmo como son el caso del MOIR.

Creemos que no debemos en torno a la lucha contra el revisionismo ponernos al mismo lado de la burguesía y del imperialismo a combatir, cuestionar o condenar a la insurgencia colombiana. ¡Viva la lucha contra el revisionismo! Lo sostenemos ardorosamente, sobre todo la lucha que está dirigida a la izquierda electorera y oportunista, blanco fundamental de toda revolución que se respete, pero qué, ¿acaso ahora debemos ponernos en la misma vereda de Bush, Uribe, Benedicto, Chávez, Correa, Nebot y demás a combatir a la insurgencia colombiana? No, no somos así de subjetivos. Es un proceso que respetamos y que consideramos que dialécticamente está sentenciado a corregir su viabilidad ideológica aproximándose a las tesis del maoísmo que garantizaría su encuentro con el Poder caso contrario lamentablemente morirán agotados en la mesa de negociación.

No somos farianos, no tenemos relaciones con ellos pero sin lugar a duda estamos con todos aquellos que combaten al imperialismo, a la burguesía y a los terratenientes. Si en un momento determinado los maoístas creemos que la burguesía nacional puede cumplir con compromisos antiimperialistas mal podríamos soslayar de nuestra admiración y respeto a revolucionarios que confrontan a la reacción y al imperialismo aun a costa de sus vidas.

Pregunta: ¿Ustedes apoyan a Chávez y el proyecto bolivariano?

Respuesta: No, definitivamente. No creemos que Chávez sea la voz del pueblo venezolano y mucho menos el líder latinoamericano que abandere la lucha antiimperialista en América Latina.

Difícilmente, aunque la historia tiene honrosas excepciones, un engendro del Ejército burgués puede posesionarse de lado de las masas, contra la burguesía, el imperialismo y el capitalismo y no es precisamente Chávez una de esas excepciones.

Chávez emprende una aparente lucha contra el imperialismo norteamericano, sin embargo se regocija en otros países capitalistas desarrollados que apuntan o aspiran a ser imperialistas. No define su posición en relación al capitalismo y ahí es incongruente, no se puede ser antiimperialista sin ser anti capitalista.

Lo del discurso Bolivariano no pasa de ser un formato propagandístico de carácter popular. Se trabaja la integración, pero en términos comerciales, productivos donde siempre sale favorecida la burguesía, los empresarios. No se trabaja el internacionalismo. Hace dos o tres meses Chávez aparentemente respaldaba las luchas del pueblo colombiano. Hace pocos días las negaba, es más, a la insurgencia colombiana la llamaba a abandonar la lucha armada porque la considera extemporánea. Ahora Chávez, Morales y Correa son antiguerrilleros y se han convertido en pacifistas burgueses.

Para nosotros los maoístas Chávez es el típico personaje que logró enquistarse en el marco democrático burgués, eso le dio o posibilitó el espacio de desenvolvimiento político para que pueda alinearse con la burguesía burocrática que desesperadamente lucha por convertirse en compradora. Chávez es un burgués burócrata que utiliza un discurso populista que lo aproxima más al nacionalismo fascista y que lo aleja cada vez más de cualquier posicionamiento socialista, aún de aquel de moda, del que rebuznan sin tapujos, ese que llaman Socialismo del Siglo XXI.

Nada, absolutamente nada ni nadie que haya podido construir una propuesta restauradora desde el espacio de movilidad democrática burguesa es consecuente con los pueblos. Hay que entenderlo, estar en el gobierno, administrar de manera diferente quizá socializadamente el viejo estado nada tiene que ver con la revolución. La toma del Poder por medio de la violencia revolucionaria compromete el cambio abrupto de un modo de producción por otro, en nuestro caso la implementación del Socialismo y con él la Dictadura del Proletariado, mientras no se haya hecho ese cambio nada hemos hecho. Chávez es un militar bribón y audaz, no hay que olvidar que en un momento a Gutiérrez se lo comparaba con Chávez porque se erigió políticamente con el levantamiento indígena contra Mahuad. Bribones, oportunistas.

¡NO A LA FARSA CONSTITUCIONALISTA!
¡SI A LA GUERRA POPULAR!
¡NO DAR TREGUA AL IMPERIALISMO!
¡A COMBATIR AL REVISIONISMO ELECTORERO!
¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN!

A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN:
¡EL COMUNISMO!