La Agencia Bolivariana de Prensa presenta la segunda parte de la trascripción de una entrevista realizada en las montañas de Colombia a Jesús Santrich, de la Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia (CRB-VR) y que fuera lanzada al espacio herciano los días 27, 28, 29 y 30 de mayo del corriente año 2008.
Se refiere este documento a aspectos trascendentales, de interés nacional e internacional, que tienen que ver con la situación política y militar actual de las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia, FARC-EP.
Temas que aluden al significado de los 44 años de las FARC; las muertes de comandantes como Raúl Reyes, Iván Ríos y Manuel Marulanda Vélez; opiniones sobre la nueva configuración de la Dirección de la organización insurgente más antigua del continente, como las perspectivas inmediatas de esta guerrilla bolivariana, son tocados de manera espontánea pero clara en este documento que puede dar luces sobre la guerra de resistencia que adelanta el pueblo colombiano contra el imperialismo y contra la oligarquía más sanguinaria y cruel que ha gobernado en esta parte del orbe.
6. Sobre los computadores y las versiones en cuanto a las supuestas relaciones entre las FARC y los gobiernos de Venezuela y Ecuador
Hay una maquinaria mediática que debe ser denunciada y condenada en tanto está activada para mentir y vomitar sus agravios contra Ecuador y Venezuela; y contra el pueblo que se ha levantado en resistencia a la opresión. Los medios de radio, prensa y televisión del imperio y las oligarquías están desplegados de manera meticulosamente planificada como verdaderos batallones orientados a impactar en la conciencia colectiva con las técnicas más acabadas de la desinformación, de la manipulación que les permite encubrir a los responsables siniestros de la guerra sucia, como instigadores de la guerra contra el pueblo, disparando juicios y falacias que matan y hieren más que las balas y las bombas.
Pero tanta ferocidad desbocada, lo que hace es develar que en medio de la arrogancia, existe un temor de las oligarquías al despertar del sentimiento bolivariano, al resurgimiento de la Colombia de Bolívar. Y por eso se exacerban en el engaño y en el odio sin límites contra la población a la que tratan como si fuera masa desprovista de raciocinio, presentando mentiras abominables e increíbles como esa de la existencia de uranio en manos de las FARC, que es un absurdo tan grande como el de la existencia de los computadores indestructibles.
Todo ello hace parte del entramado de los pretextos que Estados Unidos ha ido tejiendo para hostigar, provocar y agredir a Venezuela y al Ecuador haciendo el ariete que les permita tumbar la resistencia antiimperialista que se ha establecido en Nuestra América y así continuar el robo de nuestros recursos naturales, pero especialmente el petróleo que no han podido sustraer de Irak.
A nadie debe caberle duda del carácter político, de organización revolucionaria bolivariana de las FARC y que es en ello donde están las coincidencias con revolucionarios de América y del mundo. Es ahí donde están los vínculos con hombres excepcionales como ese Presidente de los oprimidos que es el comandante Chávez o ese otro digno compatriota grancolombiano que es el Presidente Correa. Cómo no sentir identidad, aún teniendo muchas diferencias, con gente digna, decorosa que como en los casos de Chávez, Correa, Evo Morales, Daniel Ortega o el Comandante Fidel Castro luchan no solamente por sus países sino por la unidad de Nuestra América y el establecimiento de la justicia en el continente y en el mundo. Ese es el vínculo que tenemos, repito. Pero lo que si preocuparía es que se nos diga que existe vinculo alguno con genocidas como George Bush, que existe algún tipo de contacto con elementos de la CIA…, o con elementos de un régimen criminal como el de Álvaro Uribe Vélez.
Somos una organización política, de revolucionarios y por mucho que mientan nuestros enemigos de clase será muy difícil que logren desdibujar esa condición alcanzada con sacrifico y lucha, dispensando la sangre y la vida de nuestros combatientes sin pedir nada a cambio diferente a la felicidad de los oprimidos. Vergüenza nos daría que se nos vincule con los destripadores paramilitares de la motosierra, con los parlamentarios uribistas cómplices de masacres, genocidios, despojos y, en fin, de la tragedia humanitaria que padece nuestra Colombia comunera. Entonces, los vínculos que las oligarquías pretenden ubicar en otros rebuscados aspectos que en nada tienen que ver con la realidad también hacen parte de la campaña mediática que parte de la descalificación de las FARC para continuar con la descalificación de todo aquel que tenga realmente una relación con nosotros o a quien se le halla inventado tal relación. Yo pienso que nadie debe dejarse arrinconar con ese argumento detestable; nadie está obligado a revelar un vínculo cuando existe una persecución miserable contra los revolucionarios, pero es absurdo que se marque distancia con las FARC cayendo en la trampa de decir que no se tiene relación con ningún terrorista o violento como suele ocurrir con algunas personas que se han dejado atemorizar por el imperialismo y han comenzado a utilizar sus mismos marcos conceptuales. Con ello, en función de defenderse le seden terreno en la lucha ideológica a ese siniestro enemigo que pretende uniformar el pensamiento con sus propias valoraciones. Las FARC no son terroristas y si bien nadie está obligado a tener relaciones con nosotros ni a reconocerlas, quien las tenga no por ello debe ser condenado que es lo que pretende hacer el imperio con los revolucionaros en todo el mundo con su aviesa guerra contra el terrorismo, o lo que pretende hacer Uribe rebuscando e inventando compromisos inexistentes de personalidades colombianas y extranjeras con las FARC, para, repito, a partir de la valoración de que somos terroristas, comenzar a perseguir y a judicializar a quienes se opongan a sus política fascista de seguridad democrática. En realidad lo que se está es desplegando una versión mucho más malévola de macartismo, una verdadera cacería de brujas de la que ahora con más saña que nunca hace papel protagónico el Estado Colombiano utilizando su sistema judicial acusatorio salpicado por sangre de inocentes y su aparato inquisidor representado por la Fiscal General de la nación que está en cabeza del fulano doctor Mario Iguarán, el mismo que protagonizó con Yidis Medina, Teodolindo, Sabas Pretel de la Vega y otros el cohecho, el delito contra la misma constitución de la oligarquía colombiana que permitió la reelección adulterina del narco-paramilitar Álvaro Uribe Vélez. Esto mismo que hacen utilizando a las FARC, lo harán más adelante, o pretenderán hacerlo con otras organizaciones que luchan por la justicia y la dignidad. A eso tenemos que oponernos sin lugar a dudas, conexionándonos como revolucionarios, sin temer a ser solidarios entre nosotros mismos, sin renegar de nuestra identidad ideológica que es lo que nos vincula, repito, no solamente con Chávez, sino con la gran masa de pueblos y de la gente pensante de Nuestra América. Da satisfacción repetir una y mil veces que con muchos dirigentes del continente coincidimos en el ideario bolivariano; repetir que en Bolívar y en nuestros próceres nos encontramos todos; no en la Doctrina Monroe, ni en la de Santander, ni en la de Seguridad Nacional, o de Seguridad Democrática, que son doctrinas perversamente criminales ideadas por Washington y ejecutadas por sus cipayos a favor de las políticas geoestratégicas de expolio y dominación del imperialismo.
Ahora bien, si existe un vínculo que enorgullezca a las FARC es aquel que ha logrado con las mayorías empobrecidas de Colombia que no tienen lugar a expresarse en los grandes medios ni en el trabajo político abierto, debido a la guerra sucia que existe en nuestra patria. Si siguen en esa cacería de brujas de la que he estado hablando, como en efecto parece que lo seguirán haciendo, tendrán que apresar a millares y millares de colombianos empobrecidos que son los que sostienen con su fuerza moral y sus anhelos a las FARC. Y eso no será sino la mayor polarización de este conflicto de clases en el que veremos de un lado a la oligarquía con sus paramilitares bregando a favor de los intereses del imperio y del otro lado al pueblo levantado con las FARC y muchas otras fuerzas revolucionaria, porque si algo es seguro es que en Colombia se han acumulado profundas razones de injusticia social que tienen al pueblo a punto de estallar contra tanta iniquidad que han diseminado quienes están en el poder. No pierda nadie de vista que América Latina se está estremeciendo, que los pueblos esperan a Bolívar y a sus héroes de la independencia porque son ellos esperanza de dignidad y soberanía, de justicia social, unidad y paz; que ellos están en la conciencia colectiva como sagrada fuerza moral que ha de conducir a las mas hasta la toma del poder les ha sido arrebatado por siglos.
Cierro diciendo que si hay algo que tenemos que agradecerle de manera especial al Presidente Chávez y es, como lo hemos dicho en algún comunicado, “su apostolado por la paz, su persistencia humanitaria en el canje de prisioneros, su convicción de que el camino de la paz empieza por el reconocimiento de las FARC y del ELN como fuerzas beligerantes, y su oferta del territorio de Venezuela, como escenario para la paz entre el gobierno de Colombia y las insurgencias de las FARC y del ELN”. Es indudable que el Presidente Chávez ha sido en teoría y en práctica el mandatario que más ha lidiado por la paz de Colombia, hasta el momento, entendiendo cabalmente que esta es también la paz de Venezuela, y la paz del continente. Al menos por ahora no ha cedido a las presiones que pretenden colocarlo sólo en la posición de pelear por la liberación de los prisioneros que están en nuestras manos sino que él se ha mantenido contra toda presión en una posición de justo equilibrio humanitario, entendiendo que los prisioneros de uno y otro lado tienen condición humana similar, a favor del canje, del intercambio, como un paso real y necesario para alcanzar un escenario en el que se puedan iniciar diálogos por la paz de Colombia.
7. A las FARC se le señala como grupo narcotraficante y terrorista. ¿Por qué? ¿Cual es la opinión de las FARC frente al narcotráfico y al terrorismo?
Mira, el sentido más genérico de lo que es el terrorismo significa la dominación por el terror, es decir mediante acciones que generen un miedo muy intenso; se trata de la aplicación de métodos expeditos de violencia ejecutados para crear angustia y zozobra en la población que se pretende mantener bajo dominio. La sóla amenaza de utilizar ese tipo de violencia es considerado terrorismo, como te digo, según la definición más genérica. Pero resulta que hoy por hoy, llegar a una definición sobre lo que es el terrorismo y sobre quienes pueden ser considerados terroristas pasa por el tamiz de los intereses políticos que existan en una confrontación de clases sociales. Sobre todo cuando hay una lucha por el poder y de un lado están quienes enfrentan a los explotadores y opresores y de otro están esos opresores que por lo general se mantienen con sus privilegios utilizando mecanismo de coerción y de fuerza, quien tiene la posibilidad de legislar, quien tienen el control del poder estatal y del poder mediático es quien impone sus definiciones, sus valoraciones, sus marcos teóricos que por lo general están encaminados a descalificar a quienes se le opongan en esa confrontación de clases. A partir de esta reflexión se debe entender que al uso de la violencia que hacen los oprimidos, los menos fuertes es a lo que hoy los imperios y las oligarquías le llaman terrorismo, tratando siempre de ocultar que los oprimidos lo que han hecho históricamente es reaccionar ante la violencia que imponen los opresores.
En el caso de las FARC, nuestro levantamiento armado tiene suficiente justificación por la violencia terrible que durante décadas ha impuesto el bipartidismo liberal-conservador en Colombia y que ha cegado la vida de centenares de miles de personas, dirigiendo métodos crueles de muerte tanto contra víctimas individualizadas como contra amplios y pequeños grupos de personas que se levantan contra las injusticias o que la oligarquía “preventivamente” atemoriza, aterroriza, o elimina cuando los considera potencialmente peligrosos a sus privilegios.
Jamás las FARC ha premeditado acciones tendientes a intimidar a la población, a la cual por razones de conciencia, de convencimiento humanista histórico se deben y por la cual combaten contra la opresión de un régimen al que sí, efectivamente, con razones suficientes y sobradas considera terrorista, en cuanto actúa por mano de sus propios aparatos de seguridad o mediante grupos paraestatales y secretos en contra de la población y de la oposición por fuera de los parámetros habituales de las guerras, aplicando desapariciones, torturas, asesinatos, masacres, desplazamientos masivos y una infinidad de crímenes que están ampliamente ejemplificados por diversos organismos internacionales humanitarios. Las FARC, sencillamente han tenido que responder con violencia revolucionaria a la violencia reaccionaria del régimen, y sobre todo al terrorismo de sus fuerzas militares y paramilitares que han sido apoyadas de manera descarada por casi la totalidad de su podrida institucionalidad burguesa. Miremos nada más el ejemplo de los más de ochenta parlamentarios uribistas y el caso del Presidente mismo involucrados en los crímenes de lesa humanidad cometidos contra millares de campesinos y gente humilde que ha sido descuartizada en Colombia, para arrebatarles la tierra y la posibilidad de la opción política.
Terrorismo entonces, no es la legítima defensa que ejerce el pueblo cuando ha tenido que armarse para defenderse de la opresión de la oligarquías y de las agresiones del imperialismo, que al mismo tiempo que asesinan, desaparecen gente, torturan, encarcelan, etc., difaman y con calumnias pretenden mostrarnos como narcotraficantes cuando sabido es que en el seno de la oligarquía es donde están los ricos emergentes que controlan ese negocio abominable del cual se lucran también grupos trasnacionales que en nada tienen que ver con un proyecto altruista como el que encarna la guerrilla revolucionaria de las FARC. Mire nada más la manera como con calumnias y para chantajear a las FARC, el gobierno colombiano en contubernio con el gobierno yanqui extraditaron a Simón Trinidad imputándole cargos de narcotráfico que finalmente con todo y los montajes de mentiras y falsas pruebas, no han podido demostrarle los tribunales gringos. A Simón han tenido que condenarle por asuntos de orden político, endilgándole como secuestro la captura de tres estadounidenses que fueron legítimamente capturados por las FARC en una acción de guerra mientras ellos realizaban acciones de espionaje.
Está descartado, hablando en justicia, que las FARC en el desarrollo de su accionar político-militar tenga por propósito la propagación del pánico sobre las comunidades que habitan el escenario donde se realiza la confrontación. Está descartado que la aceptación de las FARC entre las ingentes masas oprimidas en Colombia, y que es lo que nos da la fortaleza que tenemos, sea el producto de la coacción. Más bien, o de esa farsa y asquerosidad que llaman la comunidad internacional y que no es mas que el rebaño de lacayos que siguen los dictámenes de Washington y del imperialismo. Si no fuera porque el Estado criminal que encabeza Uribe no hubiese generado tanto terror y muerte, tanta desolación…, y si ese Estado terrorista no hubiese encontrado tanto silencio frente a sus atrocidades de parte de ese esperpento, de la tal comunidad internacional, hacía mucho rato hubiese caído. Es tan terrible y evidente la inmundicia que entraña el régimen colombiano que debiera ser una vergüenza para el mundo que personajes como Uribe se mantengan en el poder y que exista aún quien en el contexto internacional lo catalogue como si se tratara de un prohombre al frente de una democracia inmejorable. Eso debe avergonzar tanto como el hecho de que personajes siniestros como George Bush, aniquilen a pueblos enteros contando incluso con el celestinaje de la ONU y de otros organismos internacionales y Estados del planeta que se dicen democráticos y civilizados.
8. Quién fue el Comandante Iván Ríos y cómo se produjo su muerte.
Un comunista bolivariano de profundas convicciones humanistas y revolucionarias; un combatiente valeroso, un hombre entregado con el alma a la causa de la Colombia Nueva.
Su nombre era Manuel de Jesús Muñoz. Dentro de la dimensión y la compartimentación que tienen las FARC, es imposible que entre todos nos conozcamos en los detalles del historial familiar; particularmente con el camarada Iván mi relación personal no fue muy extensa ni muy profunda. Nos vimos unas tres veces en algunos lugares diferentes, por motivos de trabajo…, y especialmente tuvimos oportunidad de departir un poco más en la región del Caguán en tiempos en que se desarrollaban los diálogos de paz con el gobierno de Andrés Pastrana Arango. Ahí tuve la oportunidad de conocerlo más a fondo y reafirmar la idea que de él tenía por referencias de muchos camaradas que lo conocían en el calor de la amistad como una persona sencilla, amable, recta y consecuente con sus principios. Yo sabía que él se había vinculado a las FARC en el área de trabajo del Bloque José María Córdova que precisamente ahora lleva el nombre de Bloque Iván Ríos en su memoria y en su homenaje. Entonces, su ingreso como guerrillero que es en los años ochenta, cuando él tendría por ahí entre 20 y 25 años se produce cuando ese Bloque estaba bajo el mando del Camarada Nariño, Efraín Guzmán, quien para todos es sabido que fue uno de los principales constructores de Partido y organización de masas en el nor occidente del país. Ahí ingresa Iván Ríos en el Quinto Frente, en el Urabá, y desde entonces su vida guerrillera, como expresa el comunicado en que nuestro secretariado informa al país sobre su muerte, transcurrió forjando conciencias, organizando pueblo.
Como dije, tuve la oportunidad de departir con él en la zona desmilitarizada del Caguán. En medio de sus ocupaciones que eran muchas porque estaba al frente del equipo de guerrilleros que hacían parte de la dinámica Comisión Temática de las FARC, sacamos algunas horas para dialogar de todos esos problemas de orden social que tiene el país y que era los que la gente llegaba a analizar en las mesas temáticas de Villa Nueva Colombia, trayendo propuestas que jamás fueron atendidas por el gobierno.
Iván manejaba muy bien los asuntos que abordaba la Mesa Temática, desde los económicos, políticos y sociales en general, hasta sencillos problemas de la cotidianidad familiares que también llegaba a plantear la gente con la esperanza en que la guerrilla diera sus orientaciones en procura de una solución.
Como un detalle particular, se que a Iván le gustaba mucho escuchar música folclórica colombiana igual que música clásica de diversos países. Creo que se agradaba hablando del tema, porque en cuatro oportunidades que tuvimos de prolongar nuestros diálogos hasta altas horas de la noche, en todas él mismo llegaba al tema.
Me recuerdo por ejemplo de una extensa disertación que hizo sobre los géneros musicales y las características de la obra de Beethoven en comparación con la de Haydn y Mozart, quienes según él habían influido notoriamente en la definición del estilo de Beethoven así éste no lo admitiera. Esa noche, colocando música de uno y otros personaje, sobre todo de Mozart y de Beethoven, habló de cuantas eran las sinfonías, conciertos, cuartetos de cuerda, sonatas, operas, overturas y no se qué cantidad de cosas más. Amena charla que tenía el inconveniente de que de mi parte no había noción del asunto, pero al fin y al cavo supe por él que Beethoven era el puente hacia el romanticismo, y que era considerado el último gran representante de la escuela vienesa clásica, que en vez de proseguir las escuelas o la escuela romántica se dedicó a desarrollar la música heredada de Mozart y Haydn. Una conversación que abrió poniendo de fondo la composición Adelaida, de la que dijo que estaba inspirada en estructuras italianas, la cerró con música de una cantautora colombiana de nombre Eliana, que cantaba viejas canciones como “Qué más quiener los señores”, “la paloma blanca” y una canción dedicada a Manuel Marulanda Vélez que yo no conocía .
Aprecié mucho su forma de ser en pequeños detalles. Ese día me regaló uno de los discos que había puesto durante la noche para que lo utilizara en la emisora, era una selección de música de José Barros, un compositor colombiano…, unos de los más grandes decía él. Entre las canciones que escuchamos puso “La momposina”. Yo pensaba que era una composición de Nelson Pineda, un soledeño que la interpreta de manera maravillosa…, pero no, Iván Ríos me preciso que era una de las centenares de canciones de José Barros…, hay gente que sólo sabe que La Piragua es de él, y entonces hizo una broma diciendo que incluso esa canción tan popular y apreciada en Colombia, muchos creen que no es de José Barros sino de Guillermo Cubillos, en alusión a un fragmento en coro de esa canción que dice “era la Piragua, era, la Piragua, era la piragua de Guillermo Cubillos”.
Fíjate que Iván puso esa noche la música y al tiempo que hablaba de su compositor, de la melodía y de los detalles de la música, cuando expresaba que el autor era de la población de El Banco (Magdalena) indagaba y opinaba sobre la terrible situación de miseria y guerra sucia que padecía ese departamento de la Costa Caribe, y en la misma dinámica hacía algo de historia explicando que es canción, La Piragua, era la que se había interpretado en la ceremonia de entrega del Premio Novel de literatura a Gabriel García Márquez. Y claro, no desaprovechaba para realzar a Antioquia y los territorios paisas en son de broma y en son de seriedad diciendo que José Barros no lo hacía famoso el haber nacido en el Banco, en la Costa, sino el haber estado en Segovia y en Medellín, cantando en las primeras emisoras de radio que ahí surgieron y que lo lanzaron a la fama, y que no era con cumbias sino con un tango que arrancó su fama, un tango cantado en tierra paisa, reafirmó.
Bueno, no tengo otras anécdotas especiales, creo que hay compañeros que lo conocieron en su parte personal y pueden dar mejor detalle de él. Con lo que mostró en su vida como revolucionario bastaba para tener certeza que un hombre como él en el Secretariado o en cualquier lugar que lo ubicara la organización era un apoyo valiosísimo, que además tenía en él la garantía de una firmeza indoblegable en cabeza de una persona muy joven. Creo que a estas alturas no sobre pasaba los 45 o 47 años.
Ese fue el gran hombre que reemplazó al comandante Efraín Guzmán cuando murió en el año 2003, pasando desde noviembre de aquel año, a ser parte del Secretariado.
Era sí el integrante más joven de esa instancia superior de conducción de nuestra organización. Quizás el de menos experiencia entre todos. En todo caso un guerrillero bolivariano Consecuente con su juramento ofrendar hasta la vida por la causa de los pobres.
Murió asesinado en las montañas de Aguadas. Mediante una pérfida acción criminal, un infiltrado asesina en zona rural del departamento de Caldas. Creo que lo dicho por el comandante Iván Márquez en una reciente entrevista para las agencias ABP y ANNCOL, sintetiza muy bien la valoración que hacemos los farianos sobre las muerte de Iván Ríos y del camarada Raúl Reyes, cuando expresa que fue un golpe muy duro que nos estremeció el alma. Con todos nuestros camaradas, cuando cae alguno, eso suscita dolor, pero estamos en una confrontación muy dura en la que quienes nos vinculamos somos concientes que el compromiso es hasta la victorias o hasta la muerte y que cualquiera de nosotros puede caer en el momento menos pensado; tratamos de evitar al máximo los riesgos innecesarios, pero nadie en una guerra en la que nos comprometemos a fondo en la tarea de la emancipación y la paz con justicia social, está exento de la muerte en combate o como producto de alguna acción pérfida del enemigo. No podemos entonces sentarnos a llorar y a lamentarnos eternamente y compungirnos por cada situación que se nos presente por grave que parezca. Mira hay una letra de un himno nuestro, un himno guerrillero, fariano que lleva por nombre En Vanguardia, y que expresa que llama a que “el dolor nuestro optimismo no arrebate y que sea más bien de la victoria un nuevo anuncio”. Y así debe ser, así es. En este caso de Iván Ríos como en el de Raúl, y sin duda más aún en el caso de la muerte de nuestro Comandante en Jefe, en tratándose de camaradas tan pero tan valiosos se siente cierto vacío, es indudable que es un dolor que estremece el alma, pero que al mismo tiempo genera una fuerza moral superior que nos impulsa con mayor determinación a seguir adelante. En los dos primeros casos como en todo lo que ocurre antes del 26 de marzo siempre contábamos con el aliento y el optimismo pleno del camarada Manuel, quien era oportuno y acertado en sus orientaciones. Ahora la diferencia fundamental es que él ya no está, pero lo que ha dejado construido tiene toda la carga esencial de sus capacidades y sus previsiones. Él mismo había previsto que en la intensificación de la guerra era posible que cayeran algunos mandos medios y de Estados Mayores de Frentes y Bloques, o del mismo Estado Mayor Central, incluyendo integrantes del Secretariado y que había que tener las estructuras sólidamente definidas para que no nos tomara nada por sorpresa.
9. ¿Dé que manera han repercutido estas muertes, las de los camaradas Iván, Raúl Manuel? ¿Tendrá alguna variación la línea de las FARC, sobre todo con el hecho de quien asume la comandancia es Alfonso Cano?
Bueno, acabo de mencionar al camarada Manuel, su capacidad, su genio político y militar y las previsiones para cada circunstancia. En tal sentido, desde antes de la novena conferencia había ajustes hechos para asumir dificultades del tipo que se han presentado ahora, e incluso peores circunstancias de guerra. Recuerda que esta es una organización político-militar, es una organización guerrillera con más de 40 años de experiencia que no está aventurando y que considera que la lucha no es un retozo folclórico. Estamos enfrentando a un Estado Criminal, a un Estado que nos ha sacado de la escena política legal a punta de bala, de masacres. Un estado que en la historia más próxima, en el pasado inmediato más tibio asesinó a alrededor de cinco mil militantes de la Unión Patriótica; un régimen que todos los días hace masacres y descuartiza a inocentes; entonces no hay de qué sorprenderse. Nos pueden doler las cosas pero no causándonos estupor ni parálisis. Nosotros, te repito, somos guerrilleros, revolucionarios de patria o muerte, con el absoluto convencimiento de estar actuando con razones justas y con la certeza en que vamos a vencer. Nosotros no estamos actuando de manera coyunturalista, no estamos asumiendo una línea diferente todos los días. Tenemos una estrategia trazada como resultado de una experiencia histórica y como producto de un paciente análisis político de la situación nacional no para desplegarlo en uno o dos días sino para adelantar una lucha de largo aliento. Esa estrategia no se cambia según como vayan los vientos de la guerra para uno u otro lado. Las coyunturas obligan a hacer ajustes y variantes mínimas, pero lo fundamental de la estrategia está definido y todas las instancia de Dirección y todos los combatientes actúan según esta estrategia como un solo cuerpo, sólidamente unidos, sólidamente cohesionados, sin improvisación, ajustando solamente lo que haya que ajustar en el desenvolvimiento de hechos que en muchas ocasiones pueden traer consigo situaciones militares o políticas adversas a la organización o especialmente al pueblo. El gobierno así asuma posturas triunfalistas, que tampoco son nuevas, sabe todo lo que somos y por ello despliega una feroz campaña bélica y mediática que también está inserta dentro de lo militar, en la que invierte millones y millones de dólares desarrollando el Plan de guerra de Washington que es contra quien en realidad nosotros estamos combatiendo, porque si fuera contra esta oligarquía cobarde y sanguinaria solamente, ya la habríamos derrocado mil veces.
La oligarquía parece ebria de satisfacción, parece estar sacando cuentas alegres,… pero no, la oligarquía sabe lo que de verdad está ocurriendo en el campo de batalla y a veces, como le ocurrió a Uribe en su reciente viaje a México, se le resbala la verdad y la preocupación. Allá se lamentó y pidió condenar a las FARC por que en sus tropas tenía más de mil doscientos mutilados producto de la confrontación más reciente, es decir producto de su fracasado Plan Patriota. Esto también es doloroso porque la mayoría de los soldados que caen son hijos de familias humildes, pero a la agresión militarista del régimen que utiliza a sus soldados como carne de cañón no hay otra forma de responderle que con la legítima resistencia armada. Ya habrá el momento para pasar un detallado parte de los resultados de este conflicto y habrá el tiempo de ver la inconformidad popular que está incubando este régimen fascista de cocaína y motosierra.
Ahora el gobierno de Uribe, la clase oligarca en el poder, tiene que sumar que a nosotros no se nos olvidan las experiencias vividas, y que esta forma pérfida de actuar contra un comandante que para el caso de Raúl estaba buscando caminos para el canje humanitario y para la paz con justicia social es algo que tomaremos muy en cuenta en la toma de decisiones. Aquí no pierden sólo las FARC. El gobierno por orden de Washington y con la participación mefítica de Israel ha lanzado a la basura otra gran posibilidad y esperanza de encontrar salidas menos cruentas a esta confrontación. Y de esto va tomando nota el pueblo. Y en el caso de la muerte de Iván Ríos, el régimen de Uribe ha vuelto a dejar constancia de su degradación. Una degradación que entra a hacer parte de todas las razones que tenemos para no confiar en una oligarquía infame y sanguinaria como la que rige en Colombia, acostumbrada y que quiere acostumbrar a todo el mundo a ver como normal que sus organismos armados militares y paramilitares sigan cortando no solamente manos a sus opositores sino cabezas, piernas y esperanzas a punta de motosierras y las más terribles métodos de carnicería humana. La sevicia del régimen colombiano, no de ahora, sino de siempre debería ser una vergüenza para el mundo. A Iván lo han asesinado de manera vil y han hecho hasta burla del suceso infausto y deplorable: los asesinos cortaron la mano derecha del comandante para presentarla como trofeo y como prueba de su acción que es la manera como ahora le han pedido a sus infiltrados que lo hagan. No es la primera vez que actúan así, y seguramente no será la última. No creo que sea el primer trofeo de la guerra sucia que le llega al alto mando militar, para el caso al coronel que está al mando de la VIII Brigada del ejército. Creo que él ha hecho exigencias más macabras con gente inerme incluso que nada tiene que ver con la guerrilla. Ellos son adictos a la motosierra, al descuartizamiento. En esa escuela los formó el Comando Sur yanqui. Y los lacayos del régimen más pusilánimes que cualquiera aplauden, justifican y hasta pretenden darle sustento jurídico a estas atrocidades como ha ocurrido con el Fiscal General, Mario Iguarán, quien de manera cobarde y vil, ha querido mostrar el macabro hecho como un acto de legítima defensa.
Desafortunadamente aun entre muchos sectores revolucionarios del mundo parece no haber conciencia suficiente de la gravedad de lo que ocurre en Colombia por cuenta del imperialismo yanqui y con el silencio cómplice de muchos Estados que vanaglorian a criminales de la laya de Uribe Vélez. Así ocurre con los gobernantes del Estado español, por ejemplo, y con toda la cuerda de los corifeos del capitalismo en el mundo.
Pero repito que esta no es hora de lamentaciones sino de determinación y optimismo. Nosotros tenemos absoluta fe en las masas. No creemos ese argumento desesperado de algunos que dicen que en Colombia la gente está adormitada o hechizada por los trucos mediáticos del uribismo. Sí ha habido pánico generado por el terrorismo de Estado y la gente sufre los desplazamientos, las torturas, las desapariciones, los apresamientos masivos y tanta persecución, pero aún así nuestro pueblo es heroico, protesta, se organizan, se arma…, lucha. Las FARC no son sino expresión de esa tremenda capacidad de lucha de nuestro pueblo…, o qué era Marulanda, qué es Marulanda, nuestro comandante Manuel, sino un símbolo de es pueblo oprimido que se levanta, que resiste y que lucha. La inconformidad social está creciendo en la clandestinidad y no solamente. Hay mucha protesta silenciada en los medios de la oligarquía pero que existe, y ya se verá como esto que el régimen hace pasar asquerosamente como victorias, me refiero a los asesinatos de Raúl, de Iván y de tantos otros, es acicate de un levantamiento que vendrá mas temprano que tarde. Y hemos dicho ya que las FARC, como gran realización especialmente de nuestro Comandante en Jefe Manuel Marulanda, de quien la oligarquía también ha querido convertir su muerte natural en un triunfo derivado de acciones del ejercito, no son uno, ni dos, ni tres, ni cinco comandantes, ni varias columnas…sino el conjunto del pueblo con un ansia incontenible de victoria, que ahora con su resistencia valerosa y pronto con un alzamiento general mostrará que el destino de Colombia no puede ser otro que el de la emancipación, la Patria Grande y el socialismo.
En esta senda la estructura de las FARC funciona sobre principios de organización donde la Dirección colectiva es su gran fortaleza, donde la sólida línea de mando cohesionada en torno a un Plan Estratégico, es una garantía sustancial en la medida en que sea quien fuere el que asuma como Comandante de la Organización llega como parte de un capaz equipo de trabajo que tiene sus líneas de acción suficientemente definidas en las Conferencia y los Plenos de la organización. Precisamente en el mes de enero de 2007 de realizó la Novena Conferencia Nacional de guerrilleros en la que bajo la conducción del Comandante en jefe, del camarada Manuel que es quien tiene y tendrá por siempre la dignidad de ese título, trazó todos los ajustes, variaciones y definiciones para los tiempos venideros tanto en materia política como en materia militar. Le repito que aquí nadie llegará a improvisar y que en el camarada Alfonso Cano como en el conjunto del Secretariado como del Estado mayor Central hay una garantía total de sacar adelante una Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia que nos ha de llevar por el rumbo de la victoria, así que esos cuentos de que hay una línea dura o una línea blanda no es más que guerra mediática. Pienso que si alguien quiere precisar un poco más sobre lo que viene puede orientarse por dos documentos que son fundamentales y que fueron producto de la discusión que se llevó a realización durante la Novena Conferencia, y me refiero a la Plataforma bolivariana por la Nueva Colombia Y al manifiesto Político de las FARC.
10. Qué opinión tiene sobre eso que han dado en llamar el fin del fin de las FARC.
Mira, han caído en los últimos meses como en otros tiempos, comandantes virtuosos en el campo político y militar. Ahora se está desplegando una campaña mediática muy intensa y cada suceso que se presenta en el campo de batalla o fuera de él se magnifica en las dimensiones en que más le pueda sacar provecho el régimen. No es la primera y no será la última vez que caigan camaradas y se presenten bajas o deserciones en nuestra organización que es una organización no tan pequeña. Esta es una guerra y en las guerras hay bajas de lado y lado. Hay gente inconsecuente también que nos soporta los rigores de la confrontación o que se deja arrollar por circunstancias de orden personal que le impiden mantenerse en la senda de la confrontación al régimen o que en algunos pocos casos traiciona la causa.
Esto último es muchísimo más difícil que se presente en una organización revolucionaria, pero no imposible sobre todo cuando se trata de una confrontación prolongada y sangrienta como la que nosotros enfrentamos. Quien no tenga claro esto, sencillamente no conoce la realidad histórica del conflicto en Colombia o si lo conoce tiene un interés de manipulación con algún particular propósito como ocurre con los medios de desinformación del régimen que utilizan los sucesos del día a día de la confrontación para profundizar su guerra sicológica. Tú no aspires a que el gobierno va a pasar un parte objetivo sobre la situación real del campo de batalla; no, púes va a mezclar verdades con mentiras para dar la apariencia de la victoria y desmotivar a sí a las masas que estén en inconformidad, va tratar de generar derrotismo y desmotivación interna en las filas guerrilleras y en el movimiento revolucionario y al mismo tiempo trata de generar sentimientos de triunfo en sus propias filas y en el seno de la masa oligárquica. Esto hace parte de la guerra, es guerra de la llamada cuarta generación.
Ya antes la hemos sufrido quizás no con tanta saña, pero la sufrimos de manera muy cruda cuando se produjo la caída del campo socialista. Por entonces quedamos casi solos y no defeccionamos de nuestra lucha por el socialismo. Menos lo haremos ahora que tenemos mayor fortaleza, mayor experiencia y una correlación de fuerzas en gran medida no tan favorable para el imperialismo y para esta oligarquía que cada vez está más aislada en el concierto de los pueblos que se levantan con la esperanza que está dando el ideario bolivariano…, la presencia de la revolución bolivariana en Venezuela y el espíritu de emancipación en el continente, en Nuestra América.
El fin del fin lo ha declarado la oligarquía desde los comienzos de la lucha de las FARC. Hubo un fin del fin declarado durante la resistencia de Villarrica, un fin del fin en Marquetalia con el lanzamiento del Plan LASO (Operación para la seguridad de América Latina por sus siglas en inglés), un fin del fin durante la caída del campo socialista, un fin del fin durante la operación Sonora, un fin del fin durante la operación Thanatos, un fin del fin con el Plan Colombia, un fin del fin, del fin, del fin que no se cuantas versiones pueda tener ya en el Plan Patriota, o en el Plan Victoria, o en el Plan Consolidación, etc., etc. O en tantos otros Planes que están desplegando contra una fuerza que según los argumentos de la oligarquía ya ha sido derrotada.
Dentro de esa reciente versión del nuevo fin del fin de las FARC existen verdaderos “especialistas” que hablan de signos y síntomas de nuestra supuesta debacle; hablan de indicadores incuestionables, etc. Entre ellos por ejemplo está el señor Alfredo Rangel, agente de la CIA, editorialista del Ministerio de la Defensa, que es un verdadero escatólogo en los dos sentidos de la acepción, tanto en aquella que habla de las cosas de ultratumba como puede ser su deseo de ver a las FARC en el más allá, o en el sentido de sus fantasías excrementicias. No hacen sino crear verdaderos tratados en los que lo que subyace son las más fétidas excreciones de la retórica que puede crear esa cloaca del pensamiento fascista al servicio de la propaganda del imperio.
Obviamente este columnista del Tiempo debe ser un bicho muy bien pagado para hacer su trabajo. Hacen ellos sesgados análisis sobre DESERCIONES dejando sentada su tesis de que estamos debilitados y entre más lo estemos más difícil nos sería negociar con el gobierno. Incluso presenta indicadores de nuestra situación en los últimos cinco años:
Dice que éramos 18 mil combatientes y hemos pasado a 12 al perder el 30 % de la fuerza, porque la mayoría han desertado y se han vinculado a programas de reinserción, lo mismo que se ha perdido capacidad de reclutamiento por el desprestigio frente a los campesinos (han despoblado el campo con sus procedimientos de guerra sucia y terrorismo de Estado que se orientan por esa perversa teoría de sacarle o acabarle el agua al pez, y eso no lo dice sino que vanagloria el programa soldados de mi pueblo, que es otro procedimiento paramilitar. Dice que por primera vez en nuestra historia disminuyó nuestro pie de fuerza, etc. Quien sabe qué lectura de la historia estén haciendo, deben estar seguramente en del desbocamiento de frustrados deseos que jamás tendrán concreción en cuanto a la destrucción no solo de las FARC sino del sentimiento de emancipación de los desposeídos.
Las FARC si han tenido situaciones difíciles no previstas, situaciones adversas propias de la confrontación como la crisis de entre la 2ª y 3ª conferencia cuando efectivamente se perdió el 70 % de la fuerza, pero no es el caso de las FARC del presente, con una experiencia, con una consolidación, con una estrategia irreductible, sólidamente definida hacia la toma del poder.
Dicen que los ingresos de las FARC han decaído en 40 por ciento a pesar del mayor involucramiento en el narcotráfico. Ellos mismos hacen invenciones que crean contrasentidos que mirándolas en perspectiva develan las mentiras: Nos sobre el dinero por que somos narcotraficantes y con esa opulencia financiamos candidatos presidenciales, grupos revolucionarios en el continente, operaciones trasnacionales…, y al mismo tiempo solicitamos ayudas como la que dan por cierta respecto al supuesto préstamo que se solicitó al gobierno venezolano. Nos muestran como buena vida por que el narcotráfico nos genera dividendos, al tiempo que notician que estamos sobreviviendo caso sin alimentos ni pertrechos, ni comida…, en fin., estamos aniquilados en todos los aspectos, pero gastan sumas fabulosas en sus planes mediáticos, políticos y militares para enfrentarnos.
Lo cierto es que siempre hemos sido una modesta fuerza que desenvuelve sus planes con austeridad y según las posibilidades que nos brinden nuestros propios esfuerzos y la invaluable solidaridad del pueblo y de los impuestos para la paz que se cosechan de las ganancias mal habidas de la oligarquía. Por nuestra parte pueden cargar contra el narcotráfico, lo único que deben tomar en cuenta es que ese fenómeno es parte de un problema social creado por el mismo régimen y del cual los lucros fundamentales se quedan en poder de los gringos y de sus calanchines criollos que están incrustados en el mismo seno de las oligarquías.
Nosotros hemos hecho propuestas para acabar con ese flagelo terrible del narcotráfico, incluyendo soluciones de tipo social que implican no una solución militar donde a quienes se golpea es a los campesinos cada vez más pobres y relegados. Hemos hablado de sustitución, de solución a las necesidades de las millares y millares de familias que han sido lanzadas a tener que sobrevivir de los cultivos de la hoja de coca; hemos propuesto la legalización que genere una situación de mercadeo que ponga por el suelo los precios enormes y las ingentes ganancias que ese negocio oscuro y sucio produce. Se trata de una legalización que implique la educación a las juventudes que prevenga el consumo y termine con ese lastre que aqueja a la sociedad.
Yo quiero resaltar que por más que traten de presentarnos como narcotraficantes para desdibujar nuestra imagen política como parte de la guerra mediática desatada contra el movimiento revolucionario, nosotros no tenemos un Pablo Escobar Gaviria propulsando el destino de nuestra estrategia como si lo ha tenido el señor Urbe Vélez, el Varito Corleone colombiano, Ni contra nosotros se puede diseñar con argumentos veraces un Proceso Ocho Mil, ni se podrá establecer vínculo alguno con esos testaferros de la para-política que hoy carcomen de manera ostensible la llamada institucionalidad burguesa, por más que nos difamen desprestigiando a revolucionarios valiosos como el Negro Acacio o el mismo Simón Trinidad a quien con patrañas extraditaron hacia Estados Unidos para ponerlo frente a un juicio por narcotráfico que jamás pudo ni podrá prosperar con todo y que se desarrolló en los venales estrados gringos.
Nuestra estrategia, en últimas, no depende de dinero sino de la acción política de las masas. Nunca le hemos debido nada a nadie ni le deberemos nada a nadie más allá, repito, de la gratitud por la solidaridad que puede en cualquier campo brindarnos quienes tengan conciencia revolucionaria, y eso no se valora propiamente en dinero. Para nadie es un secreto que durante muchos años hemos evaluado lograr una reserva de 300 millones de dólares para el desenvolvimiento de algunas tareas.
Esas cifras las maneja la inteligencia Colombiana porque ha tenido acceso a algunos documentos internos desde principios de los años 90, y si fuésemos narcotraficantes no tendríamos necesidad de ello porque como lo ha dicho el mismo don Diego ellos solos y de un brinco liberaron 4000 millones de dólares para apoyar a Uribe. Carlos Léder en algún momento alcanzó a proponer pagar la Deuda Externa colombiana, etc. y por lo demás la economía del país depende de los recursos subterráneos del narcotráfico, o si no pregunten a Uribe que fue lo que logró la transformación de montería en narco-urbe de última generación. Con esos recursos inimaginables que genera ese sucio negocio habríamos tenido esa mencionada suma sin necesidad de recurrir a nadie.
Hay otras especulaciones que van en contravía de las concepciones tácticas de la guerra de guerrillas que siempre ha tenido en práctica la insurgencia, y ese sólo hecho de no coincidir con nuestras concepciones tácticas les quita cualquier peso específico, como eso que argumentan sobre la pérdida de la territorialidad en 40 %, como eso de la ausencia de ataques, o la perdida de presencia en Cundinamarca mientras nos endilgan el atentado a la Escuela Superior de Guerra y otros hechos que hoy ya se han clasificado dentro de los llamados “falsos positivos del ejército de Uribe.
Supuestamente, también hemos perdido la retaguardia en el tiempo de ejecución del nefando Plan Patriota. Habrá lectores de tanta mentira que seguramente deben estar imaginando que estamos habitando el ciberespacio porque aquí en Colombia ya no tenemos donde estar. Pretenden, entonces, que les indiquemos coordenadas de ubicación.
Y lo más ridículo es la afirmación de que hemos perdido la capacidad operacional descendiendo de 399 a 214 ataque a la Fuerza Pública, que según esos cálculos correspondería a una reducción a la mitad del accionar. Entonces uno se pregunta contra quién pelea la Fuerza pública y sus paramilitares. Esto es de locos. Para que y contra quién incrementan tanto su pie de fuerza.
En que acciones es que se han perdido, como ellos dicen “significativamente” los mandos guerrilleros. Entonces hablan de entre verdades pocas y fantasías abundantes, de bajas, capturas, deserciones, en todos los niveles de dirección, desde los Frentes hasta el Secretariado, en un escenario de desangre patrio en el que según la visión del gobierno no hay guerra, cuando efectivamente esta es una etapa de la confrontación en que fue derrotado el Plan patriota, en que la sociedad colombiana ha debido resistir toda la furia del terrorismo de Estado, en un momento en que la insurgencia de la mano de los sectores más sufridos del pueblo ha enfrentado heroicamente al ejército mejor armado de América Latina, y de por si ha enfrentado es el intervencionismo letal de Estados Unidos que ha dotado de la tecnología militar y de inteligencia más avanzada a sus lacayos en Colombia.
Eso es lo que ocurre en Colombia, eso es lo que hay que evaluar, qué tipo de guerrilla es la que logra resistir y enfrentar semejante ofensiva que no es sólo contra las FARC sino contra las posibilidades del movimiento revolucionario en el continente.
En esta confrontación todos los farianos estamos dispuestos a entregarlo todo, hasta la vida misma. Y dentro de esa concepción es que desarrollamos nuestra lucha; por ello la organización que hemos dispuesto cuenta con las previsiones que implica una eventualidad de muerte de cualquiera de los nuestros; por eso ninguna adversidad va a menguar nuestra moral ni nuestra capacidad de resistencia y menos nuestra determinación de lucha hasta la victoria.
Hay que tomar en cuenta que la capacidad y la experiencia de los mandos y los combatientes de una organización revolucionaria como las FARC, que se mueve dentro de concepciones marxistas-leninistas y bolivarianas en su construcción paciente ha cimentado los principios de conducción colectiva con mucha fuerza. En tal sentido ninguno de sus integrantes se puede considerar irremplazable.
Y sobre todo en una justa guerra de emancipación y construcción socialista hay que considerar que la misma confrontación se convierte en un proceso donde los mandos y guerrilleros se forjan todos los días. La confrontación misma se torna en un semillero de nuevos cuadros que permite que cuando se producen pérdidas, por sensibles que sean no motivan resquebrajamientos ni retrocesos. Seguramente quienes creen que las FARC estarán en debilidad no habrán conocido a grandes combatientes y dirigentes revolucionarios que ya no están de cuerpo presente pero han dejado una historia de ejemplo y formación de cuadros, como son los casos de Jacobo Prías Alape, de Isaías Pardo, del comandante Richard, de Isauro Yosa…, en fin, cuadros revolucionarios cuyo mejor carácter es que han dejado tras de si una verdadera pléyade de nuevos dirigentes que han sabido y sabrán proseguir el camino que nos hemos trazado desde nuestros orígenes.
La oligarquía se ha equivocado cuando cree que descabezando a millares de dirigentes el proceso decaerá, como pretendieron con la Unión Patriótica. Cada día al calor del combate se forjan nuevos cuadros con nuevas experiencia que deberán hacer honor a quienes han dejado su ejemplo porque lo que sí es cierto es que los verdaderos revolucionarios van hasta la victoria o hasta la muerte.
11. ¿Camarada y el tema de las comunicaciones?
No creo que sea necesario detenernos en detallar respuestas ahora sobre cada tesis que surja del albañal mediático de las trasnacionales de la desinformación que se rebosan con las deyecciones de las oligarquías vende patria. Sólo haré alguna breve reflexión en torno al asunto. Han dicho que las FARC están prácticamente incomunicadas y que esto ha deteriorado la capacidad de conducción y control de sus comandantes, propiciado el relajamiento, la indisciplina, la desmotivación de la tropa, la extensión de la corrupción, la fuga de recursos entre los mandos medios y cualquier otra cantidad de sandeces. Pero bien, el enemigo está en derecho de decir lo que se le venga en gana contra nosotros. Es la manera de hacer su guerra sucia. No hay principios, no hay ética en el proceder. Con eso pretenden ganar la guerra y tomar la coyuntura como una mampara que le permita sortear su enorme desprestigio. Pero es que resulta que las FARC no es el ejército del Estado colombiano.
Hay golpes indudablemente, pero es seguro que la madurez de las FARC está en niveles superiores. Sólo con un ejemplo le explico que hay comando y hay control. Cuando murió el comandante en jefe, en menos de 48 horas estuvieron tomadas las decisiones para establecer los reajustes al mando y ello ocurrió de manera similar en los casos de los camaradas Raúl reyes e Iván Ríos. Hay coordinación plena y el enemigo no logra tener detalles de cómo se procede en lo fundamental. Otra cosa es que en la última etapa de comunicación a mandos medios y combatientes el enemigo haya captado la comunicación de quien informa a unidades de un a compañía el asunto pocos días antes de darse a conocer.
Pero los honores, el sepelio y las medidas estaban tomados. Esta es una fuerza política y militar que está enfrentando la mayor agresión que haya sufrido movimiento revolucionaria alguno en el continente. No estamos metidos en una caja de cristal donde nada nos pueda tocar o afectar. Nuestro desarrollo se da entre golpes y contra golpes, entre bajas, muertos, heridos…, entre toda la podredumbre de la guerra sucia del régimen desatada contra el pueblo.
Nuestra fortaleza política y moral se forja en medio de las adversidades; no es un logro de oropel. De tal manera que es la historia la que dará el veredicto final de esta confrontación llena de amor y justicia de parte de nuestros combatientes. Actuamos con principios y no de manera coyunturera. No procedemos por presiones y menos si vienen de parte de una oligarquía criminal, sangrienta y farsante como la colombiana. En conclusión, nosotros no obedecemos a chantajes de nada ni de nadie, sencillamente porque tenemos absoluto convencimiento de nuestros propósitos, y de la justeza y legitimidad de nuestra lucha. Nos han obligado a optar por la lucha armada y mientras las razones que han generado esa lucha armada no cesen, históricamente es imprescindible, necesario y humano mantenerla.
Excuse que tomé otros asuntos en la respuesta, pero es que todo esto tiene que ver con el cacareado fin del fin de las FARC, que quieren hacer resonar en este 44 aniversario que de por si es un parte de victoria. Pero ya esto está como el asunto de las muertes del comandante Manuel. Del camarada el ejército anunció muchas veces su muerte, hasta que finalmente, como ocurre a todo ser humano, se cumplió su ciclo vital.
Él mismo había hablado de sus muertes como un hecho natural que puede ocurrir en cualquier momento; mejor dicho, la muerte, aunque no nos terminemos de acostumbrar a ella, es un hecho que siempre hay que esperar. Entonces en el caso de la oligarquía colombiana, su inquina, su odio, les enferma la mente; así como pensaban en la muerte del comandante Marulanda de manera enfermiza, de manera obsesivo, también el aniquilar a las FARC se les ha convertido en una obsesión. Ya el anuncio del fin de las FARC es como el anuncio del fin de Marulanda que nunca lograron y se les convirtió en tormentosa frustración. Ahora estos anuncios del fin del fin de las FARC, que vienen desde los días de la resistencia de Marquetalia son también como esos anuncios de la muerte de Marulanda.
Ese fin del fin que tanto anhelan de manera enfermiza es una quimera. La asquerosa excrescencia mediática, amenazante, no nos va atemorizar ni a desmovilizar. Más cuando percibimos que la guerra sucia no ha menguado al pueblo que más allá de las cávalas y de las dubitaciones de algunos que creen en que falta reacción de las masas, este continúa con fe en el futuro y luchando tal como lo mostró la marcha del 6 de marzo, presionada, amenazada, obstruida y luego abaleada, pero digna y visible por encima de aquella otra del 4 de febrero que fue financiada por el régimen.
A esa realidad le teme Uribe, la oligarquía y el imperio. Saben que hay una potencia que está a punto de estallar con todo su poder de dignidad acumulado, con ese decoro que están mostrando hombres de la talla de Simón Trinidad o mujeres combatientes como Sonia, o ese pueblo que no se ha doblegado con las masacres de espanto que han desangrado a Colombia...
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