Los rebeldes del Tute

El escrito que publicamos en esta edición para conmemorar los 49 años de la REBELION DEL TUTE, apareció en el libro anónimo LOS 5 ENSAYOS, en 1959. Años después, por no decir hace muy poco tiempo, HUMBERTO RICORD reconoció ante un grupo de amigos y exdiscípulos de la Universidad de Panamá que el era el autor de este ensayo sociológico, histórico y político sobre los episodios nacionales que allí analiza sin piedad sobre los actores o protagonistas de los mismos. Aquí solo publicamos una parte de este ensayo político, que impulsó el MOVIMIENTO DE ACCIÓN REVOLUCIONARIA (MAR). HUMBERTO RICORD fue estudiante del Instituto Nacional, Fundador de la Federación de Estudiantes de Panamá, graduado de abogado en la Universidad de Panamá, fundador del Frente Patriótico de la Juventud, luego partido político. Autor de varias obras de derecho constitucional y laboral, además de ensayos políticos e históricos. Declarado marxista, basa su análisis confiado en el materialismo histórico. Alvaro Menéndez Franco, uno de los participantes de la REBELIÓN DEL TUTE, rechaza parte de este análisis, lo declara equivocado e irrespetuoso con los mártires del Tute y niega la participación de Roberto TITO Arias o de Temístocles Díaz en la REBELION DEL TUTE. Hace 49 años de aquel acontecimiento de la juventud panameña, y al igual que la independencia de Panamá de Colombia hace 100 años, siguen los panameños preguntándose ¿dónde está la verdad?
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LOS REBELDES DEL TUTE

La primera noticia sobre las actividades bélicas de un grupo de rebeldes, provino de la población veraguense de San Francisco. Los diarios de la capital informaron que en la noche del 3 de Abril de 1959, cerca de 20 hombres habían llegado en varios automóviles a San Francisco, recogiendo por la fuerza algunos rifles y municiones que tenía en su tienda el señor Saturnino Arrocha, después de lo cual se internaron en dirección de las montañas de la cordillera, no sin haber dado antes varios vivas a "la revolución", con la consiguiente alarma del pacífico pueblo. Antes de llegar a Santa Fe, los revolucionarios abandonaron sus automóviles y se encaminaron hacia Cerro Tute.

Rápidamente la Guardia Nacional envió un destacamento a perseguir a los atacantes de la tienda de Arrocha, destacamento que llegó a Santa Fe el sábado 4 de Abril, en la tarde, y el domingo 5 la Guardia Nacional detenía a Euribiades Medina, estudiante universitario, que estaba en San Francisco, y quien de pocas ganas les había servido de guía a los rebeldes. Medina suministró los primeros datos exactos sobre la identidad de aquellos, explicando que los dirigentes pertenecían al MAR (Padilla Béliz, Menéndez Franco, los hermanos Pinzón, Blanco, etc.), si bien el propio MAR había hecho circular por la ciudad de Panamá, en la noche del sábado 4 de Abril, un llamamiento a la lucha armada contra la Oligarquía, impreso en una hojita suelta. En las primeras horas de la mañana del lunes 6 de abril, unidades de avanzada de la Guardia Nacional hicieron contacto con los rebeldes en las estribaciones del Cerro Tute, y a consecuencia del fuego cayeron muertos dos rebeldes: Rodrigo Pinzón y Eduardo S. Blanco. Hubo dos miembros de la Guardia heridos: Omar Torrijos y Jorge Andrade. Todo indica que como resultado de este primer encuentro, los rebeldes se dividieron y dispersaron, pues ya estaban sufriendo los rigores del frío y del hambre.

Hasta el jueves 9, en las últimas horas de la tarde, no se registró otro encuentro armado. Cerca del puesto de mando en Cuay, los jóvenes Rogelio Girón (quien estaba desesperado por los efectos del hambre) y Domingo García fueron sorprendidos por el fuego de ametralladora que disparó el Sargento López, desde lo alto de un árbol, siendo dicho guardia herido, al disparar su fusil Polidoro Pinzón, quien acompañaba a los que intentando rendirse, desprevenidamente caminaban en tal momento hacia la muerte.

Así se confirmó la dispersión y huida de los rebeldes, pues días después algunos de ellos fueron capturados aisladamente por la Guardia Nacional, con señales visibles de hambre, agotamiento, malestares de salud, etc., suponiéndose que los principales dirigentes se acercaban a los pueblos para ocultarse y escapar a la Guardia.

OTROS BROTES DE REBELDÍA

Al iniciarse la segunda década de Abril, grupos de individuos armados se rebelaron en Boquete, Provincia de Chiriquí, y en Salud, Provincia de Colón, pero sin mayores consecuencias, porque la misma Guardia Nacional no les hizo frente con prontitud, sino que se limitó a observar sus andanzas, que no fueron muy lejos.

SE ANUNCIA LA INVASIÓN

En las horas de la noche del día 15 de Abril, cuando ya se había apagado el eco de la rebelión de Tute, el Gobierno panameño denunció, ante los 'demás Gobiernos americanos, el plan de invadir a Panamá con fuerzas expedicionarias en cubanas, concertadas por panameños en Cuba.

Los diarios de Harmodio Arias ridiculizaron el denuncio formal alegando que no se trataba de una "invasión", sino de una "invención' del asustado Gobierno.

MANIOBRA ELECTORAL.

Para suavizar las tensiones existentes la opinión pública, el partido oficialista, denominado Coalición Patriótica Nacional, decidió convocar la Asamblea Nacional a sesión "extraordinarias, con el fin de aprobar una drástica reforma a la Ley de elecciones, consistente en la rebaja de la cuota de adherentes a los nuevos partidos políticos, cuota que de 22,000 inscripciones redujo a 5.000. Y desde el día 16 de abril se anuncio oficialmente la convocatoria respectiva, que debería tener lugar entre los días 23 y 30 de Abril.

DESEMBARCO EN SANTA CLARA.

Los acontecimientos relativo a la revuelta armada que fraguaban los Arias, continuaban desarrollándose. En la noche del domingo 19 de Abril, un grupo de personas encabezadas por Roberto Arias y en el que iban algunos miembros. del MAR como Floyd Britton, desembarcó en la playa de Santa Clara en el Golfo de Panamá, con buena cantidad de armamento. Avisada la Guardia Nacional, desde el sábado 18, de esas andanzas, trató de interceptar a los que transportaban esas armas ya en tierra, y en ese encuentro con los de dicho grupo, resultó muerto el cubano Joaquín Baquero, residente en Panamá desde varios anos atrás.

Nada se supo después, de estos elementos, sobre todo de Roberto Arias; pero es casi seguro que le hubieran ocultado en algún sector de la Provincia de Coclé, en donde la familia Arias tiene grandes latifundios. Hasta la esposa de Roberto Arias, la bailarina londinense Margot Fonteyn, quien por estos días acompañaba a Arias, fue detenida al llegar a la ciudad de Panamá, después de sus correrías marinas en el Golfo, a bordo de un yate, en asocio de su consorte, por lo que el Gobierno panameño la invitó a .abandonar el país.

EMPIEZAN LOS ASILOS

El día 22 de Abril, los Comandantes rebeldes de Tute, Jaime Padilla Béliz y Samuel Gutiérrez, que subrepticiamente habían llegado desde días antes a la Capital, solicitaron asilo diplomático en la Embajada de Chile, e inmediatamente viajaron a ese país. El viernes 24 de Abril, Roberto Arias se asilo en la Embajada de Brasil, y allí se encuentra, porque el Gobierno panameño no ha contestado la solicitud de salvoconducto. El 28 de Abril, Alvaro Menéndez Franco viajó a México, después de asilarse el día .anterior en la Embajada de este último país. Polidoro Pinzón, Eliseo Álvarez, Chandeck y Urieta, elementos revolucionarios de Tute, así como FIoyd Britton, también se asilaron en esos días, y viajaron al ostracismo.

OCURRE LA INVASIÓN.

En la mañana del sábado 25 de Abril, un grupo de cerca de 100 expedicionarios cubanos, -acompañados por 4 ó 5 panameños, desembarcó desde la nave "Mayari", en San Blas costa del Atlántico panameño. Marcharon en dirección a Colón, y se detuvieron en Nombre de Dios. En el desembarco murió accidentalmente el estudiante Enrique Morales, hijo del Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, quien pereció -ahogado, al desembarcar, quedando esta fuerza sin jefe conspicuo oriundo del Istmo, Prontamente el Gobierno panameño solicitó la mediación de la OEA (léase Estados Unidos de Norteamérica), para obtener la rendición de los llamados mercenarios cubanos, y el propio Gobierno norteamericano suministró armas al de Panamá, con el fin de que pudiera repeler la invasión. Entre tanto, una comisión de la OEA y dos capitanes barbudos de Fidel Castro, se ingeniaban para lograr la rendición de los cubanos estacionados en Nombre de Dios El jefe de éstos, el aventurero César Vega, fue traído a la Zona del Canal, cerca de la ciudad de Panamá, posiblemente a conferenciar por teléfono con Raúl Castro, lo que ocurrió en las horas de la madrugada de viernes l0 de Mayo.

Fue notorio que los cubanos se abstuvieran de iniciar operaciones bélicas, tal vez debido a que se percataron de que las cosas en Panamá eran muy diferentes a como se las habían pintado, con engaños, los panameños que estaban en Cuba y que los alistaron pura invadir el Istmo. Se rindieron incondicionalmente, y aguardan el juicio trás las rejas de la Cárcel Modelo.

Por su parte, la Guardia Nacional tomo posiciones de combatir. cerca de Nombre de Dios, pero no disparó un solo tiro, porque sus Jefes y el Gobierno ultimaron todos los recursos para obtener Ia rendición, evitando así que la Guardia Nacional entrara en combate, y sobrevinieran, sobre todo internamente en ella, problemas serios, que difícilmente hubieran podido ser conjurados.

Y aún el Gobierno pudo cohesionar toda la burguesía nacional en su apoyo, pues utilizó la demagogia de la patriotería, para elevar una gran alharaca alrededor de los "mercenarios extranjeros" que habían hollado el suelo patrio". Se abrieron risibles inscripciones públicas para formar milicias populares que se enfrentaran a los cubanos. Las encabezaban prohombres de la burguesía, aterrorizados al ver en peligro sus propiedades y sus negocios, que se sintetizan en el vocablo "patria". Pero el grueso del pueblo mostró indiferente a la euforia patriotera, intuyendo que se trataba de una reyerta oligárquica, entre familias que hasta meses atrás se dividían los gajes del poder público, en muy buenos término.

LA ACTITUD ESTUDIANTIL

Consideración aparte merece la posición estudiantil en esta crisis de las diferencias intestinas de la 0ligarquía. Las jornadas estudiantiles de 1958, con su ominoso saldo de muertos y limitadas persecuciones, a más de algún fermento revolucionario, dejaron también una cuota de amargo resentimiento en los círculos dirigentes del estudiantado. De ahí que un núcleo de estudiantes se sumara al MAR. De ahí que igualmente hicieran más fuertes sus entronques con la familia Arias, sobre todo en los días de Marzo y Abril de 1959, cuando el clan Arias fraguaba su revuelta. Por lo demás, algunos estudiantes cubanos que pasaron en Panamá, como exilados, los últimos meses de la dictadura de Fulgencio Batista, Ie brindaron apoyo y ayuda al movimiento estudiantil panameño, una vez abatida esa dictadura, lo que explica el viaje de Andrés Cantillo, Secretario General de la Federación de Estudiantes de Panamá a La Habana, días antes de la insurrección de Tute, coincidiendo su presencia con los preparativos y ejecutoria de la invasión de cubanos, que incluyó varias unidades del movimiento armado estudiantil de Cuba.

La única actividad bélica. del sector estudiantil la protagonizó el grupo terrorista denominado "Movimiento Revolucionario Juvenil 22 de Mayo", que con la colocación de algunas bombas de fabricación casera trataba de mantener la intranquilidad y la zozobra en la ciudadanía, lo que no tuvo ninguna consecuencia importante, a no ser para los miembros del grupo, que ahora están sindicados de terrorismo, y detenidos algunos.

La conducta del estudiantado universitario y secundario, ante la rebelión de Tute y los acontecimientos siguientes, confirman rotundamente que el llamado movimiento estudiantil no es, sociológica y políticamente, un movimiento, sino un grupo de presión que tiene algunas manifestaciones de masa, cuando las escuelas están funcionando. Los círculos directivos del estudiantado se limitaron a responsabilizar al Gobierno, por los hechos acaecidos. Pero en ningún momento hubo la idea de realizar alguna acción practica, a más de que esos círculos no disponían de masa estudiantil para llevarla a efecto. En los dos números de "Voz Universitaria", periódico oficial de los estudiantes universitarios, editados los días 11 y 15 de Abril, no hay planteamientos adecuados, sino expresión de un falso revolucionarismo. En uno de los Editoriales respectivos se lee que "la generación de Mayo, ante tan oprobiosa realidad y burlado el diálogo cívico con el incumplimiento del Pacto de la Colina inicia la acción revolucionaria que transformará definitivamente (subrayado nuestro) la estructura social, política y económica de la comunidad panameña". Además, ambos periódicos se dolieron en buena extensión de sus páginas principales, de la muerte de Blanco, Pinzón, Girón y García, considerándola como "vil asesinato".

No era extraño que los círculos dirigentes del estudiantado, desprovistos de visual política y de una ideología clarificadora, hicieran gala, por una parte, de su resentimiento por las víctimas estudiantiles que nuevamente cobraban el Gobierno y la Guardia Nacional, no bien cerradas aún las tumbas que se abrieron en Mayo de 1958- y no era extraño, por otra parte, que esos círculos insistieran en llamamientos demagógicos a la revolución, porque es demagogia (aunque en ocasiones esa demagogia cobre vidas) invocar la acción revolucionaria, cuando nada se ha preparado para ella, ni siquiera la decisión de quienes la invocan.

Posteriormente, cuando se produjo el desembarco de cubanos, la Federación de Estudiantes, por conducto de su Consejo Ejecutivo, publicó un Comunicado (véase "La Nación", del 28 de Abril) que solo puede ser calificado de torpe, en el que resolvía "ratificar su fe en la total reivindicación del pueblo por medio de la revolución en marcha"; "reafirmar su fe en la concepción supra-nacional por encima del caduco nacionalismo patriotero"; y "confiar en que los extranjeros que intervienen en los movimientos revolucionarios siguen las huellas de Lafayette, Bolívar y San Martín". Hubo torpeza en hablar de "la revolución en marcha", porque no había tal revolución, sobre todo cuando la rebelión de Tute se había desintegrado; hubo torpeza en referirse al "caduco nacionalismo patriotero" cuando grandes sectores humanos, como los árabes, argelinos africanos, egipcios, etc., luchan por su independencia al impulso del nacionalismo. Hubo torpeza en recordar a Bolívar y San Martín cuando el aventurero cubano César Vega fungía de jefe de las tropas extranjeras que prontamente se rendirían, sin acción bélica alguna. Hubo torpeza en no querer advertir, cegados por el resentimiento de que el Gobierno se cayera de todos modos, que la revuelta armada la encabezaban los Arias, familia oligárquica sin escrúpulos de ninguna índole, a la que jamás Ie ha importado un ardite la nacionalidad panameña, ni los problemas que agobian a nuestras masas desamparadas.

Lo inteligente y lo consecuente con una posición progresista habría sido condenar la aventura de los Arias y continuar- censurado la nefasta obra de la Oligarquía, ya que no existen fuerzas sociales de extracción popular preparadas para la revolución ni siquiera para la lucha armada.

Los sectores de masas no podían estar de acuerdo con la actitud de los dirigentes estudiantiles, porque ante la emergencia esos sectores populares, valiéndose de su intuición, se tornaron indiferentes con respecto a la alharaca patriotera levantada por la Oligarquía gobiernista, pero no apoyaron en ninguna forma la acción de guerra que se quería poner en marcha. Notoriamente, los círculos directivos del estudiantado se divorciaron, una vez más, de las masas y de sus intereses, enarbolando falsamente la consigna de Libertad o Muerte", como el grito "de una juventud panameña consciente de su responsabilidad", según reza el periódico "Voz Universitaria" del 11 de Abril.
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Fuente: elpanameño.com.pa