Colección
Archivo digital
Tipo
Documento
País
Organización
Fecha
1977-03-22
Categoría
Comunicado
Parte de guerra. Derribo de un helicóptero de las fuerzas represivas
De: El Frente Sandinista de Liberación Nacional
A: El pueblo nicaragüense
PARTE DE GUERRA
.....El Frente Sandinista de Liberación Nacional, informa a los militantes, al pueblo de Nicaragua y a la opinión internacional, que el día martes 22 de marzo de 1977 en las primeras horas de la mañana, el fuego de una de nuestras escuadras guerrilleras alcanzó al helicóptero PA 511 de las fuerzas represivas de la tiranía cuando volaba sobre la zona de Yaosca, en las regiones del norte de Nicaragua bajo nuestro dominio militar.
.....El helicóptero tomó fuego en el aire a consecuencia de los disparos y se precipitó a tierra, donde estalló en llamas, pereciendo el Sub-Comandante de la zona norte de la Guardia Nacional con asiento en Río Blanco y tres esbirros mas del régimen: Mayor GN José Antonio Villalta, Teniente Francisco Granados, Subteniente Efraín Prado y el Raso Donald Torres, todos ellos comprometidos en la feroz campaña de represión y terror que la Guardia Nacional viene ejecutando contra indefensos pobladores de la zona. El cuartel de Río Blanco, que sirve de campo de concentración a cientos de ciudadanos, lo mismo que de laboratorio de tortura, es un símbolo del nefasto régimen que soporta nuestro pueblo pero al que, golpe a golpe, las gloriosas fuerzas patrióticas del FSLN derribaran más temprano que tarde.
¡Patria Libre o Morir!
DIRECCION NACIONAL DEL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACION NACIONAL
(FSLN).
Marzo de 1977
Algún lugar de Nicaragua.
Esta parte de guerra circula clandestinamente en Nicaragua y se difundió en el exterior ampliamente para desmentir al régimen el que proclamaba que el helicóptero se había precipitado a tierra "Por condiciones climatológicas".
El fin de un esbirro
La muerte del Mayor Villalta, es una victoria del pueblo explotado de Nicaragua y un signo evidente de impotencia somocista ante la acción guerrillera de nuestra organización, pues, pese a la sangrienta represión no logran frenarla,
Antonio Villalta, formó parte del Consejo de Guerra que condenó a 110 nicaragüenses, acusados de militancia o colaboración con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) . El Mayor Villalta abandonó las sesiones en diciembre último, para responsabilizarse del segundo al mando de las operaciones antiguerrilleras.
La designación de Villalta, fue hecha en consideración a sus antecedentes de 1967, cuando, con el rango de teniente, participó en la represión del movimiento guerrillero de Pancasán y en las masacres campesinas de esa zona.
Otro de los muertos, el teniente Francisco Granados, fue jefe de policía del departamento de Matagalpa y participó en varias masacres desde 1974.
Efraín Prado, subteniente -piloto de helicópteros- rendía labores represivas en el transporte de personal militar a zonas de operaciones y de prisioneros a los campos de concentración. Muchos de los revolucionarios fueron lanzados al aire para morir estrellados por este oficial de línea, quien ingresó a la GN, como soldado.
La Oficina de Leyes y Relaciones Públicas de la Guardia Nacional, emitió un comunicado en el que aceptó que patrullas de reconocimiento de la GN trabaron combate con unidades guerrilleras en una zona cercana a Yaosca -lugar de la muerte de Villalta- el mismo día de la caída del helicóptero.
A: El pueblo nicaragüense
PARTE DE GUERRA
.....El Frente Sandinista de Liberación Nacional, informa a los militantes, al pueblo de Nicaragua y a la opinión internacional, que el día martes 22 de marzo de 1977 en las primeras horas de la mañana, el fuego de una de nuestras escuadras guerrilleras alcanzó al helicóptero PA 511 de las fuerzas represivas de la tiranía cuando volaba sobre la zona de Yaosca, en las regiones del norte de Nicaragua bajo nuestro dominio militar.
.....El helicóptero tomó fuego en el aire a consecuencia de los disparos y se precipitó a tierra, donde estalló en llamas, pereciendo el Sub-Comandante de la zona norte de la Guardia Nacional con asiento en Río Blanco y tres esbirros mas del régimen: Mayor GN José Antonio Villalta, Teniente Francisco Granados, Subteniente Efraín Prado y el Raso Donald Torres, todos ellos comprometidos en la feroz campaña de represión y terror que la Guardia Nacional viene ejecutando contra indefensos pobladores de la zona. El cuartel de Río Blanco, que sirve de campo de concentración a cientos de ciudadanos, lo mismo que de laboratorio de tortura, es un símbolo del nefasto régimen que soporta nuestro pueblo pero al que, golpe a golpe, las gloriosas fuerzas patrióticas del FSLN derribaran más temprano que tarde.
¡Patria Libre o Morir!
DIRECCION NACIONAL DEL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACION NACIONAL
(FSLN).
Marzo de 1977
Algún lugar de Nicaragua.
Esta parte de guerra circula clandestinamente en Nicaragua y se difundió en el exterior ampliamente para desmentir al régimen el que proclamaba que el helicóptero se había precipitado a tierra "Por condiciones climatológicas".
El fin de un esbirro
La muerte del Mayor Villalta, es una victoria del pueblo explotado de Nicaragua y un signo evidente de impotencia somocista ante la acción guerrillera de nuestra organización, pues, pese a la sangrienta represión no logran frenarla,
Antonio Villalta, formó parte del Consejo de Guerra que condenó a 110 nicaragüenses, acusados de militancia o colaboración con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) . El Mayor Villalta abandonó las sesiones en diciembre último, para responsabilizarse del segundo al mando de las operaciones antiguerrilleras.
La designación de Villalta, fue hecha en consideración a sus antecedentes de 1967, cuando, con el rango de teniente, participó en la represión del movimiento guerrillero de Pancasán y en las masacres campesinas de esa zona.
Otro de los muertos, el teniente Francisco Granados, fue jefe de policía del departamento de Matagalpa y participó en varias masacres desde 1974.
Efraín Prado, subteniente -piloto de helicópteros- rendía labores represivas en el transporte de personal militar a zonas de operaciones y de prisioneros a los campos de concentración. Muchos de los revolucionarios fueron lanzados al aire para morir estrellados por este oficial de línea, quien ingresó a la GN, como soldado.
La Oficina de Leyes y Relaciones Públicas de la Guardia Nacional, emitió un comunicado en el que aceptó que patrullas de reconocimiento de la GN trabaron combate con unidades guerrilleras en una zona cercana a Yaosca -lugar de la muerte de Villalta- el mismo día de la caída del helicóptero.