Para evaluar el trabajo realizado en los distintos frentes guerrilleros se llevó a cabo un Ampliado del CC en el campamento de Illarec Ch'aska (Mesa Pelada, La Convención) en diciembre de 1964. Estuvieron presentes los Comandantes Guillermo Lobaton y Máximo Velando por la Guerrilla "Túpac Amaru", Luis de la Puente, Enrique Amaya de la Guerrilla "Pachacutec", los cc. de la Guerrilla "Manco Capac" del Norte no llegaron asistir a este evento.
Las conclusiones a que arribaron los dirigentes miristas fueron sistematizadas en este documento que fue conocido como el "Esquema de Diciembre". Confeccionado por el c. De la Puente en base a las experiencias logradas principalmente por la Guerrilla "Pachacutec", bajo su mando.
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Este esquema ha sido aprobado en la reunión de diciembre del C.C. ampliado, tomándose como base el esquema del mes de marzo, el mismo que ha sido en algunas formas corregido y ampliado.
El proceso revolucionario peruano implica la concepción general de la Guerra del Pueblo, es decir, la tesis según la cual la revolución la hacen las masas, utilizando todas las formas de lucha y que la guerrilla no es sino el brazo armado de las mismas.
La experiencia acumulada durante el último período de trabajo del Partido lleva a confirmación plena y total, por la realidad de que la revolución es posible comenzarla desde ya partiendo de la lucha armada. .
Sin embargo a pesar de que en el país existen magníficas condiciones para iniciar la revolución, se está muy lejos de la posibilidad de lanzar a las masas al asalto del poder por lo que es necesario señalarse una estrategia de guerra larga.
El poder es mucho más débil en el campo y el campo es también el aspecto más vulnerable del sistema debido a que el problema de la tierra es el problema fundamental de nuestra economía ya que el campesinado es la clase más explotada y más numerosa, por lo que nuestra revolución debe comenzar por el campo y debe ir del campo a la ciudad, del Ande a la Costa y de la guerrilla al ejército revolucionario.
Por las condiciones anotadas la estrategia. y táctica militares necesarias para nuestro proceso revolucionario deben partir de la estrategia y táctica de la guerra de guerrillas para combinar después esta concepción con otras formas correspondientes a la guerra del pueblo.
La revolución peruana es parte del proceso revolucionario latinoamericano y mundial, y dentro de este proceso existen en este momento condiciones extraordinariamente favorables para el desarrollo de nuestra lucha. Nuestra revolución está integrada dentro del proceso mundial que marcha hacia la derrota del imperialismo, la liberación nacional y el triunfo del socialismo.
Hay que tener en cuenta también que nuestro proceso se integrará en cualquiera de sus etapas con el proceso revolucionario latinoamericano, al nivel de lucha armada, antes o después de la toma del poder.
Por otra parte, la consideración de nuestra integración dentro del proceso revolucionario mundial no se opone a que en todo momento y etapa apliquemos correctamente los principios de respeto mutuo, independencia y autodeterminación.
Así mismo el Partido manifiesta su solidaridad y apoyo a todos los partidos y organizaciones revolucionarias que en nuestro continente y en el mundo luchan consecuentemente contra el imperialismo, por su liberación nacional y por la construcción del socialismo de acuerdo al principio del internacionalismo proletario. Principio fundamental de las relaciones entre partidos y organizaciones revolucionarias.
Es imprescindible que apliquemos en forma creadora el principio de apoyarnos fundamentalmente en nuestras propias fuerzas a través del trabajo organizativo e ideológico, en todos los niveles de nuestra organización.
EXPERIENCIAS. A partir de marzo, el partido ha adquirido experiencias fundamentales las que analizadas, resumidas y sistematizadas se incorporan a los planes de trabajo del esquema de marzo para corregirlo, completarlo y superarlo. Experiencias que deben aplicarse creadoramente en la profundización de nuestras tareas revolucionarias.
Las principales son:
1. La necesidad de la zona de seguridad como punto de partida y proyección del proceso de lucha armada, requiriendo su acondicionamiento el cumplimiento de mínimos más altos que los fijados en el mes de marzo.
2. La combinación de los principios de movilidad, velocidad y diversidad de las acciones guerrilleras con cierto grado de defensa del terreno y enraizamiento entre las masas a través de la formación del Partido y de la organización revolucionaria de las masas.
3. Aplicación flexible de los principios de concentración y dispersión de las acciones interpretando permanentemente 1a realidad nacional y de la zona así como las experiencias recogidas en el trabajo práctico. 40. Consideración en la simultaneidad en el inicio de las acciones con objetivos que deben tender a alcanzarse sin que ello signifique factor de retardamiento o aceleramiento artificial.
5. La organización debe orientar lo principal de sus esfuerzos al desarrollo de la lucha armada en el campo aun sacrificando, temporalmente, otras formas de lucha o mejor utilizándolas a través del campo.
6. La necesidad de que el Partido durante la etapa previa al inicio de las acciones guerrilleras esté preparado para afrontar cualquier situación represiva obliga a que se tengan planes de emergencia para resolver cualquier peligro de la existencia misma del grupo armado y de la organización en su conjunto.
Las anteriores y otras más constituyen algunas de las experiencias fundamentales y valiosas de este período en el cumplimiento de las tareas previas al inicio de la lucha armada.
ETAPAS DE LA LUCHA ARMADA Y DEL PROCESO REVOLUCIONARIO
Siendo nuestro proceso revolucionario orientado por una estrategia de una guerra larga, es necesario considerar que la lucha armada y el mismo proceso, han de pasar por diversas etapas, cada cual con sus propios objetivos, consideramos que habremos de pasar por las siguientes etapas:
l. Creación, consolidación y expansión de la zona guerrillera.
2. Establecimiento de zonas liberadas.
3. Inversión de la correlación de fuerzas a escala nacional y guerra popular generalizada y asalto al poder.
4. Consolidación de la revolución integrándola plenamente en el proceso revolucionario latinoamericano y mundial.
PRIMERA ETAPA
Sin lugar a dudas, la primera etapa es la más difícil y es en la que actualmente nos encontramos. Esta circunstancia, más las múltiples experiencias reunidas y la trascendental importancia que tiene para todo el proceso revolucionario peruano el cumplimiento de sus objetivos, hace indispensable la mayor precisión y planificación de nuestros esfuerzos.
En esta etapa es posible distinguir tres momentos:
PRIMER MOMENTO.- Comienza con el establecimiento del grupo armado en el campo y culmina con el inicio de sus acciones armadas.
SON OBJETIVOS de este primer momento:
a. La creación de la zona de seguridad, la que consiste en una zona con condiciones geográficas adecuadas para la lucha guerrillera, preferiblemente despoblada, relativamente alejada a las vías de comunicación, de preferencia extensa y con acceso a las zonas campesinas. La zona será acondicionada por el grupo armado para conseguir los fines de supervivencia, movilidad y defensa.
b. Adaptación del grupo, de número variable, a las condiciones materiales y espirituales que impone la nueva vida; consolidación de la unidad del grupo y de la dirección, conocimiento y dominio del terreno. El grupo se integrará con militantes campesinos de la zona e incluirá cuadros de mayor nivel.
c. Logro de un mínimo de preparación militar e ideológica para poder enfrentar en cualquier instante las amenazas contra su supervivencia así como para el ataque a objetivos militares pequeños.
d. Formación de aparatos mínimos de abastecimiento y enlace con la ayuda de las masas.
e. Desarrollo de las tareas de construcción del Partido en puntos claves, incidiendo fundamentalmente en la calidad de los militantes y a partir de tareas directamente relacionadas con el grupo armado.
f. Organización revolucionaria de las masas desarrollando sus luchas reivindicativas a fin de ir elevando su combatividad hasta el máximo nivel. Este trabajo se realizará a través de las células económicas y políticas dé las masas, orientándolas y dirigiéndolas de acuerdo a la línea del Partido.
g. Localización y estudio de los objetivos para las primeras acciones militares.
h. La iniciativa debe estar siempre en manos del grupo guerrillero ya sea manteniendo las normas de seguridad, para impedir cualquier acción de represión prematura o estando listo para resolverla en el caso de que ella se precipite.
i. Análisis de la realidad económico-social del medio con el fin de extraer las consignas que expresen las reivindicaciones más sentidas de las masas de la zona.
SEGUNDO MOMENTO.- Se inicia con las acciones militares y culmina con el fracaso de la primera represión generalizada, sus objetivos son:
a. Impacto en la población.
b. Fortalecimiento del grupo armado a través del aumento de sus efectivos, mejoramiento de equipos que deben ser arrebatados al enemigo y acumulación de experiencias imprescindibles.
c. Desarrollo revolucionario de las masas y de sus luchas vinculadas con la lucha revolucionaria.
d. Desarrollo de la organización del Partido y de su capacidad de sostenimiento, de la organización militar y de dirección de las masas en la zona.
TERCER MOMENTO.- Se inicia con el fracaso de la primera represión generalizada y culmina con la consolidación y expansión de la zona guerrillera. Sus objetivos son:
a. Consolidación de la zona guerrillera.
b. Multiplicación de las guerrillas y extensión de la zona guerrillera.
c. Intensificación del trabajo de construcción del Partido y de la organización revolucionaria de las masas, orientadas al control, por el Partido, de zonas determinadas.
d. Organización de acciones de hostigamiento y apoyo, por la población civil dirigidas por la organización del Partido.
TAREAS GENERALES COMPLEMENTARIAS
A fin de cumplir con todo éxito esta primera y trascendental etapa, el Partido seguirá desarrollando algunas tareas complementarias que tienen el carácter de indispensables. Tales como:
l. Mantenimiento de aparatos mínimos de acción política partidaria en las ciudades.
2. Montaje de un sistema de coordinación indispensable para el cumplimiento de esta tarea.
3. Trabajo de masas.
MANTENIMIENTO DE APARATOS.
Nuestras fuerzas principales se han de encontrar repartidas en tres escalones:
a. En el monte propiamente dicho, los grupos guerrilleros con sus aparatos de abastecimiento, información y enlace.
b. En las zonas campesinas, pueblos y ciudades de la región o zona corres¬pondiente al grupo guerrillero, funcionarán organizaciones del Partido las que tendrán a su cargo las tareas de abastecimiento, organización, propaganda y acciones de apoyo en determinada etapa.
c. En las grandes ciudades de la costa y algunas de la sierra funcionarán organizaciones centralizadoras mínimas y cuya tarea fundamental será la de coordinación y enlace entre las distintas zonas guerrilleras y las organizaciones de las ciudades, y entre el Partido y su organización en el exterior. En determinadas etapas estos organismos junto con las organizaciones políticas podrán participar en una forma directa en la lucha armada en las ciudades.
SISTEMA DE COORDINACION:
Estos tres escalones deben funcionar coordinadamente para la información, enlace y abastecimiento. Estos renglones de la organización están íntimamente ligados al aspecto militar de la lucha. Forman parte en realidad, del aparato insurreccional. Es por eso que deben estar completamente separados de los otros renglones de la organización y que deben ser clandestinos incluso dentro del Partido. En la construcción del segundo y tercer escalón, es muy probable que los grupos guerrilleros, jueguen su papel más importante debido a la imperativa necesidad que tienen ellos de abastecimiento, información y enlace.
TRABAJO DE MASAS:
Nuestro objetivo es movilizarlas objetiva y oportunamente, y progresivamente lanzarlas a la lucha, para ello es necesario organizarlas en sindicatos, comunidades, instituciones deportivas, culturales, dé Sien social; etc, procurando a través de todos los medios, directos e indirectos, hacer que apliquen y cumplan las directivas y orientaciones del Partido.
Dentro de otras organizaciones de masas el Partido debe contar con sus propias organizaciones celulares.
Se deberá aprovechar los niveles de conciencia reivindicativa existentes o crearlos con el criterio de que es posible alcanzar, a través de la lucha armada ese primer nivel, el nivel de conciencia propiamente revolucionaria. Las organizaciones del Partido, dentro del movimiento de masas deben actuar aplicando los principios de: Cuerpo selecto y trabajo secreto.
CIUDADES: Una tarea básica permanente del Partido: es la tarea de la organización. Pero dado que en las ciudades el trabajo es más peligroso debido, a la presencia en ellas de la mayor fuerza represiva del sistema, el trabajo organizativo en las ciudades es muchísimo más importante aún que en el campo.
En las ciudades distinguiremos tres frentes y tres etapas.
FRENTES.- Sindical, Político y Armado
En cada uno de estos frentes el Partido tiene que desplegar una gran labor organizativa. En el frente sindical de manera semejante a la señalada para el campo, es decir organizando y reorganizando sindicatos obreros, de empleados, estudiantes, etc., a la vez que sus propias células dentro de dichas organizaciones.
En el frente político, promoviendo frentes y acciones de unidad. En el frente armado, creando nuestras propias organizaciones de combate.
ETAPAS.- Debido a la razón ya muchas veces mencionada de que en la ciudad el sistema cuenta con mayor y mejores fuerzas, la lucha en ella habrá de iniciarse más tardíamente que en el campo. Las acciones armadas y de masas en las ciudades habrán de necesitar del estímulo y del desahogo de las acciones del campo.
La primera etapa se caracterizará por un desarrollo prolongado de la organización en todos los frentes. En esta etapa será de máxima preocupación del Partido vincularse profundamente a las masas a fin de conducirlas a un apoyo efectivo de las acciones armadas en el campo.
La segunda etapa será de consolidación de las organizaciones y de iniciación de acciones armadas en las mismas ciudades. Esta etapa es más prolongada y durará, como en el campo, todo el tiempo que se mantenga el equilibrio en la correlación de fuerzas.
La tercera etapa será la generalización de la lucha armada y defensa de los medios de producción.
Tales son a grandes rasgos las características previsibles de la insurrección en la ciudad como en el campo y que sirven de base para la conformación de este esquema.