Saludo de fin de año a todos los Guerrilleros y masas organizadas de las FARC EP.
A todo el cuerpo de mandos, guerrilleros de base, milicianos bolivarianos y populares, militantes del partido comunista clandestino colombiano e integrantes de los núcleos bolivarianos:
El que termina ha sido sin duda un año de grandes confrontaciones políticas y militares. El imperialismo norteamericano y la oligarquía guerrerista, rabiosos y adoloridos, se ven en dificultades para explicar porque les ha resultado imposible aplastar la lucha ascendente del pueblo colombiano. El movimiento popular, en sus diferentes escenarios de expresión rebelde, se ha encargado de demostrar el alto grado de su fortaleza y el nivel de madures que lo prepara para la victoria.
Las movilizaciones y combates de los indígenas, estudiantes, desempleados, obreros, campesinos, desplazados, dolientes del terrorismo de Estado, demócratas y en general de todos los inconformes con las políticas neoliberales y criminales que aplican y defienden el gobierno nacional y sus bandas armadas regulares e irregulares, han sido el principal mentís que el pueblo colombiano le ha dado a quienes sostienen que en nuestro país no hay razones para el alzamiento armado.
Los guerrilleros de las FARC EP y todo el caudal de organizaciones de masas que nos apoyan hemos ocupado el primer lugar en la línea de fuego. La sangre de muchos combatientes ha sido derramada en el suelo de la patria, luchando por hacer realidad el sueño bolivariano de igualdad y justicia. La cárcel ha sido el destino de otros. Nuevos combatientes valerosos ocupan el lugar de esos muertos, heridos y prisioneros, sin pensar ni una vez en la derrota.
Es esa la dignidad que no entienden Uribe y sus generales. Ellos saben que sus ofrecimientos de dinero y sus llamados a la rendición solo seducen a unos cuantos descompuestos, pero la inmensa mayoría de combatientes revolucionarios se mantiene firme en su puesto. Por eso no les queda más recurso que la propaganda calumniosa para desinformar a la opinión pública. En cambio silencian con vergüenza las miles y miles de bajas causadas por la resistencia guerrillera al ejército oficial.
La seguridad democrática de Uribe desplaza, detiene en forma masiva, asesina, encarcela, persigue y tortura a todo aquel que simpatiza con nosotros. Mata cobardemente civiles para presentarlos como muertos en combate. Es la orgia sangrienta que pretende perpetuar con su reelección para seguir sirviendo a los intereses del gran capital y el latifundio gansteril. Nuestra tarea principal es borrarla de la faz de la tierra y vamos a cumplirla con orgullo y alegría.
Nos lo exigen la memoria de los camaradas Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Iván Ríos, Acacio y tantos otros que entregaron su vida entera a la causa de este ejército y de este pueblo. De las selvas de Colombia ascenderá la enorme ola que aniquilara tanta ignominia e impondrá por fin la paz en nuestro suelo. El estudio, la disciplina, el cumplimiento de los planes, la preparación permanente, la alta moral, el trabajo y el combate serán las bases de nuestro triunfo.