erversas figuras de la política mundial se otorgan el galardón del cinismo y la muerte a nombre de la libertad. Claro, hay que entenderse como la libertad de matar y destruir esfuerzos, sacrificios, y sueños a millones de seres humanos e incluso el equilibrio del planeta. Son ellos el primer ministro británico Tony Blair y los sabuesos de Turquía y Colombia, Álvaro Uribe Vélez.
Tony Blair y Bush, son responsables directos de centenares de masacres contra el pueblo de Kosovo, Afganistán e Irak y bajo su égida las que se cometen en otras latitudes por la consolidación hegemónica imperialista; el gobernante Turco permitió desde su país que la coalición atacara al pueblo Afgano e Iraquí y Uribe es genitor de un proyecto increíblemente cruel que ensangrienta a Colombia por medio de la bandas paramilitares y la ejecución de su Seguridad Democrática.
Faltó el primer ministro de Israel, otro carnicero de la historia reciente que de manera cobarde ataca al pueblo palestino, quien en su legítimo derecho a un territorio y un Estado soberano resiste heroicamente y hasta los niños, con hondas, enfrentan a las tropas israelíes.
Hoy en Gaza, son más de 925 los muertos y más de tres mil heridos. De los muertos 400 son niños y 100 son mujeres. La destrucción deja una terrible estela de drama sumado al criminal bloqueo israelí contra el territorio palestino y que hace parte de una imparable ambición del Estado sionista por controlar nuevos territorios en el oriente medio.
El mundo se estremece ante las dantescas imágenes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó la intervención Israelí, mientras el presidente Bush galardona con la medalla de la Libertad al Primer Ministro británico y a los gobernantes de Turquía y Colombia y se niega a firmar la resolución de la ONU tomando partido a favor del Estado judío en su ominosa cruzada contra el pueblo palestino.
Este agitado mar de muerte en nombre de la lucha contra el terrorismo solo tiene el propósito de consolidar la geopolítica de las grandes corporaciones multinacionales que pretenden controlar el mundo, así sea hundiéndolo en su propia sangre. Los gobernantes de Israel, Turquía, Afganistán, Irak y Colombia ocupan el deshonroso papel de preferir el genocidio de sus pueblos o de sus hermanos, con tal de saciar al imperio con millones de barriles de petróleo y demás materias primas.
Las víctimas son civiles inocentes acusados de terroristas por los campeones del terrorismo. Los pueblos han hecho suyo su legítimo derecho a defenderse y revelarse frente a tamañas injusticias en largas, prolongadas y soberanas luchas por el derecho a ser libres, gobernarse según su voluntad y construir honrosamente su destino.
Del pueblo palestino nos inflama su dignidad, heroísmo, abnegación y sacrificio al tiempo que hacemos nuestro el dolor que padece y suya es nuestra esperanza que pronto recobre sus intangibles derechos.
Bush, el régimen de Israel, sus aliados y galardonados vivirán siempre la pesadilla de sus crímenes y el reclamo de justicia de sus víctimas, mientras que los pueblos, nos henchiremos de unidad, hermandad y gloria en la lucha por el equilibrio del planeta y su diversidad así como en la lucha por nuestra soberanía, desarrollo, bienestar, justicia y felicidad social. Es la verdadera razón de nacer, vivir, luchar y vencer.
Glorioso pueblo palestino, ¡venceremos!
C. Rubén Zamora.
Bloque del Magdalena Medio, FARC-EP