A diario escuchamos hablar de la modernización. Según el discurso predominante en las postrimerías de siglo veinte la humanidad vive un profundo proceso de cambios que la transformará en una "aldea global". "Nuevo Orden Mundial" es el concepto que constantemente se emplea para calificar a la actual situación del planeta.
Se caracteriza la situación como de Internacionalización de la economía donde el "libre mercado" debe ser su principal mecanismo regulador. El mega-capital financiero internacional juega un rol decisivo en este nuevo orden. Así como el crecimiento substancial del comercio internacional de bienes y servicios. Capital financiero, comercio e inversión extranjera, dominados por un incalculable y creciente poder de las Empresas Transnacionales.
Coexistiría al mismo tiempo una tendencia a la regionalización de las economías por bloques de países liderados por las tres grandes potencias (EE.UU., Alemania y Japón) en contradicción —según algunos— o como proceso implícito —según otros— de la tendencia a la globalización económica. Existiría una tripolaridad en lo económico, con unipolaridad en lo militar hegemonizado este campo por los EE.UU. como consecuencia de la desaparición de la URSS. EE.UU. jugaría el papel de custodio y garante del buen funcionamiento de un único sistema de organización social posible: El capitalismo.
Otro aspecto de la situación actual sería el papel de los organismos internacionales tanto políticos como económicos( O.N.U., O.C.D.E., F.M.I.,B.I.D, GAT., etc..) que desde una posición de "supuesto consenso de las naciones" influyen decisivamente en la solución de los conflictos internacionales y en las decisiones sobre la economía de los diferentes países.
Junto a todo lo anterior, existiría una disminución del rol de los estados nacionales cada vez más reducidos en su capacidad de interferir en la tendencia de las fuerzas del mercado tanto en lo interno como en lo internacional. Por el contrario los estados-naciones y sus políticas estarían diseñándose para favorecer la libertad del mercado, so pena de quedar fuera en la "modernización" que ofrece dicho mecanismo.
Gran parte de la "globalización", estaría dada por el acelerado desarrollo de las comunicaciones y la tecnología. "Acontecimientos simultáneos" "El mundo en la pantalla de casa" "Transacciones interoceánicas de miles de millones de dólares en escasos minutos" Son frases que vemos a diarios que nos muestran como también la tecnología ha influido notoriamente en esta nueva caracterización de los tiempos actuales. Y no solo en la economía mundial, sino también en la cultura, ideología, opinión pública y valores éticos morales de la humanidad.
Por cierto "la motivación principal" de esta tendencia, —que no puede ser ciega y estar ajena a voluntades de gobiernos, transnacionales, hombres y sus partidos que conforman las clases en el poder—, sería "el crecimiento", "el desarrollo", y por lo tanto —se asegura—, la solución de los problemas de la humanidad. El nuevo orden y modelo social es supuesta garantía de mayores fuentes de trabajo, justos salarios y por consiguiente —se afirma— la vía más eficaz para eliminar la desigualdad, la falta de oportunidades, la pobreza.
Tal vez las palabras de Robert B. Reich. Ministro del Trabajo de la administración Clinton son una buena muestra del discurso predominante: "Estamos pasando por una transformación que modificará el sentido de la política y la economía en el siglo venidero: No existirán productos ni tecnologías nacionales, ni siquiera industrias nacionales... Lo único que persistirá dentro las fronteras nacionales será la población que compone el país. Los bienes fundamentales de una nación serán la capacidad y destreza de sus ciudadanos. La principal política de una nación consistirá en manejarse con las fuerzas centrifugas de la economía mundial que romperá las ataduras que mantienen unidos a sus ciudadanos, concediendo cada vez más prosperidad a los más capacitados y diestros, mientras los menos competentes quedarán relegados a un más bajo nivel de vida. A medida que las fronteras dejen de tener sentido en términos económicos, aquellos individuos que estén en mejores condiciones de prosperar en el mercado mundial serán inducidos a liberarse de las trabas de la adhesión nacional, y al proceder de esta manera se desvincularán de sus colegas menos favorecidos."
Desapareció el "enemigo de la humanidad" y hoy el "capitalismo triunfante" tiene las manos libres para lograr el progreso y el bienestar a escala planetaria.
Algunas Interrogantes
—¿Como comprender esta tendencia a la modernidad en América Latina al observar la marginalidad, la pobreza, la disminución de la capacidad adquisitiva de los salarios, la miserable salud, educación, y vivienda de las grandes mayorías empobrecidas?
—¿Como entender esta modernidad con la situación de ausencia de democracia en un mundo gobernados por una clase política y económica que permite cada tantos años ejercer la participación a través de un voto?
—La apatía social, el descompromiso para con la política y el individualismo exacerbado..., ¿son los valores óptimos para una sociedad sana?
—¿Como entender este discurso "modernista" con la realidad de la humanidad de acuerdo a datos de los propios organismos internacionales?
—Es que caso la realidad actual nada tiene que ver con el "Nuevo Orden Mundial" y todos los dramas actuales son responsabilidad exclusiva del "viejo orden"? Si así fuera... ¿Habrá que confiar y tener esperanzas en estas nuevas fórmulas?
—¿Cuándo comenzó este nuevo orden? ¿Cual es su origen?
La realidad actual en cifras
Conscientes de que las políticas económicas impulsadas difieren entre los países desarrollados y los subdesarrollados y que por lo tanto sus consecuencias no tienen igual impacto en cada economía nacional, y considerando que la implementación del modelo neoliberal es aún bastante desigual entre los distintos países, veremos cuál es la situación general como resultado global de la corriente neoliberal predominante.
La tasa de crecimiento anual y global de la economía de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (O.C.D.E) que agrupa a las 24 naciones mas desarrolladas, en promedio general ha sido: Década del 60 un 5,3 % anual. En la década del 70 descendió a un 3,5 % anual. En la del 80 siguió en descenso para llegar a un 2,0 % anual. En los tres primeros años del actual decenio el crecimiento ha sido de un 1,3 % anual.
De acuerdo con los datos de la O.I.T (Organización Internacional del Trabajo) entregados en Marzo de 1994, existen en el mundo unos 820 millones de personas entre desocupados o subocupados, que representan el 30% de la fuerza laboral mundial. El organismos ha indicado que esta es la peor crisis mundial del empleo desde la Depresión de 1930. Indica además que cada año 38 millones de personas ingresan a ampliar la fuerza laboral existente sin encontrar los puestos de trabajo para la creciente masa de trabajadores. En los 24 países de la O.C.D.E. existen en la actualidad una cifra cercana a los 36 millones de desocupados. Casi 10 millones más que en 1990. De acuerdo con el informe de este organismo, los empleadores del mundo industrializado se están volcando cada vez más a la concentración de personal "por tiempo" que ya alcanzan a un 27% del personal ocupado. Estos trabajadores se perjudican al cobrar menos salarios y al no participar de los planes de seguridad social relacionados con los despidos ni con los de retiro.
La tendencia a la maximimización del beneficio y por consiguiente a la apropiación y concentración del producto social se puede ver en los siguientes indicadores entregado por el informe de "Desarrollo Humano 1992" del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (P.N.U.D). El 20% más rico de las población mundial es dueño del 87% del Producto Bruto Mundial, del 81,2% del comercio mundial, del 94,6% de los prestamos comerciales, del 80,6% del ahorro interno, y del 80,5% de la inversión interna. Según este informe la distancia entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la población mundial se ha duplicado en los últimos 30 años.
En los países centrales pertenecientes a la Comunidad Económica Europea, crece el empobrecimiento relativo de su población: Existen en la actualidad unos 50 millones de personas en situación calificada técnicamente como de pobreza. En los EE.UU. subsisten otros 35 millones de pobres. Estas cifras que representan tendencias del aumento de la pobreza en países industrializados, son por cientos relativamente bajos con respecto al total de su población si lo comparamos con los porcientos de pobreza en América Latina con menos sistemas de protección en la salud, desempleo, vacaciones etc.
La realidad en América Latina
Citaremos el ensayo de Bernardo Kliksberg. Director del Proyecto Regional de las Naciones Unidas para América Latina de Modernización del Estado. Datos aparecidos en el libro: "Pobreza Un tema impostergable" ( México 1993).
(...)"La pobreza afectaba en 1980 aproximadamente al 38% de los latinoamericanos. Casi 4 de cada 10 habitantes de la región estaban por debajo de la línea de pobreza a inicios de los 80. En 1990, sofisticando el manejo de las categorías y los instrumentos de medición, en la última Conferencia Regional de los países de América Latina sobre la Pobreza, que se llevó a cabo en Quito, (septiembre de 1990) el Proyecto Regional ONU de superación de la pobreza, estimó que había en situación de pobreza 270 millones de latinoamericanos, lo que quiere decir, cerca del 62% de la población... (...)Es decir, la década del 80 al 90 ha sido una década de avance casi arrollador de la pobreza en esta área del mundo. Es estar hablando de una situación que afecta a uno de cada dos latinoamericanos. Y es estar encarando un problema que no está en retroceso, ni que constituye un islote dentro del avances a la modernidad, sino que se ha agudizado muy fuertemente en los 80... (...) Entre los pobres el sector que más ha crecido es el de "los pobres extremos", las familias que aunque destinaran todos sus ingresos exclusivamente a comprar alimentos (hipótesis irreal dada la imprescindibilidad de gastar en vivienda, transporte, vestimenta, etc.), igual no alcanzan a comprar el mínimo de proteínas y calorías necesarias para vivir. Los pobres extremos o indigentes son ahora casi la mitad de todos lo pobres. (...) La pobreza en América Latina se ha constituido en la principal causa de muerte atribuyéndosele 1.500.000 defunciones anuales. Los más afectados son en primer lugar los más débiles, los niños, 2 mil de ellos perecen al día por la pobreza".
(...)"El informe de la O.N.U. (se refiere al Informe del Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de Mayo 1990) presenta amplias evidencias sobre una cuestión estratégica. Indica que siendo el crecimiento económico central para enfrentar el problema social, según los hechos de ningún modo lleva automáticamente al progreso social. La teoría del "derrame" fuertemente difundida en América Latina, es radicalmente objetada por los datos del informe. Puede haber crecimiento, pero las desigualdades y políticas sociales débiles, llevan a que no se difunda, y el problema social siga agravándose. Por ejemplo, según las estadísticas oficiales durante la dictadura chilena, a pesar de los avances económicos, el número de pobres pasó desde sus inicios hasta su final del 20% al 40% de la población." (Esta afirmación avala la tesis que plantea que crecimiento sin equidad social no es igual a desarrollo).
(...) "El gasto social de la región se redujo fuertemente pasando del 12% del Producto Bruto Regional en los 80, cifra ya muy reducida comparada con el de la Comunidad Económica Europea que con necesidades mucho menores gastaba el 22% del Producto Bruto, a un nivel inferior al 8%, en los últimos años" (fin de la cita)
Según el Informe del Sistema Económico Latinoamericano (S.E.L.A.) de 1993, el panorama general de la situación en América Latina y el Caribe se caracteriza principalmente por una esperanza de vida de 66 años como promedio regional. En los países de la OCDE ese promedio es de 76 años. La tasa de analfabetismo regional es de 17,6 % como promedio. En cuanto a la tasa de mortalidad infantil el promedio regional es de 49, 26% por cada mil nacimientos. Los países de la OCDE, en comparación tienen menos del 10 por mil nacidos vivos. Con respecto a los salarios reales , su caída es consecuencia de las políticas recesivas y del aumento del sector informal. Estos dos factores también incidieron en el desempleo, que se mantuvo en tasas relativamente altas; además es muy precaria la situación de una gran cantidad de personas que trabaja con baja productividad e ínfimos ingresos en el sector informal. En la mayoría de los países, el desempleo urbano era mayor en 1990 que al principio del decenio.
En los países latinoamericanos el 20% de la población más rica, concentra entre el 49% y el 62% de los ingresos, y el 20% más pobre, entre el 2,4% y el 5,5%. El los países desarrollados, ese porcentaje oscila entre el 37% y el 42% para el 20% más rico, y el 4,7 y el 8% para el 20% más pobre. También debe considerarse que no sólo se trata de un problema de porcentajes, sino que de niveles absolutos ( 1 punto porcentual por habitante, en promedio, en los EE.UU.. significa 220 dólares y en América Latina 17 dólares)
El Secretario General de la CEPAL, Gert Rosental en su informe del 17 de diciembre de 1993 al presentar el Balance Preliminar de la Economía de América Latina, señalo: "Se podría decir que es un logro nada despreciable crecer a ritmos cercanos al 3%, (del P.B.I.) en relativa estabilidad de precios y por tercer año consecutivo sobre todo en contraste con el desempleo de la economía regional en los años 80. ... Por otra parte, es también dable sostener que una tasa de crecimiento del orden del 3% resulta apenas suficiente para absorber el aumento de la población económicamente activa, y mucho menos para reducir la gran cantidad de rezagos sociales que vienen acumulando hace varios lustros".
Una estadística mucho más relacionada con el crecimiento real es la que nos otorga el Producto Bruto Interno por habitante. Este crecimiento en la región correspondió solamente al 1,8% en 1991; 1,1% en 1992, y de 1,3% en 1993. Este índice desde 1983 a 1992 había decrecido en un -7,3 %. Haciendo una lectura de un período más prolongado, nos indica que aun se está lejos de recuperar los índices de crecimiento por habitantes de décadas anteriores al 80.
De acuerdo al informe del Banco Mundial: "América, Una década después de la crisis de la deuda", ( Washington 1993) la región tiene la distribución de la renta más desigual del mundo, en la que el 20% de la población más pobre que recibe apenas el 4% del ingreso total, mientras que el 10% del sector de más privilegio concentra en promedio el 60% del ingreso.
Citaremos algunos datos de la deuda externa de la región que es uno de los aspectos más determinantes que considera el modelo. Existen pequeñas diferencias en los cálculos de los organismos internacionales con relación a los volúmenes globales y demás índices que se desprenden de la deuda externa. La importancia de la deuda para las economías de la región, sus consecuencias políticas y sociales debido al pago de la "deuda infinita", son de tal magnitud, que alguna disparidad en centenas de millones de dólares es una nimiedad.
En el año 1980, el total adeudado por los países latinoamericanos llegaba a los 230.400 millones de dólares.
En el año 1993 la deuda alcanzó la cifra de 487.000 millones de dólares.
Durante el año 93 la deuda aumentó en 19.000 millones de dólares.
Con este ritmo de crecimiento, para el año 94 puede llegar a los 500.000 millones de dólares.
Según el propio Banco Mundial el capital fugado de la región han alcanzado hasta un 50% (en promedio) del total de la deuda externa.
Otras fuentes indican que en la actualidad la cifra de capitales evadidos al exterior han superado la cifra de 300.000 millones de dólares.
Ente 1982 y 1993 los pagos que hizo la región por los servicios de la deuda externa (amortizaciones e intereses) alcanzaron un total de 330.000 millones de dólares. Y la deuda no disminuye, por el contrario, se incrementa.
La deuda existente en 1993 era equivalente al 50,8% de P.B.I. total de la región. La región paga por los intereses de la deuda un monto de 30.000 de dólares anuales, que representan el 17, 6% de las exportaciones totales de bienes y servicios. (relación exportaciones/ pago de intereses) Este es uno de los pocos índices que ha descendido en los últimos años. En el año 1992 era de 19,2. %, disminución que sirvió para facilitar nuevos prestamos. La deuda posee rasgos comunes que engloban a toda la región, no obstante, estos rasgos coexisten con factores particulares que posee cada país.
Sin tener espacio para mayores argumentos, es imposible no afirmar que la mayor parte de esas enormes cifras no fueron en beneficio de los habitantes de la región. La fuga de la plata hacia el exterior lo confirma. Quien se endeuda son los estados y los privados. Los estados mal invierten, los privados ganan con las inversiones o las envían al exterior. La deuda que es impagable significan grandes sumas de dinero y riquezas del país por conceptos de intereses. En cada período de crisis los estados y el país en su conjunto asume la deuda de los privados. Se pueden recortar todos los gatos sociales que tienen los estados, pero no se puede dejar de pagar la deuda y sus intereses. Todos están conscientes de la imposibilidad del pago total de la deuda, pero es impensable de acuerdo al funcionamiento del sistema financiero internacional, condonar la deuda, dejar de pagar lisa y llanamente basados en que se ha cancelado ya mucho más de lo pedido. El sistema financiero internacional caería en una crisis sin precedentes.
Todas las cifras y datos detalladas anteriormnente, a muchos no le son suficiente para dimensionar el drama de los que sufren las consecuencias de la actual situación. La apatía y el individualismo imperante en bastos sectores sociales, transforman estas informaciones —por muy dramáticas que sean las realidades que contengan— en meros cálculos estadísticos carentes de rostros y ajenos a seres humanos que sufren. Por otra parte el drama económico es tal, que todo lo concerniente a valores sociales y morales ajenos a la solidaridad y al humanismo que el modelo impone, es menospreciado o relativizado ante la sutileza de sus consecuencias. La competencia exacerbada con sus funestas consecuencias futuras, no son consideraciones que puedan hacer los grandes inversores y la clase política en el poder. Estos preocupados en lo extremo por la estabilidad económica y la revalorización del capital, no reparan en las consecuencias que el modelo actual trae aparejado.
Existen sectores que por alguna consideración ética , cristiana o pragmática, se percatan al menos de uno de los problemas más grave que genera el modelo: La concentración de la riqueza y el aumento de la pobreza. Promueven planes y en discursos reconocen el problema. Estas loables buenas intenciones y sus proyectos —como gotas de agua en el desierto— se estrellan contra las bases y la estructura del sistema económico y político diseñado.
En estas cifras y estadísticas están los problemas cotidianos de los millones de postergados y excluídos de la modernidad. Estas cifras y datos al menos sirven para preguntar ¿Cual es el triunfo del capitalismo en América Latina después de casi 200 años de funcionamiento como sistema?
Algunas reflexiones generales
Es innegable que la desaparición de la URSS y del sistema socialista mundial influyó en los actuales cambios, sobretodo en lo referente a la nueva correlación de fuerzas internacionales. Es imposible que el mundo fuera el mismo antes y después de la desarticulación de esta superpotencia que permitía un determinado equilibrio de fuerzas internacionales. Por cierto, posterior a este acontecimiento, las fuerzas del mercado tuvieron el escenario más inesperado para implementar sus políticas. Pero si revisamos algunos aspectos de la historia reciente, determinaremos que los orígenes de las tendencias actuales anteceden sobradamente a la desaparición del socialismo en el Este.
Esta tendencia a la supremacía del mercado y a la actual configuración en la redistribución del poder económico y militar del planeta tiene su origen en las propias contradicciones de la sociedad y la economía capitalista. No fueron los organismos internacionales los que le dieron el "vamos a los cambios", ni menos los teóricos del neoliberalismo. La sociedades capitalistas mas desarrolladas posterior a la Segunda Guerra Mundial alcanzaron determinado orden hegemonizado por los EE.UU. tanto en el terreno económico como militar. Como resultado de sus ciclos largos de acumulación del capital, y de acuerdo al desarrollo de otras potencias capitalistas (Alemania y Japón), en ese orden de la postguerra, se fueron acumulando contradicciones que dieron como resultado un profundo proceso de readecuación que se hizo evidente en la década del setenta.
Según Heraldo Muñoz Director del Programa de Seguimiento de Política Exterior Latinoamericana de la Academia de Humanismo Cristiano, los cambios de orden mundial no pueden ser simplemente acordados en una mesa de negociaciones de una conferencia cumbre entre las principales potencias, sino que, más bien, son el fruto de las presiones acumuladas sobre el orden mundial preexistente...
"¿Cuál es el orden mundial que estaría cambiando hacia uno distinto?
Esencialmente el orden mundial que predominó desde el término de la Segunda Guerra Mundial hasta comienzos de la década del setenta."
"..En otras palabras , EE.UU. en la segunda postguerra emergió como la potencia dominante a nivel mundial, e hizo prevalecer ciertos temas y asuntos de su interés en el escenario mundial en desmedro de materias de interés de otros estados, lo que determinó un cuadro de relaciones muy distinto al que tenía antes..."
..."Hacia fines de la década de los setenta también se percibía una declinación relativa del poder hegemónico de EE.UU. y del orden internacional que se había conformado en los primeros años de la segunda posguerra.
Paralelamente, se había consolidado la posición de la Unión Soviética como super potencia militar, mientras que países como Japón y China, y varios países de Europa occidental ocuparon roles de preeminencia en el escenario de poder internacional, seguidos por potencias medianas en ascenso como Brasil, Corea del Sur y otros. En resumen se evidenció a fines de la década del setenta una fuerte tensión entre orden y poder en el sistema internacional" .
El hundimiento del sistema monetario internacional liderado por lo EE.UU. nos indica la complejidad de los fenómenos y las contradicciones del capitalismo ajenas a la voluntad de gobiernos. A comienzos de los años setenta, cuando la teoría se dejaba impresionar por la amplitud de la internalización del capital, se hundía el sistema monetario internacional garantizado hasta ese entonces por el patrón dólar de los EE.UU., que sin embargo, había contribuido de manera decisiva a la mundialización, estipulando las reglas de emisión y de gestión de la moneda internacional. Este hundimiento del Sistema Monetario Internacional produjo una interrupción sin precedentes en la dinámica de internalización del capital. Luego, a comienzos de los años ochenta, la dispersión creciente del sistema internacional fue ocultada por concepciones liberales que proclamaban cada uno para si, cada nación para si misma. El hundimiento del marco institucional del sistema-mundo se confundió con las desrregulaciones y las liberalizaciones. Durante la última post guerra, la estabilidad internacional provenía de las garantías institucionales originadas en las funciones hegemónicas de los EE.UU. En el contexto actual, la inestabilidad se acrecienta porque, no existiendo ya esas garantías, las cargas de la estabilidad competen a cada uno de los países por separado.
EE.UU. no pudo mantenerse como potencia mundial que le diera un orden a las complejas relaciones económicas internacionales. Este fenómeno nace desde el interior de su propio sistema económico Para fines de la década del 70 y comienzos de la siguiente, EE.UU. ya vivía una crisis económica. La principal manifestación de esta se daba como crisis fiscal del Estado. La política del Gobierno (Reagan) se basó en la teoría de que la crisis económica, en general, y la inflación, en particular, son la consecuencia de una sobrecarga fiscal, derivada del déficit presupuestario federal, de las regulaciones gubernamentales y de las medidas de bienestar social, cuyas raíces se encuentran en una excesiva intervención gubernamental en la economía. Estas razones explican las medidas posteriores de desrregulación del mercado mas una creciente disminución del gasto fiscal sobretodo en las reducciones en seguridad social. Esta sería una apretada síntesis "neoliberal" acerca de las causas internas que llevaron a las grandes potencias a introducir profundas transformaciones en sus economías. Recordemos que los pioneros fueron EE.UU. y Gran Bretaña.
El Nuevo Orden Mundial no nace entonces posterior a la desaparición de la URSS. El Nuevo Orden ya tiene más de treinta años desde que empezó a gestarse. El nuevo orden más parece ser una readecuación del sistema capitalista a escala internacional que aún no culmina su proceso de asentamiento definitivo.
La desaparición de la URSS le dejó las "manos libres" al capital en su nueva tendencia y ni así logran solucionar los dramas de la humanidad.
El Nuevo Orden tiene de nuevo sus fórmulas y mecanismos de funcionamiento. Es innegable todo lo relacionado con la internacionalización de capital financiero, con la magnitud del comercio internacional y la creación de bloques comerciales.
La interdependencia económica es tal que cualquier incidente político, social y/o hasta climático o de desastre natural, incide con velocidad pasmosa en todas las economías nacionales. Asesinan a un candidato presidencial, se produce un terremoto, se genera un alzamiento armado en una remota región, se gesta una crisis económica puntual en un país secundario, quiebra un banco importante de un país desarrollado por obra de un corredor de bolsa con "aire juvenil", etc., etc., y todas las economías del planeta, principalmente las más dependientes como América Latina, tiemblan y son "víctimas de inexplicables efectos en cadena".
Inmediatamente saltan los ministros de economía asegurando que sus países son "sólidos", "seguros" y que esas determinadas consecuencias negativas "no responden a problemas internos".
Son explicaciones igual a las muchas incongruencias que se escuchan a diario. Ser "sólido" no significa ser capaz de resistir lo foráneo. Ser "seguro" significa estar expuesto a las más mínima inestabilidad y subjetividad de ese enigmático ente denominado "los financistas".
Eufemismo que esconde a grandes corporaciones financieras y económicas internacionales, a los políticos en el poder de los países desarrollados, a los organismos financieros internacionales.
"Inversores" y "financistas" que invierten y entregan prestamos, no con el afán de dar solución a los dramas que esconden las estadísticas señalada anteriormente, sino por la simple e imperiosa necesidad de revalorizar el capital, aumentar las ganancias.
Generalmente esta tendencia obligada del capital, es escondida bajo el argumento: "Inversiones para el desarrollo y la creación de nuevas fuentes de empleo".
Que las inversiones no especulativas generan nuevos empleos y crecimiento, es innegable, pero nada más que hay que revisar hacia donde tienden a ir los grandes capitales, y queda demostrado que no es a donde se viven los mayores dramas sociales, generalmente se dirigen hacia donde se garantice estabilidad social y seguridad que los sindicatos no presionen al capital. Se dirigen hacia donde se aseguren un alto índice de ganancias gracias a los bajos salarios. Hacia donde se garantice la repatriación de las ganancias con mínimos impuestos. Generan crecimiento y nuevos empleos, es cierto, pero muy lejos están de generar desarrollo. El desarrollo integral de la sociedad y sus habitantes no es congruente con la realidad imperante.
La única explicación posible a lo irracional de la situación actual de la economía mundial y sus funestas consecuencias, está en la absoluta anarquía del capitalismo. Anarquía y ganancia, rasgos distintivos y viejos del sistema capitalista. El nuevo modelo logra en última instancia recuperar para el capital todo el terreno perdido a manos de los trabajadores en décadas de luchas.
La supuesta disminución del papel del Estado en las economías internas, dejando al libre mercado como principal mecanismo regulador y distribuidor de la riqueza, se desmiente tras observar múltiples ejemplos cotidianos. Los estados reducen su papel en el mercado de salarios, en la fijación de precios, en el sistema financiero, pero por otra parte son los que asumen toda la carga en las crisis generadas en economías fuertemente privatizadas. Todos los procesos de ajuste que estas políticas llevan implícitos son promovidos y organizados desde el Estado. Mientras el sistema se mantiene en un precario equilibrio los grandes grupos económicos y la banca gozan usufructuando del libre mercado. Cuando tiembla el sistema, "olvidan" la incapacidad del Estado y corren pidiendo su auxilio. Los paises, el estado, con la riqueza y miseria de todos sus habitantes, "salvan" al sistema financiero y económico, restableciendo su equilibrio y asegurando su funcionamiento.
México, primer país latinoamericano incorporado al Tratado de Libre Comercio (NAFTA) que lideréa EE.UU., es el más reciente ejemplo de la intervención de los Estados en el "mercado libre". Desde comienzos de 1995 sufre las consecuencias de una profunda crisis. Los analistas, como siempre, intentan caracterizarla y buscarle sus orígenes. Todo comenzó con la devaluación del peso mexicano. ¿Porqué se devaluó el peso? Ninguna de las explicaciones podría tener asidero mientras no se reconozca el carácter profundamente anárquico que tiene el sistema de producción capitalista.
Mientras no se reconozca que la teoría del valor que nos aporta el marxismo es el único principio de explicación satisfactoria de las leyes motrices del capitalismo. Aún los monetaristas no se atreven a vaticinar las consecuencias de esta nueva crisis que, "por el efecto dominó" (eufemismo que esconde lo inexplicable), afecta a cada una de las "sólidas" economías de los países de la región.
Al momento de elaborar este trabajo, EE.UU. concedía un préstamo reunido de diversas fuentes financieras internacionales del orden de los 47.000 mil millones de dólares. EE.UU. no podía permitir que su "primer socio" latinoamericano incorporado al NAFTA sufra una recesión de magnitudes. Por cierto el préstamo se suma a la deuda externa y las condiciones para pagar el nuevo préstamo obligan a empeñar los futuros ingresos de exportaciones petroleras de un crudo que aun está bajo tierra.
La situación Mexicana nos indica que con NAFTA o sin el, los futuros países que se incorporen no estarán exentos de crisis. También se pudiera deducir que de producirse estas "inexplicables crisis", se obtendrán prestamos rápidos que obligatoriamente incrementarán hacia cifras sin destino la irracional deuda externa.
Comentario final
Simplificar el Actual Orden Mundial al manido recurso "nuevas formas de explotación del capitalismo a escala nacional y planetaria" es un reducionismo simplista que limita las posibilidades de conocerlo y encontrar soluciones optativas incluso dentro del mismo sistema, sobre todo en estos períodos donde los cambios sociales de carácter global y más radicales no se avizoran en el mediano plazo.
Las generalidades señaladas son un intento por comprender la actual situación, pretensión inicial para adentrarse en las particularidades del sistema en el propio país. Única alternativa para conocer con detalles su dinámica y funcionamiento. Tareas de primer orden para con argumentos buscar soluciones alternativas a problemas mucho mas puntuales. La carencia de proyectos globales que hoy se padece, no es limitante para encontrar remedio a problemas concretos. Los planes de combate a la pobreza, las luchas sociales de cada sector, sin llevar implícitos un cambio social general del sistema, son tareas del día junto a la investigación de las interioridades del nuevo modelo.