A todas las compañeras y compañeros de nuestro país.
A las mujeres de México y el mundo.
Sólo libre puedo amarte;
sólo libre sé que te amo.
no hay amor que sea tal
cuando se es tan sólo esclavo.
Mi vida es mi libertad,
por la que tanto he luchado:
hoy voy a ser y crecer
tal y como me he soñado.
Paulina Rivero Weber
Durante mucho tiempo, por no decir que desde siempre, hemos separado estas dos dimensiones del quehacer humano. Lo privado no “influye o determina” lo público y menos aún lo político. Sin embargo es en el espacio privado considerado como “lo no político”, en donde cotidianamente se ejercen las relaciones desiguales y de poder que amplificadas en el ámbito público se institucionalizan. Es ahí en donde se “adiestran”, los futuros hombres y mujeres que reproducirán esas estructuras contra las que todos los días lidiamos los que queremos un mundo distinto, digno y justo para todos.
Cada acción, cada expresión verbal o corporal, para nosotras, son recursos permanentes con los que enfrentamos la descalificación, el maltrato y el descrédito también cotidianos. No basta con señalar, expresar o describir la situación personal, no basta con mostrar la asimetría en la que vivimos y la intransigencia social, no bastan la barbarie y la ceguera de los que están cerca, junto a nosotras. Es necesario invertir todo nuestro esfuerzo en construir desde aquí y desde ahora esas nuevas formas de construir otro mudo, de establecer otras relaciones más equitativas y justas. Si en algo nos hemos equivocado es en creer que el mundo cambiará con el discurso combativo, con la arenga radical, tan elocuente pero tan hueca, o sólo con la lucha armada. Nos hemos equivocado y hemos sido incapaces de construir no sólo un discurso actual y real sino un hacer consecuente. A quién le sirve tanto golpe de pecho a la izquierda, tanto curarse en salud, tanto alardear de revolucionarios, democráticos, progresistas, cuando repetimos los mismos esquemas y relaciones del “enemigo” pero con signo contrario; cuando hemos sido incapaces de una autocrítica seria que ponga en la mesa de discusión las conductas y formas de vida de cada uno de nosotros, de nada valen las buenas intenciones, cuando el descrédito y la reducción de los espacios para nosotras es tan claro y, hay que decirlo, muchas veces propiciado por muchas de nosotras que confundimos este esfuerzo con la pretensión de enfrentar a los varones sólo para demostrarles que somos mejores, más disciplinadas, más comprometidas.
La desigualdad real no puede encubrirse ni ocultarse, sin embargo muchos preferimos no verla y menos aún cuestionarla pues tendríamos que cuestionarnos a nosotros mismos y eso, eso, es el principio de la verdadera transformación. Qué se mueve cuando nos cuestionamos a nosotros mismos, qué tememos, qué perdemos, sobretodo qué perdemos, entonces es mejor no movernos, podemos escribir magníficos discursos sobre el cambio y la transformación pero sólo para los que oyen o leen pero no para nosotros mismos.
Este 8 de marzo no repetiremos la historia de su origen o de las luchas femeninas o de género, este 8 de marzo nos comprometemos a actuar como pensamos y a continuar construyendo desde donde estamos nuevas relaciones que transformen desde dentro el mundo en el que vivimos para construir uno distinto y mejor.
ESTRUCTURA DE LA MUJER
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA-EJÉRCITO DEL PUEBLO.
¡¡DESPIERTA PROLETARIO!!
¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!
¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!
¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!