¡¡¡Lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella!!!
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.
El alazán de Zapata relincha preparándose para nuevas batallas.
La crisis económica actual beneficia a los poderosos de siempre, es una oportunidad para que los más acaudalados, los enlistados en Forbes, los que especulan, monopolizan y saquean, continúen siendo favorecidos por los gobiernos en turno. Una muestra es la línea de crédito por 47 mil millones de dólares, solicitados por el gobierno espurio, que servirán para salvar a banqueros y grandes empresarios; deuda, que desde luego será endosada al pueblo con nuevos fobaproas.
A los poderosos, la crisis les permite depredar aún más nuestros recursos naturales, con el pretexto de la creación de empleos nos despojan de tierras, bosques, aguas, petróleo. Los pueblos originarios, pierden hasta el derecho a preservar sus semillas ante el monopolio de los transgénicos y los agrotóxicos. El único que manda es el dios dinero, el capital.
La política neoliberal, implementada durante estas tres décadas por los gobiernos priistas y panistas es de absoluto abandono al campo. Ya que sin recursos económicos básicos para la producción agrícola, los jornaleros se ven obligados a emigrar hacia Estados Unidos y otras ciudades. Es decir, el capital nos ha desalojado y se ha apropiado de nuestras tierras, nos ha mandado a ciudades extrañas en las que siempre seremos los marginados y nuestras tierras ancestrales han quedado abandonadas.
Hoy, ante la crisis global producto de la especulación, miles de trabajadores mexicanos migrantes, se han quedado sin empleo y son objeto de recrudecidas actitudes xenofóbicas, situación que los obliga a regresar a su tierra donde las deplorables condiciones de vida los enfrenta también a un futuro incierto, sin empleo o con salarios de hambre, mientras tanto, los escasos recursos destinados al campo siguen siendo acaparados por desgobernadores, lideres corruptos, caciques, presidentes municipales, pripanperredistas, que con esta forma sucia de ejercer la política han asegurado hasta ahora sus cotos de poder.
La voracidad del neoliberalismo impulsa el despojo de las tierras ejidales, la tala de árboles y la deforestación, el acaparamiento de las aguas por las empresas trasnacionales, las expropiaciones de las tierras para la construcción de hoteles, tiendas de autoservicio, para la gran industria, o la construcción de autopistas, etc., permitiendo por un lado el fortalecimiento de la infraestructura capitalista y por el otro, el empobrecimiento de la vida y de las condiciones de existencia de los pueblos.
El campo mexicano ha recibido por parte del Estado mafioso, la represión sistemática acrecentándose la militarización y el hostigamiento a las comunidades campesinas en donde la organización es más evidente, baste para muestra la represión contra la lucha del Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra (FPDT), la lucha que libran los campesinos en Guerrero, Morelos, Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Zacatecas entre otros.
Para acallar la voz del pueblo, el estado mexicano silencia las voces de las radiodifusoras comunitarias en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, la Huasteca, amenazan, encarcelan y asesinan, se acrecienta la represión selectiva contra luchadores sociales, es decir, se criminalizan las luchas.
Sólo un año nos separa del centenario del levantamiento de Zapata al frente del Ejército Libertador del Sur (ELS) y no se han resuelto, ni resolverán en el corto plazo las demandas enarboladas en la revolución de 1910. Hoy son las mismas.
Para nosotros, los mexicanos de abajo, es el momento de organizarnos y luchar por preservar nuestra nación, tierras y aguas. Por forjarnos un presente y un futuro dignos.
Todo pareciera indicar que es la hora de ellos, pero no, es la nuestra. Es la hora de prepararnos para la defensa constante de lo que nos pertenece y la recuperación de lo que nos han quitado.
En la Constitución, quedaron plasmados los derechos a la salud, educación, empleo, vivienda digna, garantías individuales, igualdad de todos los mexicanos ante la ley, y luego, a través del tiempo, reforma tras reforma, la fueron cercenando, violentando su esencia, a modo tal que hoy defiende prioritariamente los intereses de la clase en el poder.
Es la hora de alzar la voz, de apretar más el puño, de apresurar el paso, de recordar, que a los presos de conciencia, como Ignacio del Valle, Gloria Arenas y Jacobo Silva, por mencionar a algunos, solo los puede liberar la lucha del pueblo.
¿Podemos creer que sólo por medio de elecciones, leyes y discusiones en el Congreso vamos a obligar a los ricos a no ser tan injustos y avorazados?
¿Podemos creer que la falsa izquierda, modosita, amaestrada y experta en componendas para hacer como que lucha, garantiza la defensa de los intereses populares?
Es hora de recurrir a todas las formas de lucha. El México que queremos no nos lo van a dar los saqueadores y sus cómplices. ¡Lo estamos construyendo nosotros, los de abajo!
Por eso, este 10 de abril, no sólo vamos a gritar vivas, ni a guardar minutos de silencio, por la muerte del General Emiliano Zapata, ni a señalar la dimensión de su victoria moral, dirigiremos nuestra voluntad a continuar e intensificar la lucha diaria. Nuestro brío no es el único ni el mejor, pero sumado al de otros, quiere crecer y coadyuvar a construir la patria solidaria y democrática, que soñamos los excluidos. Es el turno de los siempre despojados, humillados y violentados, es el turno del pueblo. La decisión de muchos empuja la nave de la historia hacia mejores horizontes.
¡POR LA UNIDAD DEL PUEBLO, LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA!
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MRLCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente 1º de Mayo
OI-1M
Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre
BA-2D
Unidad Popular Revolucionaria Magonista
UPRM