Pleno del Comité Central del Partido Comunista de El Salvador
Agosto de 1972
Para examinar la situación de este momento y orientarnos correctamente, es necesario que tengamos en cuenta al menos los aspectos más importantes del proceso general que está en desarrollo en nuestro país desde los meses finales de 1970, en los cuales llegó a su término lo que todavía a principios de ese mismo año (elecciones del 8 de marzo) parecía una consolidación duradera del gobierno militar tradicional, conseguida en base de la guerra contra Honduras.
He aquí los aspectos más importantes de ese proceso general:
1. Desde finales de 1970 nuestro país ha entrado en un periodo de grandes conmociones que configuran una crisis política en la cual llegó a peligrar gravemente la estabilidad del tradicional régimen militar derechista. He aquí una somera reseña:
-Ruptura de 1a unidad en los mandos superiores de la Fuerza Armada que condujo a la destitución y posterior captura de Medrano y el caso Regalado (diciembre-febrero 1970);
-Segunda huelga de ANDES (julio-agosto 1971);
-Campaña electoral de la U. N.0. (octubre 71-marzo 1972);
-Alzamiento militar fallido (25 de marzo 1972 )
-Ocupación Militar de la Universidad, destitución y captura de sus autoridades, abolición de su autonomía (19 de julio 1972)
Si se observa bien esta secuencia, se vera que la ocupación de la Universidad constituye un esfuerzo del régimen por realizar una contra-ofensiva, después de año y medio de conflictos intestinos y ofensiva popular.
2. En el trasfondo de esta crítica situación política se encuentra una economía nacional fuertemente deteriorada y un modelo de desarrollo atascado. Existe en marcha una crisis económica coyuntural (del momento) y también una crisis estructural, más profunda, que es permanente. A continuación los hechos más sobresalientes que revelan la existencia de esta doble crisis:
-Crecimiento de la desocupación: a fines de 1970 se había llegado a los 100 mil desocupados, entre ellos unos 35 mil trabajadores de la construcción;
-Incremento del proceso inflacionario: el costo de la vida aumentó en un 14% entre 1967 y 1971, mientras que solamente un 2% entre 1961 y 1966;
-Fuerte reducción de las inversiones privadas y públicas en los últimos cinco años: 361 millones en 1966, 302 millones en l970, después de haber descendido a 255 millones en 1968;
-Reducción drástica de la tasa de crecimiento del Producto Territorial Bruto: de un promedio anual de 7.8, entre 1962 y l966, a uno de 4.7% entre 1967 y 1971, mientras la población creció durante decenio a un promedio anual del 3.5Z;
-Caída de la tasa de crecimiento industrial, de un promedio del 11% (1961-66) al 4% (1967-71)
3.- Crisis del modelo de desarrollo. No hay duda de que esta en franca crisis el modelo de desarrollo en que ha venido enmarcado el país desde finales de la década de los años cincuenta. En lo fundamental ese modelo ha consistido en lo siguiente:
a) Impulso a una industrialización liviana para sustituir importaciones, dominada progresivamente por los consorcios imperialistas y a base de plantas dedicadas a. la terminación de productos semi-elaborados extranjeros
b) Mercado Común Centroamericano, al servicio de esa industrialización;
c) Inversiones públicas en la llamada “infra-estructura” (carreteras, muelles, red telefónica, acueductos, producción de energía eléctrica, educación técnica, etc.,) con un financiamiento basado en los prestamos norteamericanos
( inversión indirecta del capital imperialista).
Para este modelo no se incluían, ni se consideraban necesarias, reformas a la estructura económica atrasada, propia de país agrario. La creación y el desarrollo del Mercado Común Centroamericano se consideraba suficiente punto de apoyo y de estimulo para esta industrialización sustitutiva de importaciones, con las características ya dichas y, por lo contrario, se vela en el Mercomún la puerta de escape a la necesidad de. realizar cambios estructurales. Bien podemos caracterizar este modelo de desarrollo, como propio del proceso de expansión del capitalismo dentro del esquema moderno de la dependencia, cuyo énfasis está puesto en la industrialización y la integración regional bajo la hegemonía de los monopolios internacionales yanquis.
Pero este modelo se ha agotado , se encuentra atascado, choca con una estructura arcaica aún para el capitalismo que no ha sido modificado. El desmoronamiento progresivo del Mercado Común Centroamericano, el estancamiento del crecimiento industrial, la caída de la tasa de crecimiento del Producto Territorial Bruto, son los aspectos mas sobresalientes de esa crisis del modelo.
4. Frente al agotamiento de este modelo de desarrollo, el imperialismo yanqui y un importante sector de la burguesía grande y mediana de nuestro país, pugna, por introducirle variantes para inducir una. segunda fase del proceso de la dependencia moderna la cual vendría a ser una tercera etapa del desenvolvimiento de El Salvador por la vía del capitalismo dependiente *. Pero las variantes solo son posibles ya a condición de realizar ciertas reformas, principalmente en la estructura agraria, las cuales debilitarían la importancia de los terratenientes en la vida social y disminuirían drásticamente su influencia en el poder del Estado; al mismo tiempo que reforzarían la hegemonía del imperialismo yanqui sobre el aparato estatal y sobre todo la vida nacional y acentuarían relativamente el papel de ciertos sectores de la gran burguesía local, por cierto. no exentos del todo de contradicciones con el imperialismo. Estos sectores de la burguesía pasan a ser los principales aliados del imperialismo, para esta nueva fase que se proponen llevar adelante.
(* La primera fase fue la del capitalismo agro-exportador (añil, café, algodón, azúcar); la segunda, la de la industrialización para, “sustituir importaciones” y el Mercado Común Centroamericano.)
Se comprende que el solo planteamiento de la posibilidad de las mencionadas variantes en el modelo de desarrollo, trajera el aparecimiento y la agudización de contradicciones entre las ciases dominantes, que nosotros ya hemos estudiado y cuyas manifestaciones políticas hemos observado en la reciente campaña electoral presidencial.
Se comprende también que esas contradicciones sufrirán un empeoramiento si las aludidas reformas entraran a ser legisladas y-, más aún, si llegaran a aplicarse.
Sánchez Hernández, en un momento en que todavía no se atascaba tan gravemente el modelo desarrollista, llegó a la presidencia de la Republica comprometido con un plan de reformas, pero la tenaz resistencia que ellas despertaron de parte de fuertes sectores de la gran burguesía (es decir de la oligarquía) le impuso la renuncia a todo lo fundamental y decisivo del mencionado plan. Apenas se atrevió a una menguada Ley de Riego y Avenamiento. y a una tímida “Ley de Bancos’. Molina, que ha asumido la jefatura del gobierno en las condiciones ya avanzadas de la crisis del modelos también llega comprometido con un concreto plan. reformista avalado por Washington. Pareciera que la crítica situación hace tan necesarias y urgentes esas reformas para salvar al capital dependiente y asegurarle una nueva etapa de expansión, que esta vez el plan va en serio; pero no debemos subestimar la capacidad de resistir que poseen los sectores no alineados de la oligarquía, que han luchado y luchan por no ceder ninguno de sus privilegios. La conclusi6n que de esto surge es la de que aunque solo sea por este motivo, la crisis política seguirá presente, lo cual abre perspectivas de lucha contra un enemigo no cohesionado completamente en todas sus filas.
5. La crisis estructural y coyuntural., lo mismo que los aciertos tácticos de algunos sectores revolucionarios y de otras fuerzas, facilitaron un extraordinario auge de la lucha de masas que fue remontándose hasta agruparse en las elecciones pasadas alrededor de la UNO, en busca de la instalación de un gobierno democrático (de ‘transición’), con un programa de cambios básicamente anti-imperialista y anti.-oligárquico , que abriera el camino hacia la profunda revolución anti-imperialista y agraria que nuestro país necesita.
Ese inmenso auge popular comenzó a entrar en reflujo el frustrarse la huelga general política de fines de febrero (1972) y se paralizo bruscamente a raíz del fracasado alzamiento militar del 25 de marzo. Ahora estamos todavía inmersos en el reflujo y ésta es sin duda una de las condiciones que el gobierno aprovechó para asestar su golpe contra la Universidad.
Con la ocupación de la Universidad el gobierno ha conseguido tomar en sus manos la iniciativa y colocar el hecho en el centro de la situación actual. Ha conseguido asimismo ganar simpatías entre un numeroso sector acomodado de las capas medias, cohesionar en torno suyo a la parte más represiva de los militares (los “gorilas”) atraerse el apoyo de una parte de los grupos oligárquicos que le han sido desafectos. Otra parte de estos grupos mira con desconfianza la medida, pues temen que la consolidación del gobierno le estimule a golpearlos con su programa de reformas. El gobierno trata así de forzar la marcha hacia la salida de la crisis política, pero ya henos visto que ella tiene profundas causas económicas y, por consiguiente, su salida no puede encontrarse recurriendo sólo a maniobras de tipo político y por ello la expectación general continúa centrada en las anunciadas y reiteradamente prometidas reformas, a las cuales hacen resistencia buena parte de aquellos que ahora aplauden a Molina por haber enviado la tropa a los predios de la Ciudad Universitaria.
Por otra parte, si bien es cierto que el estado de animo (emotivo) de las masas se ha vuelto frío, también es una realidad palpable que ellas mantienen una actitud opositora (racional) hacia este gobierno, repudian sus métodos represivos y condenan su origen fraudulento. A las grandes masas trabajadoras y las capas medias inferiores no podrá atraérselas el gobierno con maniobras represivas, como la que ha efectuado contra la Universidad; para este fin necesita hacerles ciertas concesiones econ6micas y sociales, y además confundirlas... acerca de la naturaleza, verdaderas intenciones y alcances de tales concesiones. Se tiene noticias de que el gobierno prepara algunas leyes de su repertorio reformista para lanzarlas pronto, con lo cual dará comienzo una disputa por las masas, que nos plantea tareas políticas de enorme trascendencia, a las que referiremos más adelante.
Tres fases de la presente crisis política
Primera fase:
Desde la destitución de Medrano de la Guardia Nacional en diciembre de 1970 (con lo cual empezaron a salir a la superficie las contradicciones dentro de las clases dominantes y dentro del Ejercito), hasta el comienzo de la huelga de ANDES (7 de julio de 197l).
En esta primera fase, el factor inmediato que más impulsaba el avance de la crisis política eran esas contradicciones entre las clases dominantes. Las masas permanecían bastante frías y ocho meses atrás le hablan dado un fuerte respaldo electoral al gobierno (8 de marzo de 1970).
Segunda Fase:
Desde el inicio de la huelga de ANDES hasta el alzamiento militar del 25 de marzo de 1972.
En esta segunda fase de la crisis política su centro motor lo fue la creciente y amplia lucha de masas. Las contradicciones entre las clases dominantes continuaron presentes, se perfilaron con más claridad e incluso se agudizaron, pero pasaron a jugar un papel secundario.
Las contradicciones en el Ejército se volvieron muy activas hacia el final de esta fase y pasaron después con el alzamiento del 25 de marzo, a ocupar el primer plano.
Tercera fase:
En la cual nos encontramos desde el 25 de marzo.
Como ya dijimos, la lucha de masas sufrió una súbita paralización.
Las contradicciones entre los militares, que reflejan las contradicciones entre las clases dominantes y también las contradicciones entre pueblo y gobierno pasaron a ser el factor determinante y más activo de la crisis política, hasta la toma de posesión de Molina (1ro. de julio).Pero esas contradicciones en el Ejército, faltando la presión de la lucha de masas, entraron en un proceso de atenuación; una parte de los conspiradores negoció con Molina la llegada a la Presidencia a cambio de importantes puestos de mando y otras regalías. Otros se mantienen dentro de una expectativa, sin renunciar del todo a sus proyectos conspirativos.
En relación con la ocupación militar de la Universidad, han comenzado a producirse ciertos síntomas que indican que el reflujo popular está llegando a su fin y que dará comienzo una nueva ola ascendente, la cual habrá de desarrollarse en las complejas condiciones de la disputa por las masas que hemos dejado apuntadas.
En el bajón del estado de ánimo de las masas jugó un papel muy importante la frustración del impetuoso movimiento electoral, ante la incapacidad de las fuerzas opositoras y de las fuerzas revolucionarias, principalmente, para organizar la defensa eficaz del triunfo logrado en las elecciones presidenciales.
La pequeña dimensión de nuestro Partido, en particular su débil raigambre orgánica en la clase obrera, además de ciertas deficiencias de su Dirección para apreciar correctamente el grado de madurez de las condiciones favorables a la huelga general política, fueron las causas más influyentes que impidieron a ésta alcanzar la dimensión y la firmeza iniciales, que eran indispensables para poner en marcha el desarrollo progresivo de la misma.
A su vez, el bajón en el estado de animo de las masas ha interferido negativamente en las posibilidades de desarrollo del movimiento, menguado al aprovechamiento del trabajo electoral para su crecimiento. Lo que en este sentido se hace obedece a esfuerzos disparejos y adolece, además de una falta de planificación. No obstante, nuestro Partido ha podido impulsar tareas organizativas de masas (se destacan los valiosos progresos en el campo), llamadas a tener importante influencia en el proceso político de los meses próximos. Pese a todas las dificultades, al crecimiento del movimiento revolucionario podrá alcanzar un ritmo mayor si logramos:
-Imprimir alta combatividad a todo nuestro trabajo;
- Despojarnos de la fuerte dosis de sectarismo que aún llevamos a cuestas;
- Superar nuestros actuales métodos de reclutamiento.
Nuestra baja combatividad no inspira a las masas a seguirnos ni motiva en sus mejores hijos la aspiración a incorporarse a nuestras filas. El sectarismo ahuyenta de nosotros a lo mejor de la clase se obrera y de todo el pueblo y nos lleva a innecesarios conflictos con nuestros aliados, por motivos que en realidad no son de principios.
II
De acuerdo a las informaciones de que disponemos el plan para la política económico-social del gobierno de Molina fue elaborado en su totalidad por una Misión-Técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID ), que trabaja en nuestro país desde octubre de 1971. Para ese plan el BID ha ofrecido amplias facilidades de financiamiento: El Salvador ha sido clasificado como “país C” por el Banco, lo cual significa que podrá contar con cierta prioridad en el otorgamiento de préstamos y gozar de largos plazos y bajos intereses.
El plan formulado por la Misión del BID fue negociado por Molina con un fuerte sector de le oligarquía , que lo aceptó con limitaciones y condiciones. El gabinete de Molina fue integrado con elementos que representan las pretensiones reformistas del imperialismo, a través del BID, y con elementos que representan el mencionado sector de la oligarquía, los cuales han sido encargados de velar por las condiciones y limitaciones pactadas.
El plan contempla medidas para enfrentar las dificultades económicas coyunturales (el desempleo principalmente) y otras encaminadas a aliviar algunos problemas estructurales , con el fin de hacer más expedito el desarrollo del país por la vía del capitalismo y de reforzar su dependencia del imperialismo yanqui.
Pasamos a presentar los aspectos principales del plan que elaboró la Misión del BID, el cual se ha convertido en el plan oficial de la nación para 1973-77, patrocinado por CONAPLAN:
1. Entre las medidas destinadas a causar efectos coyunturales, se destacan la que siguen:
i- Un programa de obras públicas para absorber una parte del desempleo. En este programa se destacan la construcción de la presa del Cerrón Grande, una fuerte inversión en carreteras, la posible construcción de un nuevo aeropuerto internacional en Comalapa y numerosas pequeñas obras de importancia local.
ii- Esfuerzos (bastante maltratados por cierto), para alcanzar un acuerdo pronto de normalización de las relaciones con Honduras, destinado a facilitar la reconstrucción del Mercado Común, al cual se le concede gran importancia para mejorar la coyuntura, aún cuando ya no se le asigna un papel primordial en lo planes perspectivos del desarrollo industrial, se le concede, en cambio, gran importancia para mejorar la coyuntura.
La Misión del BID, al parecer, confió más de la cuenta en las negociaciones pacificadoras de Béneke y no previó las nuevas dificultades que han seguido con Costa Rica.
iii- Confianza en que mejoraran los precios para las exportaciones agrícolas tradicionales (café, algodón, azúcar). Hay que reconocer que tales expectativas han resultado favorablemente satisfechas por el aumento de precio
del café y la posibilidad de colocar en su totalidad los excedentes actuales y las cosechas futuras (al menos durante 2ª 3 años),a causa de que las heladas de este año han castigado con severidad los cafetales de Brasil.
2.Las medidas destinadas a causar modificaciones estructurales tienen como objetivo central dar origen a una variante del modelo de desarrollo capitalista dependiente. La columna vertebral de esa variante consiste en producir una “nueva fase” dinámica de industrialización.
La industrialización habida en la década de los 60 estuvo basada en el Mercado Común Centroamericano, el cual ha agotado sus posibilidades: por eso, esta nueva fase de la industrialización se proyecta sobre el mercado capitalista mundial y sobre un mercado interno al que se procurará hacer relativamente más rico.
La industria establecida en los años 60 tendía a sustituir importaciones de El Salvador y Centroamérica, la que se proyecta es una industria para la exportación fuera de Centroamérica.
Se considera, además, como otra variante de importancia del modelo, hacer que el papel del Estado no se limite como hasta ahora, a invertir en la infra-estructura (carreteras, acueductos, electricidad , muelles, teléfonos, educación, etc.,) sino que participe de modo directo, como empresaria, en algunas actividades bancarias y comerciales; todo ello orientado a favorecer y servir al proyecto central; “la nueva fase de industrialización dinámica.”
Las más importantes medidas concretas de tipo estructural serian las siguientes:
i- Una reforma agraria para incrementar el poder de compra del mercado interno. Esta pendiente la decisión que escoger entre tres esquemas alternativos de. reforma agraria que se tienen en consideración:
-limitar en todo el país la propiedad privada de la tierra a unas 200 o 300 hectáreas;
- limitar la propiedad privada solo en las tierras baldías o debajo rendimiento; dejando por fuera las tierras del café, algodón, caña y otros.
-Hacer “zonas de demostración de reforma agraria” , con el propósito principal de inducir a los terratenientes de otras zonas a realizar la parcelación privada de sus haciendas.
ii- Nacionalizar el negocio de exportación de café, algodón, azúcar y otros productos agrícolas, con el fin de canalizar las ganancias hacia el financiamiento de la industrialización, forzando de esta manera a la agricultura a prestarle cooperación a la “nueva fase dinámica.”
Debe hacerse notar que el proyecto de nacionalizar la exportación de productos tradicionales es claramente un punto de conflictos con el mismo sector de la gran burguesía que ha pactado su apoyo al gobierno, ya que en dicho sector se cuenta a los grandes exportadores de café (De Sola, Dueñas, Regalado, Meza Ayau, Liebes, etc.,)
iii- Reunir las instituciones financieras que ahora posee el Estado, en una sola institución poderosa, que no se limite a manejar el dinero proveniente de los préstamos del exterior, corro ahora lo hacen, (INSAFI , ABC, etc.,), sino que asuma funciones bancarias, captando ahorros y depósitos del público, en competencia con la banca privada.
El objeto de esta medida es modificar la resistente estructura tradicional del crédito, mayoritariamente al servicio de la agricultura de exportación, a la exportación misma de sus productos y a la importación y comercio interno de ella derivados, en detrimento del sector industrial. El poderoso banco estatal que se proyecta, destinarla la casi totalidad de su crédito, a dar apoyo a la “nueva fase dinámica de industrialización.
iv- Aplicar proyectos cono el de las “zonas industriales francas” y otros, destinados a proporcionar estímulos para la inversión de capitales en la industria de exportación.
Debe recordarse que la legislatura anterior aprobó dos leyes que favorecen estos propósitos: la Ley de Industrias de Exportación y la Ley de Pesca de Altura y Gran Altura.
v- Fortalecer el movimiento sindical “democrático”, con el supuesto fin de favorecer un nivel más alto de salarios, que ayuden a enriquecer el mercado interno, pero también con la finalidad de someter a los sindicatos bajo control para que no se salgan de la orientación oficial.
Se estuvo hablando de que, con los mismos propósitos, se permitiría la sindicalización de los trabajadores del campo, pero la discusión y aprobación del Código de Trabajo se encargó de mostrar las limitaciones a que están sometidas los proyectos de esta clase en gobiernos cono el actual, amarrados por mil vínculos y compromisos con los terratenientes que están presentes en la dirigencia del Partido oficial, en la Asamblea Legislativa, en las Fuerzas Amadas, etc. La forma en que fue manejado el problema de la sindicalización de los trabajadores del campo, puede dar la pauta de lo que será la reforma agraria que ha prometido el gobierno.
vi- Con finalidades similares respecto al mercado interno y como una medida demagógica para atraerse la simpatía de las masas trabajadoras de las ciudades y campos, se tiene en mente elevar un poco los salarios mínimos.
Todo este programa esta impregnado de la idea de atraer al país abundante capital extranjero, tanto en al inversión directa como en la indirecta ( préstamos) propiciando así un mayor dominio del capital imperialista, especialmente norteamericano, sobre la industria y sobre el Estado.
La esencia de este plan, es en una palabra, el neocolonialismo.
Por otra parte, se trata de un programa reformista que en realidad es moderado en cuanto a la envergadura de su medidas. Con la excepción de la reforma agraria, esas medidas no son, propiamente hablando, reformas. sino simples reguladores de política económica que están dentro de los marcos de una concepción burguesa moderada, la cual favorece un papel interventor del estado en la economía.
Sin embargo, pese a su modestia, esta medidas son capaces de promover, en El Salvador, agitados conflictos entre las clases dominantes. Nosotros tampoco debemos de subestimar las posibilidades de este plan para producir una reanimación de la economía, elevar el nivel de empleo y, sobre todo, para confundir a las masas.
No entraremos por ahora, a un análisis en detalle y de mayor profundidad de este plan.
III
Es necesario que tornemos la más clara conciencia de que el asalto a Universidad forma parte de una escalada hacia el entronizamiento de una tiranía fascista, para la cual existen planes que maneja la alta jefatura militar, que es la que en realidad toma las mas importantes decisiones en el gobierno actual.
La tendencia hacia el fascismo surge de la desesperada situación deterioro en que se ha visto colocado el tradicional régimen militar derechista, por sucesivos flujos de la lucha popular, que han sido cada vez más poderosos, la guerra contra Honduras, como sabemos, le permitió al régimen un alivio de la presión popular y le proporcionó el espejismo de una consolidación duradera, que pronto fue roto por un flujo todavía más potente, el de 1971 y comienzos de 1972. Este último empuje popular condujo a la división en el ejército y al alzamiento fallido del 25 de marzo. Así el régimen militar derechista ha sentido estremecerse el suelo bajo sus pies y ha encarado el peligro cierto de su desmoronamiento
- ¿Cómo anticiparse a un nuevo auge de la lucha popular, que puede ser más desastroso e incluso mortal para el régimen? Esta es la interrogante que se abrió para la estrategia enemiga.
Tres respuestas eran posibles para atajar el peligro:
a) Un programa reformista;
b) Un vasto plan represivo;
c) Una combinación de ambos: una mezcla de garrote y reformas.
Esta última parece ser la fórmula que ha sido adoptada. Su objetivo político central es disputarle las masas al movimiento que nuestro Partido y las demás fuerzas democráticas encabezamos. El enemigo pretende ganarse a las masas sobornándolas con migajas y, al mismo tiempo, aplicar selectivamente la represión contra el Partido, sus aliados y demás sectores progresistas, para debilitarlos o destruir su capacidad de dirección y su eficacia para organizar y orientar al pueblo.
Una línea basada únicamente en la represión, aislaría todavía más al régimen y forzaría el paso a las formas superiores de la lucha popular. Por lo demás, de las reformas no puede prescindir porque ellas han llegado a ser indispensables para la expansión del capitalismo.
Esta combinación del garrote con las reformas burguesas pro-imperialistas debemos estar claros, tiene un nombre: fascismo.
El fascismo trata siempre de ganarse a las masas, de atraerlas a dar apoyo a su po1tica y a su persecución anti-comunista, El fascismo siempre llega envuelto por la demagogia, se atribuye incluso calificativos “radicales.”En Alemania los fascistas encabezados por Hitler se hicieron llamar “nacional-socia1istas”.
El fascismo llega siempre exacerbando el chovinismo, rechazando toda doctrina que no sea nacional, bautiza sus planes como ‘auténticamente nacionalistas (“salvadoreños”) y levanta como como su bandera ideológica máxima el anti-comunismo.
El fascismo exalta el militarismo y trata de impregnar con los procedimientos militares todas las actividades de la vida nacional: militariza las escuelas, militariza su partido político, haciendo de él una especie destacamento de cheque, al tiempo que eleva el papel de la policía y demás cuerpos represivos y aplica la solución militar a todo conflicto social, militarizando empresas en huelga, disolviendo “manu militari” concentraciones y manifestaciones, etc.
Los fascistas cuidan de dar a sus actos –al menos al comienzo-una apariencia legal, ya sea forzando mañosamente la aplicación de las leyes existentes o dictando leyes apropiadas para sus fines y procedimientos.
Los fascistas se esfuerzan por convertir las organizaciones de masas, en especial los sindicatos, en dóciles apéndices del gobierno. Con ese fin procuran destruir la influencia do los comunistas y de otras tendencias progresistas en los sindicatos y demás organizaciones de masas, procediendo a la persecución de tales elementos e incluso disolviendo aquellas organizaciones en las que resulta muy difícil erradicar nuestra influencia.
Con el asalto de la Universidad hubo procedimientos nuevos que dan la pauta del estilo que se propone seguir este gobierno y son un indicio los planes anti-democrático que tiene en mente. Se pusieron en práctica acciones combinadas de los tres Poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y de los medios de publicidad, bajo la dirección de un plan militar y de una jefatura militar.
Está en poder de la Asamblea un proyecto de nuevo Código de Procedimientos Penales y se prepara un proyecto do nuevo Código Penal, en los cuales se instituyen ciertas figuras delictivas que tienen clara dedicatoria contra el movimiento popular, y se hace más difícil la defensa de los acusados por tales delitos.
Entro tanto la absoluta docilidad del Poder Judicial ha quedado firmemente establecida por la actuación do la Corte Suprema de Justicia en el caso de la Universidad y por otros hechos recientes, como la sustitución del Juez Militar por haber dictado un resolución favorable a los acusados del 25 de marzo en el juicio que se les sigue. Ya antes había hecho lo mismo la Corte en el caso de Regalado. Prácticamente no hay tribunal ni autoridad ante quien recurrir en demanda de garantías frente a la represión.
Se sabe, por otra parte, que la alta jefatura militar tiene en estudio una reforma de la Constitución Política y de otras leyes, encaminada a restringir más los derechos y libertades, a imponer nuevas cortapisas al procedimiento electoral y a los partidos opositores, a restringir todavía más la autonomía municipal, etc.
Se ha procedido a reorganizar al PCN para que pueda cumplir tareas de propaganda demagógica y de fuerza de choque. Al mismo tiempo se está dando fuerte impulso y gran relevancia a la ORDEN, en cuyas manos se están poniendo tareas represivas cada vez mayores. Se ha designado a las bases de la ORDEN la misión de convertirse en los poderes organizados permanentes del PCN, entre ambos organismos se producirá en la práctica una fusión.
Todo indica pues, que no debemos subestimar ni en lo mínimo el peligro fascista. Sin embargo, no debemos tampoco sobreestimarlo. No debemos partir de que ya se ha entronizado una tiranía fascista, sino que debemos ser realistas, y entender que está en marcha el plan de fascistización, pero no ha logrado todavía entronizarse.
Una descuidada caracterización de éste gobierno de una vez como tiranía fascista, podría hacernos perder la perspectiva de la lucha, llevarnos a exagerar el papel de la lucha clandestina en la actualidad, y a abandonar y debilitar el amplio trabajo abierto y llevar confusión y fatalismo a las masas.
Para no sobreestimar el peligro del fascismo debemos tener en cuenta que su llegada no supera las contradicciones dentro de las clases dominantes, ni dentro del ejército y que, mucho menos, supera las contradicciones entre el pueblo y sus explotadores y opresores. La fascistización trae consigo, además, nuevas contradicciones. El mismo hecho que intente combinar represión con reformas lleva en sí una contradicción:
el recrudecimiento de la represión fortalece las tendencias conservadoras y debilita a los sectores y elementos reformistas dentro del gobierno, haciendo más superficiales las medidas que llegan a aplicarse; y, al contrario, entre más consecuentes son las reformas, más necesitan de la movilización y apoyo populares para defenderlas y consolidarlas contra la resistencia de los sectores recalcitrantes, lo cual entre en conflicto con las acciones represivas.
No debemos olvidar que el proceso de fascistización que se esta intentando no ocurre en un país capitalista desarrollado, sino en un país dependiente en el que ha avanzado mucha la crisis de estructura y son muy agudos los problemas sociales. Esto tiende a dificultar la marcha de la fascistización , puesto que para superar los graves problemas económicos y sociales no bastan los parches de superficie. Y no es muy fácil ganar con ello la simpatía de las masas. La esencia neocolonialista del Programa de reformas estimula la contradicciones del imperialismo con una parte de las clases explotadoras internas y provoca el desarrollo de tendencias patrióticas en el ejército.
Contamos con dos factores especialmente favorables para enfrentar el plan de fascistización:
-La muy difundida actitud opositora de las masas hacia este gobierno
- El adelantado trabajo de frente único en el terreno político.
Contamos también con factores desfavorables:
- La debilidad de nuestro P, y su baja combatividad actual;
- La división del movimiento sindical, la avanzada influencia del economismo en los niveles dirigentes del sector sindical que hemos influido tradicionalmente y la lucha anti-partido que allí se nos ha declarado de parte de un grupo mediatizado por el gobierno:
- La acción anti-partido de ciertos grupos enfermos de revolucionarismo pequeño-burgués, en los cuales trabaja también la mano del gobierno y del imperialismo. Es posible que estemos en vísperas de acciones aventureras de esos grupos. Las cuáles modificarían marcadamente ciertas condiciones políticas, favoreciendo el recrudecimiento de la represión, con las consiguientes dificultades para el desarrollo de la lucha de masas abierta.
- El frío estado de animo de las masas.
IV
Es evidente que el gobierno aprovecharía ciertas condiciones favorables a sus acciones que se crearon dentro de la Universidad en las semanas previas al asalto de la misma.
El problema con la Facultad de Medicina fue el punto crítico que permitió una importante división del estudiantado y la formación de un fuerte grupo de autoridades y profesores activamente hostiles a las autoridades centrales. Su consigna de separar la Facultad de la Universidad marcó la madurez de las
condiciones apropiadas para que el gobierno, al golpear a la Universidad apareciera actuando como “obligado por el caos” y “acudiendo en auxilio de un sector de universitarios que así lo pedían”.
Pero el problema de Medicina llegó a ese punto no sólo porque el Decano y la Junta Directiva de la Facultad se lanzaron a una obstinada oposición a la política de “puertas abiertas”, -algunos de ellos de seguro en convivencia con el gobierno, sino también porque el conflicto fue progresivamente manejado mal por parte de las autoridades centrales, que se dejaron arrastrar hacia posiciones del revolucionarismo pequeño-burgués sustentado por los grupos estudiantiles dominantes. Debemos reconocer que los comunistas participamos activamente en la comisión de esos errores.
Poco tiempo antes los grupos ultra-izquierdistas habían caído en desprestigio y aislamiento, por su artificiosa campaña de las “tomas” de dependencias la Universidad y por su recalcitrante sectarismo. En la lucha contra estos métodos nuestros compañeros tuvieron una positiva participación. Sin embargo, fue una Célula de nuestro Partido la que patrocinó las “puertas abiertas” cuyo planteamiento improvisado y prematuro y el problema de Medicina, ofrecieron la oportunidad para que los mencionados grupos avanzaran, en la aplicación de su conocida táctica de “crear y ahondar artificialmente crisis sucesivas.” Según ésta tesis ultraizquierdista, las crisis fabricadas son el camino revolucionario no solo para “depurar” y “reestructurar” la Universidad, sino también para “desmoronar al gobierno.”
El hecho de que durante ese tiempo no estuvieran asistiendo en masa los estudiantes a la Universidad, ayudó también para que esos grupos le imprimieran su orientación al manejo del conflicto de Medicina.
Un aspecto muy importante en todo este problema universitario es el trabajo que el imperialismo y el gobierno, hicieron durante años dentro de la Universidad. Este trabajo se realizó principalmente en el terreno ideológico y estuvo a cargo de la CIA, mientras al gobierno le correspondían las tareas más directamente policiales. El instrumento ideológico principal que el enemigo empleó fue el anti-partidismo, llevado adelante con las banderas desplegadas del revolucionarismo pequeño burgués. Si bien es cierto que la composición pequeño-
burguesa del estudiantado es una premisa favorable para la difusión de esa ideología, también es cierto que una persistente, sistemática y firme lucha ideológica, divulgativa de marxismo-leninismo, una lucha seria por hacer prevalecer una línea general y una táctica correcta , hubiera reducido en gran medida el daño; pero las organizaciones de nuestro Partido no realizaron allí esa lucha ideológica y política.
Los efectos dañinos de este trabajo continúan favoreciendo al enemigo, aún después de la ocupación de la Universidad: la comunidad Universitaria, en especial el estudiantado, no han podido dar una respuesta adecuada al golpe asestado por el gobierno. Se alega que ello tiene explicación en el oportunismo de unos (los profesores y empleados a los que sólo les importa el sueldo ) y en el temor de otros. Pero ese análisis es superficial; en las masas siempre hay temores y elementos oportunistas y sin embargo, es posible promover sus luchas hasta los más altos grados de combatividad. El factor que más ha influido en frenar la combatividad de la comunidad universitaria es la dispersión ideológica y política, el enfrentamiento sectario que dentro de ellas se habla creado por los grupos ultra-izquierdistas, la desconfianza mutua, la falta de cohesión en torno de una línea política clara.
Todo ello ha impedido el surgimiento de una dirección única, respetada y acatada, capaz de organizar la respuesta , a la que muchos universitarios se encuentran dispuestos.
V
Se hace necesario trazar un lineamiento táctico que, teniendo en cuenta las características y condiciones de la actual situación, nos permita enfrentarnos a los planes de fascistización del gobierno y, lo que es más importante, asegurar el avance del movimiento popular hacia las metas de la. Revolución Nacional Liberadora. Agraria, Democrática y Popular.
Al elaborar nuestra táctica debemos tener muy presente que la disputa por las masas adquiere en la actual situación una relevancia central, que en esa disputa tendrá una influencia decisiva el reformismo oficial y la política de nuestras organizaciones frente a ese reformismo.
Debemos tomar en cuenta, así mismo, que la represión del gobierno en contra nuestra y de las organizaciones populares seguirá desarrollándose, no sólo por las vías de hecho tradicionales sino además por medio de la reforma de las leyes y la emisión de leyes nuevas tendientes a restringir o anular los derechos y libertades democráticas y que la lucha del gobierno contra nuestro Partido y demás organizaciones revolucionarias y democráticas no consiste únicamente en la represión, sino también en una amplia difusión de calumnias y rumores que tienden a destruir su prestigio como organizaciones y el prestigio individual de sus dirigentes y cuadros destacados.
Debemos tener claro que nuestro objetivo es frustrar y derrotar los planes fascistas del enemigo mediante una amplia, multifacética y organizada lucha de masas, que la encauce hacia las formas más desarrolladas de lucha por la libración definitiva.
NOTA: Las directrices tácticas concretas aprobadas por éste Pleno del C. C., relativas al reagrupamiento del movimiento universitario y la lucha por recuperar la autonomía de la Universidad; la lucha por avanzar hacia la unidad del movimiento obrero , el trabajo en el frente político legal y la construcción de nuestro Partido y la J.C., se acordó no incluirlos en este documento y fueron transmitidas verbalmente a los organismos intermedios y a las Células.