XIII Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina
Partido Comunista de Colombia (Marxista-Leninista)
LOS TRABAJADORES FRENTE A LA CRISIS
Congruente con la temática del Seminario, es obvio que las respuestas de los trabajadores y los pueblos frente a la crisis mundial del capitalismo pasa por advertir las verdaderas causas y manifestaciones de este fenómeno, que según los analistas contiene dimensiones mucho más profundas y devastadoras a las sufridas con la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.
Contrario a los hechos, muchos teóricos y apologistas del capitalismo no cesan en realizar esfuerzos por demostrar que la actual crisis comprende algo transitorio y que sus causas derivan de factores y elementos exógenos, extraños al modo de producción capitalista.
Encontramos también, quienes persisten en unilateralizar el análisis económico y político, dado explicaciones sugestivas que señalan que la crisis es un asunto eminentemente comercial o exclusivamente financiero. Son los teóricos que no descansan en explicar la crisis como un desequilibrio entre la producción y el consumo, o que observan la razón de la misma en razones estrictamente monetarias, o en el exceso de acumulación, o en la caída de los precios por debajo del costo de producción, o en la ausencia de proporcionalidad en el desarrollo de los factores productivos.
Es evidente que todas estas explicaciones no pueden ser satisfactorias, debido a que no profundizan en las relaciones fundamentales de producción, que están en la base misma de la vida económica del capitalismo de nuestra época, y mucho menos en las nuevas dimensiones que adquiere la relación entre estructura-superestructura con el desarrollo del capitalismo monopolista de Estado.
Frente a todas estas interpretaciones subjetivas y anticientíficas los marxistas leninistas desde una óptica diferente, examinamos el problema de la crisis, teniendo en cuenta su unidad, nexos y contradicciones internas, estableciendo sus causas verdaderas, y sobre todo, señalando soluciones objetivas que demarcan a todos los excluidos una verdadera ruta de lucha y cambio.
La vigencia del análisis marxista sobre las causas de las crisis cíclicas y de la crisis general del capitalismo.
Hace aproximadamente 150 años, Marx y Engels, asumieron esta tarea de altísima dificultad, y explicaron por qué se causan las crisis capitalistas, explicando el conocimiento de la dinámica económica capitalista a los trabajadores. Todo ello con la pretensión de responder a los trabajadores sus incesantes preguntas de ¿Por qué se causa la crisis?, y ¿de qué forma podemos solucionar todos nuestros problemas de empleo, seguridad social, bajos salarios, y en fin… demás inconvenientes sociales?, ¿Qué podemos hacer contra toda esta barbarie?
Marx y Engels resumieron la causa de la crisis del capitalismo en el Manifiesto
Comunista de la siguiente forma:
“Las crisis comerciales, además de destruir una gran parte de los productos elaborados, aniquilan una parte considerable de las fuerzas productivas existentes. En esas crisis se desata una epidemia social que a cualquiera de las épocas anteriores hubiera parecido absurda e inconcebible: la epidemia de la superproducción. La sociedad se ve retrotraída repentinamente a un estado de barbarie momentánea; se diría que una plaga de hambre o una gran guerra aniquiladora la han dejado esquilmado, sin recursos para subsistir; la industria, el comercio están a punto de perecer. ¿Y todo por qué? Porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados recursos, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no sirven ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad; son ya demasiado poderosas para servir a este régimen, que embaraza su desarrollo. Y tan pronto como logran vencer este obstáculo, siembran el desorden en la sociedad burguesa, amenazan dar al traste con el régimen burgués de la propiedad. Las condiciones sociales burguesas resultan ya demasiado angostas para abarcar la riqueza por ellas engendrada.
¿Cómo se sobrepone a las crisis la burguesía? De dos maneras: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y conquistándose nuevos mercados, a la par que procurando explotar más concienzudamente los mercados antiguos. Es decir, que remedia unas crisis preparando otras más extensas e imponentes y mutilando los medios de que dispone para precaverlas.” (El Manifiesto Comunista)
La parte anteriormente citada del Manifiesto está más vigente que nunca, a pesar de haber sido escrita en 1848. Es notable que en ella se especifique la idea del carácter inherente, de ley, de unidad y lucha, entre la crisis y el capitalismo, y que la primera sea parte del ciclo normal del último, parte indicativa de que el capital tiene sus límites y que cuando se cruzan éste amenaza con destruir todo lo construido.
Este análisis continuado por Lenin y del cual destacamos su majestuosa obra: “El imperialismo fase superior del capitalismo”, advierte que el capitalismo desarrolla las fuerzas productivas incesantemente, pero a costa de la explotación y la postración espiritual y material de la mayoría de la sociedad, lo cual crea una contradicción: la “contradicción del carácter social de la producción y la forma burguesa, privada de la apropiación”, y por otro lado, organiza la producción social de una forma espontánea, y esto podría sonar paradójico, pero la realidad es contundente, una de las principales contradicciones del capitalismo es el carácter caótico de la producción, la anarquía del mercado. De ese modo tenemos dos contradicciones, que son el lastre del capitalismo, que lo llevan tarde o temprano a la debacle económica y social, arrastrando consigo a la humanidad si antes no es superado por la revolución social.
Las dimensiones de la crisis cíclica actual
Son evidentes las grandes repercusiones de la crisis en la vida de los diferentes países del planeta, al respecto consideramos pertinente desarrollar las siguientes puntualizaciones:
1. La crisis económica es la crisis del capitalismo
Los grandes y complejos desajustes y desequilibrios económicos y financieros que observamos hoy en el marco internacional expresan de manera fehaciente lo anacrónico del sistema capitalista, su irracionalidad y agonía, en especial su incapacidad para brindar progreso y mejores niveles de existencia a millones de seres en el planeta. La estrechez de las relaciones sociales actuales del capitalismo, además de impedir la absorción de la riqueza creada apuntala mayores tasas de explotación de la humanidad.
En la época actual, la época del imperialismo, la crisis es de carácter general, abarca a todos los aspectos del capitalismo como sistema social. Los hechos internacionales que a diario se suscitan muestran la decadencia de la economía, la política y la ideología burguesa. En la estructura y superestructura se advierte la crisis y agonía del capitalismo. Por ello, la actual crisis económica forma parte y está en la base de la crisis general del capitalismo.
2. Los datos aseguran que la crisis se profundiza (1)
Durante los años 1994-2003 el mundo capitalista creció en promedio, en un 3.7%; del 2004 al 2007 alcanzó un ritmo del 5%; a partir del año 2008 las cifras registran la recesión al caer a 3,5% y en 2009 se estima que no habrá crecimiento económico o, incluso puede ser negativo. En los estimativos del FMI se prevé para el 2009 una caída del 1.3% de la economía mundial, lo cual significaría un número de 239 millones de desocupados, cifra equivalente a una tasa aproximada de desempleo mundial del 7%.
El FMI pronosticó las pérdidas resultantes de la crisis del mercado financiero en aproximadamente US$ 4.000.000.000 millones de dólares, de las que ya se han registrado aproximadamente una tercera parte. Así pues, aún cabe esperar que se produzcan pérdidas por valor de unos US$ 2.700.000.000 millones de dólares, de las que gran parte se darían en el epicentro de la crisis: los EE.UU.
Más de 200 millones de trabajadores podrían sumirse en extrema pobreza a raíz de la crisis financiera y económica global, como consta en un informe del G-8 presentado en Roma. El número de las personas que cobran menos de dos dólares diarios podría ascender próximamente a 1.400 millones. OXFAM (2) calcula que con US$ 8.42 millones de millones de dólares de dinero público comprometidos por los gobiernos del mundo rico para el rescate del sector bancario, se podría eliminar la pobreza mundial.
La crisis en EEUU es la principal señal de la gravedad
La economía estadounidense en el último trimestre de 2008 registró una caída del 6,3%. En el primer trimestre de este año, se contrajo un 5,5% interanual. Sumando los datos de este trimestre y del último de 2008, el resultado es el peor semestre del PIB en los últimos 60 años, según el Departamento de Comercio. La insolvencia de EEUU es una realidad cada vez más caliente con un déficit fuera de control, una explosión del gasto (+ 41%) y una caída de los ingresos fiscales (-28%). El déficit presupuestario estadounidense es abismal: en 2009, está previsto que alcance los US$ 482.000 millones de dólares, más US$ 141.800 millones de dólares para financiar las guerras de Irak y Afganistán. La casi totalidad de estos gastos son financiados por el ahorro mundial, sobre todo por las compras de bonos del Tesoro americano por parte de China, los países del Golfo Pérsico, Japón, los fondos europeos y otros.
La tasa de utilización de la capacidad industrial cayó en abril 2009 al 69,1%, un nivel bajo sin precedentes. Los tres principales consorcios automovilísticos de Estados Unidos, General Motors, Ford y Chrysler, registraron reducciones de sus volúmenes de ventas por encima del 30% durante el pasado mes de abril 2009.
Hasta ahora en los planes totales de salvataje se insertaron US$ 8 billones de dólares cuando los ingresos fiscales de los países del G-7 son iguales a US$ 10 billones de dólares. Se calcula que la masa especulativa global en este momento asciende a US$ 1.000 billones de dólares. Cuando fue la crisis de 1929, el 3 por ciento de los estadounidenses estaba vinculado con la especulación bursátil y en este momento es casi el 60 por ciento.
Según el Departamento de Trabajo, la pérdida de puestos de trabajo en los EEUU se aproxima ya a los 5.8 millones desde el comienzo de la crisis económica y financiera en diciembre de 2007. Durante el pasado mes de junio la economía estadounidense perdió 467,000 trabajos y la tasa de desempleo pasó del 9,4% al 9,5%, con lo que continúa en su nivel más alto desde agosto de 1983. Largos meses de destrucción continuada de empleo, que en los momentos álgidos de la crisis estaba por encima de los 600.000 cada mes, ha convertido el desempleo en algo crónico. El número de personas que llevan sin trabajo más de 27 semanas es ya el triple que cuando empezó la crisis: un total de 4.4 millones de estadounidenses.
La crisis se ha extendido y no toca fondo
Tanto en Europa como en Asia las cifras tienen una tendencia negativa, pasando por China y la India, por Rusia y toda la Europa del Este se constata que nadie se ha salvado, que aún no es posible establecer quienes perecerán y que tan débil saldrá cada una de las actuales potencias imperialistas. Lo que está claro es que ninguna saldrá fortalecida como ocurrió luego de la gran depresión y la segunda guerra mundial. Las cifras de China y la India no están en la gravedad de EEUU y la UE, pero revelan que están siendo golpeadas y que no han podido ser la solución a la caída de la súper potencia del imperialismo yanqui.
La crisis en América Latina
La crisis mundial, según la CEPAL (3) redujo el comercio de Latinoamérica en el año 2008 entre un 9 por ciento y un 11 por ciento, constituyendo uno de los principales impactos de la coyuntura en la región. Se estima que los términos de intercambio de la región caerán un 15 por ciento durante 2009. Entre los efectos de la crisis encontramos el alto desempleo, según los estimativos de la OIT, la tasa de desempleo urbano puede crecer de entre 2,3 millones y 3,2 millones de nuevos desocupados, que elevarían el total a 18,2 y 19,1 millones.
Las desigualdades producto del desempleo, los bajos salarios y la desprotección social aumentan tornándose cada vez más agudas pues inciden en los altos niveles de pobreza (el Banco Mundial estima que habrá seis millones nuevos de pobres en América Latina en este año).
La crisis en Colombia
Según los datos del Departamento Nacional de Estadística –DANE- el PIB en el cuarto trimestre del 2008 fue del -1%, en el primer trimestre del 2009 la cifra del PIB decreció un -0.6%, confirmando el estado recesivo de la economía colombiana. En un vistazo general de lo ocurrido durante el primer trimestre del año se observa que la industria decreció con un -7.9%, el comercio un -2.7%, y el transporte un -2%. Los sectores que más crecieron fueron minas con un 10.6%, la construcción con un 4.1% y los establecimientos financieros con 4.7%. Estos sectores donde se muestra crecimiento comprenden aquellos donde se registran mayores inversiones del capital extranjero, dadas las gabelas y seguridades (4) que el gobierno le ha brindado a este tipo de capitales.
Los anteriores datos nos muestran que las medidas anticíclicas implementadas por el gobierno desde finales de 2008, dirigidas a estimular el consumo, entre ellas, la baja en las tasas de interés (hasta el 4.5%), aceleración del gasto público en proyectos de infraestructura y programas especiales, con créditos subsidiados, para comprar vivienda y bienes durables, no han surtido el efecto deseado.
La contracción de los mercados externos, la reducción de las remesas (4.500 millones de dólares en el 2008), el creciente déficit fiscal ($18.799 billones para el 2009 y $23.4 billones para el 2010), el crecimiento de la deuda externa (como porcentaje del PIB a marzo de este año, la deuda alcanzó $46.819 millones de dólares, representando el 22,3%, cuando un año atrás era de 45.179 millones de dólares, esto es del 18,6% del PIB), el aumento de los costos de la guerra, principal programa de las administraciones Uribe (El Estado gasta US $4.171.205.397 al año para mantener el conflicto armado, así como el decrecimiento de la actividad productiva, el ahorro interno y el consumo además de expresar la falacia del blindaje de la economía colombiana señalan lo fantasioso que resulta un crecimiento del PIB para el 2009. La economía colombiana, después de alcanzar crecimientos hasta del 7% en 2007, cayó a 2.5% en 2008 y en 2009, las cifras más optimistas consideran que apenas alcanzará un 0,6% del aumento en el PIB. Lo anterior explica el porque el gobierno ha acudido al FMI a solicitar un crédito flexible por US $10.400 millones, mecanismo recientemente implementado para enfrentar la crisis mundial al que sólo habían acudido México y Polonia y ahora Colombia; y propone además una nueva regulación tributaria buscando elevar y crear nuevos impuestos.
Consecuencia de esta compleja situación, tenemos el aumento de la tasa de desempleo, la cual llegó en mayo de este año a 11.7%, mientras que en el mismo mes del año pasado había sido de 10.8%. En mayo el número de ocupados llegó a 18.5 millones, mientras que los desocupados crecieron de 2.1 millones de 2008 a 2.4 millones este año (5). La informalidad también registró aumento; según los análisis que se realizan de las afiliaciones a la seguridad social, la informalidad a junio del 2008 alcanzaba el 47%, a junio de este año alcanza el 60% de los trabajadores colombianos.
Colombia exhibe el triste récord de ser uno de los países de más alta concentración del ingreso y los niveles de pobreza y violencia más agudos en América Latina. Situación que se agrava en tiempos de crisis, dado que el gobierno y los empresarios tienden a descargar su peso sobre los trabajadores. En efecto, la persecución en contra del movimiento sindical ha sido un instrumento eficaz para aumentar la concentración de la riqueza a costa de los ingresos de los asalariados. En los inicios de la década de 1980 el porcentaje del valor agregado apropiado por los trabajadores en el PIB era de 44%, actualmente viene cayendo de manera acelerada, en el año 2000 esta participación fue de 36,5% y en 2008 alcanzó su nivel más bajo, esto es, 32%. Por el aumento en el desempleo y la caída en los salarios reales en el año 2009 la participación de ingreso de los trabajadores en la riqueza producida por ellos no superará el 30%.
Actualmente, cuatro de cada cinco trabajadores devengan menos de dos salarios mínimos legales. En términos comparativos con el valor de la canasta familiar para los estratos socio-económicos bajos, la capacidad de compra del salario mínimo legal es de tan solo un 47%, esto significa que con dos salarios mínimos el trabajador no puede satisfacer los requerimientos básicos familiares. Con el aumento del precio de los alimentos en niveles de un 50% por encima de los promedios de la última década y el aumento en más de un millón de desempleados nuevos entre 2008 y 2009, el número de personas pobres que viven bajo condiciones de pobreza aumentará en 4 millones.
Ahora, el gobierno argumenta que el promedio de crecimiento económico ha tenido efectos significativos en la reducción de la pobreza en casi 10 puntos porcentuales en lo corrido del siglo XXI (de 58% a 49%, con lo cual más de dos millones de personas habrían salido de la pobreza), la verdadera causa de este descenso debe buscarse en los impactos de la guerra, esto es, en la eliminación y la desaparición física de más de un millón, en su mayoría pobres, y en la diáspora de cerca de 5 millones de colombianos dispersos por los diversos confines del planeta. Estos trabajadores envían a sus familias remesas por más de 4.500 millones de dólares, por año, el segundo renglón en ingreso de divisas al país. Este dinero, una vez descontados los costos financieros, es utilizado para aliviar las necesidades básicas insatisfechas de sus familias. Sin embargo, los giros de los colombianos que viven en el extranjero se estima que retrocederán en más del 15 % durante 2009, y muchos de ellos, debido a la pérdida de puestos de trabajo en los países imperialistas, tendrán que regresar al país agudizando el de por sí alto nivel de desempleo.
Con todo, el 48,3% de familias en el año 2008 sentía estar en la pobreza, según la Encuesta de Calidad de Vida del Dane. Esta cifra supera en 15 puntos porcentuales el promedio de pobreza de los países de América Latina. La crisis, por tanto, representará una involución en los índices de pobreza retornando al cuadro trágico del siglo XX en el cual dos de cada tres colombianos se encuentran estructuralmente en condición de exclusión.
En la violencia se refleja también la situación de crisis del país. El conflicto social -organizado y no organizado- se alimenta del desempleo, la pobreza, la injusticia social y la polarización política. Según lo indican las cifras del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que en el año 2007 reportó 16.269 necropsias; 38 más que los del 2006, cuando se hicieron 16.231 necropsias por igual número de asesinatos. A partir del año 2008 la cifra de homicidios aceleró su ritmo y para el año 2009 se estima que puede alcanzar cifras históricas de 20.000.
Las respuestas de los trabajadores
Analizadas las causas y manifestaciones de la crisis actual del capitalismo es necesario insistir en que las crisis son parte inevitable del régimen capitalista. Constituye una falacia señalar que ellas son evitables y solucionables en el capitalismo. El imperialismo, hoy como ayer, busca resolver su crisis destruyendo en masa mayores fuerzas productivas y mercancías, generando a su vez las condiciones para la aparición de nuevas y más violentas crisis. El fascismo y la guerra se aviva en todo el mundo por parte del imperialismo como la estrategia para asegurar los mercados, elevar la competencia, y el nuevo reparto del mundo. Endurecer los Estados, impulsar la represión y la antidemocracia complementan la estrategia, que busca mantener el orden y la dominación capitalista. Los Estados en esa vía se fusionan cada día más con los intereses monopólicos, y en el caso concreto de nuestros países expresan su mayor arrodillamiento a las potencias imperialistas.
Tal como señalábamos con la crisis económica la crisis general del sistema capitalista se profundiza, y es a su vez generadora de crisis políticas, mucho más amplias; la crisis es generadora de respuestas cada vez firmes y coherentes de parte de los países dependientes y los pueblos, en especial de la clase obrera y las masas populares, quienes además de cuestionar las políticas implementadas por el imperialismo como acrecentadoras de mayor miseria y explotación, cuestionan también la pervivencia del sistema capitalista.
Con el debilitamiento y descomposición permanente del capitalismo, los comunistas entendemos que el estallido revolucionario llegará, pero que éste sólo será posible en la medida en que se produzca la acción organizada y consciente de la clase obrera, los trabajadores y las masas contra su enconado enemigo el capitalismo.
En esos términos la crisis debe ser aprovechada para mostrar la decadencia y agonía del sistema capitalista, elevar la conciencia de las masas, avanzar en el fortalecimiento del partido político de la clase obrera y las fuerzas sociales interesadas en la revolución, extender y cualificar la lucha social, en síntesis para acelerar el desenlace final, lograr la toma del poder político y empezar sobre las ruinas del viejo orden capitalista la construcción de la sociedad socialista. En esa perspectiva la lucha contra la crisis es la lucha por la revolución social.
Forma parte también de dicha perspectiva la lucha contra las pretensiones imperialistas de descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de las masas trabajadoras. Coherente con ello resulta imperativo desenmascarar a los causantes de la crisis, enfrentar con energía y ahínco las políticas y medidas que enriquecen a los monopolios a costa de una mayor explotación de los trabajadores y la masas. La lucha contra el Estado capitalista y su política económica, el armamentismo, la guerra y el fascismo se traduce se traduce y afirma en esos términos como una lucha contra las consecuencias del crisis y en especial por el bienestar de la población, los derechos y la libertad.
Levantar ese orden de ideas, a gran escala una plataforma que unifique a los trabajadores y los pueblos del mundo, para que guíe las diferentes formas de acción directa en la defensa de la soberanía, el aumento de los salarios, contra el paro y el desempleo, por la defensa del ahorro social y contra la privatización, por la educación, la seguridad social y la vivienda, la preservación de los derechos y libertades, entre otras reivindicaciones, constituye una tarea en el cual es valioso el aporte de este seminario.
Quito, 13 de julio de 2009
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1. Los datos que aquí se presentan han sido recogidos del Observatorio Internacional de la Crisis. Ver: www.observatoriocrisis.org
2. Organización No Gubernamental, fundada en 1956 con sede en Barcelona Española, reúne a 12 ONGs confederadas de Europa, promueve en la actualidad proyectos de cooperación en más de cien países del mundo. Su observatorio sobre la crisis propone un nuevo marco regulatorio del comercio internacional como una forma de luchar contra la dependencia y la explotación de los trabajadores de países empobrecidos.
3. Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
4. Como los contratos de estabilidad jurídica.
5. Estadísticas realizadas por otras entidades diferentes al DANE, entre las que encontramos las que desarrollan los trabajadores a través de varios centros especializados de estudios se cuenta que en el país el número de desempleados supera los 3.500.000.000 trabajadores.