La respuesta enérgica y valerosa de centenares de estudiantes de la Universidad Nacional de Bogotá el viernes 16 de octubre, así como su participación en la jornada de protesta del 14 y las luchas creciente de miles de jóvenes universitarios de Medellín, Cali, Pasto y de otras de las 32 universidades públicas del país, logró un aumento presupuestal.
Luego de anunciar el incremento presupuestal en escasos 150 mil millones de los cerca de 600 mil necesarios, Uribe con ínfulas autoritarias encabezó la invasión de la ciudadela universitaria rodeado de los asesinos policías del ESMAD. Pisoteó la autonomía universitaria y no hubo el pretexto de los “encapuchados” o de las “papas bomba” en la protesta juvenil.
El Presidente pidió a los jueces que condenen por “secuestro” a los estudiantes que protestaron, los trató como “delincuentes” (ofreció 50 millones de pesos de recompensa) por exigirle al rector que gestionara por más presupuesto. El rector de la Universidad Nacional, primer centro educativo de Colombia que ocupa el puesto 26 en América Latina, sigue rehuyendo su deber de dar el debate y secunda a Uribe en sus pretensiones represivas.
Uribe fracasó en este esfuerzo por penalizar las protestas sociales y a la oposición al régimen. Las afirmaciones endebles y acomodaticias del presidente, el rector, los ministros y los generales sobre la “infiltración terrorista” y la “farcpolítica” no tuvieron eco en el juez que –a las pocas horas-- dejó libres a los 22 jóvenes arbitrariamente detenidos “por secuestro”.
Tanto fracasó la intimidación que el martes 20 de octubre miles de jóvenes estudiantes salieron a las calles y plazas en Bogotá y otras ciudades colombianas acompañados de los profesores y trabajadores universitarios. Pidieron al Congreso que no aprobara un presupuesto de guerra que reduce el gasto en educación y salud, que crece el faltante fiscal. Dijeron con actos, como la cantora de América, Mercedes Sosa… ¡Qué vivan los estudiantes!
El incremento presupuestal es un avance de la lucha estudiantil que aún no satisface sus aspiraciones en una universidad pública asediada por las plagas neoliberales del ministerio de educación. La lucha continuará por encima de la demagogia, las intimidaciones y la represión.
Estas acciones juveniles masivas, al lado de expresiones contundentes de la Minga Social e Indígena y de otras protestas y jornadas de lucha de distinto alcance y cobertura, que se suceden con distinta intensidad, vuelven a poner al centro de la labor política la movilización y la combinación de diferentes formas de acción directa de las masas.
La realidad ha llevado a manifestaciones defensivas de Uribe ante las masas y las críticas de la oposición y algunos de sus copartidarios. Resalta la validez de exigir la renuncia de Uribe que tiene líos de “gobernabilidad” y menos amigos de su reelección y sus políticas.
Cede la cortina de humo del “invencible y popular” Uribe, que oculta la ilegalidad y la ilegitimidad de un gobernante que invoca a “la divina providencia” para justificar su aspiración de perpetuarse en la presidencia y el anunciado fracaso de su referendo reeleccionista.
¡Combatiendo Unidos Venceremos!
Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)