Declaración sobre la situación de la revolución en Nepal

DECLARACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DE LA REVOLUCIÓN EN NEPAL
 
 “El que la línea ideológica sea correcta o no lo decide todo”
 Mao Tsetung
 
 Esta cita del Presidente Mao es certera para referirnos a la situación en Nepal, un proceso revolucionario que fue traicionado por su propia dirección al cambiar un camino revolucionario por un camino reformista, un proceso de transformación radical de la sociedad por el camino de “reforma del Estado”, el camino revolucionario de la Guerra Popular para tomar el Poder por el camino parlamentarista y de negociación con las fuerzas reaccionarias, cambiar la meta del establecimiento de un Estado de Nueva Democracia por una república democrática federal (burguesa), en definitiva, cambiar la línea ideológica revolucionaria del marxismo-leninismo-maoísmo por la línea revisionista, reformista, ecléctica y oportunista de conciliación con las clases dominantes nacionales y de capitulación ante el imperialismo internacional. Ese es el camino que está siguiendo la dirección del Partido Comunista (hoy Unificado) de Nepal (Maoísta) que implica perder todos los logros que se consiguieron durante el periodo de la Guerra Popular que costó mucha sangre de las masas, combatientes y militantes comunistas maoístas.
 
 La transformación radical de la vieja sociedad en una nueva sociedad, llámese nueva democracia o socialista, tiene como cuestión clave la toma del Poder bajo la dirección proletaria que conjuntamente con las clases explotadas construyen una nueva sociedad, dicha transformación sólo se ha conseguido en la historia a través de la ruptura radical y la transformación de la estructura de clases de la vieja sociedad, el sistema de Estado como planteaba Mao Tsetung. Luchar para conquistar el Poder ha sido y es la meta de los comunistas revolucionarios hoy en día, luchar para conseguir saltos cuantitativos y cualitativos, para hacer la revolución.
 
 Muy distinto es hacer la guerra para conquistar reformas, luchar para pedir concesiones al viejo Estado, para pretender hacer cambios en el sistema de gobierno (en la forma de organizar el Estado), eso no es revolucionario, es el camino reformista que el nacionalismo o la pequeña burguesía han intentado en el pasado buscando reeditar el viejo sueño de la revolución democrática burguesa, camino que también el revisionismo ha promovido y promueve en las filas del proletariado y las masas empobrecidas, vendiendo ilusiones reformistas con la promesa de que mediante ellas, de manera gradual, llegaremos a la sociedad socialista, pero que en realidad terminan sosteniendo al viejo Estado con el discurso de defender la democracia en contra de la dictadura, defender la paz en contra de la violencia (venga de donde venga), defender los “Derechos Humanos” soslayando los derechos del pueblo. Eso hacen los revisionistas modernos que apuntalan a los gobiernos reformistas de América Latina en estos momentos.
 
 Los “maoístas” nepaleses empezaron a transitar el camino reformista dejando el camino revolucionario, no solamente cuando firmaron el Acuerdo de Paz con los partidos burgueses reaccionarios y detuvieron la guerra, sino además con todos los planteamientos políticos propuestos a partir de este acuerdo y las propuestas ideológicas que elaboraron para justificar este camino.
 
 Sin embargo, es importante señalar que la experiencia de la revolución nepalesa ha tenido y tiene un significado importante para el proletariado internacional, pues se erigió en momentos difíciles para los comunistas cuando la Revolución Peruana sufría golpes del enemigo, levantó la roja bandera de la revolución a más altas montañas y llenó de esperanzas a los oprimidos del mundo. El proceso revolucionario nepalés logró importantes avances en la construcción del Nuevo Poder, en el desarrollo de las bases de apoyo, los éxitos militares fueron resonantes y alcanzó un punto alto al llegar a la etapa del equilibrio estratégico, así de importante fue el proceso en tanto fue guiado por una correcta línea ideológica, que no implica desconocer la existencia de ciertos criterios que abordaremos más adelante, sin embargo una línea comunista se imponía.
 
 Por esta razón es importante analizar este hecho, explicar las razones que lo llevó a cambiar de línea y combatir las líneas erróneas que nos permitan sacar las lecciones necesarias para enfrentar el futuro.
 
 Breve recuento histórico
 
 El 13 de febrero de 1996 fue un día histórico que despertó en el pueblo nepalés y comunistas del mundo sentimientos de emoción y alegría revolucionaria porque las masas nepalesas, dirigidas por el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN(M)], iniciaron la Guerra Popular para liberarse de la opresión de la semifeudalidad, del capitalismo burocrático y del imperialismo; y proclamaron su meta de establecer un Estado de Nueva Democracia, donde el objetivo central era conquistar el poder y construir una nueva sociedad a través de la dictadura del proletariado.
 
 Todo esto se presentó como un gran aliento para el Movimiento Comunista Internacional en un momento particularmente difícil, cuando la Revolución Peruana había recibido duros golpes con la detención de su dirección principal y la aparición de una Línea Oportunista de Derecha que negaba la continuidad de la Guerra Popular planteando una línea de conciliación de clases.
 
 Diez años de Guerra Popular en Nepal, en medio de éxitos y derrotas, dieron por resultado la construcción de un Nuevo Poder en el campo que organizaba de una manera nueva la vida de los campesinos, un nuevo Estado en gestación frente a una monarquía decadente en descomposición. Los maoístas nepaleses declararon que habían entrado en la fase final de la guerra: la ofensiva estratégica, mientras que los medios informativos anunciaban grandes éxitos militares de los guerrilleros así como los creativos esfuerzos de las masas en la construcción del Nuevo Poder en las zonas controladas por los maoístas.
 
 Toda esta efervescencia por el desarrollo revolucionario en Nepal entró en auge cuando en abril de 2006 el pueblo nepalés, dirigido por el PCN(M), acorralaron a la monarquía y lograron quebrar la medida que hizo cerrar el parlamento 14 meses antes. Durante la última etapa de estos hechos históricos, el PCN(M) entró en una serie de negociaciones con los partidos parlamentarios burgueses que lo llevaron a sustituir sus metas y comprometerse con el viejo Estado burocrático terrateniente. El 21 de noviembre del 2006, la dirección del PCN(M) encabezado por su Presidente Prachanda, firma un acuerdo con las fuerzas parlamentarias que representan a las clases dominantes de Nepal y ponen fin a la Guerra Popular. El PCN(M) participa en el gobierno interino conformado por los viejos partidos reaccionarios y coloca a 5 ministros en el gabinete. 
 
 Se producen elecciones para la Asamblea Constituyente que busca una nueva Constitución y una república para Nepal, los “maoístas” quedan como primera fuerza de este conciliábulo, las negociaciones con las fuerzas dentro de la Asamblea Constituyente llevan a Prachanda como Primer Ministro del nuevo gobierno. La “comunidad internacional” (compuesta por los países imperialistas y sus instituciones internacionales multilaterales) saluda al nuevo gobierno y deposita su esperanza en el compromiso con la democracia de los “líderes maoístas”.
 
 Aunque Prachanda se había esforzado por mostrarse conciliador con las clases dominantes nepalesas, -porque los terratenientes y grandes burgueses capitalistas no han sido destruidos en Nepal-, y con los países imperialistas que habían saludado su gobierno (Unión Europea, India, China entre otros); esto no ha servido para que se respeten los pactos que hicieron al firmar el fin de la guerra. Hoy los representantes “maoístas” están fuera del gobierno mientras los viejos partidos parlamentarios reaccionarios tienen un nuevo gobierno que se legitima cada vez más frente a las clases dominantes y su “comunidad internacional”.
 
 Derrotero ideológico de la capitulación
 
 ¿Por qué el PCN(M) ha llegado a esta situación? ¿Por qué se han puesto en serio peligro los logros alcanzados en la Guerra Popular? Sin duda el problema central tiene que ver con las concepciones ideológicas de los líderes “maoístas” nepaleses.
 
 En el libro “Algunos documentos importantes del Partido Comunista de Nepal (Maoísta)” publicado el 2006 se pueden ver algunos criterios que desde nuestro punto de vista no se ajustan al maoísmo.
 
 El documento de 1991, “Línea Política del PCN (Centro de Unidad)” (1) contiene concepciones que se refieren a la estrategia de toma del poder, allí se habla de dos formas de lucha armada desarrolladas en dos condiciones distintas, según dicen “Hasta ahora el proletariado internacional ha experimentado dos formas fundamentalmente diferentes de lucha armada en dos condiciones fundamentalmente diferentes como se demostró de manera exitosa y científica. Éstas son 1) la estrategia de insurrección general de tomarse primero la ciudad y el poder central en los países capitalistas e imperialistas, y 2) la estrategia de Guerra Popular prolongada de rodear las ciudades desde el campo en los países oprimidos, semifeudales y semicoloniales” (2).
 
 Concebir de esta manera la estrategia de la toma del Poder lleva a negar la universalidad de la Guerra Popular, esto es lo que hace la dirección nepalesa al reducir la estrategia militar de la Guerra Popular a los países oprimidos, semifeudales y semicoloniales, esto implica negar que ésta se pueda desarrollar en los países imperialistas. El PCN(M) parece tener una confusión en la aplicación de la estrategia militar del proletariado y el camino de la revolución, tanto en países oprimidos como en países imperialistas. Hasta ahora el camino conocido en los países semifeudales y semicoloniales es del campo a la ciudad, y es una tarea pendiente el cómo desarrollar la Guerra Popular en los países imperialistas, la insurrección ciertamente se desarrolló en un país imperialista como Rusia, sin embargo, en esa experiencia aún no se había sintetizado la Guerra Popular Prolongada como estrategia militar proletaria. Identificar la estrategia militar proletaria, únicamente con el camino del campo a la ciudad es rebajar el desarrollo del pensamiento marxista de la estrategia para tomar el Poder, eso hace la dirección nepalesa al pretender “superar la forma clásica en que se ha desarrollado la revolución”, y al verlas como dos estrategias fundamentalmente diferentes. Las concepciones más recientes, contando la del Partido Comunista del Perú en la década de 1980 ya integran la insurrección dentro del camino del campo a la ciudad, y ésta, la insurrección, forma parte de la última etapa de la Guerra Popular, de ahí que los preparativos de insurrección se planificaron con el trabajo en las zonas pobres de las grandes ciudades. Por ello la propuesta nepalesa contrariamente a un desarrollo significa un retroceso.
 
 Pero los hechos que muestra la política aplicada en Nepal son contrarios a los “aportes” del PCN(M). La orientación presentada como novedosa de unir las dos estrategias, -como eran dos estrategias separadas- los llevó a detener la Guerra Popular, hacer acuerdos con los partidos burgueses y a comprometerse con el viejo Estado. Amenazaron de cuando en cuando con que si los partidos burgueses no cumplían el acuerdo ellos iban a preparar la insurrección. Esta forma aparentemente mecánica de presentar el problema en realidad significó acabar con el camino revolucionario para embarcarse en el camino reformista del compromiso con las viejas clases dominantes, con el Estado burocrático terrateniente a cambio del cese de funciones de la monarquía, los preparativos de insurrección nunca llegaron, hoy todas las acciones de protesta callejeras (manifestaciones masivas de sectores populares y organizaciones que dependen del Partido) y las “amenazas” con hacer una insurrección en el país se encaminan a condicionar el actuar de los partidos parlamentarios con el fin de obtener uno que otro espacio de poder en el gobierno.
 
 Pasando a otro tema, en los documentos oficiales también podemos ver posiciones oportunistas como la que se encuentra en el documento “El gran salto adelante: una inevitable necesidad histórica” (2001) sobre la situación internacional encontramos párrafos como el que sigue: “las clases dominantes indias han estado apoyando el plan general del imperialismo para acorralar a China y hacerla capitular completamente” (3). ¿Qué significa acorralar a China y hacerla capitular completamente? ¿Acaso no es China un componente central del imperialismo mundial en la actualidad? El papel de China en las decisiones como las guerras de agresión yanquis en las últimas décadas ha sido determinante. El Estado chino ha consentido las agresiones yanquis a cambio de que no se metan en sus zonas de tradicional dominio. ¿O acaso los camaradas nepaleses creen que el Estado Chino tiene algo de comunista? A 33 años de la muerte del Presidente Mao, no cabe duda que la camarilla revisionista que dirige China liquidó la Gran Revolución Cultural Proletaria y dirige hoy un proceso de completa restauración capitalista.
 
 Este párrafo precede a los contenidos claramente oportunistas que buscaron justificar la conclusión de la Guerra Popular y su pacto con las clases dominantes nepalesas. Planteando que las condiciones en el mundo han cambiado, dicen que “debido a las particulares condiciones económicas, políticas, culturales y geográficas y al innegable dominio del capitalismo monopolista indio, será muy difícil que en un solo país de la región se complete exitosamente la revolución democrática nacional, e incluso si ésta triunfa, con las particulares contradicciones resultantes, será casi imposible que la revolución triunfante sobreviva” (4).
 
 Esta declaración tiene serias implicancias porque expresa total desconfianza en el proletariado internacional y además niega la posibilidad de establecer el socialismo en un solo país. Si bien existe un déficit en la dirección proletaria en las luchas y manifestaciones populares a nivel mundial, ya que éstas están ganadas por diferentes direcciones ideológicas distintas al marxismo, sin embargo la energía de las masas en estos movimientos muchas veces sobrepasa a estas direcciones y un eventual triunfo de la Guerra Popular en Nepal podría haber marchado en esa dirección. Además otro aspecto que los dirigentes del PCN(M) no consideran es que en la India, su gigante vecino, existe una gran expansión del movimiento maoísta que pudo tener implicancias directas con un eventual triunfo comunista en Nepal.
 
 Sin embargo los dirigentes “maoístas” han hecho todo lo contrario, pretendieron pasar su análisis acerca de la particularidad nepalesa (incorrecto desde nuestro punto de vista) como una generalidad a toda la región incluyendo a la India y cuando conformaron el gobierno interino establecieron relaciones amistosas con el reaccionario gobierno indio. Esto es oportunismo inmenso.
 
 En el mismo documento se pueden ver análisis mecanicistas sobre el proceso nepalés. En la página 105 se dice que “La fundación del Partido, su manifiesto, política y programa preliminares, constituyen la unidad o tesis. En el proceso de desarrollo, las diversas tendencias, conflictos internos, altibajos y escisiones y fracciones, constituyeron la lucha o antítesis en el movimiento comunista nepalés. La grandiosa Guerra Popular dirigida por el PCN (Maoísta) desde hace cinco años es la manifestación de la transformación y síntesis o de la nueva unidad sobre una nueva base. Todo el proceso del movimiento comunista nepalés, también puede ser visto como la negación de la negación”. Plantear el proceso dialéctico de desarrollo como producto de “la negación de la negación” implica dos cosas: una, esta ley no describe como cambian las cosas en la realidad, siendo expresión del materialismo mecánico; dos, niega o entra en antagonismo con la única ley fundamental del materialismo dialéctico, la contradicción, que se expresa como unidad y lucha de contrarios, motor de desarrollo del Partido.
 
 El 2003 se sientan las bases para la negociación y futura capitulación de la lucha. Estas ideas están plasmadas en el Resumen ejecutivo de la propuesta presentada por el PCN (Maoísta) para las negociaciones (5), en dicho documento se reconoce que siete años de guerra popular han conducido al equilibrio estratégico pero que debido a la particular posición geopolítica del país, se considera apropiado buscar inmediatamente una solución política pacífica progresista. Con esos considerandos, el PCN(M) propone una agenda que tiene como metas y objetivos de la negociación lo siguiente:
 - Poner fin al actual estado de conflicto mediante una solución política progresista,
 - Resolver las actuales contradicciones de clase, nacionalidades, regionales, de género y otras mediante cambios políticos, económicos y culturales,
 - Establecer una unidad nacional nueva, fuerte y democrática y defender la independencia y soberanía nacionales propugnando por la democracia y el nacionalismo como un conjunto indivisible, interdependiente e interrelacionado, y
 - Garantizar los más amplios derechos humanos y ciudadanos para todos.
 Para el cumplimiento de estas metas solicitan la formación de un comité con autoridad con representación de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, importantes organizaciones profesionales, sindicales y sociedad civil.
 
 Con esto el PCN(M) sustituye los objetivos de la Guerra Popular a cambio de ciertas reformas en el viejo Estado burocrático terrateniente nepalés. Si bien para el momento se pudo pensar que esta era una estrategia de negociación que no implicaba comprometer los objetivos iniciales de la revolución, los hechos posteriores demostraron que en realidad no se trataba de una estrategia distractiva sino que en realidad estaban sentando las bases para una orientación política estratégica que los miembros de la dirección del PCN(M) iban a seguir en el futuro inmediato a nombre de seguir pasos tácticos.
 
 Ya en este documento se demandaba que se realicen esfuerzos para llevar a una conclusión significativa la negociación lo más pronto posible, ya que no sólo es inapropiado sino también riesgoso continuar indefinidamente con el actual estado de suma fluidez en la situación política del país. La salida política que presentan está relacionada a un nuevo sistema de Estado progresista y a una nueva constitución que se adapte a él. Proponen una Asamblea Constituyente, la que debe formular y promulgar la nueva constitución, la misma que contemplaría la creación de una Asamblea Popular representativa, la creación de un ejército nacional unificado que incluiría al Ejército Real Nepalés y al Ejército Popular de Liberación, entre otras demandas democráticas burguesas.
 
 Todos estos planteamientos del año 2003 van a ser seguidos por los dirigentes “maoístas” en el futuro inmediato. Inicialmente se presentaron como objetivos tácticos que no sacrificaban la estrategia revolucionaria, pretendieron hacer creer a las masas nepalesas y al proletariado internacional que se trataba de meras propuestas de negociación con el fin de desenmascarar a la monarquía y alcanzar los objetivos revolucionarios, sin embargo, cada “paso táctico” que el PCN(M) daba, en realidad apuntaba a comprometer su estrategia y finalmente estas concepciones “tácticas” reemplazaron la estrategia revolucionaria por el camino de la capitulación y traición a la lucha del pueblo nepalés al comprometerse juntamente con las clases dominantes a retirar a la vieja monarquía de la dirección del Estado y conformar un Estado burgués republicano, que nada tiene que ver con el objetivo de conformar el Estado de nueva democracia.
 
 El mismo 2003, en el documento “La situación actual y nuestra tarea histórica” (6) se esboza el planteamiento de la democracia en el siglo XXI, se reafirma que la Guerra Popular se encuentra en equilibrio estratégico y que se hacen los preparativos para la ofensiva estratégica, y cuando en el mundo de hoy no existe ningún país auténticamente socialista y el imperialismo norteamericano está tratando de poner a todo el mundo bajo sus garras, entonces es obvio que la GP de Nepal se tornará particularmente más compleja y por tanto adquirirá más importancia.
 
 El PCN(M) señala que junto con la expansión en calidad y cantidad de la Guerra Popular, se han intensificado las actividades intervencionistas del imperialismo norteamericano en Nepal, buscando impedir al movimiento maoísta nepalés conquistar el Poder. También señala que en este contexto es muy importante desarrollar más seriamente la estrategia y las tácticas del Partido. Luego de señalar que en la actualidad no hay ninguna ola revolucionaria bajo la dirección del proletariado (…) es esencial entender que la serie de pasos tácticos emprendidos por el Partido, como el cese del fuego, la negociación, la salida política, etc., están basados en la situación mundial estratégicamente favorable y tácticamente desfavorable y en la condición de equilibrio estratégico dentro del país, para luego preguntarse, ¿es posible, para un país pequeño con una presión geopolítica específica como Nepal lograr la victoria, al punto de capturar el Estado central a través de la revolución? La respuesta que ensaya el PCN (M) está en avanzar movilizando la opinión pública y desgastando al imperialismo, para lo que considera que hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
 - Poner el acento en hacer lo más concreta y amplia la relación entre el proletariado mundial y el Partido,
 - Engranar la revolución nepalesa con la creciente opinión mundial contra el imperialismo,
 - Hacer mayores esfuerzos por utilizar diferentes fuerzas imperialistas y reaccionarias que tienen contradicciones con el imperialismo yanqui.
 
 De esta manera el PCN(M) descarta la posibilidad de la toma del poder vía Guerra Popular en las actuales condiciones en que se encuentra la situación mundial. El último punto es reflejo del manejo de la teoría revisionista de los tres mundos levantada por Teng Siao-ping: unirse a otras potencias imperialistas para luchar contra el imperialismo yanqui. Esta idea se ha ido confirmando a lo largo del interinato en el gobierno de Prachanda, con sus saludos efusivos a los gobiernos de China e India, con la admiración que dijo profesar al “modelo japonés”, etcétera, podemos señalar que esta orientación en el ámbito internacional de la dirección del PCN(M) es una política oportunista para quedar bien con las potencias imperialistas. Basta ver su accionar en casos como el reclamo del Partido Comunista de Afganistán que denunció la existencia de tropas nepalesas como parte de la ocupación de la OTAN a ese país, no se hizo nada en concreto, vergonzosa fue también la omisión de una condena al Estado Israelí que atacó en diciembre del año pasado al pueblo palestino, cuando otros gobiernos reformistas de América Latina (Venezuela y Bolivia) hicieron alardes de antiimperialismo rompiendo relaciones con dicho Estado.
 
 En realidad en lo internacional se siguió una línea de capitulación ante el imperialismo, de boca se criticó al imperialismo yanqui en tanto que se elogiaba el “desarrollo económico” de los demás imperialismos, esto significa hacer la política de cambio de “bastón de mando”, aplicando la tesis de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, exactamente la política que aplican la nueva camada de gobiernos oportunistas y reformistas en América Latina.
 
 La desviación está consumada
 
 Los posteriores hechos de la dirección del PCN(M) como la firma del Acuerdo de Paz para poner fin a la Guerra Popular, el desarmamiento y el acantonamiento del Ejército Popular de Liberación (EPL) en campamentos supervisados por la ONU y el desmantelamiento del nuevo poder en el campo son muestras clarísimas de que la revolución en Nepal ha sido desviada de su camino y dirigida al barranco. Esto más las propuestas de unir a los dos ejércitos (el EPL y el Ejército reaccionario de Nepal) así como la formación de una “República Democrática Federal”, que la entendemos como una república burguesa, son realidades de la bancarrota ideológica de los dirigentes “maoístas” nepaleses.
 
 Esto se puede ver en la propuesta de formar una “república federal” (supuestamente fuera del marco de la semifeudalidad y el imperialismo) como paso intermedio antes de un Estado de Nueva Democracia. En estos planteamientos se argumenta a favor de la democracia burguesa, colocando como gran avance la competencia multipartido para frenar los problemas de centralización y “totalitarismo”. En realidad la concepción de democracia de la dirección del PCN(M) carece de todo análisis de clase y conciben a este como en un estado de pureza, por ello ven la competencia electoral desligada de las estructuras económicas del Estado. De ahí el razonamiento oportunista de pretender creer que transformar la superestructura (la dinámica política, o concretamente la electoral) va a transformar la estructura de la sociedad.
 
 Además de esto Prachanda y compañía hacen un “balance” de las experiencias socialistas del siglo XX y de un plumazo determinan que estos fueron maquinas totalitarias que suprimieron la democracia. En realidad no se hace ninguna apreciación de lo que significó la revolución y la experiencia socialista para el pueblo, aquello que Lenin caracterizaba como la mejor democracia que había existido, nada de eso, el balance del PCN(M) se contenta con coincidir con las conclusiones reaccionarias. Al hablar así de la experiencia socialista del siglo XX los dirigentes del PCN(M) desprecian en absoluto la herencia de las revoluciones rusa y china, particularmente la Gran Revolución Cultural Proletaria y hacen un balance acrítico y subjetivo, nunca desde una perspectiva científica proletaria.
 
 Este análisis falto de posición clasista no puede ser parte de la ideología marxista, todo lo contrario, es hacer concesiones a la ideología burguesa. No puede ser parte central de la creación de un nuevo Estado el que se le otorgue a los reaccionarios la oportunidad de retomar el poder, satisfacer las demandas de las clases dominantes que aún no han sido derrotadas y darles las herramientas necesarias para recuperar los espacios de poder temporalmente perdidos. Crear un Estado más democrático (un nuevo Estado) es todo lo contrario, es precisamente llevar la democracia a las masas, dotarlas de herramientas concretas que permitan su participación en la creación de la nueva sociedad y eso pasa por dotarles de los elementos centrales como la tierra, la propiedad de la gran burguesía y la propiedad imperialista; y acabar con las viejas relaciones sociales que son la base de reproducción del viejo Estado. Lo contrario implica capitular ante la gran burguesía y los terratenientes que aún perviven en Nepal (reconocido por los propios dirigentes nepaleses (7) ) y ante el imperialismo.
 
 El gobierno interino y el apoyo del revisionismo
 
 Ver la participación de los dirigentes del PCN(M) en el pasado gobierno interino es importante porque nos da una idea de lo que se puede esperar del anunciado “Estado Democrático Federal” propuesto por ellos. La fugaz experiencia de Prachanda en el poder no sólo no se desligó un milímetro del circuito imperialista sino que ensalzó las “bondades” de los modelos económicos imperialistas en diversos países, Prachanda, jefe del gobierno de Nepal, saludó con calidez a los chinos como “amigos del pueblo nepalés”, insistió mucho en tener buenas relaciones con el Estado indio, alabó el modelo japonés del cual dijo estar “interesado en aprender”, se dirigió a los “amigos norteamericanos” para decir que quiere establecer en Nepal una “democracia” como la que estableció George Washington y colocó el “modelo suizo” como ideal para llevar a Nepal por ese camino. ¿De qué sirvió toda esta verborrea a los objetivos de la revolución que las masas, miembros del EPL y militantes honrados del PCN(M) pagaron con sangre?, absolutamente para nada.
 
 En el plano nacional el gobierno interino no ha sido más que una marioneta de los viejos partidos parlamentarios. La propuesta de unificación de los ejércitos no fue aceptada, todo lo contrario, el jefe del Ejército de Nepal (EN) generó un incidente con Prachanda al negarse a obedecer la orden de unificar al EPL con el EN, y a la vez inició entrenamiento y reclutamiento de nueva gente a sus filas; este hecho terminaría con la renuncia de Prachanda del gobierno.
 
 Otro asunto serio fue lo ocurrido con el entonces Ministro de la Reforma Agraria y Administración de la Tierra, Matrika Yadav, alto dirigente del PCN(M), quien renunció porque se opuso a aceptar la violencia del Estado para desalojar a los campesinos de las tierras que la Guerra Popular les otorgó. La directiva del gobierno (de Prachanda) a Yadav era devolver la tierra de estos campesinos a sus antiguos dueños, es decir, a los terratenientes. Este ejemplo es muy importante porque nos dice cómo funcionaría el proyecto de los dirigentes del PCN(M).
 
 En medio de estos hechos el Partido se ha fraccionado, algunos grupos pequeños, otros del nivel central, se han separado del PCN(M) luego de la nueva orientación (revisionista), mientras que Prachanda y compañía se han unido con el antiguo partido revisionista Mashal, con quien habían roto antes de iniciar la guerra precisamente combatiendo la idea oportunista de Mashal de que era imposible desarrollar una Guerra Popular en Nepal y tomar el poder por ese medio. Hoy establecieron una alianza y el PCN(M) adquirió un nuevo nombre, Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta).
 
 Las diferentes tendencias que se han abierto al interior del Partido tampoco van más allá del proyecto reformista, algunos disidentes dentro del “nuevo” Partido expresan diferencias de forma y no cuestionan los nuevos objetivos de la dirección, la gran mayoría está confiando en que en la Asamblea Constituyente se aprobará una nueva Constitución y que ésta formará un nuevo Estado y se crearía bajo las características que han propuesto los dirigentes “maoístas” nepaleses.
 
 Esta confianza en el camino parlamentario revela cual es la comprensión de la dirigencia nepalesa sobre el proceso revolucionario, expresa confianza en el viejo Estado, confianza en que el imperialismo les permitirá hacer realidad su proyecto haciendo una nueva Constitución, pero también se puede pensar que para ganar el favor de los reaccionarios nacionales e internacionales los dirigentes del PCN(M) tendrán que “suavizar” sus objetivos y reducirlos a un nivel “aceptable” para las clases dominantes.
 
 Los partidos reaccionarios y las clases dominantes de Nepal parecen estar más claros sobre cómo manejar este Estado en transición. Ellos se han opuesto a la integración de los dos ejércitos y han alentado al jefe del Ejército de Nepal a hacer reclutamiento de nuevos miembros. Esto generó la renuncia de Prachanda y se conformó un nuevo gabinete con los partidos reaccionarios que también ha contado con el beneplácito de la “comunidad internacional”.
 
 Los revisionistas en el mundo también han tenido su papel en este proceso. Cuando el PCN(M) obtuvo mayoría en la Asamblea Constituyente, muchos partidos de “izquierda” enviaron efusivos saludos y manifestaciones de apoyo a los “resonantes triunfos” de los “maoístas nepaleses”, esto se repitió cuando Prachanda se posesionó como primer Ministro y cuando renunció le enviaron notas de solidaridad, sin embargo muchas de estas organizaciones nunca saludaron el avance de la Guerra Popular, es decir jamás comprometieron algún apoyo al pueblo nepalés y a su proceso revolucionario cuando este verdaderamente lo era.
 
 Conclusión
 
 Si bien es cierto que el deber de los marxistas en relación al internacionalismo proletario es criticar a los partidos hermanos como una ayuda en sus procesos revolucionarios cuando éstos presentan problemas y viceversa, consideramos que en el caso de Nepal la situación ya transitó más allá de una discusión entre organizaciones comunistas o partidos hermanos. Los planteamientos de la dirección del PCN(M), ahora PCUN(M), se han puesto en el lado contrario del marxismo, del leninismo y del maoísmo y por lo tanto se han puesto del lado contrario de la revolución, por lo tanto su tratamiento no puede ser el de contradicciones en el seno del pueblo o contradicciones dentro del movimiento comunista internacional. En Nepal se ha consumado una traición al pueblo nepalés y al proletariado internacional y las posiciones de estos dirigentes representan el peligro principal que debe ser combatido por el movimiento comunista internacional como una línea revisionista, oportunista de derecha, capitulacionista y traidora.
 
 Esto ha puesto al Movimiento Comunista Internacional (MCI) en una situación difícil y compleja, y, expresión de esto, es la impotencia del Movimiento Revolucionario Internacionalista, frente a estos hechos, de sacar una posición pública, por ello la lucha de dos líneas cobra mucha importancia dentro del MCI en defensa del maoísmo y la Revolución Proletaria Mundial.
 
 Es cierto que dentro del PCN(M) hay diferencias y es preciso apoyar estas líneas a condición de que rompan radicalmente con las posiciones oficiales y reenrumben el proceso revolucionario en Nepal, aunque por la forma como se manifiestan es muy difícil que aquello suceda si no se da un proceso de reconstitución del Partido asumiendo nuevamente el marxismo-leninismo-maoísmo.
 
 ¡Viva el maoísmo, abajo el revisionismo!
 
 Noviembre de 2009
 
 Partido Comunista do Brasil Fração Vermelha – P.C.B.(FV)
 Partido Comunista del Ecuador “Sol Rojo”
 Frente Revolucionario del Pueblo (marxista-leninista-maoísta) de Bolivia
 Unión de Revolucionarios Comunistas (marxista-leninista-maoísta) de Chile [URC (mlm) de Chile] 
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 (1) Informe Político del que inicialmente se llamó PCN (Centro de Unidad) y posteriormente luego del III Pleno Ampliado del Comité Central en 1995 el nombre del Partido fue cambiado a “PCN (Maoísta)”.
 (2) Algunos documentos importantes del Partido Comunista de Nepal (Maoísta). Pág. 21.
 (3) Ibid. Pág. 87.
 (4) Ibid. Pág. 88.
 (5) Presentado el 27 de abril de 2003 en las negociaciones cuando todavía existía la monarquía.
 (6) Aprobado por el Comité Central del PCN(M) en junio de 2003.
 (7) Un artículo del miembro del comité central del PCN(M), Basanta, “Nuestros retos en la situación actual” del 12 de agosto del 2008 dice textualmente “Aunque la monarquía feudal esté acabada no ha habido mucho cambio en las condiciones socio-económicas del Nepal semi-feudal y semi-colonial. El feudalismo y el imperialismo aún existen. La clase capitalista burocrática que domina el Estado nepalí, representa internamente los intereses del feudalismo y externamente los del imperialismo”.