Un merecido homenaje de reconocimiento hemos querido brindar a través de nuestra página, al recién fallecido dirigente y compañero Shafik Handal, importante conductor de la lucha revolucionaria en el hermano país de El Salvador, gran activista de la causa de liberación en Latinoamérica y un ejemplo de consecuencia para los nuevos procesos que se yerguen en el Continente.
Handal comenzó su militancia en el Partido Comunista Salvadoreño en 1944 y se incorporó activamente a la huelga que puso fin a la dictadura de Maximiliano Hernández; cursó estudios de derecho en la Universidad de El Salvador, donde fue dirigente del movimiento por la reforma y la autonomía universitaria; se desempeñó como jefe de las organizaciones guerrilleras integradas en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que a partir de 1979 combate abiertamente a la dictadura militar impuesta y apoyada por Estados Unidos; y dirigió en 1992, la comisión de esa organización en las negociaciones de paz que pusieron fin al conflicto interno y abrieron espacios para la participación política de la izquierda en El Salvador.
La lucha armada salvadoreña que culminó a principio de los 90, fue una de las últimas acciones de dignidad de esa época de un pequeño pueblo enfrentado al poder imperialista en un contexto de retroceso de la actividad revolucionario a nivel mundial. Ello marcó a los procesos de resistencia en nuestra región, por eso recibió la solidaridad y apoyo internacionalista de valiosos luchadores y luchadoras, entre los cuales estaban varios chilenos que regaron con su sangre el fin de la guerra y el comienzo de una nueva etapa política para este valiente pueblo que no se ha rendido jamás.
Los Rodriguistas agradecemos ese ejemplo de no claudicar. Agradecemos esas enseñanzas de pasar de un estado de lucha a otra sin cambiar los principios y los objetivos revolucionarios demostrados hasta ahora por Shafik Handal, su organización el FMLN y el propio pueblo salvadoreño, que en masa salió a las calles a despedir a tan importante líder revolucionario.
Hacemos nuestros los dichos de Fidel cuando dijo que “murió un gran capitán de los trabajadores, un gran dirigente revolucionario, un hombre intachable que nunca claudicó y nunca se rindió".