Compañeras y compañeros
Estudiantes, trabajadores, vecinos y vecinas
A Nuestro Amado Pueblo
Junto con saludarles y entregarles toda la Fuerza luego de la catástrofe que sacudió a nuestro pueblo, queremos recordarles que la lucha continúa, que debemos levantarnos nuevamente y organizarnos frente a todas las injusticias del sistema, que en este momento de crisis se han agudizado.
En un año en que nos encontramos con la llegada de la derecha al gobierno, sector que históricamente ha representado al empresariado y la represión en nuestro país. Cuando se aproxima el “bicentenario” de los ricos y su celebración por la dominación que han ejercido en nuestro pueblo. Año en que una de las mayores calamidades naturales del siglo nos asola, es necesario reflexionar y ocuparnos de llevar a cabo un cambio real, y no hablamos del cambio asqueroso del que hablan los poderosos de la UDI y sus sucios secuaces, sino de la transformación completa de nuestra sociedad.
Las declaraciones del futuro mandatario lo han dicho, se disminuirán los gastos en lo social. La concertación y la derecha se han dedicado a flexibilizar el trabajo y privatizar nuestro país, dejando incluso el agua, la electricidad, el cobre, el petróleo, la salud, la educación, la vivienda, etc. a merced del “libre mercado”, por medio de las grandes empresas nacionales y extranjeras, permitiendo que absolutamente todos los aspectos de la vida sean un gran y redondo negocio. Veamos entonces qué sucederá cuando uno de los más grandes íconos del empresariado llegue al poder en Chile.
Han pasado 200 años desde la supuesta independencia y seguimos dependiendo de otros. No podemos contar con nada, porque nada nos pertenece. Para ellos un show de marketing y farándula en la TV es solidaridad, pero la solidaridad del pueblo es constante y en la calle, y se levanta en la lucha día a día. La mentira de hacer de este “Bicentenario” una celebración se cae a pedazos porque vemos la gran farsa que ha sido la concertación y su evidente alianza con los empresarios. Han tratado de vendernos y criminalizar nuestras legítimas expresiones de descontento, no obstante como pueblo, seguiremos organizándonos contra este sistema que nos explota.
La actual crisis social y de gobierno provocada por un fenómeno natural refleja esta situación. No contamos con recursos, porque no nos pertenecen. Se producen saqueos porque el gobierno y los empresarios están más preocupados de cuidar sus bolsillos utilizando las fuerzas militares, que de prestar a ayuda a las personas, por lo que nos vemos obligados a cubrir nuestras necesidades sea como sea. Pero los excesos son responsabilidad del mismo sistema, es la clara muestra de los anti-valores que tanto ha promovido el capitalismo. Ha hecho de una necesidad el plasma, el mejor DVD, la ropa de marca, inculcando por medio de la TV el consumismo extremo.
Sin embargo hemos sido testigos de robos mayores, el verdadero saqueo es el que ha vivido el pueblo mapuche con el robo de sus tierras, los deudores habitacionales luchando porque la vivienda no sea un lujo sino un derecho, los estudiantes por terminar con el negocio de la educación, y nuestro amado pueblo en general, ha sido víctima del robo y la estafa de cuello y corbata desde siempre. Las tarjetas de crédito, las continuas alzas, la especulación en la vivienda, la colusión de las farmacias, las mentiras y la desinformación para no mostrar el generalizado rechazo que existe hacia este sistema.
Debemos tomar posición frente a todo esto, somos parte de un contexto histórico y no podemos mantenernos más al margen. O estamos con el sistema capitalista y la explotación, que ha generado la enajenación y destrucción del hombre, o tomamos las riendas de nuestra historia y construimos juntos una nueva sociedad, donde seamos los protagonistas, donde la solidaridad y el vivir en comunidad sea una práctica cotidiana, donde sean respetados los derechos de salud, vivienda, trabajo, educación, agua, luz, transporte, alimentación, como un asunto básico y no de mercado. Es posible, llego la hora de gritar ¡Basta!, de hacernos escuchar, podemos lograrlo.
Tenemos el deber organizarnos, en las poblaciones y barrios, con nuestros vecinos, entre estudiantes, entre las mujeres, los trabajadores, debemos juntarnos y luchar, demostrar que somos más, que podemos cumplir nuestros sueños y recuperar lo que por siglos nos han robado.