Ahora que se ha despejado el panorama electoral, cuando Uribe ya no jugará en su amañada pretensión reeleccionista, consideramos importante dar a conocer nuestro pensamiento a los candidatos presidenciales.
Han sido 8 años de gobierno signados por trampas y fraudes, donde se usaron los medios masivos de información para manipular la verdad y mentirle al país y al mundo, cuando en realidad las políticas del Presidente han estado implicadas en los “falsos positivos”, las “chuzadas del Das”, la “yidis-política y la para-política”, “los regalos de Agro Ingreso Seguro”, la corrupción, el nepotismo, la persecución implacable contra todo aquel que piense diferente al uribismo. Todo lo anterior y más, para perpetuar un régimen favorable a la oligarquía, a las transnacionales y a los sectores narco-paramilitares emergentes.
Mientras tanto, Colombia ha quedado sumida en la más grave crisis social que se haya vivido en décadas, una crisis humanitaria que se acrecienta con el despojo del territorio de las comunidades y el desplazamiento de cientos de miles, por año, de humildes pobladores de campos y ciudades. Los dramas vividos en nuestro país no pueden pasar desapercibidos, todos los colombianos deseamos y aspiramos a un cambio real de nuestra sociedad.
La mal llamada “seguridad democrática”, programa bandera del gobierno, en esencia ha significado la seguridad para la élite señalada anteriormente, y el despojo, la violencia, el atropello y la guerra contra las mayorías de Colombia. Se le vendió a la gente, que la seguridad de las élites estaba por encima de los derechos de la población a la vida, la salud, al empleo, la seguridad social, o al territorio, rebajando el programa de gobierno a la simpleza de un programa de orden público.
Esta política de Seguridad Democrática, equivocadamente los candidatos presidenciales de derecha, centro e izquierda quieren replicarla, para granjearse la aceptación de los sectores de poder. Pero el país de mayorías espera otro tipo de propuestas que saquen a Colombia de este atolladero.
Con la instalación de las bases militares gringas se profundiza la pérdida de la soberanía nacional; se hipotecan los territorios a las transnacionales; el grueso de la población está desprotegida por el Estado; no hay salud, ni empleo ni seguridad social; la economía campesina destruida; la solución al desplazamiento sigue sin solución. Al abandonar el gobierno cualquier vestigio de justicia social y la salida política, dejó como único camino la guerra.
En la actual coyuntura electoral los Colombianos esperamos que los candidatos diferentes al uribismo, propongan soluciones con grandeza de nación en el campo social, con real sentido democrático, que respeten el Estado de Derecho, que rescaten la pulcritud y la ética en la política, que tomen distancia del narco-paramilitarismo y su convivencia en el parlamento, y que hagan respetar la soberanía nacional pisoteada por los gringos. Es inaplazable superar las intenciones de agresión contra los países vecinos, cambiar la actitud pendenciera que se despliega desde la Casa de Nariño; el próximo gobierno debe asumir con grandeza las relaciones internacionales en el continente, retomar el respeto de los procesos que se viven y construir unas relaciones más armoniosas que favorezcan al país.
El ELN ha estado siempre abierto y dispuesto a trabajar por una solución política al conflicto, que busque la democratización del país y la construcción de una nación en equidad y justicia social. Es de gran importancia política nacional e internacional que candidatos presidenciales, con verdadera vocación democrática y de nación, coloquen como centro de su propuesta de gobierno la paz y la solución política, que haga viable una vida diferente para todos los colombianos. Quedamos atentos para escuchar y trabajar en esta dirección de futuro.
COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES
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COMANDO CENTRAL E. L. N.
EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL