El Directorio Nacional del Movimiento de Resistencia Cívica, reunido en un lugar de Cuba, acuerda dirigirse a sus militantes y a la ciudadanía en general, al iniciar una nueva etapa de su vida como organismo genuinamente revolucionario, después de la amarga experiencia de la frustrada huelga general.
Entendiéndolo un deber insoslayable, ha hecho un análisis minucioso y una indispensable y severa autocrítica, no sólo con referencia al movimiento de huelga, sino a las proyecciones, organización, estrategia general, táctica y consignas de nuestro Movimiento. Sin entrar en mayores detalles, y asumiendo la parte de responsabilidad que pudiere corresponderle, estima el Directorio Nacional que el revés de la huelga puede atribuirse más que a la habilidad y fuerza del adversario, a factores inherentes a los propios organismos revolucionarios.
Como cumple a instituciones de esta naturaleza, asimilamos la amarga experiencia y derivamos de ella provechosas lecciones para futuros empeños, sanas enseñanzas para indispensables rectificaciones, útiles conocimientos que nos libren de incurrir en costosos errores que es la forma inteligente y positiva de sacar partido aun de los tropiezos. La lucha contra la tiranía no se detiene ni sufre menguas. Por el contrario, necesita intensificarse por cuanto persisten y aumentan progresivamente las causas que le dieron origen.
La dictadura se hunde cada vez más profundamente en el cieno de la corrupción, la arbitrariedad y el crimen. El asesinato vil, la tortura física y mental a los detenidos, la vejación que no respeta las fronteras de la edad o del sexo, el desconocimiento de toda norma de derecho, el robo desembozado de los caudales públicos, la explotación del juego y la prostitución por desaprensivos funcionarios civiles y militares, han sido elevados por el régimen a la categoría de sistema gobierno. La “mafia” que detenta el poder se manifiesta cada vez más sedienta de oro y de sangre. En las ciudades aumentan las muertes y “desapariciones misteriosas” que originan los titulados agentes del orden o las cuadrillas irregulares organizadas para la represión. Y en los campos comete el régimen casi a diario el delito de genocidio, arrasando los sembrados, incendiando las casas, arrancando las vidas a núcleos de indefensos y pacíficos guajiros, por el sólo hecho de haber visto pasar por su zona algún victorioso contingente del Ejército de Liberación. Como colofón: la reiterada suspensión de las garantías constitucionales, la férrea censura de prensa y la Ley de Emergencia.
Así pretende la dictadura ahogar en sangre el clamor de todo un pueblo que no se resigna a vivir de rodillas, que no oculta sus ansias reivindicatorias, que ha manifestado ostensiblemente su disposición de luchar denodadamente y sin reparar en sacrificios, para reconquistar sus conculcados derechos y sus perdidas libertades, para establecer un régimen de orden y de paz verdaderamente democrático, basado en el respeto a todos los derechos y en la justicia social. Sin embargo, no ha de lograr la tiranía su pretensión. En su aparente fortaleza está el signo de su real debilidad; está resquebrajada en sus cimientos y en su propia corrupción y podredumbre lleva los gérmenes de la destrucción. La represión violenta provoca la reacción creciente de la ciudadanía y galvaniza su espíritu de resistencia que impide la consolidación del régimen usurpador y terminará por derribarlo.
Enfrentándose heroica y victoriosamente al sombrío aparato represivo del dictador, está el ya potente ejército revolucionario que comanda el Dr. Fidel Castro. Aquellos doce hombres que con singular gallardía desafiaron a todo un ejército desde las abruptas montañas de la Sierra Maestra han proliferado y constituyen hoy poderosas y bien nutridas legiones. Ya no combaten en un solo frente sino han establecido numerosos frentes. En la provincia de Oriente controlan enormes áreas. Y siguen creciendo en número y adquiriendo las mejores armas y acrecentando su organización y disciplina, y obteniendo sonadas victorias, e infundiendo pánico en las tropas engañadas que se le enfrentan. Y en otras provincias, especialmente en el Escambray, operan también columnas y guerrillas, y en las ciudades existen cuantiosos y heroicos núcleos combatientes.
Nuestro Movimiento pese al tropiezo de la huelga, estima que el proceso revolucionario no ha sufrido interrupción y que, lejos de debilitarse, las fuerzas que lo impulsan se vigorizan y cobran nuevos bríos para la lucha. El Movimiento de Resistencia Cívica puede afirmar con entera responsabilidad, atendiendo al análisis que desde su situación ha hecho el Directorio Nacional, que sus fuerzas están intactas y se prepara par incrementarlas e impartirles una adecuada orientación y organización para la lucha. Ha aprendido bien su lección y, en consonancia con ella, ha procedido a la reestructuración de sus organismos direccionales para hacerlos más funcionales y eficaces, creando nuevos departamentos y reorganizando algunos de los existentes; ha perfeccionado la integración del nuevo Directorio Nacional y se ha dado a la tarea de ajustar los cuadros provinciales y municipales.
Se apresta a ofrecer a la consideración del pueblo de Cuba su doctrina y su programa, en los que se concretan los legítimos y vehementes anhelos de integral renovación que, en su día, hará realidad el movimiento revolucionario triunfante. Ha decidido, como fórmula para hacer más viable y próximo el derrocamiento de la dictadura y el fin de una lucha que ensangrienta el suelo de la patria y produce dolorosas bajas, propiciar gestiones que conduzcan a la coordinación de recursos y esfuerzos de las organizaciones revolucionarias que luchan contra el régimen en un plan nacional de acción. Reafirma su estrategia general basada en la participación de todos los ciudadanos en la lucha revolucionaria y en la adopción y realización de una serie de medidas que conduzcan a la creación de un cúmulo de circunstancias que provoquen la caída de la tiranía. Proclama su fe en la eficacia de apropiadas consignas de resistencia, unas permanentes y otras circunstancias, que posibiliten a toda la masa ciudadana evidenciar de continuo su creciente repulsa a la dictadura y su participación en la lucha contra la misma. Reafirma sus fines de respaldar el esfuerzo heroico que realiza el Movimiento 26 de Julio en los distintos frentes de combate, bajo la inspiración y guía de su máximo líder Fidel Castro, y los de otras organizaciones revolucionarias en aptitud de producir acciones eficaces y coincidentes con nuestros propósitos e ideales, proporcionándoles toda la ayuda material y moral que esté a su alcance; de contribuir a la adecuada integración del futuro gobierno provisional y de velar porque éste siente las bases de futuras reformas y realice aquellas que sean de urgencia o inaplazable necesidad.
El Movimiento de Resistencia Cívica al hacer profesión de su fe en el triunfo de la buena causa revolucionaria, exhorta a sus militantes a no desmayar en el esfuerzo, a cerrar filas para una mayor unidad de propósitos y acción, a mantener viva la llama de la rebeldía, e invita a toda la ciudadanía, sin distingos clasistas, religiosos o de otra índole a integrarse en nuestras filas para ejercitar una acción coordinadora y eficaz, que contribuya al cese de un régimen tiránico que nos llena de baldón y de oprobio.
En un lugar de Cuba, 20 de mayo de 1958.
Movimiento de Resistencia Cívica.
Directorio Nacional.