CARTA DEL COMANDO SUPERIOR AL SEMINARIO NACIONAL PAZ Y SOCIEDAD CIVIL
— Junio 10 de 1995 —
HOY NOS PRESENTAMOS, en este espacio que brinda la sociedad, con el deseo indeclinable de seguir caminando en línea recta por la paz, advirtiendo desde ya, que nos identificamos como un conjunto de hombres y mujeres, que entienden que estamos insertos en un medio plural y no homogéneo, que nos obliga por lo que somos a reconocer que de la diferencia tratada con armonía y respeto debe surgir la esencia de un pueblo que lucha y trabaja, pero sobre todo se dispone íntegramente a dar la gran batalla, que nos conduzca a vivir con dignidad, porque donde existe injusticia social es legítima la rebelión.
El Movimiento Jaime Bateman Cayón, pone en servicio del propósito su esencia, sus armas, sus hombres, sus cuerpos y sus almas, con el fin de luchar simplemente y hasta su último esfuerzo, por ver en nuestra patria un modelo social donde se respete la vida como elemento esencial e integral del hombre. Donde la concertación esté a la altura del querer nacional, y no subordinada a resolver conflictos sobre la base de conveniencias parciales o de clase. Compartimos ante ustedes que el asunto de la paz no es exclusivamente del Gobierno y la guerrilla.
El compromiso de la sociedad y las ONG, en la búsqueda de soluciones a la problemática nacional, como constante, permitirá colocar en la mesa de negociaciones a los olvidados por el Estado, en la formulación de un tratado de paz, para que el esfuerzo y la cooperación internacional no se quede en la administración de las necesidades causadas por la pobreza.
Para eso han sido hábiles los que figuran en el Estado a nombre de la democracia, la paz y el orden. Esos que hoy se aferran a un modelo económico que ya en contravía de la paz están equivocados si creen que firmando más actos de desmovilización van a resolver el problema; no reinsertemos armas ni reencauchemos clase dirigente, las pautas están dadas desde 1991.
El Movimiento Jaime Bateman Cayón ve con preocupación el comportamiento de su contradictor cuando retrocede en la historia negando la voz de la nación, propone una concisión “de reforma del congreso y de los partidos políticos" elitista y excluyente. Hoy no se trata de revivir viejos pactos políticos, porque el país avanzó en la participación ciudadana para la toma de decisiones, hagamos efectivo este principio constitucional.
Proponemos, pasar del gesto de humanización de la guerra, a un hecho de paz para el pueblo colombiano, mediante una alza general de salarios, para aliviar en parte la crisis generada por un modelo económico neoliberal deshumanizado, que sólo tiene en mira la concentración y acumulación del capital.
Y finalmente, que el proceso de paz sea la continuidad de lo que el congreso no quiere hacer. Vamos todos a una con nuestra alegría bolivariana, con nuestros sueños, con la inteligencia colombiana a la asamblea nacional legislativa que desarrolle la constitución, y replantee las estructuras económicas en Colombia por el bien de la paz y la democracia con justicia social.
¡¡¡Por la constitución del pueblo nuestras armas en su defensa!!!